17 febrero 2025
El Gobierno de Pedro Sánchez ficha al periodista Idafe Martín Pérez, comentarista-polemista de PRISA, como asesor

Hechos
El 16 de febrero de 2025 D. Juan Soto Ivars publica un artículo sobre el fichaje como asesor del Gobierno de D. Idafe Martín Pérez.
Lecturas
El periodista D. Idafe Martín Pérez era colaborador habitual en los medios del Grupo PRISA, el diario EL PAÍS y la Cadena SER, desde defendía al Gobierno y consideraba que todos los periodistas que lo atacaban eran manipuladores, mentirosos y fachosfera y estaban ‘de rodillas, esperando una paguita’ de los políticos de la derecha.
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El 10 de febrero de 2025 D. Idafe Martín Pérez anunció que dejaba la red social X, sin dar ningúna explicación sobre los motivos.
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El 12 de febrero de 2025 el periódico digital THE OBJECTIVE desveló que el periodista D. Idafe Martín Pérez, colaborador habitual de los medios del Grupo PRISA, había sido contratado con rango de asesor por el Jefe de Gabinete del Presidente del Gobierno D. Pedro Sánchez.
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El periodista D. Luis Ventoso, Director Adjunto de EL DEBATE, es uno de los primeros en pedir en redes a D. Idafe Martín que desmintiera la noticia, guardando este absoluto silencio al respecto.
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El periodista D. David Alandete, exDirector Adjunto de EL PAÍS, calificó al Sr. Idafe Martín Pérez como ‘IdaFake’.


29 Diciembre 2023
Pensar que yo quiero ser asesor del PSOE es una broma
Un pequeño hilo. En la fachosfera no entienden por qué les caen las hostias. Por qué nadie les afeaba sus bulos, sus mentiras, su mugre, su caspa rancia y hedionda. Algunos responden que «pero si somos compañeros». No somos compañeros, no. Idafe lleva años haciendo lo mismo…
pero sólo lo hacía en Twitter. A @PepaBueno se le ocurrió que aquello daba para una columna diferente de campaña. A @pedroblancoa que podía cerrar en verano @Hora25. A sus pies por su confianza. Algunos dicen no es periodismo. Y sí, sí lo es. Scalfari (recuerda @cosmejuan) decía que «periodista es gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente». Y entre otras cosas, a la gente le pasa que muchos medios españoles se dedican a mentirles. A venderles pescado podrido.
Lo que se puede encontrar a veces en los diarios que dirigen, entre otros, personajes como @JqManso, @julian_quiros, @pacomarhuenda, @eduardoinda, @JCacho_Conlupa, @bieitorubido, @alvaronieto, etc., es anti periodismo. Se puede hacer un periodismo de oposición, conservador, liberal, bien hecho. Pero eso conlleva trabajo y honestidad. En su deriva mentirosa se han tirado por un tobogán de bulos que, a ese nivel, no existe en ningún país europeo. Les da totalmente igual publicar bazofia, mentiras tan burdas que serían un chiste si no fueran un daño a la profesión y la sociedad. Lo hacen consciente y voluntariamente. Es su negocio, pero no es periodismo, es basura.
Si juegan a eso después no «exijan» respeto de ningún tipo, ustedes han convertido a sus medios en memes. La fachosfera no entiende por qué a un tipo de Bruselas que no conocían de nada le da por ir encendiendo luces. Y buscan explicación. Que si está «a sueldo». Sí, de @clarincom, el mayor periódico en español del planeta. Un diario liberal donde en 18 años nunca nadie me cambió una coma, para el que he escrito más de 3.600 piezas (mejores o peores) pero sin una mentira.
Otros creen que busco que me coloque el PSOE en algún sitio, que me hagan asesor de algo. Menuda broma, eh, @frvalles?) Deben creer que un asesor cobra más que un corresponsal europeo de Clarín con 18 años de experiencia. Creen que todos los periodistas somos como ellos, que viven de los cuatro duros que pagan los digitalesultra a la espera de algún carguito. Y no, algunos somos felices haciendo lo que hacemos, sacando bolsas de basura. Así que muchas gracias a Pepa y Pedro. Y también gracias a quienes ofrecieron cosas que no acepté por lo que entonces expliqué.
2023 ha sido un buen año. Y en 2024 más. Si no quieres que la gente sepa que cuentas bulos, que usas la mentira para atizar…haz como decía Scalfari.
Ps: otros harían lo que yo hago, pero para ellos supone un riesgo que yo no corro. Yo vivo de una gran empresa argentina para la cual esos señores de los medios españoles que se creen tan importantes son todos unos mindundis sin nombre. No me pueden tocar


13 Febrero 2025
«De rodillas y esperando la paguita»
Contra una rata vale todo. A una rata se la persigue, se la liquida, se le expulsa. Tras el paso de una rata, habrá que proceder a limpiar con lejía la habitación, comprar trampas por si vuelven a aparecer, llamar a una empresa de fumigación y control de las plagas. Todo esfuerzo es poco para acabar con la presencia de esa alimaña inmunda, sucia, asquerosa. Portadora de bacterias, propagadora de enfermedades, conviene alejarse de ellas, cambiarse de acera si es preciso. Hace tiempo, machaconamente, un corresponsal de Bruselas con ganas de aleccionar periodistas, comenzó su campaña de deshumanización para los cronistas que no le merecían respeto y contra los medios de comunicación que le eran hostiles al Gobierno de Pedro Sánchez.
Le pilló el gusto a hablar de ratas. Porque los que escriben en medios como THE OBJECTIVE, para él el «contenedor amarillo», eran ratas hediondas. Había que señalar con nombre y apellidos a los que aquí escribían, información u opinión, redactores noveles o experimentados jornaleros de la prensa, daba lo mismo. Ratas o cucarachas, en esos términos se iba manejando nuestro ínclito aleccionador. Todo ello, mientras mostraba su honda preocupación ante la supuesta deshumanización que se le estaba aplicando a Sánchez desde los medios críticos. Preocupado por Sánchez a la vez que seguía denigrando todo lo que se movía críticamente contra el Ejecutivo. Como resumió Xavier Colas, un corresponsal de verdad, «cuando cada día tu gran prioridad es criticar al que no manda, eres un mandao».
Al mandao lo ficharon desde el Grupo Prisa y le colocaron como sexador de periodistas: «Este sí, este no, este es facha, este es bueno, este apesta, este encanta». Por supuesto que la figura del crítico de medios ha existido siempre, aunque esta persona si era novedad en varias cosas: que su ‘crítica’ siempre estuviera dirigida contra el mismo conjunto de periódicos, jamás se le escuchó palabra alguna, por ejemplo, por la info de los dos DNI del juez Peinado. Y sorprendía, pero eso ya fue decisión del grupo, que con tan esmirriado currículum se mostrase desde esa atalaya con la que reprender todo lo malo que hacían los rivales mediáticos.
Y un poco más, que todo lo hiciera con un victimismo tan propio de estos tiempos y pregonando él mismo su valentía por hacer lo que nadie antes se había atrevido a hacer, romper con el tabú del «perro no come perro». Hombre, estimado mandao, hablabas en la radio líder de audiencia en España y escribías en el diario más consumido de nuestra nación. Esa imagen de David contra Goliat debió ser una ensoñación.
El nombre es Idafe Martín Pérez. Jamás antes lo había escrito, ni había reprendido nada de lo que fue publicando en sus redes, es cierto que a mi persona nunca le aplicó el calificativo de «rata» o «cucaracha», igual hasta era seguidor de El purgatorio en secreto. Quién lo sabe. Y no quise reprenderle ninguna de sus palabras, no porque no lo mereciera en tantos días, sino porque siempre he pensado que ante la obsesión y el hostigamiento, lo mejor debía ser la indiferencia. Ahora todo ha cambiado. Porque el sueldo de Idafe, fichaje estrella de la sección de propaganda y persuasión de La Moncloa, se lo pagamos entre todos nosotros. O como él decía de los medios como THE OBJECTIVE, Abc, El Mundo, La Razón, siempre en su estilo versallesco de aporrear teclas, Idafe está «de rodillas y esperando la paguita».
En otro de sus escritos en la antigua Twitter, reflexivo y prudente como él solo, dejó puesto: «Creen que todos los periodistas somos como ellos, que viven de los cuatro duros que pagan los digitales ultra a la espera de algún carguito». Qué cutre es todo en realidad, qué sencillas son las explicaciones. Después de la señora Montserrat Gusano, trabajadora del PSOE y la persona que se encarga de Mr. Handsome, la cuenta de X que nos dice lo buenorro que está el presidente; ahora ha llegado Idafe. El trabajo dio sus frutos en forma de sueldo público, hay que reconocerle pues que su objetivo se ha cumplido. Como escribió Umberto Eco en la novela Número Cero, en boca de uno de sus personajes, recordando el comentario que se le atribuye a un gran director de orquesta, con lengua viperina, sobre un músico: «En su género es un dios; es su género el que es una mierda».


13 Febrero 2025
¿Quién es Idafe Martín: el último fichaje periodístico de Moncloa procedente de El País?
En septiembre de 2024, Pedro Sánchez nombró ministro de la Transformación Digital y la Función Pública a Óscar López, a quien también ha encomendado la labor de hacerle oposición a Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Con el nombramiento de López, Sánchez se quedó sin jefe de gabinete en la Moncloa, a quien sustituyó por Diego Rubio (Cáceres, 1986), sin carnet del PSOE, aunque proveniente del mundo de la progresía académica vinculado a la socialdemocracia. El objetivo de este nombramiento fue dar un nuevo impulso a los discursos del presidente frente a la ofensiva judicial, mediática y política de lo que Sánchez ha venido en llamar la “fachosfera”.
Para este cometido, Diego Rubio ha fichado a su vez a Idafe Martín (Tenerife, 1977), un periodista con amplia experiencia en Bruselas procedente de El País, cuya última columna, titulada ‘La última’, publicó en noviembre del pasado año. El término “fachosfera” que usa el presidente del Gobierno lo acuñó el nuevo fichaje de Sánchez en su libro: ‘Libre de estilo: Cuentos de la fachosfera”. En esta publicación, Martín recopiló sus columnas publicadas en El País y emitidas con Ángels Barceló en el programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser.
Idafe Martín ha colaborado también durante años para el periódico argentino Clarín, vinculado a las oligarquías del país sudamericano y posicionado a favor de las derechas y de Milei y en contra del kirschnerismo. En España, además de escribir artículos de opinión para El País, Martín ha publicado piezas informativas sobre la UE en Infolibre.
Pero en las redes, Idafe Martín no es conocido tanto por su trabajo como periodista como por su agresividad como tuitero contra Canal Red, Podemos y contra Pablo Iglesias.
“Nunca he visto a los trolls de Podemos atacar a ningún nazi como atacan a un periodistas de izquierdas”, se refirió sobre los militantes morados en uno de sus tuits en X. Sobre Canal Red, el nuevo asesor de Moncloa lo ha llegado a tachar de “pseudomedio” y a Pablo Iglesias desde El País le llegó a acusar de conocer las supuestas agresiones sexuales de Iñigo Errejón y no denunciarlas, mientras que en las redacciones de El País e Infolibre nadie sabía de la vida nocturna del portavoz de Sumar.
Coalición electoral PSOE-Sumar
Idafe Martín tuvo también gestos de apoyo a Yolanda Díaz durante la formación de Sumar y se mostró favorable al veto a Irene Montero de las listas para las elecciones generales de junio de 2023.
A principios del pasado mes de enero, abogó en la red social X por que el PSOE fuera en coalición con la formación de Yolanda Díaz a las próximas elecciones generales, fórmula a la que le pronosticaba 168 escaños de repetirse los resultados de los últimos comicios.
Su actividad en la red social X terminó el 30 de enero, cuando se despidió de sus seguidores. “19 años y medio después de abrir la corresponsalía toca hacer una nueva pausa para dedicarla a otros menesteres”, escribió. Su próximo destino será en Moncloa como asesor decomunicación del gabinete del presidente del Gobierno.


14 Febrero 2025
Urge crear un Ministerio de la Verdad
Una de las mayores amenazas a la democracia son las redes sociales y su retroalimentación en la prensa. Tenemos ahora dos casos palmarios de la perniciosa actividad de este «eje del mal».
El más grave y peligroso es la ascensión de un golpista, embustero redomado, especulador inmobiliario, narcisista y sujeto de aspecto ofensivo y ridículo a presidente de la nación más poderosa del mundo, gracias, en buena parte, a la red social muy adecuadamente llamada X –cuyo mismo nombre ya sugiere su malignidad. Es un asunto que no hubiera imaginado ni Jerzy Kosinski, el novelista de Bienvenido, Mr. Chance.
Tenemos, a otro nivel más pedestre, el populismo pseudofeminista que, al mejor estilo estalinista de borrado del pasado y de los personajes réprobos, destruye reputaciones y vidas y cancela obras a partir de denuncias anónimas, daña al feminismo auténtico, cabal y necesario, y conculca la presunción de inocencia, base de la Justicia democrática.
Hay que poner coto a los bulos dañinos e insidiosos, a la difusión de acusaciones anónimas, los bulos y las mentiras. Urge crear un organismo público que vele por la verdad. ¿Y por qué no, directamente, un ministerio? Donde caben 22, también caben 23. ¡El Ministerio de la Verdad!
El ministro de la Verdad velaría por restaurar la presunción de inocencia de los acusados de cualquier delito. Debería velar porque las promesas que hace un candidato en campaña electoral sean de obligado cumplimiento una vez haya ganado las elecciones: el «donde dije digo, digo Diego» fomenta el escepticismo político y desacredita el sistema democrático. La Verdad no puede quedar sin decirse. El ministro de la Verdad debería…
-Para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad –le dijo Cristo a Pilatos.
-¿La verdad?… ¿Qué es la verdad? –respondió Pilatos. Buena pregunta.
Pues si el hijo de Dios no supo o no quiso responder (en los Evangelios no consta que lo hiciera) ya se ve que es un asunto peliagudo éste de la verdad. Para representarla e imponerla se necesitará a alguien de fiabilidad absoluta, de ecuanimidad sin tacha, y además con un conocimiento exhaustivo, refrendado por la experiencia propia, de las flaquezas y maneras de los medios de comunicación de masas. En breve: el ministro de la Verdad tiene que haber sido periodista.
El ideal para el cargo, a mi modesto entender, sería Pedro Cuartango, responsable en su día de doscientos o trescientos editoriales (anónimos, claro) en El Mundo, difundiendo la «teoría de la conspiración», según la cual en los atentados de Atocha que cometieron un puñado de fanáticos islamistas, estuvieron implicados en satánica conjura el PSOE, la Policía Nacional y hasta la Orquesta Mondragón, con Rubalcaba y el enano Popocho como cerebros en la sombra.
A tan gran periodista, a semejante «creativo», no le cuela un bulo ni Elon Musk, de la misma manera que las beatas más santurronas y moralistas son las que antes hicieron «la calle».
Pero Cuartango es más bien conservador, lo que no se compadece con el color del Gobierno actual. Mientras gobiernen las izquierdas, el ministro de la Verdad ideal sería el progresista Idafe Martín, que desde su tribuna en El País y desde X descubría fachas y réprobos, bulos y mentiras a cascoporro, incluso donde no los había. Especialmente donde no los había. ¡Y cómo insultaba! Brrrrrr. ¡Con qué celo y con qué inflamación al servicio del gobierno!
Leo en THE OBJECTIVE que ahora funge como asesor en Moncloa, justo premio a sus felaciones gubernamentales. Hace bien, ya decía Pío Baroja que «vivir fuera del presupuesto del Estado es vivir en el error».
De asesor del Gobierno a ministro propiamente dicho sólo hay un paso. Idafe Martín, ministro de la Verdad. ¿A que suena bien?
Claro que las cosas no siempre salen como uno quiere, y es posible que nunca llegue a ministro. Pero en su corazón, en su corazón chiquitito, ya lo es. ¡Felicidades!


16 Febrero 2025
Idafe o el ardor
El ascenso del periodista Idafe Martín (de la irrelevancia a tener cierta fama; de tener cierta fama a la Meca de los periodistas progubernamentales, que es el Gobierno) es la prueba de que la meritocracia existe. Quien hace muchos méritos, con un poco de suerte, lo logra. Ahora le han dado un carguito de asesor en el gabinete de presidencia de la Moncloa, cuyo sueldo público no ha trascendido. Su misión es aportar su agresividad fanática a la agresividad fanática de la comunicación del Gobierno.
Hasta entonces, Idafe era un sufrido periodista canario afincado en Bruselas que publicaba noticias sobre Europa en el Clarín de Argentina. Escribía luego en Infolibre, El País y hablaba en La Ser. Cuando oí su voz creí que era Latre imitando a Juan Cruz, pero Juan Cruz habla de libros, e Idafe hablaba de pseudoperiodistas, pseudomedios y cucarachas. Criticaba las malas artes de la prensa con la condición de que la prensa fuera de la competencia. Su trabajo consistía en acusar de mentirosos a los que fiscalizan al gobierno y callar si el gobierno fiscalizaba a los demás.
En la orquesta de la opinión sincronizada sonó con la estridencia chirriante de una gaita. Otros como Silvia Intxaurrondo o Pedro Vallín eran más finos, no Idafe. Noticias como las que dieron lugar a los procesos judiciales que tienen al PSOE en los banquillos las llamó basura, desinformación, fango y mierda, y como a sus adjetivos no les daban bastante salida en la prensa diaria, pues se pasa el día tuiteando. Era una máquina de insultar en defensa del buen ambiente. A la abogada que logró la condena de Irene Montero por infamar a un inocente, Guadalupe Sánchez, la llamaba “abogada paperas”, pero siempre en defensa del feminismo.
Era peor cuando escribía en largo, pues lograba ese equilibrio entre pedantería y afectación que llamamos “cursi”. Se tildó a sí mismo de “valiente o insensato” por atacar a quienes no eran su jefe. Dijo también que los periodistas no somos compañeros, y ahora que cobra del Gobierno veo que esto sí era verdad.
Sigue por tanto los pasos de Angélica Rubio y tantos otros periodistas orgánicos que, tras mucho lamer, recibieron su premio: cercanía de primer grado con las faldas que defendieron como chihuahuas. Idafe comprendió que la puerta entre el Partido y la Prensa se puede transitar en dos direcciones, y decidió que la verdad gubernamental se defiende mejor dentro que fuera. Mi enhorabuena, por tanto, por este ascenso merecido.