7 abril 1939

Francia y Gran Bretaña ofrecen garantías de seguridad a Polonia ante la amenaza de los países fascistas

El dictador fascista de Italia, Benito Mussolini, ordena la invasión de Albania, derrocando al Rey Zog [Zogu]

Hechos

El 8.04.1939 el ejército de Italia invadió Albania.

Lecturas

Mientras representantes diplomáticos de Tirana y Roma debatían la aplicación de un tratado de paz, las tropas de la Italia fascista invadieron este 7 de abril de 1939 Albania sin encontrar mayores resistencias.

Ante el avance enemigo el rey Zogu ha optado por huir del país y refugiarse en Grecia.

Por encargo directo de Benito Mussolini, el ministro italiano de Asuntos Exteriores se dirige ahora a Tirana para participar en la creación de un gobierno integrado por elementos fascistas.

Se sabe que el rey Víctor Manuel está dispuesto a asumir, mediante un matrimonio real, el trono de Albania, dejado vacante por la vergonzosa huida del rey Zogu.

14 Abril 1939

Boletín del día

ABC (Director: Juan Ignacio Luca de Tena)

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Como previmos ayer, Inglaterra y Francia han reconocido el hecho sonumido. Dicen que por ahora no hacen nada, pero dejan entrever serias medidas para el porvenir, en el caso de que los países totalitarios reincidan. Ofrecen garantías a Grecia y Rumanía también están dispuestos a defender la integridad territorial de Turquía. Todo ello estaría bien, si alguien amenazara los mencionados países, pero en realidad no existen indicios en ese sentido. Estando en Valona y en las islas del Dodecaneso, Italian o necesita nuevas posiciones en aguas griegas para sentirse segura; le basta saber que ha conseguido neutralizar la importancia estratégica de la isla de Corfu. En cuanto a Rumanía, Alemania se conetna con la explitación de un número determinado de yacimientos petrolíferos del país. Ciertamente, existen las reivindicaciones húngaras, pues cerca de dos millones de magiares viven en la gran Rumania, pero es probable que el problema se resuelva mediante la concesión de una amplia autonomía cultural a la minoría húngara y si algún día Rumanía accediera a una rectificación de fronteras (ya existe el precedente de Checoslovaquia y de Lituania), no es probable que las potencias occidentales pudieran ver en elio un casus belli. Examinado el problema bajo este aspecto, parece que Chamberlain ha intentado ante todo dar satisfacción a la oposición, aunque ésta no se contenta con las promesas, sino que pide una alianza con la Rusia soviética, que, por lo visto, no vive bajo la dictadura de Stalin, sino en un régimen de perfecta democracia.

Entre el discurso de Chamberlain y la nota de Daladier existe completa armonía. Se vuelve a confirmar la alianza franco-polaca y ello coincide con ataques de periódicos polacos contra Alemania. Es innegable que el Reich ejerce influencia preponderante entre vecinos de Polonia: en Lituania, Eslovaquia y Hungria. Sin embargo, no se cree que en Berlín se quiera apartarse de la orientación que Hitler imprimió desde su adenimiento, hace seis años y pico a la política exterior, basada en gran parte en la amistad con Polonia, sin la cual resultaría difícil concebir una política antirrusa. Sin el acuerdo con Polonia, Francia hubiera completado el cerco de Alemania, pero el convenio ha sido también favorable para Polonia, país desprovisto de fronteras naturales y situado peligrosamente entre el Reich y Rusia. Hay que suponer que lo mismo en Berlín que en Varosvia se harán esfuerzos para comprender las necesidades mutuas y munientes la línea diplomática trazada por los dos caudillos nacionales, Hitler y Pilsudski.

Y referente a Albania, su unión con Italia no podrá serle sino altamente beneficiosa. Ya en nuestro primer comentario el día 8 de este mes, escribimos: “Los católicos que pueblan el Norte de Albania (la región de Sculari) verán en Roma a su protector natural y los musulmanes conocen la actitud magnánima de la Italia de Mussolini hacia sus correligionarios de África, “Italia, que ha heredado el genio colonizador de Roma, ha sabido comprender la mentalidad y las necesidades del mundo musulmán y la mayoría mahometano del pueblo albanés bajo la protección italianos se verá libre de influencias extrañas, que están en contradicción con su peculiar carácter milenario.