6 enero 1932

Denuncia que los líderes republicanos se mueven más por imponer un 'anti-monarquismo' que un 'republicanismo'

Nicolás María de Urgoiti y José Ortega y Gasset crean el periódico LUZ, crítico con la evolución de la II República y sus medios de comunicación

Hechos

El 7.01.1932 D. José Ortega y Gasset publicó en el diario LUZ (propiedad de D. Nicolás María de Urgoiti) el artículo ‘Antimonarquía y República’

Lecturas

El día 7 se publica el primer número de Luz, editado por la empresa Editorial Fulmen S. A., propiedad de D. Nicolás María de Urgoiti Achúcarro como continuador de Crisol, dirigido por D. Félix Lorenzo ‘Heliófilo’ y con D. José Ortega Gasset como su principal firma.

En su redacción figuran entre otros D. Javier Bueno Bueno, D. Lluis Bagaría Bou, o D. Carlos Baráibar Espondaburu

España, en su casi totalidad, es hoy antimonárquica, pero todavía no ha empezado a ser republicana. Ser negativamente republicano no sirve para nada. Así no es nada. Se es anti. Por consiguiente: no se es, se anti-es. Si hoy es anti-lo-de-ayer, mañana puede volveré anti-lo-de-hoy. Desde el primer día he protestado contra el carácter que se daba a la República manteniéndola con cara vuelta atrás, ocupada en castigar los abusos del pasado. (D. José Ortega y Gasset, LUZ, 7-1-1932)

 

07 Enero 1932

Anti-monarquía y República

José Ortega y Gasset

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España, en su casi totalidad, es hoy antimonárquica, pero todavía no ha empezado a ser republicana. Claro está que quien es antimonárquico no tiene más remedio que ser republicano, porque entre los innumerables atributos extrínsecos que la República posee está el de ser la Antimonarquía. Pero manera tal de ser negativamente republicano no sirve para nada. Así no se es nada. Se es anti. Por consiguiente: no se es, se anti-es.

Algo de esto acontece en España desde hace varias generaciones. Nuestro pueblo está lleno de actitudes meramente negativas, que es el modo más grave de hallarse históricamente vacío. Un pueblo así es el hueco de sí mismo. Y lo hueco no pesa. EL viento del azar lo trae y lo lleva. Por eso es sumamente grave mantener a una colectividad anti-siendo. Si hoy es anti-lo-de-aer, mañana puede, sin más, volverse anti-lo-de-hoy.

Desde el primer día he protestado contra el carácter que se daba a la República manteniéndola con la cara vuelta hacia atrás, ocupada en castigar los abusos del pasado.

Ahora bien, yo no veo en los partidos políticos actuales la decisión de traducir al signo positivo la República y hacer posible que, de este modo, la adhesión a ella de los españoles se haga afirmativa. Por eso creo que la situación es más peligrosa de lo que se supone. De ordinario, sólo se considera como peligro la actuación de fuerzas declaradamente hostiles al nuevo Estado, y como, en efecto, esas fuerzas o no existen o son de escaso fondo, los políticos republicanos creen hallarse en el mejor de los mundos. Pero en España no hay que temer nunca a las fuerzas hostiles, sino a la falta de densidad en la adhesión del gran torso colectivo.

Y ¿por qué se pretende que, sin más, sienta la gente – ese tremendo, decisión personaje que se llama ‘la gente’ – gran fervor republicano? Se trata de organizar un nuevo Estado que tiene aún sus armas en blanco, que no ha ganado aún bazas, que no ha demostrado todavía su capacidad para ir haciendo de un pueblo exánime una nación enérgica. Todos los programas que se agitan tienen un aire particularista. Interesan a un grupo porque rudamente anuncian la lucha contra otro. Aun no se ha dado al país la impresión de que el nuevo Estado no va a ser – como era el antiguo – propiedad particular de una clase o parte de los españoles. No se ha hecho sino tergiversar la Monarquía. Los que abusaban del poder son ahora los abusados. Pienso con esto en la España profunda, que es la de los pueblos menores. Allí se ha sustituído el mando arbitrario o brutal de unos por el mando no menos arbitrario y brutal que otros. A esto se llama ‘crear intereses republicanos’. Un maquiavelismo de vía estrecha ha inspirado a los gobernantes de los últimos meses la idea, no muy genial, de que favoreciendo desde el Poder Pública a unas clases sociales se las adscribía a la República. Exactamente lo mismo que intentó hacer la Dictadura con su táctica miope. ¡Seis mil quinientos millones de táctica! Aunque fuera ésta más certera, la República no podría ejercitarla. Las arcas están vacías.

No, no es intereses lo que hay que crear, sino espíritu. Un nuevo Estado no se afirma si no se suscita un nuevo espíritu. Con programas particularistas no se embarca a una nación en un nuevo Estado. Es preciso que se haga consistir la República es un credo histórico de contenido tan indiscutible, que tengan que aceptarlo en secreto los mismos que en público finjan combatirlo. Este credo sólo puede hoy derivarse de dos principios: el principio de la Nación y el principio del Trabajo.

José Ortega y Gasset.

16 Febrero 1992

El Sr. Urgoiti 'órgano' de la República

LA TIERRA (Director: Salvador Cánovas Cervantes)

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El diario del ex gerente del Monopolio del Papel, fundador de EL SOL y LA VOZ, en cuyos periódicos apenas si invirtió cien mil pesetas, y que, sin embargo, cobró por su ‘porción’ al venderla ¡dos millones! Y que ahora, en justo castigo a todo lo que hizo padecer a la prensa ‘se está comiendo’ LUZ, diario que no compra nadie, a pesar de ser el ‘órgano’ de la República, quiere aparecer ante el público incauto convertido en un republicano ministerial. ¡Ahora sí, de esos ministeriales del enchufe!…

A pesar de aquel magnífico negocio, Urgoiti quedó muy disgustado con la Papelera (¿qué querría?), por lo cual ha declarado guerra sin cuartel a los diarios por él fundados. Por eso se ha negado ‘Doña LUZ’ a firmar el manifiesto de los periódicos unidos, dispuestos a defender la libertad de Prensa, frente a todo desmán, sin pararse a meditar que no se trata de defender a ningún régimen, sino la dignidad profesional, ¡Pero qué le importa al que decapitó la Prensa libre estas cosas de la dignidad!…

EL SOL y LA VOZ llevan en su cabecera el nombre del Sr. Urgoiti. Así lo hizo estipular el ex gerente del Monopolio del Papel. Lo que no es obstáculo para que los distinga con el calificativo de ‘adversarios de la República’, incluyendo en esta denominación a los diarios republicanos que firmaron el manifiesto encaminado a defender la libertad de pensamiento.

La cosa tiene gracia por tratarse del fundador del Monopolio del Papel, que desarticuló por completo la Prensa libre con su monomanía monopolizadora, y cuya mesa de despacho donde trabajaba el señor Urgoiti estaba instalada bajo un magnífico retrato de D. Alfonso XIII vestido de ingeniero, al pie del cual ostentaba una regia dedicatoria.

El Sr. Urgoiti era entonces un empedernido monárquico, lo mismo que los accionistas de la Papelera; los señoritos de Bilbao, jesuitas de levita y de sotana; el conde de Aresti, don Serapio Huel y otros fervorosos católicos eran amigos incondicionales de Urgoiti. ¿No fueron estos también aportadores del capital con que se fundó EL SOL y LA VOZ? ¿No recuerda el Sr. Urgoiti sus negocios y concomitancias de todo orden con el capitalismo reaccionario? ¿Es que no recordamos todos aquellos tiempos de apoyo decidido a la dictadura de Primo de Rivera por el Sr. Urgoiti? ¿Actualmente los hijos del Sr. Urgoiti no pertenecen a Empresas de capital reaccionario?

Pues si todo esto es cierto, no comprendemos el atrevimiento de Doña LUZ poniendo como lema en su cabecera ‘Diario de la República’ y teniendo el valor de llamar a los demás ‘adversarios del régimen’.

Porque si nosotros somos adversarios, ¿qué calificativo le corresponde a LUZ más que el de fariseo de la República? ¡¡Y aun nos quedamos cortos!!