27 mayo 2007

El presidente acusa al canal, propiedad de Marciel Granier, de ser un canal 'al servicio del golpismo'

El Gobierno de Chávez en Venezuela acaba con el canal líder de su país, Radio Caracas Televisión, al no renovar su licencia de emisión

Hechos

  • El 27.05.2007 finalizó la emisión en abierto de Radio Caracas Televisión (RCTV) de Venezuela, al ser rechazada por el Gobierno venezolano del comandante Hugo Chávez su solicitud de renovación, su señal, canal 2, fue reemplazada por TVES. Sí fue aceptada la solicitud de renovación del canal Venevisión.

Lecturas

El 29 de diciembre de 2006 Hugo Chávez Frías hace público que no va a renovar la concesión al canal Radio Caracas Televisión (RCTV) de Marcel Granier cuya licencia de emisión caduca en 2007. La histórica cadena RCTV deja de emitir en abierto el 27 de mayo de 2007. Venevisión y Televen sí logran ser renovados, pero cambian su línea editorial para que deje de enfrentarse al Gobierno. El canal Globovisión se convierte en el único que respalda a RCTV ante su cierre dentro del país frente al apoyo del cierre de los medios chavistas (Canal 8 Venezolana de Televisión) y el silencio de los otros canales privados (Venevision, Televen). 

El Gobierno chavista justifica el cierre en el apoyo de RCTV a los sucesos de abril de 2002 en lo que el chavismo considera que fue un intento de golpe de Estado fomentado por Estados Unidos.

Desde España la mayoría de los medios privados respaldan a RCTV, entre los tertulianos que apoyan su cierre destacan los profesores de la universidad complutense como Juan Carlos Monedero.


LA DESPEDIDA DE RCTV:

bicha_2007 «Aquí no caben las lágrimas, los injustos no merecen nuestras lágrimas. Nosotros preferimos morir de pie a vivir de rodillas», expresó la presentadora Dña. Berenice Gómez ‘La Bicha’, principal figura del programa matutino de RCTV.

larez El encargado de despedir oficialmente la emisión en abierto fue D. Eladio Lárez, que dirigió un emotivo discurso de despedida a los telespectadores venezolanos «Gracías por haber estado ahí». El canal, tras quedar fuera de la emisión analógica quedará limitado a su señal internacional, pero esta también será cerrada por el gobierno en enero de 2010.

EL APOYO DE GLOBOVISIÓN

globovision_cierre_Tves El canal Globovisión – de información 24 horas – y su presentador estrella, D. Leopoldo Castillo, apoyaron en todo momento a RCTV y cargaron contra el Gobierno del comandante Chávez. En su programa emitieron en directo el cambio de RCTV a TVES.

EL APOYO DEL GRUPO PRISA EN ESPAÑA

La práctica totalidad de medios de comunicación en España se posicionaron en apoyo de RCTV y presentando la no renovación como un cierre por parte del Gobierno porque era un ‘canal crítico’ con el comandante Chávez.

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El Grupo PRISA, grupo de comunicación mayoritario de España, dedicó amplio espacio en su canal de televisión CUATRO al cierre de RCTV. El presentador estrella del canal D. Iñaki Gabilondo definió aquello como una ‘barbaridad dictatorial de Hugo Chávez’.

GUSTAVO CISNEROS NIEGA PACTO CON CHÁVEZ

cisneros_solemne D. Gustavo Cisneros compareció en su canal, Venevisión, para negar las acusaciones de que se había aliado al Gobierno del comandante Chávez para dejar de criticarle en sus programas a cambio de que su señal sí fuera renovada. Cisneros aseguró que su canal era independiente y neutral y que, de hecho, el Gobierno le había renovado por menos años que lo que había solicitado. Pero cierto que, progresivamente, los informativos de Venevisión habían eliminado la hostilidad con Chávez, al igual que Chávez y sus afines (incluido Venezolana de Televisión) dejaron de atacar a Venevisión y limitaron sus ataques a RCTV y Globovisión.

25 Mayo 2007

Chávez es la ley

Editorial (Director: Javier Moreno)

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Al igual que lo viene haciendo con Estados Unidos durante años, el presidente venezolano ha multiplicado deliberadamente en los meses recientes su papel de provocador continental, encadenando decisiones que no pueden pasar inadvertidas. Hace semanas era su anuncio de abandonar el Banco Mundial, el FMI e incluso la Organización de Estados Americanos. O la nacionalización de las explotaciones petrolíferas del Orinoco. O la propuesta de un denominado Banco del Sur, que haría préstamos a gobiernos latinoamericanos sin el yugo«neoliberal». Le llega el turno ahora a la cadena Radio Caracas Televisión, abiertamente hostil a Hugo Chávez, que dejará de emitir a medianoche de este domingo porque el Gobierno venezolano ha decidido no renovar su licencia.

La medida de Chávez anunciada ya a sus conmilitones en diciembre, al calor de su incontestable nuevo triunfo electoral, es una grave muestra más de la imparable deriva del régimen hacia el caudillismo unipersonal, libre de contrapesos. Que la emisora televisiva más influyente del país pierda la licencia después de 53 años por su decidida enemiga hacia el presidente de la República -fue una de las cuatro que apoyaron el golpe contra Chávez de 2002- y su voluntad de no plegarse a las directrices del poder muestra el autoritarismo a ultranza y el carácter arbitrario del líder venezolano. Pero refleja también la inoperancia de los mecanismos de control que en los sistemas democráticos reequilibran y rectifican en su caso los abusos del Ejecutivo. En una Venezuela ayuna de instituciones realmente independientes, los deseos del jefe del Estado se convierten en ley, al margen de que, en este caso, un 70% de los ciudadanos, según una encuesta del mes pasado, estén contra el cierre de RCTV

En ningún país respetuoso con las libertades se silencian los medios críticos -aunque sean muy críticos, como es el caso- a golpe de boletín oficial del Estado y con el pretexto de que expira una licencia, hecho éste incluso sometido a controversia. Los jueces suelen estar ahí para impedirlo. Así lo han visto desde la OEA hasta el Senado de EE UU, que condena la medida en una declaración conjunta de los dos grandes partidos. Resulta desalentador en este sentido el tibio y rutinario rechazo ayer de la decisión de Chávez por el Parlamento Europeo, adalid de las libertades, en una Cámara vacía, prólogo del fin de semana. Y más desalentador aún por el hecho de que sólo tres diputados españoles se pronunciaran sobre la resolución. Un absentismo masivo que convierte en retórica la supuesta prioridad de lo hispanoamericano.

27 Mayo 2007

Se destapa la dictadura en Venezuela

Editorial (Director: José Antonio Zarzalejos)

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CON el cierre de la emisora Radio Caracas Televisión, se consuma en Venezuela uno de los pasos más graves que podía dar el régimen chavista para transformarse en una dictadura que, de forma progresiva e imparable, se apropia de todas las instituciones, crea un partido único, centraliza la economía, poniéndola principalmente en manos del Ejercito y, finalmente, empieza a eliminar las voces críticas y confisca burdamente los medios técnicos que son propiedad de la emisora clausurada para ponerlos al servicio de la propaganda oficial. Es evidente que lo que está construyendo Hugo Chávez en Venezuela difícilmente se puede llamar democracia.
Los periodistas y medios de comunicación venezolanos harían bien en tener en cuenta la lección que se desprende de lo que ha sucedido con Radio Caracas Televisión. Algunos que todavía guarden cierta simpatía con el régimen pensarán que están a salvo mientras mantengan su actitud de sumisión hacia el presidente, pero cerrar una emisora es como cerrar todas, porque si al poder personal de Chávez se le permite hacerlo una vez, lo hará sin dudar cuantas veces lo considere necesario, como saben muy bien los trabajadores y directivos de la emisora Globovision, compañía que ya ha sido señalada como el próximo objetivo del régimen. A lo largo de la historia abundan los ejemplos de cuán pernicioso puede ser no rebelarse cuando los que sufren los abusos de una tiranía son otros, porque aquéllos que hoy prefieran callar no hacen sino abrir las puertas para ser las víctimas mañana.
Por tratarse de una decisión extremadamente grave, el cierre de la emisora va a tener consecuencias no menos traumáticas en los terrenos político y diplomático. De hacer caso a las bravatas de Hugo Chávez, la crisis puede llegar a desembocar en la salida de Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA). No solamente no es capaz de soportar la crítica, sino que Chávez está decidido a llevar a su país a una situación de tensión externa, escenario favorito de las dictaduras para no tener que justificar sus propios errores. Al provocar un estado de excepción permanente del que pueda culpar a fuerzas exteriores, Chávez se ahorra tener que dar cuenta de los cientos de miles de millones de euros que han pasado por sus manos en los últimos siete años, y con los que ha hecho y deshecho a su antojo, sin que por ello haya mejorado la situación de los venezolanos, sino todo lo contrario.
Con esta decisión -sobre la que ya no importa lo que les quede por decir a los tribunales, que hace tiempo que fueron corrompidos por el chavismo-, el máximo dirigente venezolano ha dado un paso definitivo y muy probablemente irreversible en su evolución política. El camino por el que está llevando a Venezuela no conduce a ninguna parte, puesto que no hay ya lugar para las dictaduras en el mundo civilizado, por más petrodólares que puedan tener.

30 Mayo 2007

Hugo Chávez se queda sin argumentos

Editorial (Director: José Antonio Zarzalejos)

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Hugo Chávez ha cometido un gravísimo error político al consumar el cierre de la emisora de Radio Caracas Televisión, acontecimiento que de un modo u otro hará que muchos de quienes consideraban que su origen democrático justificaba algunos de sus excesos no puedan ya seguir avalando una carrera hacia el totalitarismo. Las manifestaciones continúan en Caracas y en otras ciudades de Venezuela porque una gran parte del país se ha dado cuenta de que Chávez se ha transformado en un dictador que no tolera la crítica. Para muchos ciudadanos sin formación puede resultar complicado comprender los efectos de que el Gobierno pervierta el sistema judicial, o ver las maniobras técnicas con las que manipula las elecciones. Pero el cierre arbitrario de una de las emisoras más antiguas -y más vistas- de la televisión venezolana es algo que cualquiera puede valorar. Los esfuerzos desesperados del Gobierno por poner en marcha a toda prisa una emisión propagandística -aunque haya tenido que añadir al cierre Radio Caracas Televisión la confiscación «manu militari» de sus instalaciones técnicas- muestran claramente que también Chávez se ha percatado del error, aunque en realidad camina en el sentido opuesto a la solución.
En estos momentos no hay dirigente político americano o europeo -a excepción de Fidel Castro o de Evo Morales, ambos subsidiados por Chávez- que no critique el cierre de la emisora caraqueña. Precisamente por ello, el Gobierno español debería reflexionar sobre el resultado de una política de complacencia y consideración con el régimen venezolano, del que hace tiempo que debía saber que no recibiría más que el desprecio. Los llamamientos a la moderación hechos desde la Moncloa no han sido escuchados y, en respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores no habría tenido ni siquiera que aceptar escuchar las justificaciones que le ha hecho llegar Hugo Chávez, porque lo que ha hecho es propio de dictadores y no tiene excusa posible. Nadie con una mínima sensibilidad democrática puede aceptar impasible las coartadas de una acción tan innoble como el cierre de un medio de comunicación.
Por ello es necesario que Rodríguez Zapatero tenga en cuenta esta lección, especialmente durante la próxima visita a Madrid de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice. Las aproximaciones de este Gobierno a la realidad de Iberoamérica han sido hasta ahora muy diferentes a las de la política estadounidense, a pesar de que ambos países comparten el mayor interés en la estabilidad y el progreso de la región. Esta puede ser la ocasión para dar pasos en la dirección adecuada, defendiendo tanto en Venezuela como en Cuba los grandes ideales democráticos, no vaya a ser que se llegue a pensar que el Gobierno socialista español no es capaz de ver la injusticia por la que miles de venezolanos de a pie se quejan a gritos en las calles de Caracas.