26 enero 2013

Óscar López califica de 'golfo' a su compañero de partido

Caso Amy Martin: El PSOE expulsa a Carlos Mulas Granados, ex director de la Fundación Ideas por los pagos irregulares a su esposa

Hechos

  • El 25.01.2013 D. Óscar López, secretario de Organización del PSOE anuncio la expulsión de D. Carlos Mulas del partido.

Lecturas

El 21 de enero de 2013 el periódico El Mundo inicia un serial de reportajes firmados por el periodista D. Carlos Segovia Fernández sobre presuntos pagos a colaboradores por parte de la Fundación Ideas, fundación vinculada al PSOE cuyo director es D. Carlos Mulas Granados. Destacan los ingresos percibidos por la firma ‘Amy Martin’, que habría recibido por artículos y textos para la fundación un total de 100.000 euros. La persona detrás del seudónimo ‘Amy Martin’ es Dña. Irene Zoe Alameda, la esposa de D. Carlos Mulas Granados.

El 23 de enero de 2013 el PSOE comunicó la destitución de D. Carlos Mulas Granados como Director de la Fundación Ideas, fundación cuyo máximo ejecutivo es D. Jesús Caldera, con rango de vicepresidente.

El 25 de enero de 2013 el secretario de organización del PSOE, D. Óscar López Águeda comunica que D. Carlos Mulas Granados ha sido expulsado del partido por ‘golfo’. La Sra. Zoe Alameda asegurará que su marido no era conocedor de que ella estaba detrás del seudónimo Zoe Alameda mientras que el Sr. Mulas Granados asegurará que reintegrará a la fundación todo lo abonado.

21 Enero 2013

La fundación del PSOE pagó 600.000 euros a allegados y familiares de sus líderes

Carlos Segovia

Leer

La Fundación Ideas pagó en los dos últimos años del Gobierno socialista en el poder al menos 600.000 euros entre empresas de amigos y parientes de dirigentes del PSOE, según documentación en poder de EL MUNDO.

Las sociedades de un íntimo del gerente del PSOE, de una hermana de la vicesecretaria general, Elena Valenciano y de la propia esposa del director de la Fundación Ideas figuran entre los proveedores habituales de servicios de la institución.

La Fundación Ideas está presidida desde el pasado año por el propio líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y se autodefine como «una factoría de pensamiento, tanto a nivel nacional como internacional, que centra sus líneas de acción en diversos ámbitos como la igualdad, la economía, la política, los derechos, la ecología, la sostenibilidad, la formación o la solidaridad». Recibe subvenciones anuales de la Administración central por valor de hasta tres millones de euros y este dinero público es la base fundamental de sus presupuestos.

Ante la petición de explicación por parte de este diario, fuentes oficiales socialistas se remitieron al director de la Fundación Ideas, Carlos Mulas, y éste, a sus superiores en la institución y en el partido.

Entre las facturas de los años 2010 y 2011 -que son los dos primeros ejercicios completos de esta fundación creada por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero- destacan las pagadas a consultoras con domicilio social en la misma calle, piso y puerta que empresas fundadas por el PSOE. Estas consultoras, que incluyen las llamadas Maber y Anan, están administradas por Juan Manuel Limón, amigo de Xoán Cornide, gerente del PSOE y de la propia Fundación Ideas. Éstas facturaron 400.000 euros a la fundación por distintos servicios de asesoría y gestión de nóminas de las -entonces- decenas de empleados.

Entre ellas existe una factura de Anan Consultores por valor de 25.550 euros en concepto de «búsqueda de financiación bancaria», una labor que teóricamente correspondiente al responsable financiero de la institución. La persona que autorizó tales pagos era precisamente el propio Cornide, el gerente de la Fundación y del PSOE que conoce bien el domicilio social de Anan, porque ha creado en el mismo empresas vinculadas al PSOE como la Agrupación de Eurodiputados Socialistas Españoles.

Aunque la Fundación Ideas contaba con una intérprete en plantilla, encargaba al tiempo decenas de trabajos a Traducciones Políglota, la empresa de la que es consejera delegada y accionista Paloma Valenciano, hermana de la vicesecretaria general del PSOE. En aquellos dos años remitió facturas por 150.000 euros, incluyendo algunas de ellas individuales por valor superior a los 13.000 e incluso a los 21.000 euros, poco habituales en este tipo de trabajos de traducción. Elena Valenciano figura entre los miembros del patronato de la Fundación Ideas junto a otros dirigentes del partido.

La sociedad Story Line Projects es administrada por Irene Zoe Alameda, esposa de Mulas, y facturó al menos 50.000 euros a la institución que dirige su marido.

Se trata de una productora cinematográfica, pero pasó facturas por conceptos como «servicios de predicción y coyuntura» o «informe sobre reforma laboral». Esta contratación, que podría constituir un sobresueldo del director, fue publicada por el diario ABC el pasado año y Mulas facilitó esta explicación: «Son estudios que realizan distintos docentes universitarios, que yo los facturo con mi empresa y luego pago a los autores». Es decir, que utilizaba a su empresa como vía indirecta para pagar a colaboradores de la Fundación.

Mulas también contrató en 2010 como proveedor de la institución, y pagó 20.000 euros, a la productora Cool Shots Film. Es la misma que colaboró con él mismo y Story Line Projects en esas mismas fechas para la producción del cortometraje Uniformadas, dirigido por su esposa.

Entre los que colaboran con la Fundación figuran también viejos conocidos del ex presidente del Gobierno, Felipe González. El ex tesorero en la etapa de Filesa, Guillermo Galeote, cobró 9.000 euros en 2010 por una serie de colaboraciones, y Pilar Navarro, la ex secretaria en Moncloa de Felipe González, recibe 1.400 euros de media al mes.

La Fundación Ideas recibió en esos dos últimos años seis millones de euros de los ministerios de Cultura y Exteriores, y en los años en que se produjeron los hechos documentados la presidía José Luis Rodríguez Zapatero. Éste continúa ahora como miembro del patronato.

Los últimos recortes presupuestarios han mermado su base de ingresos y acometió el pasado año un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó al 75% de la plantilla.

23 Enero 2013

La fabulosa Amy Martin

Carlos Segovia

Leer

La Fundación Ideas del PSOE pagó 50.000 euros por diversos artículos a una presunta escritora llamada Amy Martin cuya marca comercial y logotipo están registrados por el propio director de la institución, Carlos Mulas. Ex empleados de la fundación, que preside Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguran que Amy Martin no existe y que en realidad es un sobresueldo de Mulas, que ha montado una ficción. La autora fantasma ha llegado a cobrar 3.000 euros por artículos en los que se presenta como experta en los asuntos más variopintos y que sólo se publican en la web de Ideas.

El director de la Fundación negó haber cometido irregularidades a este diario, pero no facilitó datos que identifiquen a Amy Martin, sólo un correo personal y un móvil estadounidense. Mulas no negó que la empresa de él y de su esposa Irene Zoe Alameda -StoryLines Project- registraron la marca comercial de Amy Martin. «Mi esposa diseñó el logotipo de Amy Martin», declara Mulas, aunque resta importancia al hecho y dice que era habitual que su sociedad tomara iniciativas en favor de la fundación y facturara servicios para ella.

La entidad que pasó facturas a Fundación Ideas en nombre de Amy Martin es la agencia literaria Casanovas & Lynch, que representa también a la cineasta y escritora Irene Zoe Alameda. Esta agencia no facilitó, pese a la insistencia de este diario, un mínimo currículo y obras completas de Amy Martin, como hace con todos los demás autores a los que representa. Sin embargo, el caché de Martin es elevado en la Fundación Ideas, que le ha llegado a pagar hasta 3.000 euros por artículo.

Ex empleados de la Fundación Ideas insisten en que «Amy Martin no existe» y que es un montaje del director para aplicarse un sobresueldo de, en este caso, 50.000 euros en los años 2010 y 2011 para completar sus honorarios mensuales, que ascienden a 5.625 euros al mes. Mulas, en conversación con este diario, ofreció una vaga explicación. «Creo que Amy Martin es una analista política, yo sólo la he visto una vez». Preguntado por tan altos emolumentos, Mulas respondió: «Yo no me ocupo de eso en la Fundación, desconozco qué tarifas se le aplicaban». Aseguró que su falta de datos sobre Amy Martin obedece a que la persona que recomendó su participación en publicaciones de la Fundación ya no trabaja en la institución.

Según la documentación en poder de este diario, la contribución de Amy Martin a la Fundación Ideas, que la presenta como una articulista estelar en su página web, es rocambolesca y algunos de sus trabajos coinciden con otros publicados por el propio Mulas. La factura emitida por Amy Martin el 12 de septiembre de 2011 es de 742,88 euros a la Fundación -sin contar el IVA- por un artículo sobre agencias de rating que Ideas no publicó. Sin embargo, unas semanas antes, el 6 de agosto de 2011, el propio Carlos Mulas publicó en el diario Público un artículo titulado A vueltas con las agencias de rating.

El 3 de marzo de ese año, Casanovas & Lynch cobró para Amy 1.401 euros por «asesoría para el artículo sobre los sindicatos y la socialdemocracia en el siglo XXI», que es justo el escrito el mes anterior por el director de la Fundación.

También es llamativa la versatilidad de Amy Martin, que cobró en esa misma factura de marzo otros 1.100 euros. Entre sus entregas se incluye un artículo sobre la industria del cine en Nigeria, otro sobre la central nuclear de Fukushima, la crisis de la Eurozona o la medición de la felicidad. Cualquier asunto es accesible para Amy Martin.

En el desglose de las facturas, además, se aprecia que la autora fantasma cobra por caracteres: cada pulsación son 16 céntimos. Y que lo hace también por una copia del mismo artículo en inglés: 10 céntimos. En ocasiones, se da la sensacional casualidad de que el texto tiene los mismos caracteres en castellano que en inglés: El cine como síntoma de desarrollo. La industria cinematográfica de Nigeria tiene 6.876 en español (1.100,16 euros) y otros tantos en inglés (687,60). Más el 18% de IVA.

23 Enero 2013

El PSOE debe darnos a conocer a Amy Martin

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

LA INFORMACIÓN que hoy publicamos de los generosos pagos de la fundación del PSOE a una desconocida escritora, que cobra a través del mismo agente que el de la esposa del director de la entidad y cuyo nombre está registrado en España por el propio Carlos Mulas, merece una explicación. Si Mulas no se presenta con la tal Amy Martin, detalla dónde han ido a parar los miles de euros que ésta ha recibido de Ideas por sus artículos y justifica el alto precio pagado por cada uno de ellos, el PSOE debe destituirle y abrir una investigación. La polifacética escritora, que igual re- flexiona sobre el cine en Nigeria que sobre la felicidad del ser humano, ha llegado a cobrar hasta 3.000 euros la pieza; ni Umbral en sus buenos tiempos. El asunto, turbio y rocambolesco, debe ser aclarado.

24 Enero 2013

El PSOE despide a Amy Martin

Carlos Segovia

Leer

La fabulosa Amy Martin no logró mantener la ficción hasta el final. El PSOE destituyó ayer a uno de los suyos, el director de la Fundación Ideas, Carlos Mulas, tras concluir que lo revelado por EL MUNDO es cierto y que la farsante escritora Amy Martin era una tapadera para un sobresueldo.

Tras publicar este diario que una ignota escritora, que podía ser el propio Mulas, había cobrado 50.000 euros de la Fundación Ideas, el vicepresidente ejecutivo de la fundación, Jesús Caldera, pidió explicaciones al director de la institución. Mulas mantuvo la versión que había dado a EL MUNDO en los días precedentes sobre que Amy existe. Ni Caldera ni la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, continuaron dando credibilidad a Mulas, según las fuentes socialistas consultadas, e hicieron una investigación por su cuenta. Un empleado del PSOE se hizo pasar por el propio director de la fundación y llamó a Casanovas&Lynch, la agencia literaria cómplice del engaño.

María Lynch, creyendo que hablaba con Mulas, según fuentes socialistas, desveló la patraña resaltando que, como su interlocutor ya sabía, «Amy Martin no existe». Casanovas&Lynch incluye entre su catálogo de autores representados a la esposa de Mulas, la escritora y cineasta Irene Zoe Alameda, y también intentó engañar a este diario. El pasado lunes facilitó a EL MUNDO, al igual que Mulas, un presunto teléfono y correo electrónico personal de Amy Martin fingiendo su existencia.

Casanovas&Lynch era la entidad que presentaba a cobro las facturas a la Fundación Ideas en nombre de Amy Martin a razón de hasta 3.000 euros por artículo. Tras confirmar la agente literaria, sin saberlo, la farsa, fuentes del PSOE aseguraron que fue inmediata la decisión de destituir a Mulas y exigirle que devuelva lo cobrado por Amy Martin. Aunque el presidente de la fundación es el propio Alfredo Pérez Rubalcaba, fue Caldera, que siempre había respaldado a Mulas, el que asumió la decisión por «quiebra de confianza».

El PSOE dio así por zanjado el asunto, pero este diario reveló también el pasado lunes que una empresa de Mulas y su esposa, la productora cinematográfica StoryLinesProjects, facturó otros 50.000 euros a la Fundación Ideas -que se nutre fundamentalmente de subvenciones públicas- por servicios como la elaboración de un informe sobre la reforma laboral.

La portavoz parlamentaria socialista Soraya Rodríguez reaccionó entonces defendiendo «la legalidad y la moralidad» de contratar como proveedores a afines y familiares. Nada dijo ayer Caldera de recuperar ese otro sobresueldo de Mulas. Tampoco mencionó responsabilidades en el gerente de la Fundación Ideas y que es el mismo que el del PSOE, Xoán Cornide. «No hay malversación ni irregularidad en la contabilidad, porque las facturas correspondían a productos reales», justificaron en el PSOE.

24 Enero 2013

El triste final de la escapada de Amy Martin

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

EL PSOE destituyó ayer al director de la Fundación Ideas tras revelar este periódico que se había inventado a una falsa columnista de nombre Amy Martin, por cuyos artículos cobraba él mismo. Carlos Mulas tuvo la caradura de defender la existencia de Amy Martin hasta que un empleado socialista llamó al presunto representante de la columnista haciéndose pasar por él y desenmascaró el engaño. Jesús Caldera, el máximo responsable de la Fundación, actuó con celeridad y destacó la labor de EL MUNDO al descubrir el fraude. Sin embargo, es muy difícil que el gerente del PSOE, y de la Fundación, dejara pasar facturas de hasta 3.000 euros destinados a una persona que no existía. Sólo caben dos hipótesis: o Cornide estaba en el ajo o hizo dejación de sus funciones.

25 Enero 2013

Aquí quien no trinca, vuela

Luz Sánchez-Mellado

Leer
Irene Zoe Alameda se inventó un alias para venderle unos artículos supersesudos y superbién remunerados al 'think-tank' socialista que dirigía su exmarido, Carlos Mulas, quien no se coscaba de la película. Y voy yo, y me lo creo

Ya lo dice mi vidente: soy una ilusa. Sí, qué pasa, voy a una adivina para adelantarme a los acontecimientos, ¿no va la baronesa Thyssen y no osa ni dios llevarle la contraria, salvo Borja y Blanca? Pues eso. Pero resulta que a mi gurú la acaba de fichar el FMI como experta en futuros; su sustituta me lee estas paridas y, según entro, me suelta la muy enterada que a quién pretendo engañar con mis ínfulas de analista sociopolítica. “La cabra tira al monte”, va y dictamina sin echarme siquiera las cartas. “Y el monte, esta semana, se llama Milan, tú misma”, sentencia antes de clavarme cien pavos, con tanta incertidumbre la prospectiva se ha puesto por las nubes. Salí supermosqueada. Vale que la cosa está muy mala y cualquier chorrada sobre el bebé de Piqué y Shakira se vende como tablets. Pero me hastían los rorros de los famosos, y, de momento, a mí no me dice nadie de qué tengo que hablar en este foro, aunque no sea el de Davos.

Yo no seré columnista estrella, pero en lo de ir por libre estoy con Amy Martin, la ídem fantasma de la Fundación Ideas. Lo único que, como dice Rouco, una cosa es la libertad y otra el libertinaje, y a la tal Amy la han pillado con todo el equipo, porque ya me dirás si es verosímil que semejante tejemaneje lo llevara ella sola. Resulta que dice la polifacética Irene Zoe Alameda que fue ella quien se inventó ese alias para venderle unos artículos supersesudos y superbién remunerados al think-tank socialista que dirigía su exmarido, el lumbreras Carlos Mulas, quien, a la sazón, no se coscaba de la película. Y voy yo, y me lo creo. Total, que Caldera ha cesado al pobre cónyuge, y yo que me alegro, porque aunque no sería ni el primero ni el último al que se la meten doblada, el asunto huele que trasciende.

Lo que está cristalino es que aquí el que no trinca, vuela. Mira a Mas, que ha logrado que el Parlament declare al pueblo catalán sujeto político y jurídico de soberanía. Vale que yo me quedé en sujeto, verbo y predicado, pero, francamente, estoy inquieta. Porque si Cataluña se va de España; Escocia, del Reino Unido; y Cameron cumple su órdago de pirarse de la UE, al final no va a quedar en la vieja Europa ni El Tato, que diría Rajoy si se dignara a abrir el pico. Claro que, a veces, calladito está más mono. Alguien se lo tenía que haber dicho a Guindos para que se abstuviera de soltar eso de “hemos tocado fondo”, cinco minutos antes de que la agorera de Lagarde dijera que 2013 será peor que 2012 y siempre se puede caer más bajo. Que digo yo que a ella se lo sopló mi adivina, si no, a qué tanta clarividencia.

En fin, que quienes no tenemos el cuajo de trincar la pasta e irnos, nos evadimos como podemos: aquí estoy yo, enganchadita al Lorazepam, como tantas. Dice Lance Armstrong que es imposible ganar el Tour sin doparse. Y la doble jornada, no te digo. Y menos con las lorzas que he echado para terminarme los polvorones. No tengo cintura. Ni política ni de la otra. No como Shakira, que va a salir de la Teknon con la tableta en su sitio gracias a su cirujana plástica. Mira, al final voy a tener que hablar del niño mimado, porque me da a mí que al lado de Milan Piqué Mebarak, Suri Cruise es Cenicienta.

26 Enero 2013

Yo soy Amy

Rubén Amón

Leer

ES DIFÍCIL especializarse en cine nigeriano. Con más razón cuando el país africano alimenta la mayor industria mundial después de Bollywood. No en repercusión financiera, pero sí en títulos. Desde las telenovelas precarias en DVD hasta el cine contemplativo de Jeta Amata, cuyo nombre de pila, insistimos, Jeta, venerado como un gurú en los festivales europeos, representa una tentadora equivalencia con la impostura de Amy Martin.

Es la creación de Carlos Mulas y señora. Quién sabe si el director de la Fundación Ideas para el Progreso -el progreso propio- eligió el alias inspirándose en Martin Amis. Y si la obstinación con que negó la fechoría aludía a la incomprensión del soldado Stirling, degradado como un lunático entre sus compañeros de batallón cuando les aseguraba que la Mula Francis hablaba y que era una fuente privilegiada de información.

Únicamente Stirling podía escuchar a la Mula al igual que solamente Mulas tenía el móvil de Amy, aunque este privilegio no fue suficiente para sospechar que la señora Martin era su propia esposa (¿?), de tal manera que el vodevil socialista degenera en un adulterio virtual que, sospechosamente, terminaba indemnizando al matrimonio Mulas.

Semejante y estrafalario episodio no sólo redunda en la cultura pujante del sobresueldo y en la nauseabunda fontanería con que se financian los partidos políticos. También introduce una inquietante moraleja con posdata a quienes nos dedicamos a opinar desde la ambición polifacética que ejercitaba el clan Mulas: agencias de rating, cine nigeriano, meditación, Mali, Mourinho, bosón de Higgs, Palestina…

Amy Martin nos ha hecho pasar vergüenza en el abismo de la identificación. Exactamente igual que nos abochornó la noticia de un fingido asesor de la ONU a quien han desenmascarado en Portugal como un tertuliano impostor que impartía doctrina económica e ideología política en los periódicos y en las televisiones.

Se llama Artur Baptista da Silva el falsificador, pero no importa tanto su nombre como el síntoma de una cultura opiniatra cuyos peligros de intoxicación reclaman a los periodistas el mismo ejercicio de transparencia, responsabilidad y honestidad que exigimos a nuestros políticos cuando invocamos la pureza de la democracia.

27 Enero 2013

UN MATRIMONIO CON MUCHAS "IDEAS"

Javier Castro-Villacañas

Leer

Irene Zoe Alameda Nieto y Carlos Mulas Granados eran la pareja ideal. Ambos nacidos en Madrid, en 1974. Ella tenía todo para convertirse en una best seller. Políglota, doctora por Columbia, cineasta, cantante… Deslumbraba en los saraos literarios. Rubia, de ojos claros, con silueta de modelo, era la mujer perfecta para el chico guapo, el Ken del PSOE. Carlos Mulas no se quedaba atrás. Sonrisa profiden, doctor en Economía por Cambridge y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad de Columbia, podría haber cambiado la cara de un partido, era una de sus grandes esperanzas. Pero todo se quedó en posibilidad cuando surgió una tercera en discordia, la otra, una tal Amy Martin. La escritora ficticia con la que la pareja le facturó más de 50.000 euros a la Fundación Ideas, el think tank socialista. Lo que causó el despido fulminante de Mulas y que Irene terminara confesando que Amy Martin era ella.

Pero Amy no sólo representa eso. Se ha convertido sin pretenderlo en la cara del descontrol de las fundaciones ligadas a partidos políticos. Curiosamente, la tesis doctoral de Irene Zoe analizaba la neopicaresca. Y tan pícara resultó Irene Zoe Alameda que coló a su personaje de ficción en un libro plagado de estrellas: Bill Clinton, Joseph Stiglitz, Al Gore, Lula da Silva, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Luis Rodríguez Zapatero y… Amy Martin. Sí, es otro capítulo nuevo en la historia que publicó en exclusiva EL MUNDO. La experta en picaresca se supera día a día.

Ese libro se debería convertir, como dijo Mulas en su momento, en un «diccionario de ideas para el progreso». O lo que el creyera que eso significaba. El trío logró que Amy Martin tuviera rostro real y que apareciera en la portada, junto a las personalidades ya citadas. Pero no es la foto de Irene Zoe Alameda, quién ha reconocido que es la verdadera Amy Martin. Es otra mujer, de pelo castaño y coqueto lunar sobre el labio, quien se mezcla con lo más selecto de la progresía mundial y local. Por inventar un personaje, hasta le pusieron una cara totalmente falsa.

¿Cómo pasó? Los propios trabajadores y ex trabajadores de la Fundación Ideas están sorprendidos. La génesis de la aparición de Amy en esta selecta publicación es una incógnita. Alana Moceri, politóloga estadounidense y catedrática de la Universidad Europea de Madrid, fue parte de esta institución. Está indignada y lo cuenta así: «Trabajé por seis meses en la Fundación Ideas en 2011 gestionado los medios internacionales… El libro Work in Progress, 55 Terms for Progress es otro proyecto que gestioné durante mis seis meses allí y que yo sepa, nadie recibía pago por su ensayo. Cuando me fui de la fundación en julio de 2011, el borrador del libro no incluía el ensayo de Amy Martin, ni la foto que acompaña el libro. ¿De quién es esta foto?», se pregunta. Nadie tiene respuesta. Charlando con Crónica ironiza. «¿Cómo a Amy se le pagaba 3.000 euros por sus textos? En España a nadie le pagan así, menos en la Fundación Ideas donde se buscaban autores que no cobraran». Cuenta detalles precisos en su blog personal donde suelta toda su indignación y la verdad del personaje. «Lo más raro de este historia es… (que como) soy estadounidense, me pidieron tratar con ella para asegurar que nos entregaba un artículo cada mes. Parecía maja, incluso me dijo que leía mis artículos, pero nunca me convencía. A pesar de ser (supuestamente) estadounidense, su inglés era raro y no podía encontrar nada de ella online. Ni una biografía». «Me siento engañada, triste, enfadada… Soy una de esas muchas personas que han escrito artículos para la Fundación Ideas gratis. No pagan a nadie… Nunca».

Otra que se ha visto sorprendida por la pícara Irene es su propia agencia literaria. Ella es una escritora reconocida a partir de su primera novela: Sueños itinerantes, publicada por Seix Barral. Su impulsor fue Juan José Millás quien convenció a Casanovas&Lynch de que valía la pena su libro. Tuvo buen ojo Millás, las críticas fueron estupendas. Apareció en El País Semanal entre el grupo de autores jóvenes que prometían. Hoy, tras el escándalo, la prestigiosa agencia asegura que «no conocía los vínculos entre la Sra. Irene Zoe Alameda y el Sr. Carlos Mulas, de la Fundación Ideas, ni por tanto tampoco podía prever las implicaciones que de ello se derivaran». A través de Casanovas&Lynch -que maneja también a Javier Marías, Boris Izaguirre e incluso la obra de Tomas Eloy Martínez- Amy Martin facturó más de 50.000 euros.

«ARTISTA Y CRIMINAL…»

Todos los escritos de Irene apuntan al tema que más le seduce: la picaresca o neopicaresca. Su tesis doctoral en Columbia se titulaba exactamente Escribir en la posguerra: La novela neopicaresca en la literatura europea (1942-1963). La presentó en 2004. Su último ensayo se titula Artista y criminal…, aunque hoy parezca una mala broma. Y también tiene por eje el género que alcanzó la gloria con el Lazarillo. Mulas era también irónico. Escribió un libro sobre la corrupción. Se dice que fue el responsable del programa económico de ZP para las elecciones de 2004 y parte del equipo que redactó el programa electoral del PSOE en 2008. Mientras, ella teorizaba sobre una nueva picaresca. Si tenemos en cuenta que los ejes de este género son que sus protagonistas buscan mejorar su estatus con la mentira y la estafa; y que suelen tener la estructura de una falsa autobiografía, la novelista ha hecho de Amy su mejor ficción. Y si algo es Irene es creativa. Con su marido elevado a los altares del PSOE, en el trampolín de Ideas, logró subvenciones para su otra pasión: el cine, 122.000 euros para cortometrajes. También cantante, la fundación le pagó los gastos a ella y a su hermano para que rodaran en Nueva York un videoclip.

Como apunta Carlos Segovia, el periodista de EL MUNDO que destapó el escándalo, el objetivo de crear a Amy Martin para Carlos Mulas sería obtener un sobresueldo. Así el director de la fundación del PSOE ha destruido la reputación de un organismo trascendental para el futuro de su partido. Tanto por las ideas que aporta como por el dinero. Es necesario recordar que desde su nacimiento las fundaciones, tanto la del PSOE como la del PP (Faes), han buscado eso, captar financiación para sus partidos. Desde el inicio de la Transición los partidos políticos se rompieron los sesos buscando distintas fórmulas económicas para financiar sus actividades. Las cuotas de los militantes no daban en la mayoría de los casos ni para pagar la luz. Así que la única alternativa que les quedó fue acudir a las ventanillas de los principales bancos para endeudarse hasta las cejas. Nunca han existido datos oficiales.

Pero en 1986, una vez amortizado el escándalo del caso Flick [Ver apoyo], los partidos reconocieron públicamente sus deudas para justificar la necesidad de recibir subvenciones. El PSOE acumulaba una deuda de más de 5.000 millones de pesetas. Mientras que Alianza Popular señaló que su endeudamiento superaba los 3.000 millones. Fueron las deudas reconocidas, aunque se sabían que habían mucho millones condonados por grandes banqueros… El escándalo Flick obligó a los partidos a abrir una comisión de investigación. Las conclusiones fueron claras: para evitar el endeudamiento con los bancos y las ayudas extranjeras con fundaciones o partidos foráneos, lo lógico era elaborar una Ley de Financiación de los Partidos Políticos, que finalmente fue aprobada en 1987, cuando Irene Zoe Alameda y Carlos Mulas apenas tenían 13 años.

Esta normativa prohíbe de forma específica a los grupos políticos recibir donaciones de empresas que tengan contratos en vigor con la administración o ingresar donaciones superiores a los 100.000 euros de una misma persona. Hecha la ley, hecha la trampa porque los contratistas del Estado no pueden financiar directamente los partidos, pero sí pueden dar dinero a sus fundaciones. Otra norma incentiva la financiación de los partidos a través de las fundaciones. Según la Ley de Mecenazgo todas las donaciones tienen una deducción fiscal del 25% cuando se trata de personas físicas y de un 35 % en el Impuesto de Sociedades.

«TRAMAS DE CORRUPCIÓN»

La triquiñuela es tan evidente que hasta los propios políticos lo han denunciado. En 2009, el año en que Amy Martin fue aceptada como colaboradora de la Fundación Ideas, la responsable de Cultura del PSOE, Ana Noguera, lo explicaba sin tapujos: «Las fundaciones son las cajas B donde no se puede enseñar ni explicar lo que se hace y sirven de caldo de cultivo para posibles tramas de corrupción, como ya se han dado».

Las denuncias de la dirigente socialista iban bien encaminadas. Las dos principales fundaciones de nuestros dos grandes partidos han cumplido esa función. La Faes (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales) se constituyó en Madrid el 11 de noviembre de 2002. Para ello se integraron cinco fundaciones vinculadas al Partido Popular: Fundación Cánovas del Castillo, Popular Iberoamericana, Popular Iberoamericana de Análisis y Estudios Sociales, Popular Iberoamericana de Estudios Europeos y el Instituto de Formación Política. La Fundación Ideas para el Progreso fue creada en abril de 2008 integrando a las antiguas fundaciones ligadas al PSOE: Pablo Iglesias, Ramón Rubial y Jaime Vera (este proceso aún no ha acabado).

Las fundaciones vinculadas a los partidos tienen que presentar sus cuentas, sus memorias, someterse a una auditoría externa y mandar su contabilidad al Tribunal de Cuentas. Así lo hacen, pero la mayoría de las veces como un mero trámite formal… Tanto la Faes como Ideas tienen una doble financiación: pública y privada. Se calcula que en este aspecto son muy parecidas: el 60% de su presupuesto proviene de fondos públicos y el 40% restante son aportaciones privadas.

Como las aportaciones privadas dependen del interés del donante, las cantidades varían según se resida o no en el Palacio de La Moncloa. Pero lo mismo sucede con las distintas subvenciones públicas. Por ejemplo, respecto a las ayudas otorgadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores (Secretaría de Estado de Cooperación Internacional para Iberoamérica) tanto en 2011 como en 2010 (los últimos dos años del Gobierno socialista de Zapatero) las recibidas por Ideas y por Campalans (ligada al PSC) sumaron una cantidad próxima a los 1,1 millones de euros (en estos dos años Ideas le pagó a Amy, 50.000 euros). En ese mismo periodo, la Faes recibió una cuantía en torno al millón. En el 2012, primer año de la era Rajoy, una vez efectuado los recortes y ajustes presupuestarios, Faes recibirá 529.849 euros, mientras que Ideas, más o menos la mitad: 238.510 euros. Respecto a los apoyos económicos otorgados por el Ministerio de Educación y Cultura y Deporte durante el 2012 a las Fundaciones políticas son las siguientes: Faes recibirá 1.188.071 euros, mientras que las fundaciones del PSOE (Ideas, Pablo Iglesias y Campalans) recibirán 765.713 euros.

Ahora están en el punto de mira las del PSOE. No sólo por Amy. Son 600.000 en subvenciones que se han utilizado para pagar a «empresas de amigos y parientes de dirigentes del PSOE», como ha denunciado EL MUNDO. Han sido capaces de jubilar a la histórica Elena Flores del Instituto Pablo Iglesias -adscrito a Ideas- y poner al cuñado de Elena Valenciano, Daniel Yates. Una decisión tomada en 2011 que causó un cataclismo interno en su momento, ya que Flores ha sido una de las mejores aliadas del ex presidente Felipe González (quien también comparte libro con Amy). Ahora la guerra interna es mayor al conocerse que es la hermana de Elena Valenciano, Paloma, con su empresa de traducción, quien ha llegado a facturar 150.000 euros a Ideas, que el año pasado tuvo un ERE que afectó al 75% de la plantilla. La hermana, el cuñado y una alta dirigente del PSOE. Otro trío. Al menos, en el caso de Carlos Mulas su despido fue fulminante -decisión que tomó el vicepresidente de la institución, Jesús Caldera- y el viernes el PSOE le ha abierto un expediente de expulsión del partido. Por su parte, Irene, su mujer, ofrece devolver 50.000 euros que cobró por los textos de Amy.

Dinero no le faltaba a la pareja Mulas-Alameda. El sueldo de él era, sólo por Ideas, 5.625 euros mensuales. Irene fue nombrada directora del Instituto Cer vantes de Suecia en 2011. Cobró 100.000 euros por un año de trabajo y hasta le acusaron de «despotismo», según cuenta a Crónica un trabajador. Quien la seleccionó, Carmen Caffarel, dice que la puso allí «por su currículum». Talento y dinero no les faltaban a ninguno de los dos… Ni una sede lujosa para su Amy. Su residencia es la misma que la de StoryLines Projects, queda en una urbanización en Las Rozas, en Madrid, donde el valor de las viviendas no suele descender del millón de euros… ¿Saben cuál era el tema sobre el que escribía Amy en el libro de Ideas? Acerca de la «libertad» teorizó. La muy pícara.

 

APOYO

De Ideas al «ni de Flick ni de Flock»

El ‘caso Flick’ fue una gran trama de corrupción orquestada por el empresario alemán Fredrich Karl Flick, quien sobornó a políticos del Bundes tag a cambio de cuantiosos beneficios fiscales. La trama se ex ten dió a Espa ña ya que la Fundación Friedrich Ebert, próxima al Par ti do Socia lis ta alemán, destinó donaciones de Flick por valor de un millón de marcos para financiar al PSOE a través de las funda cio nes Pablo Iglesias y Largo Caballero. La ramifi ca ción española se conoció cuando el diputado socialdemócrata Peter Struck declaró en 1984 que otro diputado del mismo partido le habría entregado un millón de marcos a Felipe González. Así nació la célebre frase del presiden te: «No he recibido ni un duro, ni una peseta, ni de Flick ni de Flock». El Congreso le absolvió.

28 Enero 2013

Ideas 'progres' entre el fraude y el despilfarro

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

LOS DATOS que hoy revelamos sobre el escándalo en la Fundación Ideas demuestran que fue el gerente del PSOE quien posibilitó la estafa estampando su firma en un contrato fraudulento. El contrato en cuestión especifica que tanto Xoan Cornide como Amy Martin estuvieron «reunidos» en Madrid el 15 de septiembre de 2010, que la falsa escritora aportó su «número personal de identidad» y que ambos firmaron las condiciones de su colaboración. Puesto que Irene Zoe Alameda ha reconocido que ella se inventó a Amy Martin, está claro que ha habido, de entrada, falsedad en documento mercantil, pero todo apunta a que estamos ante una gran estafa.

Pese a la gravedad del asunto, el gerente del PSOE -que también lo es de Ideas- ha permanecido callado desde que EL MUNDO destapó las irregularidades. Hoy mismo debería explicar quién fue la persona que tuvo enfrente haciéndose pasar por la tal Amy Martin. A tenor de los hechos sólo caben dos posibilidades: o estaba al tanto de las trampas o fue víctima de un engaño por su tremenda negligencia.

El contrato con Amy Martin está adornado, por lo demás, con guiños ideológicos que destilan papanatismo intelectual, como cuando se especifica que la «periodista y escritora» tendrá como misión «realizar análisis científicos y rigurosos de las cuestiones más candentes (…) desde una perspectiva progresista».

Existen motivos para desconfiar de la conducta de Cornide. Sabemos que dos consultoras de un amigo suyo facturaron 400.000 euros a Ideas por servicios de asesoría y por la gestión de nóminas de los empleados de la fundación. Sólo por la tarea de buscar financiación bancaria, una de esas empresas cobró 25.000. Pero además está el propio contenido del contrato con Amy Martin. Es un disparate pagar a una desconocida 0,26 euros por carácter, incluidos los blancos entre palabras. Eso permitió facturar a la esposa del director de Ideas hasta 3.000 euros por artículo. Ninguna empresa de comunicación pagaría una cantidad así y resulta muy sospechoso que una entidad que se nutre antes que nada de fondos públicos sea tan poco cuidadosa con el dinero. En el mejor de los supuestos para Cornide estaríamos ante un enorme despilfarro producto de una pésima gestión. Cabe preguntarse, pues, si las cuentas del PSOE las lleva de la misma manera. Tampoco hay que descartar que Ideas haya acabado convirtiéndose en un gran tinglado para repartirse el dinero.

La destitución de Carlos Mulas como director de Ideas no agota la asunción de responsabilidades. Desde luego, no es el cortafuegos que pueda apagar el incendio originado por este turbio asunto. Los nuevos elementos que ahora conocemos convierten el hasta ahora caso Amy Martin en el caso Fundación del PSOE. Lo que el partido ha querido presentar como un simple capítulo de enriquecimiento personal podría ser un grave asunto de corrupción. El gerente Xoan Cornide queda en una situación insostenible y Jesús Caldera, en tanto que máximo responsable de la entidad, deberá ser convincente en sus explicaciones para no verse atropellado por el escándalo.

29 Enero 2013

Eso seguro

Salvador Sostres

Leer

Jesús Caldera, vicepresidente ejecutivo y responsable de la fundación Ideas, preguntado por si piensa asumir algún tipo de responsabilidad por el caso de la periodista que no existe, ha dicho: «No pienso dimitir, eso seguro». Fue quien contrató a Carlos Mulas como director de la fundación socialista, cuya esposa ha resultado ser la auténtica autora de los artículos de una inexistente periodista a quien, bajo la dirección de Mulas, la Fundación Ideas había contratado a un precio desorbitado.

No sé si Caldera tiene o no tiene que dimitir, pero seguro que le sobra la arrogancia del «eso seguro». Cuando cometemos un error, tenemos que ser más modestos: y contratar a un director general que te la cuela es sin duda un error. Yo mismo cometí ayer un error, al atribuirle a la princesa María de Dinamarca unos orígenes nobles que en realidad no tiene. Lo único «seguro» que hice, al darme cuenta del fallo, fue disculparme ante mi superior asi como hoy ante todos los lectores del periódico.

¿Qué otra cosa puedes hacer cuando te confundes o te equivocas, además tener más cuidado? El «eso seguro» de Caldera revela un nefasto estado moral español que consiste en no asumir ninguna responsabilidad, en no disculparse nunca, y en no conjugar ni por asomo el verbo dimitir: «Eso seguro».

Aquello con lo que nos comprometemos, sobre todo cuando tiene una dimensión pública, está indispensablemente relacionado con el precio que estamos dispuestos a pagar por ello. La última medida de honor de un cargo público es su dimisión cuando cree que en algo no ha estado a la altura de la confianza que han puesto en él los ciudadanos, mediante el pago de cuantiosas sumas de dinero -vía impuestos- que tanto cuesta ganar y que tendrían que tratarse con mucho más respeto.

Si Caldera fuera un político con este sentido del honor imprescindible para dedicarse con acierto a la política, no se aferraría al cargo sino a la verdad, y al contrato implícito que tiene con los ciudadanos al estar la Fundación Ideas subvencionada con jugosas cantidades de dinero público.

«Otra cosa será si me cesan», ha dicho también Caldera para completar su «eso, seguro». No se trata de si nos pillan o de si nos obligan a dimitir. Se trata de nuestra rectitud, del gesto interior en el que se basa el sentido moral de nuestra existencia. No importa quién te haya descubierto, importa que tú sabes lo que has hecho. Esto tal vez no lo puedan comprender los que no viven en tensión trascendente.

Podemos exigirnos más y tenemos que exigirnos más. Nuestras vidas sólo son importantes porque somos capaces de comprometernos con las ideas en las que creemos y con las personas a las que queremos. Si a la hora de pagar nos ponemos de perfil nuestro compromiso carece de utilidad y nuestro amor no es sincero. Caldera tendría que reflexionar sobre qué significa para él ser socialista -si es que algo significa todavía- y volver a contestar la pregunta. Ni la crisis es fundamentalmente económica, ni se trata de una bronca entre la derecha y la izquierda. Se trata de nuestro posicionamiento como hombres, de nuestro lugar en el mundo, de si consagramos nuestra vida en el esfuerzo por ser libres y de si dignificamos nuestra libertad haciéndonos responsables de ella.

06 Febrero 2013

¿Amy Martin?

Jaime González

Leer

Dijo ayer Soraya Rodríguez: «Como era secretaria de Estado de Cooperación Internacional y concedía subvenciones es muy fácil colocar mi nombre sin una labor de investigación profunda». Se refería la portavoz socialista en el Congreso a los malpensados que la apuntan con el dedo en el insólito caso del director mutante de la Fundación Ideas: ora Carlos Mulas, ora Amy Martin, milagro de la multiplacación de la carne y prodigio de la dislocación de la materia, ese joven ubicuo que tan pronto era él como se transformaba en ella para facturar a cuatro manos estudios sobre el cine de Nigeria, la medida de la felicidad – autodidacta en la materia – el fenómeno de la corrupción. A Soraya no le falta razón: que fácil sería «colocar su nombre sin una labor de investigación profunda» y hacerle robar su propia medicina. Según el método deductivo del PSOE – Bárcenas es corrupto, Bárcenas fue tesorero del PP, ergo todo el PP es corrupto – cabría inferir, la siguiente secuencia: Carlos Mulas es corrupto, Carlos Mulas fue director de la Fundación Ideas, era Soraya Rodríguez es corrupta por concederle subvenciones a la Fundación Ideas.

Como me niego a aplicar el método deductivo del PSOE, no voy a ‘colocar’ el nombre de Soraya Rodríguez junto al del director mutante de la Fundación ideas: ora Carlos Mulas, ora Amy Martin, ora pro nobis pecattoribus. Y no lo voy a hacer aunque Soraya Rodríguez haya ‘colocado’ el nombre de Mariano Rajoy junto al de Luis Bárcenas sin esperar ninguna investigación profunda. El método deductivo del PSOE me parece de una brutalidad intelectual tan grande que la situaría al kilo de una sospecha inabarcable, entre las sombras de una duda tan negra que terminaría por fundir su nombre con el de Carlos Mulas, el joven socialista que facturaba a cuatro manos. Y en el colmo del delirio, algunos dirían que Soraya es Amy Martin.