8 junio 1995

El Partido Popular entrega a Izquierda Unida la presidencia de la Asamblea de Extremadura, que será ocupada por Teresa Rejas Rodríguez

Hechos

El 8 de junio de 1995 Dña. Teresa Rejas Rodríguez es elegida presidente de la Asamblea de Extremadura.

Lecturas

El 8 de junio de 1995 la diputada de Izquierda Unida Dña. Teresa Rejas Rodríguez es elegida nueva presidenta de la Asamblea con los votos de IU y también del PP. Es la primera consecuencia que padece el PSOE de Extremadura de D. Juan Carlos Rodríguez Ibarra que, en las pasadas elecciones de mayo perdió la mayoría absoluta.

Esta decisión desata una crítica feroz que es respaldada por importantes medios de comunicación nacionales y regionales que reprueban que IU pacte con la derecha. En esta posición se destacan El País a nivel nacional,  El Periódico de Extremadura de D. José Higuero y columnistas como D. Martínez Mediero o D. Ventura Duarte. No así el periódico Hoy (Grupo Correo) que no participa en la campaña, ni su principal periodista Dña. Manuela Martín.

Durante la legislatura el grupo parlamentario de Izquierda Unida explotará por las distintas tendencias.

08 Junio 1995

El PP votará a Izquierda Unida

EL PERIÓDICO de Extremadura (Director: José Higuero Manzano)

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Ya tenemos servida la pinza-II en Extremadura. Los acuerdos PP-IU darán la presidencia de la Asamblea de Extremadura a Izquierda Unida. Los intentos de negociación del PSOE con sus compañeros de la izquierda, las reunones mantenidas y los escritos cruzados entre ambos partidos no han fructificado. El pacto cantado, la misma noche de las elecciones, por el Partido Popular y la Coalición de Izquierda Unida se ha confirmado y los 27 diputados populares votarán con los 6 de IU a la diputada cacereña Teresa Rejas para presidir el parlamento regional. Sólo falta celebrar la sesión plenaria que dé confirmación legal a los acuerdos.

08 Junio 1995

El tajo

Ricardo Sosa Castaño

Coordinador de Izquierda Unida en Extremadura

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Considero imprescindible empezar este artículo-respuesta haciendo algunas precisiones sencillas sobre el significado de nuestras instituciones democráticas. Se están imponiendo insensiblemente ocncepciones ‘americanizadas’ de la democracia que, al parecer, som compartidas por el secretario general del PSOE en Extremadura y que a mí me parecen erróneas y muy peligrosas.

En las elecciones autonómicas no se elige a la Junta de Extremadura, sino a la Asamblea de Extremadura. En las elecciones locales no se elige al alcalde, sino al ayuntamiento, al conjunto de concejales. La pretensión de una persona democrática al participar en el proceso electoral es la de que las diferentes opciones sociopolíticas estén reflejadas en las institucionales (Asamblea o ayuntamiento) de acuerdo con su presencia en la sociedad. Es decir, apoyar a quienes más se aproximan a nuestras posiciones personales y/o nos merecen mayor confianza. No estamos ni en una democracia presidencialista, ni en un sistema mayoritario, ni bipartidista. En este contexto, todas las consideraciones acerca perder o ganar, de Aznar contra González o Barrero contra Ibarra, muy fomentadas, eso sí, por los meios de comunicación, reflejan unos determinados valores y son, a mi juicio, pobres y empobrecedores del sistema democrático.

(…)

¿Por qué necesita el Sr. Rodríguez Ibarra una mayoría absoluta, conseguida en solitario o mediante pactos? Para legislar desde el Ejecutivo y evitar que ningún contrapoder existe que controle y limite. Es decir, necesita una mayoría absoluta para poder tener un poder absoluto. ¿Por qué cree el Sr. Rodríguez Ibarra que gobernar en una situación de minoría mayoritaria es peor para el pueblo extremeño? ¿Porque va a tener que negociar cada medida con unos cafres que van a anteponer su sectarismo antisocialista a los intereses de la mayoría del pueblo extremeño o porque va a tener que negociar cada medida con el PP o con un grupo coherente y riguroso que no va a transigir con aquello que juzgue contrario a los intereses de Extremadura? Nos ofrece un pacto global porque desconfía de IU-LV, porque necesita neutralizarnos con ofertas de altos sueldos y coches oficiales, no porque confíe en nuestro sentido de la responsabilidad ni en nuestra coherencia para proponer o apoyar políticas democtratizadoras  y favorables a la mayoría del pueblo extremeño.

Si no cuela, tener la oportunidad y la excusa de seguir lanzando contra IU-LV las acusaciones de favorecer a la derecha de impedir la unidad de la izquierda, de sectarismo antisocialista….

¿Cabe la posibilidad de que estos análisis sean erróneos y, de verdad, el PSOE en Extremadura haya dado un tajo (corte) radical en su política y en sus actitudes? De acuerdo con los datos que la realidad nos ofrece, parece que no. Pero, en cualquier caso, es sencillísimo sacarnos de nuestro error. Basta con comenzar a reflejar este giro en el tajo (trabajo cotidiano). Vamos a ver si podemos ponernos  de acuerdo en cómo revitalizar y democratizar la Asamblea de Extremadura, para que juegue el papel que le corresponde y que la nueva situación, sin mayorías absolutas, hace más posible. Vamos a ver si nos ponemos de acuerdo en unos presupuestos progresistas para Extremadura, o en una política de vivienda, o de defensa del ferrocarril, o de salvación de la agricultura, o de pleno empleo, o de regeneración éica de la política. Ofrecer un proceso de este tipo, que pudiera crear condiciones distitnas, es, a nuestro juicio, el único camino viable, realista y razonable para un acercamiento que en los momentos actuales no existe. Las descalificaciones, la utilización manipuladora de la oferta de pacto global, los desplantes, etcétera, no harán sino conformar a nuestros ojos y a los del pueblo extremeño la justicia de nuestros recelos.

09 Junio 1995

Del tajo al atajo

Ventura Duarte

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Ayer Ricardo Sosa, escribía un artículo titulado ‘El Tajo’ en el que, con pericia de sofista, trata de dar coherencia argumental a la proximidad de IU con el PP y justificar su lejanía con el PSOE en base a errores de éstos y nunca a predisposiciones suyas.

Susodicho artículo, bajo esa carcasa pedagógica-explicativa, esconde un deseo exculpatorio, ya que la justificación de sus posiciones se hace por contraste con la del PSOE y no partiendo de los frutos del discurso propio. Después de hacer cánticos laudatorios a la coherencia y compromiso con sus electores, Ricardo Sosa, en un juicio de valor un tanto infantil atribuye perversiones a la necesaria mayoría reclamada por Ibarra. Los parlamentarios de IU, tan puros y castos, ahora resulta que perderían, no sólo la virginidad, sino la capacidad de reacción, en el caso hipotético de que el PSOE fallase en los compromisos, contraídos con IU. O sea, según el sofisma de Sosa, los parlamentarios de IU, toda vez que acuerden poco o mucho sobre la gobernabilidad de Extremadura con el PSOE, no podrían decir «hasta aquí hemos llegado» y votar lo que según su recto entender procediese.

Sosa vuelve a la carga con ese viejo latiguillo de denostar al PSOE en su conjunto como si los socialitas fuesen colónicos de sus representantes más mentados. Otra falacia interesada y perversa que viene a crucificar a inocentes con la arrogancia de los que hablan ex cátedra. Porque esa es otra, parece ser que la coalición que coordina Sosa, con el permiso de Manolo Cañada, es la legítima para repartir venias de izquierdista, amén de regenerar los cuerpos corrompidos con sus facultades milagreras.

Lo más gracioso de este refrito con pretensiones es el sabor final. Despiés del consabido ‘no me fio del PSOE porque es prepotente, de derechas y corrupto», le imputa descalificaciones y desplantes que justifican sus recelos. Ricardito, hijo ¿qué quieres que te digan los receptores de tus coces indiscriminadas? Anda, Ricardito, déjate de tajos y santajos y di de una puñetera vez que Anguita esde su alminar os obliga al atajo del sorpasso aunque conlleve una gresca en la izquierda y la consolidación de los conservadores.

Recuérdote, Ricardito, el soneto que te dedigó Delgado Valhondo y que titulaba «Me están llamando desde África» y donde ayer es hoy, todo es ida y tiempo igual, distinto, fiel, incierto, misterioso poema de mi vida.

Pues eso, tío.