30 octubre 2009

Durante la entrevista en ANTENA 3 al principal condenado por el caso GAL, se mostró un dossier sobre la vida íntima de su competidor de TELECINCO

El ex policía José Amedo causa una guerra mediática entre ‘¿Dónde Estás Corazón?’ (Cuarzo) y ‘Sálvame’ (La Fábrica de la Tele)

Hechos

  • El 30.10.2009 José Amedo acudió como invitado al programa ‘¿Dónde Estás Corazón?’ que Cuarzo hacía para ANTENA 3 TV.
  • El 2.11.2009 en el programa ‘Sálvame’ que La Fábrica de la Tele hacía para TELECINCO.

Lecturas

Este octubre de 2009 se ha vuelto a producir un enfrentamiento directo entre programas de Antena 3 TV y Telecinco, a través de un programa producido por Cuarzo y otro producido por La Fábrica de la Tele.

El 30 de octubre de 2009  en “¿Dónde Estás Corazón?” que la productora Cuarzo realiza para Antena 3 TV se entrevistó al ex policía condenado por el terrorismo de los GAL, José Amedo Fouce, asegurando que había realizado unos dossieres por encargo del productor José Frade Almohalla, para desacreditar a periodistas del corazón con información personal de ellos. D. José Amedo ya había participado en un programa del corazón de Antena 3 TV el 29 de noviembre de 2006, pero esta reaparición suponía un ataque directo a Telecinco, dado que a Amedo se le atrubían informes contra periodistas de la competencia como eran D. Jorge Javier Vázquez o Dña. Carmen Alcayde.

 La principal muestra de esos dossieres que enseñaron por la pantalla de Antena 3 TV era, precisamente, contra un presentador de la competencia, de Jorge Javier Vázquez Morales, de Telecinco, que presentaba su programa a la misma hora en que se emitía aquella entrevista. La información sacada en pantalla por Antena 3 TV aseguraba que Vázquez Morales mantenía relaciones en un hotel con un directivo de Telecinco.

El 2 de noviembre de 2009, desde el “Sálvame” diario, Jorge Javier Vázquez Morales respondió a Antena 3 TV asegurando que la difusión de aquel informe falso con la excusa de la entrevista a Amedo Fouce se había hecho, a su ver, con el único objetivo de hacerle daño. Vázquez Morales señaló especialmente a la productora Cuarzo y a su directivo Giampaolo Manfreda (con el que había trabajado en su etapa en Antena 3 en los espacios “Rumore, rumore” y “Sabor a ti”) como responsables de la agresión. Después de casi dos décadas en que Antena 3 TV y Telecinco no se habían cruzado ataques, la práctica de atacarse desde sus respectivas cadenas se había roto y, precisamente, desde los llamados programas del corazón.

Frases:

María Patiño – Para mí la información es para proyectarla y difundirla, nunca para chantajear y amedrantar a nadie que es lo que presuntamente intentaba hacer el Sr. Frade usándole a usted, mercenario que actúa por dinero.

José Amedo – ¿Mercenario?. Me está usted faltando al respeto.

Kiko Matamoros: ¿De terrorismo de Estado a huelebraguetas de Jorge Javier Vázquez? 500.000 euros. O seguir los pasos a Lydia Lozano. Esto es una caca.

 

 

08 Noviembre 2009

Amedo: "Me usan para dar miedo: mi nombre acojona"

Javier Gómez

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A mí el mundo rosa me la suda». Han pasado las décadas y Amedo -para sus amigos, Pepe; para España, el «ex subcomisario»- no ha perdido ni su calva fanfarrona, ni su réplicas de poli malo, ni su voz de rueca made in Ducados.

Este condenado a 117 años de prisión por su participación en los GAL, que se pasó los 90 en televisión y prensa abanicando los secretos de la charca antiterrorista del felipismo, irrumpió la semana pasada en DEC, uno de esos interminables cotorreos televisados del viernes noche. Cambió a Marey por Mariñas, a Galindo por María Patiño y a Barrionuevo por Jorge Javier Vázquez. De las cloacas del Estado al lodazal con purpurina cuché.

-¿Ha vuelto Amedo?

-Yo no he vuelto. Nunca me fui.

La cita es en un pueblo de la periferia pija de Madrid y su lugar de residencia. Aparece Amedo de entre las sombras, como un fantasma de los 90 recién salido de un camerino de Cortefiel. Chaqueta beige, camisa azul bien planchada y cuello desabotonado. Entramos en una cafetería anónima, en la que hace dos días ya le esperaban los paparazzi. Un aviso de su nueva vida. «Un beefeater con tónica», truena el ex policía. Mejor dejar el descafeinado para otra ocasión.

Le acusan de pasar de perseguir etarras a investigar, en 2004, las miserias de sábana y trastienda de los periodistas de lo ajeno. Todo por cuenta de José Frade, el productor estrella de los años del destape y ex de Norma Duval. «Yo no investigo; yo tengo amigos. Mi idea era pasarles el tema. No me gustó lo de Frade y lo rechacé. A mí me usaron para dar miedo. Sabía que si oían mi nombre se acojonarían».

A Amedo, 63 años, le gusta su personaje. Habla como el púgil que intenta calentar el combate: jerga de bar de puerto, socarrón, queriendo intimidar, pero parece recitar un papel. Como Stoichkov cada vez que le mentan al Real Madrid.

De repente, pregunta si puede unirse un amigo. ¿Domínguez? «No, Kiko. Kiko Matamoros». Al minuto, aparece, chaqueta de cuero ajustada, vaqueros y zapatillas de marca. Sentado junto a Amedo parecen dos cuadros de épocas distintas pero hablan el mismo idioma. Matamoros es a la noche madrileña lo que Amedo a la penumbra del Estado. Ambos tienen un pasado aherrojado de cicatrices turbias, medias verdades y marrones con la Justicia; son listos de barrio, de palabra rauda y al mentón; tienen una lista de enemigos del tamaño de un tomo de Stieg Larsson y nadie les compraría un coche usado.

Fue Matamoros quien le avisó de que su nombre iba a salir en el corrillo del periodismo muerdetobillos. «Ya puestos, mejor contar la historia yo mismo y llevarme la pasta», razona Amedo. Le dijeron que el suyo era un rostro nuevo y que eso genera audiencia. No se equivocaron. Tiene una ventaja: en una comedia en la que todos interpretan un rol, a Amedo le basta hacer de sí mismo. «Esto es un circo social establecido así. Un producto que se vende. Y mientras paguen…», explica.

Dice una cadena que él pidió 100.000 euros por un directo. «En todo caso, se los pidió éste», despeja, señalando a Kiko.

-¿Es tu agente?

-No, mi amigo.

Al final terminaron en la competencia. Matamoros, del lado de los interrogadores, también cobró.

-Amedo, ¿de profesión?

-Intermediador, sobre todo inmobiliario, pero también en sectores como la investigación privada.

-Pues ahora estarás seco.

-Igual en un mes ya no.

-¿Te sientes humillado?

-¿Yo? A mí se me paga y punto. Ahí cobran todos. El dinero me viene cojonudamente. Nunca he tenido un duro. No tengo patrimonio. Vivo al día. Y que no me pida Hacienda el 30%, que soy insolvente. Bastante he pagado ya al Estado.

Su casera le llamó al verle en la tele. «Habrás cobrado, ¿no?».

No confirma si le veremos en más salones celestinos. De su aparición en DEC, le molestó que María Patiño le llamase «mercenario». «¿Y ella qué es? Yo no era un mercenario. Yo hice un trabajo diseñado por un Gobierno con conocimiento de Fraga y el Rey. Cumplí órdenes».

De la quinta de los GAL, el hombre que tiró de la manta sigue hablando con el ex general Rodríguez Galindo. De su álter ego en el eslogan Amedo & Domínguez algo sabe, aunque no le va muy bien. Condenado como él por detención ilegal, malversación de fondos públicos, asociación ilícita e inducción a seis asesinatos frustrados, Michel Domínguez era, según Amedo, un mandao. «Identificaba cadáveres, como en CSI. No tenía idea de ETA pero me seguía a todas partes. Al final pagó como el que más cuando era el que menos pintaba».

La escena es algo surrealista, o neorrealista, como ahora toca decir, y que Visconti nos perdone: Matamoros y Amedo saltando de la telebasura a la guerra sucia.

El ex subcomisario reconoce que fue al cine a ver la película GAL, «pero a la sesión de cuatro y tapado», dice, apoyando sus palmas encorvadas a ambos lados de la cara. Lo que sí acabará siendo ficción en esta legislatura, cree, será ETA.

Los remordimientos parecen durarle lo que un hielo en un gin tonic. Y se diría que, a pesar de sus 12 años de cárcel, añora sus tiempos de doble sigla, de madero con visa oro de los fondos reservados, de jugar al escondite con ETA. «Pakito y los otros sí que eran jefes etarras y no los niñatos de ahora».

Caras como la suya pusieron rostro a las abolladuras de una democracia balbuciente. La gente entendió que los rufianes también llevan pisacorbatas dorados. «El Estado de Derecho no existe. A mí la gente en Bilbao me pide autógrafos por la calle. Sólo una vez me llamaron terrorista. Fue una del BNG en Lugo».

De repente, Amedo clava la mirada en el periodista: «Si lees que a un etarra le ha explotado una bomba y ha muerto, ¿qué sientes?».

-Indiferencia.

-Pues a mí me dan ganas de hacerme una paja. Cuando un terrorista muere, se salvan vidas.

Hablando así, Amedo ganó el casting para los GAL que en su día hicieron el señor X y sus adláteres. Las mismas frases le harán triunfar en su nueva andadura.

Se alejan el ex subcomisario Amedo y su amigo Matamoros. Comenta el primero: «Oye, ¿has visto Sé lo que hicisteis?».