7 septiembre 1992

El 'showman' pierde el pleito ante la veterana locutora de la COPE

El Gran Wyoming (TELEMADRID) demanda a Encarna Sánchez (COPE) por decir que le habían dado 50 millones los socialistas

Hechos

En septiembre de 1992 se estrenó en TELEMADRID el programa ‘La Noche se mueve’ presentado por Gran Wyoming. El 19.11.2007 el presentador desvelaría el pleito que mantuvo con la locutora de la COPE, Dña. Encarna Sánchez.

Lecturas

Lo que había empezado como un enfrentamiento entre D. José Miguel Monzón Navarro ‘Gran Wyoming’ y el concejal del PP de Madrid D. Ángel Matanzo España por su decisión de cerrar el Teatro el Alfil y por boicotear los espectáculos en bares que no tuvieran licencia para ella derivó en un enfrentamiento mediático entre ‘Gran Wyoming’ y la locura de la COPE Dña. Encarna Sánchez Jiménez.

El 18 de enero de 1993 en el programa ‘La Noche se Mueve’ de Telemadrid el ‘Gran Wyoming’ critica a D. Ángel Matanzo España.

El 19 de enero de 1993 Ángel Matanzo era entrevistado por Encarna Sánchez. Ella comentaba “El Gran Wyoming no es grande, le han dado 50 millones de pesetas sus amiguitos del PSOE”.

El 20 de enero de 1993 en el programa ‘La Noche se Mueve’ de Telemadrid se burlan de Dña. Encarna Sánchez al incluirla en un ranking que medía a las figuras que más insultaban en España.

El 21 de enero de 1993 Dña. Encarna Sánchez considera que el ‘Gran Wyoming’ la ha calificado de impresentable y encarga la sección de investigación que lleva D. Juan Luis López Galiacho [Juan Luis Galiacho] a investigar los negocios del  Sr. Monzón Navarro y su familia, concretamente su padre D. José Monzón Cerced y su hermano D. José Julián Monzón Navarro, asegurando que estás todos en nómina de la Comunidad de Madrid gracias al PSOE.

El Sr. Galiacho desvela que Caja Madrid le dio un crédito de 14 millones de pesetas y la consejería de Hacienda una subvención de 2 millones de pesetas, ambas instituciones controladas por el PSOE de Madrid a D. José Miguel Monzón Navarro (Gran Wyoming),  D. José Julián Monzón Navarro. y D. Julio Alfonso Aguirre para su empresa Almonzón S. A., con esa munición suministrada por el Sr. Galiacho la locutora, Dña. Encarna, realizó férreos alegatos:

“Pero ¿Sabe por qué me insulta usted? [Gran Wyoming] Porque no puede desmentir lo que y dije. Y yo dije lo siguiente: Que tiene usted un bar de copas en el Mercado Puerta de Toledo, cuyo local consiguió usted sin estar en lista de espera, por mediación de sus amiguetes Juan Barranco y Joaquín Leguina. El Bar se lama café del Mercado. ¿Sí o no? No me diga usted impresentable. ¿Por qué no me desmintió usted anoche? Sólo me insulta ¿Verdad? No me puede desmentir. Y sigo. Ese local no tiene licencia de apertura en regla. Que la tiene de forma provisional, que se la dieron sus amiguetes, que por eso está usted ahí”.

“Porque usted está metida en la nómina, como esta mañana me han dicho dos grandes amigos míos de Izquierda Unida: Es que ése sí está en la nómina, Encarna. Tú no estás, pero ese sí está en la nómina. Ese chupa del bote”. Y me lo ha ndicho dos de Izquierda Unida, que es la gente que dirigen, además ese canal [Telemadrid]. Pero que hay gente muy limpia y muy decente en cualquier ideología  Ese local puede ser cerrado por el Ayuntamiento y no se lo han cerrado a usted todavía. Usted está jugando con ventaja y chupando del bote, y yo no. Por esto hablo de esta manera”.

“Y, además, otra cosa: se le gestionó por mediación de la Comunidad de Madrid y del Sr. Leguina. Y se le gestionó también un préstamo blando de cincuenta millones de pesetas, con un interés que no es el que yo pago cuando pido un crédito, sino de la tercera parte. ¿Me lo puede desmentir también?”

“Un hermano suyo, el vocalista del grupo ‘El Combo belga’ que está en plantilla fijo en Telemadrid, también trabaja ahí, y también lo ha enchufado usted. Y también está su padre, que tiene un cargo en Telemadrid. O sea, que usted ha metido a toda su familia. Con usted, con Leguina y con Barranco ya podemos hacer Telemadrid y con los tres que lo dirigen”.

“Que no tenéis alrededor – y se lo digo yo ahora al poder – no tenéis alrededor más que chupópteros, que dice García. Chupones del bote. ¡Anda ya y poneos a trabajar, hombre! Poneros a currar como es debido y no a pedir tantos favores al poder”.

“Bueno, vamos a continuar. No pasa nada, no me enfado, simplemente doy datos y pongo a la gente en su sitio para que sepamos donde estamos cada uno. Se puede juzgar una labor profesional, pero desde un medio público no se puede ofender a una persona. ¿Qué es eso de impresentable? Claro que él está en mayoría: ha metido a toda la familia a nuestra costa, en Telemadrid. ¡Anda que los ha metido en el parque móvil! ¡A todos los ha metido ahí, hasta al padre! ¡Hala, venga! ¡Que para eso estamos con el poder! ¡A chupar de la vaca hasta que esto dure! ¡Vergüenza les tenía que dar! “

¿EL ‘CEREBRO’ DE LOS ATAQUES?

zap_matanzo D. Ángel Matanzo, concejal del Partido Popular en Madrid era quién, según el Gran Wyoming estaba detrás de la campaña contra él. El artista y el concejal mantenían un pleito por el negocio del Café del Mercado de Puerta de Toledo. Según el relato del artista el entregó a la COPE un ‘dossier’ falso lleno de información perjudicial contra él.

19 Noviembre 2007

‘Operación Guateque’: ¿cuando la autoridad está en Babia?

Gran Wyoming

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Como ex socio de un local de hostelería, no puedo sino manifestar mi asombro cuando las autoridades municipales afirman desconocer lo que ocurría en el Ayuntamiento de Madrid al destaparse la operación Guateque.

Esto de la operación Guateque viene de lejos, yo lo sufrí a principios de los noventa. Ha sido denunciado muchas veces y lo grave no sólo es que no se hiciera nada, sino que en algún caso, como el del concejal de Centro, señor Matanzo, su carrera ascendía paralela al número de denuncias. Algunos hosteleros creamos una asociación para defendernos del acoso municipal “discriminado”. Todos los locales de aquella asociación fueron cerrados, uno por uno. Incluso los que nunca habían tenido problemas. Se alegaron todo tipo de triquiñuelas. En el caso del clásico Elígeme, por ejemplo, la excusa fue la anchura de la calle, tema complicado de resolver. Los locales se volvían a abrir una vez traspasados: la anchura de la calle dejaba de ser un inconveniente.

Nosotros vivimos situaciones no de corrupción clandestina, sino propias del Chicago de los años veinte. Todo empezó cuando el gerente del Mercado Puerta de Toledo, donde teníamos el bar, nos dijo estupefacto que el concejal del distrito de Centro, señor Matanzo, me mandaba un mensaje: “Dile al Gullomin ese que le voy a cerrar el bar”. Comenzó un rosario de pleitos, cierres, aperturas, controles de alcoholemia en la puerta, redadas: un acoso municipal en regla para que cerráramos el local… ¿Por qué? El propio concejal tenía negocios de hostelería. Un amigo suyo abrió un bar en el mismo edificio y, mientras a nosotros nos prohibió las actuaciones alegando que aquel inmueble tenía licencia de mercado, él mismo inauguró el otro local donde no sólo había actuaciones, sino que el grupo que tocaba allí era el que antes actuaba en nuestro bar, nuestro grupo: como en Chicago.

El concejal en cuestión aparecía por los bares amenazados borracho, en compañía de policías, en clara actitud provocadora. Yo no podía creer que en un Estado de Derecho este tipo de prácticas se llevaran a cabo con impunidad. Pues sí.

Mientras, nosotros continuábamos defendiéndonos de las denuncias que, con cualquier excusa, nos ponía el Ayuntamiento. Ganamos todos los pleitos. Finalmente, el acoso policial terminó por un hecho fortuito. Un día hubo un despliegue extraordinario de furgonetas de policía que entraron en la Puerta de Toledo, donde estaba ubicado el bar, con gran estrépito de sirenas y luces, como si fueran a detener a un terrorista internacional: venían a tomar nuestro local. Se dio la circunstancia de que ese día el local estaba cerrado por descanso. El ridículo fue tan grande que el jefe de la operación gritó que estaba “hasta los cojones” de aquello y que no volvía más. En efecto, los policías no volvieron.

Las denuncias y cierres continuaron. El local fue perdiendo clientela. Al final, lo traspasamos.

Este señor concejal sólo fue cesado por el entonces alcalde de Madrid, don José María Álvarez del Manzano, porque votó contra los presupuestos que presentó su grupo municipal. Por lo demás, no tuvo el menor problema. Lo cesó, con lágrimas en los ojos, afirmando que era la decisión más dura y triste de toda su carrera política. Entonces fundó un partido con Inestrillas, también de centro.

Con respecto a las denuncias, no hay muchas, lógicamente. Algunas fueron retiradas porque los denunciantes sufrían amenazas y temían por su integridad física. A nosotros, el propio concejal nos dijo en una reunión que él estaba parando a los descargadores del mercado de la Cebada de Madrid, porque querían venir a destrozarnos el local cuando se enteraron de que nos metíamos con él: Chicago.

En mi caso sufrí un acoso despreciable. Este señor se presentó en la COPE con un dossier falso y durante mucho tiempo en esa radio fueron desgranado datos difamatorios, como que mi padre tenía negocios ocultos con Joaquín Leguina y Juan Barranco de los que recibía cientos de millones de pesetas. De mí decían que trabajaba en Telemadrid porque, según habían descubierto, era hijo ilegítimo de Marcos Sanz, a la sazón director de la cadena, que tan sólo me sacaba cinco años. No era suficiente con tener un padre ladrón, tenía dos, el biológico y el adoptivo. Todo valía. Denuncié la difamación de la que era objeto. En el juicio, Encarna Sánchez, la que contaba el culebrón por la radio, alegó que las grabaciones aportadas las había hecho yo con imitadores. Su señoría sentenció que aquello eran críticas a las que cualquier artista está expuesto. Recurrí: hasta hoy. Si lo llego a saber, yo tampoco hubiera denunciado. Me supuso un sin fin de problemas, un importante gasto económico muy lejos de las posibilidades del ciudadano medio y ninguna satisfacción.

 Para terminar, un apunte. Estuve en un cara a cara con este concejal del Partido Popular en un programa de ANTENA 3 TV que dirigía Luis Herrero. Al final del debate, el señor Matanzo sacó un artículo de Moncho Alpuente en el que éste decía que el problema del ayuntamiento se solucionaría si le hicieran un test psicológico al concejal. El señor Matanzo dijo, respondiendo al artículo: “A mí hay que mirarme la cabeza, pero no hay que mirarme el culo”. Con esas palabras terminó el debate y yo pensaba que su carrera política, puesto que estábamos en vísperas de elecciones. Subió muchos puestos en la lista, creo que se presentó como número dos, detrás del candidato a alcalde. Esa era la catadura moral e intelectual del Ayuntamiento de Madrid. ¿Qué más necesitaban saber los cargos del Ayuntamiento? Si quieren más información me tienen a su entera disposición. Sin duda, saldrán todos los denunciantes que necesiten para estar debidamente informados si les garantizan, esta vez, que no corre peligro su integridad física. Así de triste.

Gran Wyoming