23 septiembre 2010

El PSOE anuncia que el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, volverá a encabezar sus listas a pesar de haberlo teóricamente ‘expulsado’ por pactar con tránsfugas

Hechos

Fue noticia el 22.09.2010.

23 Septiembre 2010

Tránsfugas al poder

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

Leer
El aval de los socialistas al alcalde expulsado de Benidorm estimula esta práctica fraudulenta

Los socialistas de Valencia parecen dispuestos a consumar la ruptura del Pacto Antitransfuguismo que el PSOE firmó hace cuatro años con el resto de las fuerzas políticas del arco parlamentario. El alcalde tránsfuga de Benidorm, Agustín Navarro, ha sido propuesto por los socialistas como candidato a la alcaldía, ahora con la etiqueta de independiente. Le ha dado su aval Jorge Alarte, líder del partido en Valencia, el mismo que hace un año defendió enérgicamente el Pacto Antitransfuguismo y promovió la expulsión de Navarro y los concejales que le auparon a la alcaldía benidormense (entre ellos la madre de la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín).

Este movimiento es de una enorme gravedad. Todos los partidos políticos han sido víctimas alguna vez del transfuguismo. De ahí el acuerdo alcanzado entre ellos en 1998, que se convirtió en un más solemne Pacto Antitransfuguismo en 2006. Pacto no menos solemnemente ignorado luego, destacando en ello el PP, tanto por el número de casos como por el surtido de coartadas empleadas para justificarlo. Precedentes que en ningún caso podrían justificar la actitud de los socialistas en Benidorm con el amparo de más altas instancias.

Ante las críticas por su cambio de actitud, Jorge Alarte ha reclamado la destitución de los alcaldes populares de otros municipios de la provincia que, como Navarro, alcanzaron el puesto con votos tránsfugas. Pero condicionar la decencia propia a la de los demás vacía de sentido el discurso de los socialistas valencianos de que el transfuguismo, además de ser un fraude a los electores, esconde corrupción urbanística. Si los 12 concejales que auparon a la alcaldía a Navarro hace un año merecieron la expulsión por vulnerar el Pacto Antitransfuguismo, ¿no la merecen ahora los que avalan retrospectivamente aquella decisión?

Pero el caso de Benidorm está cargado de simbolismo y su onda expansiva sobrepasa los límites de la Comunidad Valenciana. En este enclave turístico de 70.000 habitantes, especulación urbanística y transfuguismo tienen una larga tradición. A comienzos de los años noventa, el futuro dirigente popular Eduardo Zaplana inició su carrera alcanzando la alcaldía de la localidad gracias a un voto tránsfuga.

El episodio de hace un año ya salpicó a la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín. Sus enemigos la acusaron entonces de haber salvado la cara con unas expulsiones cuyo alcance real se vería cuando llegaran las elecciones. La sospecha de que los 12 serían readmitidos en las listas no se ha verificado, pero el indulto implícito concedido a quien los encabezaba al designarle como candidato indica que aquella indignación era provisional. Si el PSOE imita lo que considera inaceptable en el PP, ambos partidos no solo renuncian a lo que pactaron sino que dejan el camino abierto para que los tránsfugas escalen con impunidad el camino que lleva al poder.

30 Diciembre 2010

Tránsfugas sin control

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

Leer
El naufragio del pacto entre el PP y el PSOE es un acicate para el fraude y la corrupción

A la desesperación y a la angustia que provoca la crisis económica se añaden, como un tributo más que los ciudadanos deben soportar, comportamientos de los partidos políticos que se quedan muy por debajo de los niveles mínimos de calidad exigibles a la vida democrática. La frivolidad y la indolencia con que abordan el problema del transfuguismo, que estimula el fraude al elector y es causa de muchos casos de corrupción política, es uno de esos comportamientos. Otro, especialmente referido al momento actual, son las prácticas de filibusterismo institucional con que se busca someter el funcionamiento de las instituciones a los intereses partidistas y cuyo último episodio es el riesgo de un nuevo bloqueo del Tribunal Constitucional por el empeño del PP en proponer para magistrado a un candidato carente de la experiencia y de la cualificación jurídica exigidas para el cargo.

En momentos de agobio económico y psicológico no estaría de más que los partidos políticos se esforzaran en dar ejemplo, no cayendo en formas extremas de demagogia y populismo rayanas en el cinismo y que avergüenzan y ofenden a los ciudadanos. Habría sido ejemplar que en la reciente reunión del Pacto Antitransfuguismo los partidos se hubieran comprometido a desechar en las próximas elecciones municipales a candidatos tránsfugas o que deben su cargo a votos de esa índole, se trate del actual alcalde de Benidorm, en lo que se refiere al PSOE, o de los de Denia (Alicante), Puerto de Santa María (Cádiz) o Águilas (Murcia), en lo referente al PP.

Pretender que el caso de Benidorm sea especial y deba tener un tratamiento único da pie a que, como reacción, el PSOE plantee que tan denunciables son los casos de transfuguismo que benefician al PP. El resultado ha sido que los tránsfugas tendrán barra libre en las próximas elecciones, contribuyendo a degradar más la vida política. El PSOE todavía está a tiempo de parar la candidatura del alcalde de Benidorm, lo que daría a su discurso político un sello de autenticidad y de vigor democráticos que no pasaría inadvertido a muchos electores. El caso de Benidorm no es especial ni único, pero está cargado de simbolismo (el ex dirigente popular Eduardo Zaplana llegó a su alcaldía por el voto de una tránsfuga socialista a comienzos de los noventa). Y que el PP se muestre ciego y sordo ante sus muchos episodios de transfuguismo no es el mejor ejemplo a seguir.