12 junio 1995

Medios gubernamentales aseguran que la filtración está dentro de una conspiración para hundir al Gobierno de Felipe González

Estalla el escándalo del CESID: EL MUNDO desvela que el Gobierno consintió espionaje a políticos, empresarios y periodistas

Hechos

El 12.06.1995 el diario EL MUNDO desveló que los servicios secretos (CESID) habían estado espiando a empresarios, políticos, periodistas y al propio jefe del Estado.

Lecturas

El 12 de junio de 1995 el periódico El Mundo desvela que el servicio secreto español, el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) que dirige el general D. Emilio Alonso Manglano, dependiente del ministerio de Defensa lleva diez años espiando y grabando conversaciones de políticos, empresarios y periodistas a través de la Agrupación Operativa del coronel D. Juan Alberto Perote Pellón. El Mundo aporta documentación que prueba que los espionajes se habrían producido entre 1982 y 1991, siendo ministro de Defensa D. Narcís Serra Serra, actualmente vicepresidente del Gobierno.

Ante el escándalo D. Emilio Alonso Manglano presenta la dimisión como máximo responsable del CESID, cargo que ocupaba desde la potenciación del Centro en mayo de 1981. Le reemplaza el general D. Félix Miranda, que ocupará el cargo hasta mayo de 1996.

La crisis del CESID evolucionaría en una crisis de Gobierno con las caídas de los Sres. Narcís Serra y García Vargas.

El juicio por las escuchas ilegales se celebraría en el año 1999. 

12 Junio 1995

El CESID lleva más de diez años espiando y grabando a políticos, empresarios y periodistas

Antonio Rubio & Manuel Cerdán

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Suárez, Anson, Pedro J. Ramírez y Miralles, objetivos del CESID

UN «GABINETE DE ESCUCHAS». Durante los últimos diez años, el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), que dirige el teniente general Emilio Alonso Manglano, ha estado grabando y espiando conversaciones telefónicas de políticos, empresarios, jueces, periodistas e incluso miembros del Gobierno. Las grabaciones se han venido haciendo por medio de las frecuencias de los teléfonos móviles e inalámbricos. La función principal que ha desarrollado este «Gabinete de Escuchas» ha sido la de grabar a todas las personas, nacionales y extranjeras, que tengan información relevante que pueda ser de interés para el CESID y para el Gobierno. Entre los que se han visto sometidos a esta práctica hay ministros del Gobierno, políticos y periodistas «conflictivos». Las grabaciones se han estado efectuando durante las 24 horas del día y no se han descartado las conversaciones privadas.

MADRID El Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), que dirige el teniente general Emilio Alonso Manglano, ha estado grabando y espiando conversaciones telefónicas de políticos, empresarios, jueces, periodistas e incluso miembros del Gobierno durante los últimos diez años.

Las grabaciones-intervenciones se han venido haciendo por medio de las frecuencias de los teléfonos móviles e inalámbricos. Esta iniciativa se puso en marcha cuando Narcís Serra ocupaba la cartera de Defensa y se mantuvo después, al ser nombrado vicepresidente del Gobierno, y García Vargas recogió el testigo en el Ministerio.

El trabajo de escuchas y grabaciones de conversaciones privadas y oficiales comenzó a mediados de 1984.

En esa fecha se creó un gabinete especial y se adquirió un potentísimo «scanner» y un receptor panorámico. Este departamento fue bautizado en el CESID con el nombre de «División Técnica» o «Gabinete de Escuchas».

La función principal que ha desarrollado la «División Técnica» durante los últimos años ha sido la de escuchar y grabar a todas las personas, nacionales y extranjeras, que tenían información relevante y que podría ser de interés para el CESID y para el Gobierno.

Dentro de estos parámetros entraban políticos, empresarios, jueces y periodistas, sin distinción de ideología o partido. Las grabaciones se han estado efectuando durante las 24 horas del día y no se descartaban las conversaciones de índole privada. Entre los personajes que se vieron sometidos a esta práctica había ministros del Gobierno, políticos de la oposición y periodistas «conflictivos».

En un primer momento la «División Técnica» estuvo dirigida por el comandante José Manuel Navarro Benavente y disponía de un sofisticado equipo técnico con capacidad para controlar, seguir y grabar 285 frecuencias. Dentro de éstas se encontraban las de los télefonos móviles y los teléfonos domesticos inalámbricos.

Dentro del sistema de trabajo de la «División Técnica», según el documento secreto que sirvió de base para su creación, destacan dos apartados: «Explotación de lo escuchado» y «La organización». En el primero se detalla que «una vez grabado algo en la cinta grande UHER (como se conoce técnicamente este sistema), y considerado en una primera estimación como de interés, se pasará a «cassette» para que pueda ser escuchado y evaluado por quien corresponda, sacar más copias si procede, traducirlo si ha lugar….etc». Del segundo apartado, «Organización», se desprende que el CESID está en posesión de una «cintateca» o almacen de cintas donde guardan las conversaciones de todas las personas que han sido escuchadas y grabadas.

EL MUNDO ha podido verificar que desde que Narcís Serra autorizó la creación del «Gabinete de Escuchas» se han ido guardando y clasificando todas ellas. Tanto las de aspectos políticos, como profesionales. Esta «cintateca» se encuentra ubicada en el edificio central del CESID.

El «Gabinete de Escuchas» siempre ha dependido orgánicamente del director general, Emilio Alonso Manglano, pero al frente de él estaba el comandante Navarro Benavente, que fue relevado en 1993 por el coronel de ingenieros, Enrique Conde.

Los funcionarios del CESID encargados de las escuchas y grabaciones eran seis. Cinco «Slaves» (esclavos), que estaban bajo las órdenes del comandante Navarro Benavente, que también hacía la función de «Master» (jefe).

Hasta 1987 la ubicación de los «escuchas» del CESID estaba en la calle Cardenal Herrera Oria de Madrid, pero en 1988, y debido a que los primeros equipos se habían quedados obsoletos, se decidió cambiar la central de grabaciones y llevarla junto al director general.

UN EQUIPO DE 200 MILLONES.- La inversión del Ministerio de Defensa en la adquisición del nuevo equipo fue de más de 200 millones de pesetas y el «scanner» elegido fue de la marca Thomson, francesa. Con el nuevo material, las posibilidades de grabación se triplicaron y el dispositivo de escuchas se hizo operativo durante las 24 horas del día.

Los componentes del «Gabinete de Escuchas» debían tener unas cualidades determinadas que son resumidas en uno de los documentos internos a los que ha tenido acceso este diario: «el escucha del equipo Slave deberá ser meticuloso, ordenado, paciente, antirutinario, y con un mínimo de conocimientos que le permitan discernir la posible importancia de un diálogo, no sólo por su contenido, sino también por la personalidad de los dialogantes».

Junto a cómo tiene que ser el perfil del «Slave», los directivos del CESID recuerdan el marco al que tienen que suscribirse las escuchas y grabaciones: «Abarcando este espectro humano el mundo de las altas finanzas, de la banca, de la política, cuerpo diplomático, ministerios, escoltas, empresas de seguridad, prensa, técnicos de telefónica, etc». Como buenos espías no olvidan que todas las personas que se mueven alrededor del objetivo principal también deben ser objeto de control.

Una de las notas internas de la «División Técnica» o «Gabinete de Escuchas», fechada el 8 de abril de 1988, recoge perfectamente la filosofía impartida por los jefes del CESID. En ella se informa: «asunto: grabación telefónica», sobre una conversación de Francisco Fernández Ordóñez, entonces ministro de Asuntos Exteriores: «Se remite cinta con grabación telefónica de un diálogo entre el ministro Ordóñez y el señor Dezcaller». Sin duda, deben referirse a Jorge Dezcallar, que en aquella época ocupaba el cargo de director general de política para Africa y Oriente Medio y en la actualidad el de política Exterior.

Más adelante se detalla el motivo de la conversación entre el ministro y el diplómatico y se dice que «comentan temas relacionados con Swapo-OLP-e Israel, algunos de ellos pueden considerarse reservados». La nota está firmada por el jefe de la «División Técnica» y va dirigida al Director.

Esta no es la única escucha-grabación que el CESID llevó a cabo sobre el mundo de la diplomacia española. El 31 de enero de 1985, según se recoge en un parte interno de «La Casa», los escuchas de Manglano captaron una conversación entre el ministro de Justicia (Fernando Ledesma) y el de Asuntos Exteriores (Fernando Morán). La conversación se produjo a las 18,30 horas y trataba de «expedientar al diplomático Vicente Blanco Gaspar por haber cambiado el texto de un tratado de extradicción (sic) con el Reino Unido. Se le calificó de elemento perturbador». Manglano recibió en su despacho la «nota de trámite interno» desde la jefatura de la «Agrupación Operativa».

EL MUNDO dispone de numerosas notas como ésta que demuestran que las grabaciones eran habituales y afectaban a muy diversas personalidades. En concreto fueron cuatro los ministros socialistas que durante aquella época fueron grabados: Fernández Ordoñez, Fernando Ledesma, Fernando Morán y Enrique Múgica. Otro ejemplo de la estructura y tono de esas «notas» del «Gabinete de Escuchas» del CESID es una que se refiere a la grabación realizada a dos empresarios que hablan sobre cómo influir sobre Eduardo Serra, secretario de Estado de Defensa. La conversación, según se desprende de una «nota de trámite interno», fue «captada el 27-11-84 a las 13,00 horas y tiene lugar entre un tal José María Lucia y Federico Sotomayor, que hablan sobre motores de carros».

En referencia a Sotomayor se indica que «este último comentaba su intención de influir en Eduardo Serra, para sustituir los motores General Motors por los alemanes MWM». También especifican quiénes son cada uno de los interlocutores: «Posiblemente se trate de José María Lucia, ex presidente de Altos Hornos del Mediterraneo, y el otro, de Federico Sotomayor Gippini, presidente de Autocamiones SA».

En la propuesta de creación del «Gabinete de Escuchas», de 1984, se recuerda que «un aspecto importante de toda comunicación es su inmediatez, la rapidez que junto con la comodidad hacen que se sacrifique -consciente o inconscientemete- la garantía de la intimidad». Y además subrayan que «estas exigencias humanas convierten lo privado en público».

LOS ARABES Y LA INTERPOL.- Y efectivamente, lo privado y particular se convertía en público y notorio cuando dos interlocutores caían en las redes de escuchas del CESID. En una «nota interior» del departamento de escuchas del 12 de noviembre de 1987, se comenta la conversación mantenida entre un inspector de policía, Ramón Lillo, y un arabe. «Se ha captado una conversación telefónica entre Joseph (posiblemente Joseph Haidamous, representante de los hermanos Al-Khassar (sic) y Lillo (posible Ramón Rufino Lillo Lozano, inspector de Policía)».

Como es habitual en cada una de las notas, después de identificar a los personajes, se aclara el tema tratado: «Joseph comenta que la Interpol ha cogido a un judío, de Marbella, que se llama Albert». Profundizan aún más y explican que «también refiere que conoce muy bien al padre de la niña secuestrada en Marbella (en aquella época fue secuestrada Melodie Nakachian), del que dice que es un gánster con negocios de juegos, armas, etc, y que está relacionado con saudíes y japoneses». Joseph también le hace ver al inpector Lillo que «está convencido que el padre sabe quiénes son los secuestradores y que es un ajuste de cuentas». La «nota interior» acaba diciendo que «ambos individuos aparecen relacionados en la operación Palestra-Tierra-Casas». Estas claves correspondían a «Palestina-Terrorismo-Al-Kassar».

Las pruebas que EL MUNDO tiene en su poder demuestran que los hombres de Manglano no perdieron el tiempo y «captaron» todo lo que tenían a su alcance.

Todas las operaciones de escuchas corrían a cargo del «Gabinete Técnico», que dentro de la escructura del CESID dependía de «KA» (Agrupación Operativa). Este departamento, según uno de los documentos internos que está en poder de EL MUNDO, reconoce que «toda operación ejecutada por «KA» requiere la autorización expresa del director del Centro». Esto significa que Emilio Alonso Manglano estaba al tanto de cada una de las escuchas y grabaciones a las que eran sometidas todas las personalidades de la vida pública, política y empresarial de nuestro país.

Pero Manglano no sólo daba su aprobación a las escuchas, sino que tenía al tanto del contenido de las cintas al vicepresidente, Narcís Serra. Hay que recordar que el «Gabinete de Escuchas» del CESID se crea en 1984, cuando Narcís Serra era ministro de Defensa.

La relación y entendimiento entre Manglano y Serra es total. El vicepresidente ha llegado a decir del militar que «es la cabeza más importante que jamás me he encontrado» y ha apostillado que «no me ha fallado nunca».

Serra tampoco le ha fallado a Manglano. Cuando en 1987 el Consejo Superior del Ejército se opuso al ascenso de Manglano a teniente general, el vicepresidente no atendió las recomendaciones del alto Consejo. Quien sí escuchó las sugerencias de Serra fue el presidente Felipe González, que modificó la Ley para que Manglano, cuando cumplió los 64 años y tenía que pasar a la reserva, pudiera seguir al frente del CESID en calidad de personal civil.

Las últimas actuaciones del CESID han sido criticadas desde diferentes estamentos, pero el mayor reproche que se le ha hecho a Manglano fue desde dentro de su «Casa». La revista Epoca publicó en marzo pasado un reportaje sobre el teniente general y recogió unas declaraciones de un oficial del CESID que afirmó que «el mayor reproche que se le puede hacer al director es su total entrega a los intereses del Gobierno, en lugar de haberse puesto al servicio del Estado».

Durante el tiempo que Alfonso Guerra fue vicepresidente del Gobierno, siempre defendió que el CESID debía estar adscrito a su cartera, pero Narcís Serra convenció a González para que eso no fuera así y Manglano y sus servicios dependieran directamente de Defensa. Ahora es el actual ministro de Defensa, García Vargas, quien se queja de no saber nada lo que ocurre con el CESID y de ser «puenteado» por el vicepresidente Narcís Serra.

El «informe Crillon» es un claro ejemplo del «puenteo» a que es sometido García Vargas por Manglano y Serra. El Ministerio de Defensa sufragó los 100 millones de pesetas que costó el dossier sobre Mario Conde y el titular de esa cartera nunca tuvo conocimiento del empleo que se le estaba dando al dinero de «sus fondos reservados».

Pero no hay que olvidar que antes de que los socialistas llegaran al poder, en 1982, el teniente general Emilio Alonso Manglano ya dirigía el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID). Su nombramiento se realizó a instancias del entonces ministro de Defensa, Alberto Oliart, y con el beneplácito del presidente Leopoldo Calvo Sotelo. La fidelidad de Manglano hacia los que le nombraron duró poco.

Manglano siempre ha mantenido que la función del CESID no consiste en espiar a los personajes públicos y mucho menos a los periodistas, como se le ha acusado en varias ocasiones. La última vez que negó la evidencia fue el pasado 4 de junio, cuando con ocasión del desfile del «Día de las Fuerzas Armadas» afirmó ante un grupo de informadores que «el CESID nunca ha espiado a periodistas».

El director de «La Casa» no sabía que EL MUNDO tiene en su poder toda una serie de notas internas en la que se refleja que periodistas como Pedro J. Ramírez y Melchor Miralles fueron seguidos, controlados, escuchados y grabados desde 1986. Junto a estos dos compañeros también aparecen otros profesionales de la información que siguieron la misma suerte.

En la actualidad, el Centro Superior de Información de la Defensa es el servicio más importante y mejor dotado de todos los que existen en España. «La Casa», como es conocido el CESID en los ambientes policiales y de información, tiene en nómina a unos 3.000 agentes con un presupuesto anual de unos 15.000 millones de pesetas.

partir de 1987, época en que los teléfonos móviles comienzan a proliferar entre políticos y empresarios, el «Gabinete de Escuchas» del CESID hizo un balance de sus trabajos y «asuntos grabados» y reflejó que «la telefonía móvil había tenido un aumento sensible en el número de canales habilitados, que alcanzaban la cifra de ochenta y cinco (85) a finales de 1987». Entre los temas de interés, se detallan 24 enunciandos correspondientes a otras tantas «notas emitidas».

En las «notas emitidas» o escuchas realizadas, destacan los temas relacionados con operaciones empresariales, políticas, judiciales, Prensa e internacional. Las más relevantes son: «Opa-Banesto, ministro de Asuntos Exteriores, Marconi, ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez, Explosivos Río Tinto-Kio, Lillo-Joseph (Palestra), GAL (P. J. Ramírez-Melchor Miralles), E. Mújica (sic), Temas judiciales (Cobos-Hermida), Santa Bárbara, Alkantara, Robo de oro (Mounir), Selenia, Standar, Ericsson, Compañía Telefónica, Fecsa, Crisis política en Portugal, ETA, Escoltas venezolanos, Embajador de Cuba, Libia».

Los casos rotulados como Opa-Banesto, Explosivos Río Tinto-Kio, Compañía Telefónica, Ericsson, Temas judiciales (Cobos-Hermida) y Embajador de Cuba tuvieron un trato especial, por lo que aparecen marcados en el documento interno con los epígrafes (2) y (6). Según expertos del CESID consultados por EL MUNDO, este número corresponde a la cifra de cintas grabadas.

De estas «notas internas» se desprende que el CESID tenía especial predilección por el ex presidente Suárez, era la segunda vez que lo grababan. La primera fue en 1978, con ocasión de una visita de Suárez a las dependencias de «La Casa» en la calle Cardenal Herrera Oria en Madrid. En la segunda fue por medio de la telefonía móvil, en 1987.

Los periodistas también son piezas codiciadas por los «Slaves» de Manglano. La anotación «GAL (P. J. Ramírez, Melchor Miralles)» corresponde en el tiempo con el descubrimiento por parte de Miralles y Ricardo Arques, cuando estaban en Diario 16, de un zulo en Francia donde encontraron importante documentación sobre los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).

Dentro del balance del CESID del año 1987 se dan una serie de recomendaciones a los encargados de las grabaciones, como que «se irá abandonando su escucha a medida que se compruebe que sus abonados no son de interés». También se recuerda que «han merecido la atención de 112 frecuencias», lo que demuestra que fueron muchas más las personas controladas y grabadas.

En una «nota interior», de finales de 1985, ya se confirma que efectivamente fueron muchas más las personalidades «escuchadas». El informe recuerda que «a raíz de la adquisición, en el mes de noviembre, del receptor ESM-500, se han intensificado las escuchas radioeléctricas, sistematizándose la confección y envío de notas».

El total de «notas informativas» asciende a 22 y todas ellas son de gran interés. La lista comienza con «DG, varias notas; IE-1, Nigeria; IE-4, Presidente Stromberg; Asunto Panamá; Café; Elecciones en Nicaragua; CI-1, Cónsul Beirut; Operación Palestra- Tierra -Casas; CI-3, Antena embajador ruso; Despachos rusos; CI-4, Empresas cubanas, embajador de Cuba; DI-3, Luis María Anson; Pardo de Santallana; Comentarios sobre la JUJEM; Esposa del embajador de USA; DET, Antena embajador ruso; Presidente Banca Suiza; Empresa nigeriana; Kasogui (sic); Carros» y termina con «Garantías bancarias».

Los espías del CESID no se recataban a la hora de escuchar y grabar y llegaron a interceptar las frecuencias de la propia Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM). También merecieron especial atención Luis María Anson, director del diario ABC, y el embajador ruso en Madrid, que en aquella época era Yuri Dubinin.

Después de que los «slaves» llevaran a cabo las grabaciones-escuchas, los duplicados de las cintas o las notas de su contenido eran transferidas a diversos departamentos del propio CESID para su investigación definitiva. De ahí que junto a cada tema se incluya una clave, que es la que determina el gabinete que la tiene, y un número, que marca cuántas cintas son. EL MUNDO, con la ayuda de fuentes del propio CESID, ha podido descifrar cada una de las claves. DG significa dirección general; IE, División Externa; CI, Contrainteligencia; DI, División Interna y DET, División de Economía y Tecnología.

Los «buscas personales o «mensáfonos» también son objetivos prioritarios de la «División Técnica» del Centro Superior de Información de la Defensa. En sus informes hacen referencia a que «con unos 30 canales (siempre a determinar), dan datos concretos como números de teléfonos, domicilios, lugares de trabajo, nombres, contraseñas, etc».

Las frecuencias utilizadas por los escoltas de las autoridades y hombres públicos son otro de los campos intervenidos. En 1984 tenían controlados «19 canales del servicio mensafónico, 14 de la Policía, 41 de abonados a teléfonos móviles, 100 de radioteléfonos privados de coches y otros canales sin determinar».

En la memoria de creación del departamento se realizaba un análisis de las posibilidades de captación de frecuencias y se decía que «si añadimos los canales de las Fuerzas de Seguridad del Estado y todo el tráfico de radio-aficionados, empresas de toda índole y otros, tenemos una información en cantidad abrumadora que está ahí para el que quiera captar».

 

12 Junio 1995

Serra y Manglano: explicación o dimisión

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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LO que hoy desvela EL MUNDO es de una gravedad enorme: el CESID lleva diez años interceptando y grabando, a diario y en masa, sistemáticamente, las conversaciones privadas que políticos, empresarios, jueces, periodistas, familiares y personas de su entorno mantienen a través de teléfonos móviles e inalámbricos. Un amplio equipo de agentes, bajo la dirección de Emilio Alonso Manglano, se ha dedicado a esta labor de espionaje indiscriminado -y sigue haciéndolo- las 24 horas del día con ayuda de un muy perfeccionado y potente equipo de antenas receptoras, barredores de frecuencia y magnetófonos, instalados en dependencias de la sede central del Centro de Estudios Superiores de la Defensa, en Madrid. Según relatamos, el espionaje ha servido para recabar información sobre hechos de naturaleza tanto política como estrictamente privada, que los servicios del CESID depuran, catalogan y transmiten a sus superiores. O sea, a Manglano. O sea, a Narcís Serra.

No parece necesario ponderar la gravedad del hecho. Se califica solo. Sí vale la pena subrayar, a cambio, las claras responsabilidades que de él se deducen. Responsabilidades que pueden ser penales -la grabación y utilización de señales radiotelefónicas es delito desde hace unos meses-, pero que en todo caso son obvias en el plano político. La de Manglano, para empezar y sin ir más lejos, por haber mentido cuando todavía el pasado fin de semana afirmaba que el CESID no ha realizado grabaciones ilegales. Sabíamos que mentía: lo de La Vanguardia, lo de Adolfo Suárez, lo de EL MUNDO y lo del informe Crillon estaba a la vista para ponerlo en evidencia. Lo que no imaginábamos es que mintiera hasta tal punto.

Pero por encima del teniente general Manglano está su jefe, Narcís Serra. Fue con Serra como ministro de Defensa cuando el CESID puso en marcha ese siniestro servicio. Fue Serra quien se llevó a la Vicepresidencia el control del CESID y sus actividades. Y es a Serra -¿a quién, si no?- a quien el responsable de este supermercado del cotilleo da cuenta de la información confidencial que obtiene. A ese Serra que vicepreside un Gobierno que ha tenido el desparpajo de promover y hacer aprobar, apenas hace unas semanas, una ley destinada a penalizar precisamente eso que él no para de hacer. A ese Gobierno que monta la escandalera cuando los escuchados son Txiki Benegas o José Maria Cullell y se olvida con total cinismo de que sus agentes se pasan el día haciendo lo propio con media España.

Narcís Serra tiene que acudir de inmediato al Parlamento a explicar qué es todo este alucinante montaje. Si es que puede tener alguna explicación para semejante disparate. Y si no tiene ninguna -es decir, ninguna que no sea bochornosa-, lo que debe hacer es dimitir y retirarse de la política junto con su fiel Manglano.

13 Junio 1995

El CESID grabó y archivó en su «cintateca» conversaciones del Rey y de sus amigos

Antonio Rubio & Manuel Cerdán

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El 4 de octubre del 90 se grabó una conversación de don Juan Carlos, a través de la frecuencia 900, que fue entregada en mano al director de operaciones del CESID y de la que se conserva una copia con el número 38 y bajo el nombre «S.M.»

También se guardan más de una docena de conversaciones grabadas a personas del entorno del jefe del Estado, como el príncipe Zourab Tchokotoua («Zu» para el CESID), el embajador Prado y Colón de Carvajal o el argentino Carlos Perdomo

El estadillo de la «cintateca» incluye numerosas referencias a la vida privada de personajes públicos: se alude a un ministro «con su amiga», «un empresario italiano con su ligue masculino» o a las relaciones entre Ramón Mendoza y Nati Abascal

Con el número 86 aparece archivada la cinta grabada a Adolfo Suárez y a Gutiérrez Mellado, durante su visita al CESID, y cuya existencia negó expresamente el teniente general Alonso Manglano el pasado 27 de febrero

El Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) espió y grabó al rey Juan Carlos y a todo su círculo de amistades y archivó las conversaciones en un departamento del propio Centro conocido como «cintateca». Este periódico ha tenido acceso a uno de los estadillos en el que se hace referencia a aspectos relacionados con la vida privada de diversos hombres públicos.

En el estadillo o listado al que ha tenido acceso EL MUNDO aparece una grabación realizada directamente al rey Juan Carlos, el 4 de octubre de 1990, cuando hablaba desde un teléfono móvil. La frecuencia que se utilizó para intervenir sus llamadas fue la 900. La cinta del Rey figura en el listado de la «cintateca» dentro del apartado «Operación», con el número «38» y las iniciales «S.M.», que corresponden a «Su Majestad».

Dentro del apartado «Copia» del listado de la «cintateca» se aclara que «Sí» hay y que el mismo día de la grabación, el 4 de octubre de 1990, fue entregada «en mano a A.K.». Esta clave interna del CESID, según ha podido saber este diario, corresponde al jefe de la «Agrupación Operativa», tal como reveló ayer EL MUNDO. Toda operación ejecutada por KA requería la autorización del director del Centro, Emilio Alonso Manglano.

Las iniciales «SM» también figuran en una anotación sobre una conversación mantenida en 1985 por Vicente Zabala, crítico taurino del diario ABC. En el estadillo está registrada con el número «53».

En el apartado «Asunto» de la conversación de Zabala, que fue captada a través de un móvil por medio de la frecuencia 900, se hace referencia a «SM», a Juan Alfonso, a Adolfo Suárez, ex presidente del Gobierno, y a Campany, que podría ser Jaime Capmany, director de la revista Epoca.

El estadillo de la «cintateca» que está dividio en diez apartados, aclar que no se hizo copia de la grabación y que «No» hubo fecha de salida de «La Casa». También se desprende que el rey Juan Carlos no fue el único miembro de la familia real que fue objeto de control y grabación por parte de los hombres de Alonso Manglano.

EL NUMERO «69».- En «enero del 85», como fecha de grabación, aparece con el número «69» una intervención realizada a través de la «frecuencia 450», que en el capítulo «Operación o Personaje» sólo concreta «Varios». Más adelante, en «Asuntos», incluye la siguiente relación: «Don Juan-Estoril, Zulueta de Miguel, Cebrián-SER, Pimentel». EL MUNDO no ha podido averiguar si se trata de personas mencionadas en conversaciones de terceros o, como parece más probable, se trata de conversaciones entre los mencionados. Al estar incluidos en un mismo soporte lo han clasificado como «varios» en ese apartado.

Junto a las grabaciones efectuadas al Rey y, supuestamente su padre, Don Juan de Borbón, también figuran las realizadas a una serie de personas que tienen y tenían vinculos de amistad con Don Juan Carlos. Destaca, entre todas ellas, la número «57», que recopila cuatro conversaciones, entre los meses de febrero y junio de 1986, de un personaje cuya clave interna es «ZU» y que está marcada con un asterisco cuya forma imita a una estrella de seis puntas.

EL MUNDO ha podido confirmar con fuentes internas del CESID que la clave «ZU» corresponde al príncipe Zourab de Tchokotoua, amigo del Rey desd su época de estudiante en Suiza y asiduo acompañante de la familia Real cuando ésta se desplaza a Mallorca para pasar su temporada estival. Tchokotoua es conocido en los ambientes mallorquines por el diminutivo de «Su» o «Zu». En el CESID adoptaron la clave «ZU».

El asterisco que aparece en el listado de la «cintateca» del CESID entre el número «57» y la palabra «ZU» indica que la grabación fue entregada en mano por el jefe del «Gabinete de Escuchas» al director general del Centro, Alonso Manglano. En el capítulo «Asunto» se indica «Richard-Yate Fortuna», lo que significa que en el transcurso de la conversación apareció el nombre de Richard, que sin duda corresponde a Richard Cross, capitán del yate del Rey.

No es esta la única vez que el CESID grabó a Zourab Tchokotoua. En el listado de la «cintateca» aparecen un total de 13 intervenciones al principe georgiano, y la mayoría de ellas con amigos del Rey y por medio de un teléfono móvil. Otro de los amigos del rey Juan Carlos que fue sometido a escuchas fue Manuel Prado y Colón de Carvajal. Las intervenciones tuvieron lugar en 1986 y 1988, y en el listado figuran con los números «45» y «63». Incluso, hay una referencia a la vida privada de Manuel de Prado cuando anotan «Prado-Celia», que corresponde al nombre de su actual esposa, o a aspectos íntimos de Tchokotoua con el dato «ZU-ligue Maribel».

CARLOS PERDOMO.- El control de los amigos del Rey por parte del CESID no se limitó a Chokotoua y a Prado y Colón de Carvajal. También llegó hasta Carlos Perdomo, un empresario argentino que tiene negocios con Prado y Colón de Carvajal y Tchokotoua, que durante un tiempo cultivó la amistad de don Juan Carlos.

Uno de los aspectos más significativos de las anotaciones son las referencias a aspectos de la vida privada e, incluso, sexual de diversos personajes públicos. Así como las referencias «ligue Maribel» o «Prado-Celia», referidos a amigos del Rey, se habla también de otros casos de ligues y amigas. En una cinta se especifica que contiene la conversación de un empresario italiano y un «ligue masculino».

Alonso Manglano y sus «escuchas» también dedicaron parte de su tiempo a intervenir y grabar a sus superiores. El 16 de abril de 1986 el «Gabinete de Escuchas» interceptó en la frecuencia «450» una conversación telefónica del teniente general José María Sáez de Tejada, Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME). Curiosamente, ese mismo año, a finales de octubre, el Gobierno renovó la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM) y uno de los candidatos a JEME era el propio Emilio Alonso Manglano. Finalmente fue nombrado el teniente general Miguel Iñiguez.

EL MUNDO ha tenido acceso a uno de los estadillos de la «cintateca» del CESID, que comprende desde noviembre de 1983 a octubre de 1990. Las cintas están clasificadas numéricamente desde la «1» a la «93» y junto a cada número aparece la fecha en que se produjo la intervención telefónica. También se hace referencia, en diferentes apartados, a «operación o personaje», la «frecuencia» en la que solían captar las grabaciones, el «asunto» del que se trataba, la existencia de «copia», la «fecha de salida» de la cinta del «Gabinete de Escuchas», el «destino» que se les daba y por último las «observaciones».

El listado está escrito a mano por el comandante José Manuel Navarro Benavente, que entonces era el «master» (jefe) de la unidad de escuchas o por alguno de sus más directos colaboradores.

1.- U. Móviles: Se refiere a la interceptación de conversaciones entre unidades de la Policía.

2.- Sacrofonía: Hablan de los sistemas para distorsionar conversaciones por teléfono.

3.- Políticos: La cara «A» de la cinta registra una conversación de Jorge Verstrynge en abril de 1986. En esa época era dirigente de AP.

5.- Hassan Rey: Interceptación de conversaciones de la seguridad del rey de Marruecos en su visita a España (Octubre del 89).

6.- B.A. Torrejón: Diálogo registrado en «posible» estación aeroespacial de la base de Torrejón.

7.- Varios: Se refiere a diálogos entre el embajador alemán Guido Brunner y «otros», sin especificar.

8.- Los señoritos de Sevilla: Conversaciones entre empresarios que el CESID no identifica.

9.- Bárbara:Grabada el 20 de octubre de 1989. Se trata de Barbara Darder, ejecutiva de Meliá y Renta Inmobiliaria, dos sociedades de Giancarlo Parretti.

10.- Koplo-Abelló: Conversaciones grabadas en noviembre de 1989. Se refiere a Alicia Koplowitz y al empresario Juan Abelló. Por aquellas fechas, Alicia Koplowitz estaba negociando la separación patrimonial con su esposo, Alberto Cortina. Alicia Koplowitz y Abelló estaban «pinchados» por separado, ya que entre ellos no se produjo ninguna conversación.

11.- Piloguin: Negocios en Madrid de un ciudadano ruso.

12.- Mújica: Cuatro conversaciones de Enrique Múgica (en el listado con «j») con su hermano Fernando. Hablan sobre la campaña electoral del 86.

13.- CESID: Unos empresarios sin determinar se refieren a temas de armamento que pueden interesar al CESID.

14.- CASA: En las fechas en las que se grabó (21 de febrero de 1990), el Inta se encontraba desarrollando un satélite denominado «Santamaría».

15.- Ruiz Mateos: No aparece ningún dato que pueda dar pistas sobre las razones de esta grabación (realizada el 28 de junio de 1990).

16.- Empresarios: Sobre el asunto «Tabacalera-Cuba». Conversaciones grabadas el 26 de abril de 1990. Probablemente en ellas haya datos sobre negociaciones de Tabacalera con autoridades cubanas.

17.- Empresarios: Se refiere a un presunto soborno a un concejal del Ayuntamiento de Vigo en mayo de 1990.

18.- Empresarios: Sobre el asunto «Eurotrónica-Falcó-Casa». Cinta grabada el 10 de septiembre de 1990. No hay datos para establecer la conexión.

19.- Empresarios: Hablan sobre la reunificación de Alemania.

20.- Empresarios: Grabación realizada en septiembre de 1990 en la que un empresario italiano conversa con «su ligue masculino».

21.- Ministro: José Barrionuevo conversa desde su despacho con su «amiga» Ana Tutor. La grabación se hizo el 25 de septiembre de 1990 cuando Barrionuevo era ministro de Transportes y Tutor, delegada del Gobierno en Madrid.

22.- Periodistas: Grabación de dos conversaciones de Antonio García Trevijano en septiembre del 90.

23.- Embajador Guinea: Octubre de 1990. Habla de negocios con un empresario español.

24.- Cargos de INI: La grabación se hizo el 30 de noviembre de 1989. Se habla de la aprobación del protocolo del gas por Consejo de Ministros.

25.- Ruiz Mateos: Habla con su hijo, probablemente, Zoilo.

26.- Inta: De nuevo, el 20 de febrero de 1990, el Cesid vuelve a grabar conversaciones relacionadas con el satélite Santamaría.

27.- Constructores: Grabación realizada a los constructores del túnel de Cristo Rey (Madrid).

28.- Periodistas: No los identifica, pero sí aclara que hablan del sindicato de la Guardia Civil, que en esas fechas (89) era perseguido por la dirección del Cuerpo.

29.- CASA: Relacionada con la compra de aviones P3 Orión a Estados Unidos.

30.- Directivos Banca: En 1989 se grabó a directivos del BBV. En diciembre se produjo la muerte de Pedro Toledo. También fueron grabados directivos de Cruz Roja (presidida por Carmen Mestre).

31.- Empresarios: Grabaciones realizadas a empresarios suministradores de material al CESID y a otros centros oficiales.

32.- Alicia Koplowitz: Grabación a Alicia Koplowitz el 26 de abril de 1990 en la que se hace referencia a un viaje a París.

33.- Miss Enders: Conversaciones de la esposa del embajador de Estados Unidos en Madrid con Eduardo Serra, José María Segurado y el embajador de Cuba.

34.- Segurado y Zu: Esta cinta se grabó entre los días 10 y 24 de octubre de 1984. Incluye entre otras, conversaciones del empresario y político liberal José Antonio Segurado y del príncipe Zourab Tchokotoua (conocido como «Zu»). «Zu» fue uno de los amigos íntimos del Rey de España, hasta que se le juzgó por una estafa inmobiliaria llevada a cabo en Palma de Mallorca. En la citada cinta también aparecen el conductor Antonio García (JOTSA), padre de la actriz Ana García Obregón, y el banquero Alfonso Fierro.

35.- Gustavo Durán:Se realizó el 16 de octubre de 1989. Gustavo Durán es un conocido comisionista de la Comunidad de Madrid, que en 1991 fue acusado de intentar comprar los votos de un representante de IU en la Asamblea de Madrid. El interlocutor o interlocutora es alguien con el nombre «Tuchi». Hace referencia a una separación matrimonial.

36.- Zu: Conversaciones grabadas en abril de 1984. Aparecen el empresario José Antonio Segurado, un personaje desconocido de nombre Gabriel, y de nuevo Zourab Tchokotoua.

37.- Zu-Gustavo Durán: Distintas conversaciones de Tchokotoua, el comisionista Durán, el entonces ministro de Sanidad Ernest Lluch y un desconocido de apellido Zulueta. Esta grabación se fechó el 4 de noviembre de 1989.

38.- S.M: Las iniciales de Su Majestad. La cinta fue grabada en octubre de 1990. Como la número 36 figura con un punto grueso, que indica que fue entregada al jefe operativo del CESID. La casilla «Asunto» aparece en blanco.

39.- Zu: Diversas conversaciones de Tchokotoua y el amigo de S.M. el Rey, Manuel Prado y Colón de Carvajal, realizadas durante los años 1985 y 1986.

40.- Zu-Perdomo: Grabaciones realizadas durante el año 1984. En esta cinta aparecen pinchados, además de Tchokotoua y el multimillonario argentino Carlos Perdomo, algunos periodistas, como el entonces director de El País, Juan Luis Cebrián.

41.- Ambulancias: No se especifica su contenido.

42.- Obras: Grabación de julio de 1989.

43.- Ministro Ordóñez: El entonces ministro de Asuntos Exteriores conversa con uno de sus asesores sobre la crisis del Golfo, el 9 de octubre de 1990. Está marcada con un punto grueso.

44.- Zu-Kashogui: Grabación realizada el 10 de octubre de 1984. En ella aparecen Zourab Tchokotoua y el conocido traficante de armas Adnam Kashogui.

45.- Prado y Colón: Grabación en la que aparecen conversaciones de Manuel Prado y Colón de Carvajal durante todo el año 1986.

46.- ZU: Conversaciones del príncipe Tchokotoua durante todo el año 1987.

47.- Zu-Segurado: Está grabada durante el año 1984. Incluye conversaciones de Tchokotoua y del empresario José Antonio Segurado. Se destacan asuntos relacionados con Julio Feo, entonces jefe del Gabinete de la Presidencia. Segurado ofreció a Feo integrarse en la Trilateral.

48.- Madariaga: Esta cinta fue grabada a lo largo del año 85. Probablemente, la persona investigada fuera el fallecido Juan G. de Madariaga, hombre muy introducido en el mundo financiero. En la cinta se recoge información relacionada con un posible chantaje que tenía que ver con la vida privada del gobernador del Banco de España, Mariano Rubio.

49.- Gus-Ran 1: Cinta grabada durante el año 1987 en la que aparecen el Duque de Cádiz y el misterioso personaje conocido bajo en sobrenombre de «Tuchi».

50.- Ministro Barrionuevo: Esta grabación se realizó cuando José Barrionuevo era ministro de Transportes y Comunicaciones. El objetivo de la grabación era conocer los términos del acuerdo por el que Telefónica se hizo con el control de Entel (la compañía telefónica de Argentina). En la cinta también aparecen conversaciones de Ana Tutor.

51.- Isabel Tocino-Sanchís: Está grabada en 1988. La dirigente popular comenta asuntos políticos con Angel Sanchís, que dimitió de sus cargos a raíz del escándalo Naseiro.

52.- Zu-Balbino Prieto: Esta grabación se produjo a lo largo del año 1986. En ella aparecen, además del príncipe Tchokotoua, el constructor José María Entrecanales y un hombre poco conocido (Balbino Prieto). Aparecen conversaciones referidas a contratos en Camerún y a la venta de radares a Argentina.

53.- Vicente Zabala: El crítico taurino de ABC habla con el empresario Juan Alfonso Cardenal, que le pide una entrevista con Luis Roldán para ofrecerle un dispositivo para detectar explosivos en vías férreas. Esta cinta también incluye conversaciones de Adolfo Suárez y Jaime Campmany (director de Epoca). Grabada en 1985. También hay una anotación de las iniciales «S.M.».

54.- Zu:En el estadillo del CESID no aparece la fecha en la que fue realizada esta grabación. En ella Tchokotoua hace referencia a un affaire amoroso («ligue Maribel»). También aparece Manuel Prado y Colón de Carvajal y su actual esposa, Celia.

55.- Ramón Mendoza: Conversación con Nati Abascal en que el presidente del Real Madrid insulta a una «secretaria». Fue grabada en octubre de 1990.

56.- Nicolás Franco/J.Verstrynge: Corresponde a 1985 y no especifica la fecha.

57.- Zu: Grabación realizada el día 1 de mayo de 1986. Tchokotoua habla de «Richard» (Richard Cross, el capitán del Fortuna, propiedad de S.M. el Rey). Presenta un asterisco con seis puntas que indica que la cinta fue entregada a Manglano.

58 y 59.- Liyo (Lillo): Ramón Lillo, que durante años fue jefe de la Policía de la Audiencia Nacional, conversa con un ciudadano extranjero, llamado Joseph. Hablan de Peñafiel, Hachuel y de la hija de Cassinello.

60.- Escoltas Moncloa: Hablan de la seguridad de la residencia del presidente del Gobierno al igual que de sus itinerarios.

61.- Varios: Cinta del año 84 sin más datos.

62.- JOTSA Registros sin fecha de asuntos amorosos del propietario de Jotsa, Antonio García.

63.- Manuel Prado: Grabaciones sin fecha de Manuel Prado.

64.- Javier: No aporta ni fecha ni datos.

65: Club de Empresarios: Grabaciones sin fecha relacionadas con el Club de Empresarios, creado por gestores afines al PSOE.

66.- Drug: Cinta de diciembre de 1988. Sin anotaciones. Puede referirse a la agencia antidroga norteamericana DEA.

67.- Varios: Sólo refleja la anotación «asuntos varios» y la fecha que aparece en el estadillo es la de noviembre de 1994.

68.- Varios: Corresponde a noviembre de 1983, pero no especifica contenidos.

69.- Varios: Grabaciones realizadas durante el mes de enero de 1985. Entre los personajes que aparecen grabados figura Don Juan de Borbón, padre de S. M. el Rey, posiblemente realizadas desde su residencia de Estoril (Portugal), aunque no se especifica el contenido de las conversaciones. También se hace referencia a grabaciones a Zulueta de Miguel. Asimismo, aparece grabado en la misma cinta el periodista Juan Luis Cebrián, entonces director del diario El País, que habla de asuntos relacionados con la Cadena Ser, que en dicho año pasó a formar parte del grupo de empresas de Jesús Polanco. También aparecen en la misma cinta conversaciones de un personaje llamado Pimentel.

71.- Madariaga: Conversaciones grabadas durante 1987 en las que aparece una persona que pudiera ser Juan G. de Madariaga y en las que se hace referencia a asuntos relacionados con temas bancarios y políticos. Juan G. de Madariaga era una persona con numerosos contactos en el mundo financiero y, de hecho, se le llegó a considerar como el «muñidor» de la fusión entre el Banco Central y Banesto, posteriormente abortada. En el estadillo se mencionan temas personales referidos a una «mujer casada».

72 a 79.- Dienética: Conversaciones intervenidas a dirigentes de la secta Dianética (en el listado Dienética), que más tarde fueron procesados por la Justicia española por diversos delitos. El sumario fue instruido por el magistrado Vázquez Honrrubia y el juicio se va a celebrar en las próximas semanas. El comandante Navarro Benavente siguió durante meses (desde noviembre de 1987 a a marzo de 1988) las hazañas de los responsables de esta secta. Viendo que había detectado acciones delictivas consultó con sus superiores del CESID el hacer llegar las cintas al juez del caso. La dirección del CESID se lo prohibió y las cintas quedaron olvidadas en la «cintateca».

80.- Varios: Está referida a conversaciones grabadas durante el año 1986, pero no contiene más datos.

81.- Gustavo Durán: Conversaciones del conocido comisionista con diversos personajes durante el año 1987.

82.- J.E.M.E: El 16 de abril de 1986 intervienen una conversación del teniente general José María Sáez de Tejada, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), en la que se refiere a temas militares. Esta cinta está marcada con un punto grueso, que indica que fue entregada al jefe de la Agrupación Operativa.

83.- Rafael Escudero (Escuredo): Grabada el 20 de noviembre de 1985. Se refiere al ex presidente del Gobierno andaluz y hombre que compartió despacho con el presidente del Gobierno en Sevilla a principios de los años 70, Rafael Escuredo. El que fuera alto cargo del PSOE es en la actualidad portavoz de la familia de la joven secuestrada, Anabel Segura.

84.- Zu: El príncipe Tchokotoua habla en inglés (según se indica expresamente en el estadillo del CESID) con una persona que no está identificada.

85.- Ruiz Mateos: Grabación sin fecha, en la que se hace referencia a su estancia en la localidad onubense de Lepe cuando el empresario se encontraba bajo orden de busca y captura.

86.- José Cortina: Hace referencia a una charla mantenida en 1978 en una sede del CESID entre el entonces presidente Adolfo Suárez y el vicepresidente Manuel Gutiérrez Mellado con jefes de la Agrupación Operativa de los servicios de información militares. José Cortina era el jefe de esta unidad. Esta cinta fue la que EL MUNDO publicó en febrero pasado. En las anotaciones sobre la fecha de grabación hay un error. Figura el año 1980 cuando la reunión se celebró en 1978. Adolfo Suárez asistió acompañado del vicepresidente Manuel Gutiérrez Mellado.

87.- Zu: En las conversaciones grabadas durante el año 1984 se hace referencia a la visita del líder de los socialistas italiano Bettino Craxi, aunque no se dan más datos que permitan establecer una conexión entre ambos.

88.- Gustavo Durán: Conversaciones del comisionista que fue procesado por el intento de compra del voto de un representante de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid. Figura sin fecha en el estadillo y se hace referencia a unas conversaciones amorosas con una mujer cuyo nombre es «Cristina».

89.- Embajador USA: Conversaciones del anterior embajador de Estados Unidos en España, Thomas Enders y del barón Von Thyssen, en inglés (también especificado en el estadillo del CESID).

90.- Empresarios: Grabaciones realizadas durante el año 1986 referentes a la toma de posición de empresas francesas en el sector aceitero español.

91.- Gustavo Durán: De nuevo hacen referencia a conversaciones del comisionista con una mujer llamada Cristina. El CESID lo denomina en su estadillo como «ligue Cristina».

92.- Estela y Mario: Grabada el 17 de abril del año 1991. Hace referencia a un posible tráfico de drogas en el que participan un ciudadano italiano, que no identifica, y una sudamericana llamada Estela.

93.- Mexicanos: Grabada en octubre de 1991, se refiere a unos presuntos ladrones de bancos de nacionalidad mexicana, que no identifican.

14 Junio 1995

Mario Conde golpea de nuevo

Portada de ABC (Director: Luis María Anson)

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Mario Conde ha atribuido siempre el ‘Informe Crillón’, la maniobra para impedirle incorporarse a la vida política, la conspiración para desmontarle de Banesto y, como consecuencia, el procesamiento, la cárcel y la vergüenza pública, a Narciso Serra bajo las órdenes de Felipe González y con el visto bueno de un destacado político de la oposición.

Determinados militares del CESID han reaccionado contra la política que pone a esta institución al servicio de Serra. Asistimos ahora a una bien articulada operación de filtración de documentos. La publicación de una parte de esa documentación ha colocado a Narciso Serra contra las cuerdas y a Felipe González sin otra salida ética que la dimisión. Si Serra no se va, si González permanece, se producirá inevitablemente una escalada en la publicación de documentos que afectan a la misma estructura del Estado.

15 Junio 1995

Conde se reúne en secreto con el ex agente Perote

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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El ex banquero y el sospechoso de filtrar cintas del Cesid se entrevistaron tras estallar el escándalo

El ex presidente de Banesto Mario Conde y el ex coronel del servicio de espionaje Cesid Juan Alberto Perote Pellón se reunieron en secreto en Madrid el pasado martes durante casi tres horas. La reunión, a la que asistieron también algunos íntimos colaboradores y asesores del banquero, coincidió con la jornada culminante del escándalo sobre las escuchas telefónicas del Cesid, al publicar el periódico El Mundo que entre las conversaciones grabadas figuraba una del propio rey Juan Carlos. Las investigaciones realizadas por el servicio secreto apuntan a que los documentos publicados y muchos otros cuya importancia aún se ignora fueron sustraídos por el coronel Perote, expulsado del centro en noviembre de 1991, y difundidos por mediación de Conde.

La reunión se celebró en un chalé situado en el número 9, letra D, de la calle de Prieto Ureña de Madrid, propiedad de Fernando Garro, amigo personal de Conde y director general de Banesto hasta su intervención por el Banco de España.Los asistentes llegaron y se marcharon por separado. Perote entró en la vivienda sobre las 11.30 y salió pasadas las 17.30. Conde, acompañado de un escolta, llegó sobre las 13.30 y se marchó hacia las 16.20. A la reunión asistieron otras personas del entorno del ex banquero, entre las que se encontraba Mariano Gómez de Liaño, abogado de Conde y socio en algunos de sus negocios.

En declaraciones realizadas ayer a la cadena COPE, Perote aseguró que mantiene con Conde «una relación de amistad y vecindad muy normal dentro de las relaciones de las personas». «No puedo afirmar que haya sido Mario Conde quien haya sacado a la luz esas cintas. Yo no he tenido ni documentos, ni grabaciones, ni cintas. Difícilmente se lo puedo dar a Conde», añadió. El antiguo espía posee una finca en la urbanización Los Arroyos, en la localidad de El Escorial (Madrid), cercana a la que tienen los padres de Lourdes Arroyo, esposa del banquero.

Testigo del ‘caso Crillon’

A principios del pasado mes de mayo, los abogados de Conde presentaron ante el juez del Tribunal Supremo Eduardo Moner, que instruye las diligencias por el informe Crillon, sobre los negocios del antiguo presidente de Banesto fuera de España, una lista de testigos en la que figura el ex responsable de la Agrupación Operativa del Cesid, el departamento más clandestino del servicio secreto.

Conde pretende demostrar que el informe Crillón, realizado por la agencia de detectives Kroll, fue encargado por el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y pagado con los fondos reservados del Cesid, como asegura el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán.

Su objetivo es probar que la intervención de Banesto se realizó basándose en información obtenida ilegalmente y que, por tanto, todo el procedimiento está viciado de origen. Perote ha reconocido que accedió a figurar en la lista de testigos de Conde contra el Gobierno, pero asegura que tuvo conocimiento del informe Crillon en 1993, cuando ya había abandonado el Cesid, porque se lo mostró el ex director de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal, actualmente en prisión preventiva por su relación con los GAL, con quien también mantiene amistad.

Es sumamente improbable, sin embargo, que la reunión del martes 13 entre Perote y Conde versara sobre el testimonio que el segundo está dispuesto a prestar ante el juez, ya que el magistrado del Supremo Eduardo Moner no ha aceptado todavía la personación de Conde como perjudicado en el caso Crillon.

La inclusión de Perote en la lista de testigos presentada por Conde hizo encenderse las luces de alarma en el servicio secreto, ante el temor de que existiera un acuerdo entre ambos. El Cesid está convencido de que su antiguo agente se llevó una gran cantidad de material secreto cuando fue expulsado del centro, en noviembre de 1991, y temía que acabara saliendo a la luz.

Sin embargo, las gestiones realizadas durante estas semanas no han dado ningún resultado y, en medios de la investigación interna realizada por el Cesid, se cree que en esas fechas los documentos ya no estaban en poder de Perote.

El Gobierno ha sido incapaz de realizar una exacta «evaluación de daños». Es decir, ignora la cantidad y la importancia de los documentos secretos que han sido sustraídos. La autonomía de los distintos departamentos del servicio de espionaje, que ahora se ha revelado como descontrol, hace que no haya un inventario exhaustivo del material que, en originales o copias, ha sido sacado del Cesid.

El temor del Gobierno es que lo publicado hasta ahora por El Mundo no sea sino una mínima parte, y no la más relevante, de lo sustraído al servicio secreto.

Tras la difusión del listado de conversaciones intervenidas y de tres fragmentos de diálogos -del ex ministro Enrique Múgica Herzog con su hermano Fernando, por un lado, y con Pablo Castellano, por otro y del ex ministro José Barrionuevo y Ana Tutor-, se estima que faltarían aún por ver la luz al menos varias decenas de cintas, entre ellas la grabada al Rey, cuya circulación incontrolada, aunque no llegaran a ser publicadas, supone un elemento desestabilizador.

Aunque la investigación interna realizada por el Cesid apunta a Perote como presunto autor de la filtración, las fuentes consultadas admiten que obtener pruebas suficientes para presentarlas ante el juez ya es harina de otro costal.

Otras pistas indagadas

El Cesid ha investigado también otros posibles orígenes de la filtración. Por ejemplo, al comandante José Manuel Navarro Benavente, antiguo responsable del Gabinete de Escuchas. Sin embargo, aunque Benavente, como Perote, fue expulsado hace meses del servicio secreto, los investigadores consideran que «ni es capaz ni ha podido» participar en la operación.

Por el contrario, todos los datos abundan en que Perote realizó un gran acopio de material en vísperas de su salida del Cesid. En los listados de grabaciones publicados se observa que Perote (cuyo nombre de guerra era Alberto K.) recibió en mano 10 cintas. La fecha de entrega de al menos cuatro de ellas es octubre de 1991, un mes antes de su expulsión, aunque incluían grabaciones realizadas entre los años 1984 a 1987.

Estos listados, manuscritos en un papel que no lleva sello ni membrete alguno, han sido objeto de un detallado análisis. Los primeros resultados seña lan que la letra no corresponde a Perote y que fueron rellena dos de una sola vez y con el mis mo bolígrafo, a finales del año 1991, aunque las cintas, inscritas sin orden cronológico, corresponden a un periodo que abarca ocho años.

16 Junio 1995

Servicios impagables

Pablo Sebastián

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El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra declaró ayer que, «de momento», no piensa dimitir, porque está trabajando para esclarecer el fondo del escándalo de las escuchas del CESID. Serra, sin embargo, confirmó que quien ha dimitido es el general Emilio Alonso Manglano, director del CESID, a quien Felipe González aceptó la renuncia y del que Serra dijo que ha prestado servicios «impagables» a la democracia. Algo difícil de entender, si no es para garantizar su silencio y no empeorar la cosas más de lo que están, a la vista de lo que acaba de ocurrir.

Impagable sería, en este caso, la acción de la Prensa y, en concreto, de EL MUNDO, que permitió descubrir que en el CESID se espiaba la vida de centenares de personas y que, desde ese centro, como los confirmó Serra, los datos conseguidos de manera irregular salían fuera del CESID, y se vendían o utilizaban hasta llegar a los medios de comunicación. La gravedad de los hechos es tal que el vicepresidente del Gobierno anunció que se tomarán serias medidas en el CESID, aunque Serra se negó a desvelar el fondo de la cuestión, que sí comunicó a puerta cerrada en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso de los Diputados, a título de primera entrega y hasta que termine la investigación.

¿Qué ha pasado en realidad? Según las primeras y parcas explicaciones del Gobierno, la versión oficial apunta a que personas del CESID, violando las normas y las leyes, han montado desde este centro su propio espionaje particular durante años, sin que lo supieran los máximos responsables del Ejecutivo ni el propio jefe del CESID, general Manglano. Y luego, esas personas, o persona, de una extraña mafia, habrían sacado del CESID los datos para negociar con ellos o ponerlos al servicio de alguna operación política. En suma, huele otra vez a la teoría de la conspiración.

Una versión que pretende alejar de la opinión publica la indignación por las escuchas, que es el fondo importante de la cuestión, bien por iniciativa del Gobierno, bien por su manifiesta incapacidad de controlar el CESID, para acabar denunciando una trama política-policial, en cuyo principio o en cuyo final no se excluyen a personajes como Mario Conde. Persona a quien el diario El País implica en la trama como «beneficario» de la sustracción y salida de los documentos y grabaciones ilegales del CESID, y del que el citado periódico publicó ayer unas fotografías sacadas de un vídeo, a todas luces, realizado por el CESID.

El propio Narcís Serra, quien no quiso comentar la petición de dimisión que le han formulado desde su propio partido, no excluyó la presencia de Conde en la trama y citó una frase de los espías presuntamente implicados -el coronel Perote-: «Esto es una batalla de una guerra».

Esto lo que es, sin duda alguna, es otra indignidad más de este Gobierno que se suma a los casos de Ibercorp, Filesa, Roldán, fondos reservados y los GAL. Y con Conde o sin él, lo cierto es que se ha espiado al Rey por agentes del CESID y a centenares de personas. Y eso es lo grave y lo que debía haber provocado ya el cese de Serra y García Vargas. Como precupante parece la parsimonia del primer partido de la oposición, el PP, que por boca de Rodrigo Rato calificó de «patética» la versión dada por el Gobierno en la reunión secreta del Congreso en la que no debió entrar.

Entre otras cosas, porque los ciudadanos pueden sacar la impresión de que IU y PP ya están en el ajo de los secretos del CESID, dando por válida la versión del Gobierno y aceptando el ritmo y calendario que Serra y González quieren imponer en el caso. Y , sobre todo, olvidando su función de oposición y perdiendo la iniciativa que Aznar y Anguita deberían liderar presentando, ambos, una moción conjunta de censura contra González por los graves hechos denunciados y los «servicios impagables» de sus agentes y jefes del CESID.

17 Junio 1995

Táctica y estrategia de la intriga

Ernesto Ekaizer

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Si Mario Conde ha participado o no en la afloración de las escuchas del Cesid es una cosa que deberá elucidar la investigación de la Fiscalía General del Estado. Pero hay un hecho importante que debería ser advertido sobre el estilo de los movimientos del ex banquero: es el mismo que estos días no ha tenido inconveniente, casi se diría que ha disfrutado con ello, en que su nombre y su foto sea objeto de comentarios en relación con el affaire de las escuchas. En principio, podía haberse querellado inmediatamente por presunta difamación, pero con su silencio ha contribuido, hasta ahora, a amplificar las sospechas sobre su presunta intriga.En los últimos meses, Conde ha sido el personaje del sumario del caso Banesto, en el que se le acusa de delitos de estafa y apropiación indebida por valor de 7.000 millones de pesetas, y sobre el que pesa la medida cautelar de presentarse cada 15 días ante el juzgado. Poco a poco, el ex banquero ha conseguido dar cierto protagonismo al informe Crillon, un trabajo que según él es la clave de la intervención de Banesto y de la querella posterior de la Fiscalía, ya que habría sido encargado por el vicepresidente de Gobierno precisamente para poder materializar el ajuste de cuentas.

Conde ha tenido dos tipos de problemas en el Supremo. Primero, sus intentos de personación tras la denuncia del ex director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, han chocado de momento con la prudencia del juez Eduardo Moner. Segundo, tanto las declaraciones de Roldán como las de Julián Sancristóbal, el hombre que se ocupó de todos los detalles para encargar y pagar el informe Crillon a la agencia Kroll Associates, no responden a lo que él deseaba. Conde les pidió a ambos, a través de vías diversas, que declarasen que Serra había encargado el informe a título personal con el fin de utilizarlo contra su eventual intento de entrar en la actividad política.

Si bien Roldán declaró desde un principio que Serra le había solicitado que encargase un informe sobre Conde «ante los indicios de conductas presuntamente delictivas que podían existir por parte del presidente de Banesto». Esto, claro, no era del agrado de Conde. En cambio, Roldán sí hizo una concesión al ex banquero, al declarar que el informe perseguía una doble finalidad: la de averiguar las conductas presuntamente delictivas y «otra de contenido político, al haber manifestado el señor Conde ciertas intenciones de pasar a la vida política».

Cuando tocó el turno a Sancristóbal, que había hecho confidencias a Conde durante su estancia coincidente en la prisión de Alcalá Meco, aquel declaró ante el Supremo que había encargado el informe a la agencia Kroll porque así se lo había solicitado Luis Roldán, pero al mismo tiempo explicó que ignoraba quién a su vez se lo había propuesto a Roldán. Tampoco sabía, dijo, de dónde provenían los fondos.

Sancristóbal lo tuvo muy fácil porque Roldán, en su declaración, le había tratado de manera exquisita. Según el propio Roldán, su amigo Sancristóbal había simplemente contactado con la agencia Kroll y se había encargado de canalizar los pagos a la misma. Sancristóbal, según Roldán, no había tenido participación alguna en la, gestión encargada por Narcís, Serra.

Después llegó la declaración de Emilio Alonso Manglano. El responsable del Cesid negó que se hubiese encargado el informe a Kroll sobre Conde y que se pagase con fondos reservados.

A todo esto, Mario Conde, qué impugnó al Juez Manuel García-Castellón para seguir instruyendo el caso Banesto, por ahora sin éxito, sufrió un nuevo revés a finales de mayo en el caso Crillon. El juez Moner, encargado de las diligencias en el Supremo, denegó la personación de Mario Conde por segunda vez, ante el recurso de reforma, tras haber pedido en una primera ocasión aclaraciones sobre los delitos de los que se sentía perjudicado. El pasado 1 de junio, Mariano Gómez de Liaño elevaba un recurso de queja contra la resolución del juez.

Por tanto, la vía de politización del caso Banesto a través del informe Crillon no parecía hacerse camino al andar. Conde tenía preparado otro testigo de poco valor: Juan Perote. Pero Perote dejó el Cesid a finales de 1991 y todo lo que sabe sobre el informe Crillon le ha venido por Sancristóbal. Por tanto, no puede aportar información directa y, por otra parte, Sancristóbal ya ha ofrecido su versión ante el Supremo.

Cuando se le preguntó, en medios privados, a Perote por su inclusión como testigo, en la lista de diligencias propuesta por Conde, respondió que la culpa era de Sancristóbal. Da la impresión de que aquello que Conde no ha podido conseguir de Sancristóbal aspira a lograrlo de Perote. Pero no es lo mismo, porque Perote confiesa que todo lo sabe por Sancristóbal.

Además, en esos medios privados, Perote ha asegurado que iba a conseguir que Mario Conde le quitase de la lista de testigos. Pero su nombre también está en la lista propuesta por los abogados de Roldán.

En este contexto, pues, hay que situar esa tentación de Mario Conde por verse catapultado a las primeras páginas en el affaire de las escuchas. Supone una politización extrema de su persona y casó, limitado a simples estafas y apropiaciones por valor de 7.000 millones, con la seguridad de que al no poderse probar su participación en la presunta operación de filtraje quedará ante los medios y la opinión pública como una nuevo chivo emisario del poder político. El cálculo es que, tanto si no ha participado en la operación como si lo ha hecho de una manera que nunca se puedan presentar pruebas jurídicamente fuertes, su victimismo sería susceptible de ser explotado.

Pero, el viejo topo sigue horadando el terreno judicial. Y ese viejo topo es el juez Manuel García-Castellón y el fiscal Florentino Ortí, que avanzan en la instrucción de los delitos de estafa y apropiación indebida presuntamente cometidos por Conde y sus amigos. Todas las maniobras pueden ser geniales, pero como dice el refrán no hay letra que no se venza ni plazo que no se cumpla.

18 Junio 1995

Perote, detenido por una denuncia de Manglano

Jesús Duva

El director general del Cesid le acusa de revelación de secretos oficiales

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El coronel Juan Alberto Perote Pellón, ex responsable de la Agrupación Operativa de Misiones Especiales del Césid y principal sospechoso de la sustracción de las cintas grabadas ilegamente por el servicio de inteligencia militar, fue detenido a las tres de la de hoy en su domicilio de la urbanización Ciudad Bosque Los Arroyos, en El Escorial, por orden del titular del Juzgado Togado MiIitar Central, el coronel Jesús Palomino Yébenes. En la operación participaron también efectivos de la Guardia Civil, que apoyaron a sus compañeros militares, quienes ejecutaron el arresto. La orden dada a los agentes por el general jefe de formación de la Guardia Civil, Francisco de Fuentes Pedra fue que realizasen su misión «de la forma más discreta posible».

El sigilo fue máximo. Poco antes de las tres de la madrugada, la, policía militar y los agentes de la Guardia Civil, ocultos en distintos puntos de la urbanización de la sierra madrileña desde la nueve de la noche, según explicó un guarda de Ciudad Bosque Los Arroyos a EL PAÍS, se hicieron visibles. Una decena de coches de la Guardia Civil y otros vehículos camuflados, algunos de ellos del servicio secreto, participaron en el espectacular dispositivo. La calle donde está el chalé de Perote, el número 192 de la calle principal de la urbanización, quedó cortada al tráfico.Antes, a la una de la madrugada, un coche salía del Juzgado Militar Central, en la madrileña calle de Jorge Juan, con dos oficiales en su interior, presumiblemente uno de ellos de rango igual o superior al de coronel. Este oficial tenía la misión de detener al ex agente del Cesid.

A las tres y media, se levantó el despliegue policial y los vehículos enfilaron la carretera hacia Madrid. La operación había culminado con éxito: Perote estaba ya detenido y a disposición de la jurisdicción militar, ante la que tendrá que responder de un presunto delito de revelación de secretos que el artículo 53 del Código Penal Militar castiga con hasta 10 años de cárcel. La vivienda del antiguo agente secreto era la única de la urbanización en la que las luces permanecían encendidas. Dentro, la esposa de Perote, con lágrimas en los ojos, confirmó a este diario el arresto de su marido y dijo que todo el proceso de la detención había sido «normal».

Reacción inmediata

El arresto del ex jefe de la Agrupación Operativa del Cesid se produjo un día después de su entrevista en una cadena de televisión en la que negó cualquier participación en el escándalo de las escuchas y retó al Gobierno a actuar contra él. La reacción del Cesid ha sido inmediata: una denuncia que ha permitido atraparle bajo la acusación de sustracción y revelación de secretos.La denuncia la presentó ayer mismo el propio director general del Cesid, Emilio Alonso Manglano, quien recientemente puso su, cargo a disposición del presidente del Gobierno, Felipe González, ante la gravedad de las grabaciones, que incluyen una conversación privada del rey Juan Carlos. Manglano, a quien le ha sido aceptada la dimisión, todavía no ha sido sustituido.

«Si el Gobierno piensa que he sido yo y tiene datos, que me acuse de eso», manifestó el viernes Perote a la pregunta de Antena 3 de por qué se le señalaba como responsable de filtrar las cintas.

La denuncia es contundente. Le acusa de revelación. de secretos informaciones oficiales relativas la seguridad y defensa nacional, delitos que según el Código Penal pueden ser castigados con penas de entre 3 y 10 años de cárcel.

El antiguo jefe de la Agrupación Operativa del Cesid fue fotografiado, el martes pasado tras entrevistarse en secreto con el ex presidente de- Banesto Mario Conde en el domicilio de Fernando Garro, ex directivo de la misma entidad y amigo de Conde. Sobre los dos primeros recae la sospecha de ser los principales responsables de la filtración y difusión de grabaciones almancenadas en la cintateca del Cesid.

El diario El Mundo reprodujo ese mismo martes un listado del servicio de espionaje con 95 conversaciones privadas grabadas ilegalmente a empresarios, políticos, ciudadanos y al. Rey, y al día siguiente difundió el contenido de tres de ellas.

El lunes, el diario publicó diversos documentos del Cesid relativos a esas conversaciones grabadas y a valoraciones e informes de trabajo del organismo dependiente de Defensa. Un análisis de estos papeles ha llevado a los investigadores a la conclusión de que, aunque fueron manipulados para disimular su procedencia, corresponden con los que se sospecha que estaban en poder de Perote.

En sus nueve años de servicios -desde 1982 a noviembre de 1991- Perote ha podido llevarse del Cesid, según un informe presentado -por quien le sustituyó, el coronel Manuel, López Fernández, microfichas de al menos 1.200 documentos de su habitual despacho con Manglano (entre noviembre de 1982 y octubre de 1989), así como documentos, copias de documentos y cintas grabadas que solicitó durante años a diferentes secciones de su departamento y que no devolvió hasta que, una vez descubierto, fue requerido para ello, aunque siempre mantuvo en su poder copias de las microfichas. Perote se hizo cargo de la Agrupación Operativa en 1983.

Aunque las sospechas públicas sobre Perote se han hecho notar a raíz del escándalo de las grabaciones ilegales, los servicios de espionaje le seguían la pista desde hace años. En principio se confiaba en que cumpliría el compromiso que suscribió en 1991, cuando se marchó, de devolver lo que se hubiera llevado. Pero faltó al pacto en sus dos aspectos fundamentales: la garantía de que no se quedaría con nada y de, que mantendría. absoluta reserva sobre toda información que pudiera tener.

Perote burló igualmente la entrevista que en marzo de 1992 mantuvo con el teniente coronel Rafael Rubio Luengo, a quien confesó haberse llevado «inadvertidaniente» las fichas microfilmadas de los documentos que despachaba con Manglano. En realidad, Perote entregó los documentos, pero antes sacó duplicados.

19 Junio 1995

Un diario siguió la detención de Perote

EL MUNDO (DIrector: Pedro J. Ramírez)

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Desde el mismo día en que EL MUNDO descubrió las escuchas ilegales del CESID a políticos, periodistas, empresarios y al jefe de Estado, EL PAÍS se apuntó a la tesis gubernamental de la conspiración antidemocrática. El diario de Jesús Polanco ha estado dirigiendo toda su artillería pesada contra el coronel Juan Alberto Perote hasta el extremo de que, a juzgar por sus páginas, la suya ha sido la crónica de una detención anunciada.

Tan anunciada para el diario EL PAÍS que uno de sus redactores pudo seguir en directo la detención de Perote y describir incluso las lágrimas de su esposa cuando el coronel abandonó el domicilio familiar. Este relato fue incluido en la edición de Madrid de ayer domingo, lo cual implica que el periódico había sido advertido con antelación, reservando el correspondiente espacio.

En la entradilla de la información, el periodista señala que la orden dada a los agentes «fue que realizasen su misión de la forma más discreta posible». Nunca se había visto tal discreción, con un periodista tomando notas para el cierre de una edición especial de madrugada.

El reportero de EL PAÍS da cuenta del operativo realizado por la Guardia Civil y por dispositivos militares, entre quienes había agentes secretos, «ocultos en distintos puntos de la urbanización de la sierra madrileña desde las nueve de la noche».

El País había obtenido del Gobierno dos exclusivas en el plazo de una semana. Primero, las imágenes del CESID de una reunión tildada de «secreta» de Conde y Perote. Segundo, la crónica en directo de la detención del coronel.

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ULTIMA EDICION.- El diario madrileño en su última edición de ayer domingo asegura que se enteró, casualmente, de que «la vivienda del antiguo agente secreto era la única de la urbanización en la que las luces permanecían encendidas».

En páginas interiores, recuerda que «en marzo de este año, EL MUNDO difundió la existencia de una grabación sobre la visita que el ex presidente Suárez hizo en 1978 a una sede del CESID y el Centro se dió cuenta de que la bomba ambulante que era Perote estaba a punto de estallar». La dirección de «La Casa» no se pone de acuerdo. Primero dijeron públicamente que la cinta no existía; ahora, la oficializan y reconocen su existencia a través de su portavoz oficioso.

La línea informativa del diario de Polanco no ha variado desde el primer día en que este periódico difundió el escándalo de las escuchas ilegales. Ya el martes 13 de junio, al día siguiente de las informaciones de EL MUNDO, El País se apuntaba a la teoría de la «conspiración». Señalaba que «el CESID cree que detrás de las informaciones sobre escuchas de los servicios secretos se encuentra el coronel Juan Perote Pellón. Y está también convencido de que el material publicado obra en poder del ex presidente de Banesto, Mario Conde». El primer planteamiento de El País mostraba lo que iba a ser la línea gubernamental de Felipe González: Conde pretende utilizar lo publicado «como arma para defenderse en el proceso que se sigue contra él.

Y añadía: «El coronel y el ex financiero han mantenido entrevistas y el primero (Perote) ha aceptado previamente testificar a favor del segundo (Conde)» en las investigaciones que se siguen en el Supremo sobre el «informe Crillon».

El Gobierno, a través del Ministerio de Defensa, se cubría las espaldas con un primer comunicado oficial reconociendo las escuchas telefónicas que denunciaba EL MUNDO, pero matizando que «no era ilegal». Defensa también señalaba que las grabaciones de conversaciones, incluida las del Rey, se habían hecho de forma aleatoria y que las cintas habían sido destruidas.

El ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, fue más lejos. Manifestó que no era partidiario de espiar a periodistas, «aunque algunos hayan entrevistado a prófugos de la Justicia y se han negado a revelar su paradero».

En las páginas del día 13, El País recogía la versión de los hechos vista desde la óptica del vicepresidente Serra y señalaban que «hace algunas semanas Serra declaró en una entrevista con una emisora de radio que tenía la impresión de que algunas informaciones publicadas en medios de comunicación tienen la única finalidad de perjudicar a Felipe González».

Al día siguiente, el miércoles 14, El País seguía manteniendo que el coronel Perote había sido el autor de la filtración de las cintas e insistía en su amistad con Conde.

Mientras, el Gobierno seguía desviando la atención central de los hechos, convirtiendo un escándalo de escuchas ilegales en un problema del filtración de documentos del CESID. García Vargas expresaba su preocupación porque hayan salido a la luz secretos del CESID. Solana, por su parte, defendía que «los servicios de información tienen obligaciones que a veces son difíciles de comprender, pero que son imprescindibles para la seguridad del Estado».

Pero en la edición del jueves 15, El País descarga toda su artillería pesada, combinada con los comentarios de algunos de los adictos a Prisa en las tertulias de la cadena Ser. En su primera página el diario de Polanco titula como primera noticia del día: «Conde se reúne en secreto con el coronel sospechoso de filtrar las escuchas» y reproduce unas imágenes de Conde y Perote grabadas por el CESID en vídeo el 13 de junio. Lo más curioso es que el diario firma las imágenes como si hubieran sido realizadas por El País.

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DESCONTROL EN EL CESID.- En las mismas páginas, se informa de que el Gobierno descarga la responsabilidad del escándalo en Emilio Alonso Manglano, por no haber sido capaz de controlar los servicios secretos. Como ya había sucedido con el «caso Lasa y Zabala», cuando buscaron los culpables en mercenarios antiterroristas de los años de UCD, el Gobierno delimita las responsabilidades en el interior del CESID y sugiere que el problema es que dentro del centro persisten los malos hábitos anteriores al 82. Según la tesis de Moncloa, los servicios de información son los únicos responsables por no discriminar las grabaciones, por no destruirlas y por permitir que fueran sustraídas y, más tarde, reproducidas.

El País también se hace eco de los planteamientos gubernamentales: la difusión de las cintas se debe a «un chantaje al Estado» y no exclusivamente al Gobierno o al PSOE.

Desde sus páginas de opinión el diario de Polanco se convierte una vez más, recordando su «contrainvestigación» de la «crisis Palomino», en portavoz de La Moncloa. Incluye argumentos como éste: «Algunas personas con medios para influir en la opinión pública intentan transformar esa crisis de Gobierno en un colapso del actual régimen de monarquía parlamentaria» o «sin duda hay personas interesadas en desestabilizar la vida política».

El diario madrileño reproduce un fragmento de un editorial de El Periódico de Cataluña, con el título «El delito de divulgar se une al de espiar», que también se suma a las tesis monclovitas: «Ayer se inició otro espectáculo condenable desde el punto de vista de la ética y el de las leyes: la divulgación injustificada del contenido del espionaje».

García Vargas y Serra, que la tarde anterior habían comparecido a puerta cerrada ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, siguen manteniendo la misma táctica: Perote traicionó la confianza de Manglano, el propio Perote grabó las conversaciones privadas, el mismo coronel las sustrajo del CESID y más tarde se las hizo llegar a EL MUNDO. Para adornar su teoría, una vez más, ponen de relieve que existe un «pulso al Estado democrático mediante la utilización con fines de chantaje político de los documentos sustraídos».

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MANIPULACION.- El País sigue en su ofensiva asegurando que «La Fiscalía de Madrid requiere las cintas con las grabaciones ilegales por el CESID». En sólo un titular de dos líneas el diario de Polanco manipula la realidad de los hechos. La Fiscalía jamás requirió a EL MUNDO las cintas. Fue este periódico quien, de forma voluntaria, ofreció al teniente fiscal de Madrid, Sánchez Covisa, todas las cintas que tiene en su poder. El ofrecimiento se hizo la mañana del jueves pasado cuando este periódico entregó fotocopias de los documentos publicados los días 12 y 13, los únicos que había requerido la Fiscalía.

El sábado 17, El País vuelve con lo que puede ser el estribillo de la canción del verano: «chantaje al Estado», en referencia a las palabras del portavoz oficial del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba en su comparecencia ante los periodistas después del Consejo de Ministros.

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APOYO

Documentos originales y auténticos

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El diario El País, en la página 15 de su edición de ayer, analiza uno por uno los documentos del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) publicados por EL MUNDO los días 12 y 13 de junio. El diario de Jesús de Polanco se atreve a decir que «los documentos publicados por EL MUNDO fueron manipulados». Sobre uno de los papeles del CESID va aún más lejos y afirma que «este dato no consta en el documento».

La pregunta cae por su propio peso. ¿Tiene El País los documentos originales? ¿Quién se los ha facilitado: El CESID o el Gobierno? Por lo publicado, sí parece que están en su poder, porque más adelante lo especifica y aclara detalladamente: «número de referencia KA/1745/08.04.88 y el de microfilmación (848)».

Además, concretan algunos contenidos: «El documento número 5 difundido por EL MUNDO es parte de la introducción del balance del año 1988». ¿Con estos datos revela el diario de Polanco documentos secretos?

El titular de El País afirma que «Los documentos publicados por EL MUNDO fueron manipulados», cuando nuestro periódico se limitó simplemente a cumplir con su obligación profesional de proteger la identidad de las fuentes.

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APOYO

EL VIDEO DEL CESID

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El diario de Polanco publicó en exclusiva el 15 de junio unas imágenes de Conde y Perote a la salida del domicilio de Fernando Garro, donde, según El País, se habían entrevistado en secreto. Las imágenes reproducidas por el periódico madrileño habían sido captadas el 13 de junio por agentes de los servicios de información con cámaras de vídeos especiales y camufladas. A pesar de que las imágenes habían sido obtenidas por el CESID, el periódico las firmó como suyas. El documento gráfico sirvió para alimentar la tesis gubernamental de la conspiración antidemocrática esgrimida por La Moncloa.

19 Junio 1995

Qué hace el PP

Pablo Sebastián

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Quien debería estar en la cárcel, por muchos más motivos que el coronel Perote, es el general Emilio Alonso Manglano, jefe directo del CESID, las escuchas y del gran almacén de podredumbre, donde se incluían las cintas del Rey con consentimiento y conocimiento no sólo de Manglano, sino muy probablemente de Felipe González, Narcís Serra y Julián García Vargas, políticos sobre los que, al margen de cese, pueden tener responsabilidad penal.

¿Qué cuento chino es ese de que Perote había sustraído 1.200 documentos secretos del CESID? ¿Cuántos miles de documentos ilegales escondía el Gobierno en este centro? Parece que sí había una conjura contra el rey don Juan Carlos: la que espiaba al monarca y entorno con la intención de tenerlo chantajeado. ¿Para qué si no? Y ¿quién sacaba beneficio de todo esto? Pues la cúpula del Gobierno y del PSOE, González y Serra, que también tenían espiados a otros miembros del Ejecutivo y dirigentes del PSOE, a diputados de la oposición y periodistas enfrentados con el poder.

Por eso, la detención de Perote es una simple maniobra de distracción sobre el fondo de la cuestión en debate, que es la violación plena y organizada del Estado de Derecho por unos gobernantes y funcionarios corruptos, presididos por González, dirigidos por Serra, controlados por García Vargas y Manglano y apoyados por el diario El País, que se ha convertido en el portavoz de la versión «conspirativa» -Conde-Perote-EL MUNDO- del Gobierno y del CESID, con la que los responsables del nuevo escándalo intentan sacudirse la responsabilidad y desviar hacia otros lugares y personas la indignación general sobre el gran montaje del CESID.

Lo que sería imposible si la oposición, con José María Aznar a la cabeza, ya hubiera presentado en el Congreso -con o sin el permiso de Jordi Pujol- la moción de censura que política y moralmente merece González. Por muchos y más graves motivos que Juan Hormaechea, a quien el PP puso una moción en Cantabria, meses atrás, a sabiendas de que no la podía ganar, como ocurrió. Y además ¿qué tontería es esa de que el PP no presenta la censura si no tiene votos suficientes? Entonces nunca habría moción de censura, porque cuando González descubra que se le va Pujol, disuelve las Cortes, convoca elecciones y se evita el trago parlamentario que tanto miedo le produce a Aznar.

El espectáculo de ver al PP sentado en la barrera, viendo cómo el Gobierno y la prensa gubernamental intentan tapar la responsabilidad de González en el escándalo de las escuchas, limitar los ceses a Manglano y la acción penal a Perote y, encima, insultar a la prensa democrática que denunció esa atroz operación de espionaje, es verdaderamente penoso.

Y no sólo porque la prensa libre y democrática ocupa el lugar de la oposición, sino porque los ciudadanos pueden admirar la debilidad del liderazgo de Aznar, y la ausencia política de un partido como el PP, que recula ante la crisis del Estado, o que pacta apaños con el PSOE como hace en la Comunidad de Madrid, en beneficio de Joaquín Leguina, sus empresarios y editores, Alberto Ruiz Gallardón, un auténtico felón del PP que parece dispuesto a traicionar el mandato electoral del 28-M a la menor ocasión.

Es hora de saber de qué lado está el PP: si de los que denuncian la corrupción, o de los que espían al Rey. Por eso, Aznar debe presentar la moción de censura de una vez. Y Anguita, visto lo ocurrido en los ayuntamientos de Andalucía, tiene que pactar con el PP la caída en picado de Chaves y Rodríguez Ibarra de las Comunidades de Andalucía y Extremadura. Es tiempo de que la oposición, IU y PP, deje de ser dialéctica y pase a la acción contra el numantismo felipista y su régimen de corrupción.

20 Junio 1995

El Perote es el bueno

Eduardo Haro Tecglen

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Oí ‘el ronco tambor de la tormenta (caían goterones) pero fue una bomba. La 2 dijo que en Callao. «En unos grandes almacenes junto a una gran librería». Censura: no podían decir «Galerías Preciados», ni «la FNAC». La SER: una supuesta ETA había llamado anunciando la bomba media hora antes. ¿Cómo no dio tiempo a evacuar, acordonar, salvar? Hubo un muerto y heridos, que no quería el bondadoso terrorista (¡su puta madre!). En la «, más horrores: la primera de DIARIO16 diciendo que el arresto de Perote fue como en los tiempos de Franco. (Su director, José Luis Gutiérrez (a) El Guti, me dice que me modere, que soy un exaltado. «¡Estás loco!», añade el cuerdo personaje). No era cosa de él solo, sino consigna en los periódicos del AEPI (‘el sindicato del crímen’, dijo Cebrían, gran acierto), defienden al Perote, ABC y el PP, al que manda, creen que es ‘una tapadera’, y lo adjetivan más Muñoz Alonso y Campmany. Un bajo continuo en todos , con la consigna de negar la conspiración. Empezó Campmany; le siguen. No falta EL MUNDO, el president Trevijano – ¡de la República! Antes, un Borbón. Hasta Marichalar, consorte – para acusar a este periódico – Polanco, claro – de la ‘gratuita bellaquería; Jorge de Esteban acusa la conspiración del Gobierno, el ‘estado de excepción camuflado’, y la detención ‘al estilo de los estados de excepción del periodo franquista: y Raúl Heras: «Allá por la madrugada se detenía a los enemigos del régimen por los tiempos de la dictadura de Franco…»; y Pablo Sebastián, que cree que el detenido debía ser el denunciante, Manglano. Parece una proyección, como las de Freud, el que se sabe culpable denuncia a quien le acusa.

La portada de ABC y otra vez uno de sus guardias civiles; advierte a su Benemérita, que se conspira en ‘sectores constitucionales»: el dossier sobre la mesa de un conocido personaje está ya preparado, y dispuesto para su filtración periodística. ¿Otra de Polanco? ¿Ha de hacer algo la Guardia Civil, rápidamente? ¿Otro Tejero? ¿Galindo, a quien se cita como víctima, con todo el cuartel de Intxaurrondo? (Conspiración, no, que bobada: pero ¿y estas consignas contra un Gobierno legal y un periódico que vende demasiados ejemplares?

Eduardo Haro Tecglen

26 Junio 1995

Interior conocía desde diciembre las escuchas ilegales del CESID

José Manuel Villarejo Pérez

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La cúpula del Ministerio del Interior conocía desde diciembre que el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) disponía de un gabinete de escuchas que espiaba ilegalmente a políticos, empresarios, periodistas y hasta al Rey.

El inspector jefe José Manuel Villarejo informó por escrito al director general de la Policía, Angel Olivares, y al subdirector, Miguel Angel Alonso, con todo detalle de las actividades ilegales de este departamento de escuchas. El comisario general de Información, Gabriel Fuentes, íntimo colaborador del titular de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, archivó la denuncia de Villarejo porque «no se pudo contrastar la información».

El director general de la Policía ha remitido ahora al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, la denuncia que recibió hace 7 meses. En la nota enviada por Villarejo se informaba que «un comandante, responsable de las escuchas del CESID (Navarro Benavente), se encuentra presionado para que facilite documentos y cintas que demuestren la existencia de dicho centro de escuchas de carácter ilegal».

El inspector informó también de que dicho centro de escuchas «tenía la posibilidad de memorizar hasta 999 números de teléfono y cuenta con unos 145 a 150 equipos de grabación automática, en frecuencia 450 ó 900 de telefonía móvil en funcionamiento las 24 horas del día». Villarejo citó para confeccionar su informe una «fuente de absoluta solvencia del propio CESID».

a cúpula de Interior conocía desde diciembre de 1994 que el CESID disponía de un departamento de escuchas que espiaba ilegalmente a políticos, empresarios, periodistas y hasta al Rey. El director general de la Policía, Angel Olivares, y el subdirector, Miguel Angel Alonso, fueron informados por el inspector José Villarejo, que en aquellas fechas trabajaba para Interior con la cobertura de detective privado. EL MUNDO dispone de pruebas documentales para demostrar la veracidad de sus informaciones.

El policía Villarejo entregó a sus superiores una nota informativa el 5 de diciembre, a cuyo contenido ha tenido acceso este diario, en la que aseguraba que «un comandante (Navarro Benavente), responsable del departamento de Escuchas del CESID se encuentra actualmente presionado para que facilite documentos y cintas que demuestre la existencia de dicho centro de escuchas ilegal».

En la misma nota informativa, el policía Villarejo señalaba que Navarro Benavente se encontraba en una situación precaria «toda vez que se le ha acusado de quedarse con comisiones a consecuencia de la adquisición de material para el gabinete de escuchas que controla». Según Villarejo, el comandante había sido expulsado del CESID junto con otros subordinados sin haber recibido ninguna explicación previa.

El comandante Navarro Benavente, que entre 1984 y 1993 fue el jefe del «Gabinete de Escuchas» y uno de los estrechos colaboradores del coronel Juan Perote, fue apartado de su destino por orden de Emilio Alonso Manglano tras descubrir a través de sus escuchas que una persona próxima al Gobierno tenía conexiones con una red de narcotraficantes.

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CESE ATROPELLADO.- Navarro fue cesado de su cargo de forma humillante para un militar. No le dieron explicaciones y no le dejaron retirar sus pertenencias personales de su despacho. Tal atropello le llevó a presentar un recurso en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo. Villarejo se enteró de la situación del comandante del CESID e informó a sus superiores de que Navarro Benavente se había convertido en una «bomba andante», ya que vivía una situación anímica desesperada.

Villarejo informó que «el centro de escuchas, que tenía la posibilidad de memorizar hasta 999 números de teléfono, cuenta con unos 145 a 150 equipos de recepción de audio, de grabación automática, en frecuencia 450 ó 900 de telefonía móvil en funcionamiento las 24 horas del día».

La nota interna de la Policía, de difusión restringida y que se remite a información aportada por una «fuente de absoluta solvencia del CESID», se refiere a la existencia de una cinta de una grabación accidental de una conversación de narcotraficantes que hablaban de un desembarco en la Costa del Sol. Esta grabación se detectó cuando el CESID controlaba a un grupo de terrorismo árabe. Sin embargo, las fuentes del CESID, que informan al policía Villarejo, aseguran que «el control diario de los 150 móviles se dirigía fundamentalmente a los directores de periódicos, presidentes de entidades bancarias, altos cargos civiles y militares susceptibles de disponer de información, representantes políticos y figuras de proyección nacional».

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CONTROL TELEFONICO.- La misma fuente del CESID alertó a Villarejo de que su teléfono móvil estaba controlado y que los directivos de «La Casa» conocían «los trabajos delicados que había realizado para el Ministerio del Interior y sobre todo el último por el que se relacionaba mis actividades con AK (Al Kassar) y con el juez G (Garzón) y la investigación que actualmente se realiza sobre el Grupo Mafioso».

El policía se refiere al «informe Veritas» que a finales de 1993 comenzó a elaborar un grupo especial de Interior con el fin de implicar al juez Garzón con un grupo de narcotraficantes. Después, se demostró que todo era un montaje. Villarejo, que actualmente ha vuelto a su actividad privada, también realizó trabajos delicados para el PSOE por encargo de Corcuera y Vera.

Tras la publicación en EL MUNDO del escándalo de las escuchas ilegales en el CESID, Villarejo dirigió un escrito al director de la Policía, Angel Olivares. Por medio de este escrito, con el número de registro de entrada 002547 de la comisaría de Retiro y está fechada el 20 de junio pasado, el policía señala que «dada la gravedad de los hechos, considero urgente aclarar las razones por las que en lugar de investigar los hechos denunciados con nota informativa de fecha 5 de diciembre de 1994 y siguientes informes, fuí cesado de mi puesto. También aconsejo que la superioridad ponga los datos aportados en su día (5 de diciembre de 1994) en conocimiento de la Justicia».

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APOYO

Interior dice que «no se pudo contrastar la información»

Envía ahora al fiscal jefe de Madrid, Fernández Bermejo, la denuncia que archivó en diciembre

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El Ministerio de Justicia e Interior afirma que se archivó la denuncia del inspector jefe de la Policía José Manuel Villarejo en la que informaba de que el gabinete de escuchas del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) estaba realizando «pinchazos» ilegales porque no se pudo contrastar la información.

Según publicó el diario El País en su edición de ayer, el comisario general de Información, Gabriel Fuentes, estrecho colaborador de Belloch, remitió un escrito a la Dirección General de la Policía en el que sostiene que «dado que no se pudo contrastar la información ni obtener otros indicios sobre su veracidad, se procedió a su archivo provisional en tanto se pudiera aportar alguna prueba». Fuentes, en su informe remitido recientemente a la Policía, según El País, asegura también que el inspector jefe Villarejo no volvió a aportar más datos sobre este caso.

Sin embargo, Villarejo asegura en su segunda nota que cumplió su promesa y añadió «más datos a los ya aportados» en su día.

El director general de la Policía, Angel Olivares, ha entregado al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, la nota interna elaborada el pasado 5 de diciembre por José Manuel Villarejo. Esta nota interna había sido archivada previamente por los responsables policiales.

En otro escrito enviado el pasado día 19 a Carlos Corrales, jefe de la Policía de Madrid, considera «urgente» aclarar por qué no se investigó su denuncia y se queja de su actual situación. Villarejo informó hace seis meses de que el gabinete de escuchas del CESID había realizado intervenciones ilegales sobre 1.300 o 1.500 teléfonos.

También informaba que podría haber sido el comandante Navarro Benavente, ex jefe del gabinete de escuchas del CESID, quien filtró las informaciones a EL MUNDO. El periódico madrileño apostilla que Villarejo tiene abierto un expediente disciplinario por la presunta violación del secreto profesional.

or su interés reproducimos a continuación los dos escritos enviados por el inspector jefe José Manuel Villarejo a sus superiores en la Policía. En el primer escrito, informa de que el gabinete de escuchas del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) está realizando «pinchazos» ilegales. En el segundo escrito, se queja de que su denuncia se haya archivado.

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#PRIMERA DENUNCIA

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Fecha: 5.12.94. Nota informativa.

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En relación con las informaciones ya avanzadas en días anteriores, sobre el riesgo que existe ante una posible fuga de información de Vital Importancia, incluso para La Seguridad Nacional, se puntualizan los extremos ya adelantados.

Un Comandante del Ejército (José Manuel Navarro Benavente, el teléfono y dirección se informan verbalmente), responsable de un Departamento de Escuchas del CESID, se encuentra en la actualidad hostigado por distintos «intermediarios», a fin de que facilite soporte documental, escrito y sonoro que evidencie la existencia de dicho «Centro de Escuchas» de carácter absolutamente ilegal y la utilización eminentemente privada de los controles que allí se realizaban.

El referido Comandante, (responsable operativo del dispositivo de escuchas), se encuentra anímicamente en una situación débil, ya que se le ha acusado entre otras cosas de utilizar dicho dispositivo técnico para fines privados e incluso de quedarse con comisiones a consecuencia de la compra de material de la Unidad de Intervención Telefónica que controla. Por ello ha sido expulsado del CESID junto con varios subordinados suyos sin darle explicación alguna.

El Centro de Control aludido, con posibilidad para introducir hasta 999 números de teléfono en memoria, (se llegaron a plantear la posibilidad técnica de 1.500 controles), cuenta en la actualidad con unos 145 a 150 equipos de recepción de audio en frecuencia 450 ó 900 de telefonía móvil en escucha diaria las 24 horas en grabación automática.

Según la información aportada por una Fuente de Absoluta Solvencia del propio Centro, (que en los próximos días puede que aporte un soporte sonoro de un control al parecer accidental, realizado a un desembarco de droga, utilizando telefonía móvil y que fue detectado muy recientemente en la Costa del Sol cuando se controlaba a grupos de terrorismo árabe), el referido control diario de los 150 móviles se dirigía fundamentalmente a los Directores de medios de comunicación, a Presidentes de Bancos, responsables civiles y militares susceptibles de disponer de información (Guardia Civil, Policía…), a responsables políticos y a figuras de notoriedad nacional.

En tal sentido, me aconsejó que era conveniente para mi seguridad que cambiase de móvil ya que el mío «estaba metido en la memoria». Al mostrar mi extrañeza y restarle credibilidad por darle tanta importancia a mi móvil se me argumentó el nivel de «trabajos delicados que realizaba para Interior» y sobre todo el último en que se relacionaban mis actividades con AK y con el Juez G. y la investigación que actualmente se realiza sobre el Grupo Mafioso (GM).

En los próximos días puede que continúe el flujo informativo, aunque dada la gravedad de los hechos denunciados sería conveniente verificar los datos e informar al Centro aunque las relaciones no sean especialmente cordiales. Una investigación para demostrar los hechos va a ser muy difícil, pero se debe intentar, y es igualmente grave que determinados «Secretos Oficiales» puedan salir a la luz.

Difusión Restringida.

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#SEGUNDA DENUNCIA

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Excmo. Sr.:

El funcionario que suscribe, en la actualidad destinado en la Comisaría del Distrito de Retiro de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, con todo respeto y subordinación, tiene el honor de participarle:

Que siente escribir de nuevo, a pesar de haber prometido a distintos superiores, en los últimos días, que iba a dejar de enviarle escritos de denuncia a V.E.; no por el miedo a que se puedan cumplir las amenazas veladas recibidas de diferentes fuentes donde se me insinúa una inminente suspensión de empleo y sueldo si continúo con mi actitud, sino porque confío en su buen hacer y entender.

Que la razón de continuar en la desagradable tarea de distraerle de sus numerosas obligaciones, es porque el hecho que nos ocupa resulta de todo punto gravísimo.

Que como me consta, fue informado en su día de una Nota Informativa que realicé con fecha 5 de diciembre de 1994 donde denunciaba la existencia de un Centro de Escuchas Ilegales del CESID, advirtiendo que el contenido del mismo podía saltar a la opinión pública al expulsar al responsable de dicho Centro (Comandante Navarro). Que en días sucesivos, añadí más datos a los ya aportados, e incluso señalé el rumor «en medios periodísticos» de la contratación por parte del ministro de Interior de un Gabinete Privado de Investigación para seguir los pasos de Roldán, toda vez que (según las fuentes) el propio titular del Ministerio desconfiaba de los responsables de Policía y Guardia Civil ante las numerosas fugas de información detectadas cada vez que se iba a proceder a la detención del referido Roldán.

Que, aún cuando el propio responsable de la UCI (mi jefe inmediato), me felicitó por la importancia de las referidas notas, de manera sorpresiva y sin explicación alguna fui cesado de dicha unidad y aún continúo esperando explicaciones de tal circunstancia y de las que sucedieron en los meses siguientes.

Que en los últimos días, he detectado que en algunos medios de comunicación se había filtrado que la existencia de las escuchas del CESID eran conocidas por la Policía. Estos hechos, a pesar de estar disfrutando un permiso sin sueldo, lo he puesto en conocimiento de mis Superiores.

Que como ya se me ha instruido en días pasados una información reservada sobre una supuesta fuga de información al diario EL MUNDO, desea dejar patente que bajo ningún concepto deseo conculcar mi obligación de guardar el Secreto Profesional.

Que dada la gravedad de los hechos, considera urgente aclarar las razones por las que en lugar de investigar los hechos denunciados por el dicente con Nota Informativa de fecha 5 de diciembre de 1994 y siguientes informes, fue cesado fulminantemente en su puesto. Al tiempo que aconseja que la Superioridad ponga los datos aportados en su día, en conocimiento de la Autoridad Judicial.

Madrid a 19 de junio de 1995.

Fdo. José M. Villarejo Pérez