18 febrero 1931
Tras la renuncia de Berenguer, el Rey propuso formar Gobierno a José Sánchez Guerra, pero este declinó
El Rey Alfonso XIII nombra nuevo Presidente al almirante Aznar tras la dimisión de Berenguer para que forme un Gobierno de coalición monárquica
Hechos
Eñ 18.02.1931 se formó un nuevo Gobierno presidido por D. Juan Bautista Aznar y formado por monárquicos.
Lecturas
El 18 de febrero de 1931 el general D. Dámaso Berenguer Fusté dimite como presidente del consejo de ministros de España, se pone fin al periodo conocido como ‘dictablanda’ que comenzó en enero de 1930 con la dimisión del general Primo de Rivera.
Ante la situación crítica el rey D. Alfonso XIII nombra presidente al almirante D. Juan Bautista Aznar Cabanas y se convocan elecciones municipales el 12 de abril de 1931 para conocer la temperatura política del país. El gobierno está formado por destacadas figuras monárquicas.
- Presidente – D. Juan Bautista Aznar Cabanas.
- Estado – D. Álvaro de Figueroa, Conde de Romanones.
- Fomento – D. Juan de la Cierva Peñafiel.
- Economía – D. Gabino Bugallal Araújo, Conde de Bugallal.
- Hacienda – D. Juan Ventosa Calvell.
- Trabajo – D. Gabriel Maura Gamazo, Duque de Maura.
- Gracia y Justicia – D. Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas.
- Ejército – D. Dámaso Berenguer Fusté.
- Gobernación – D. José María de Hoyos Vinent, marqués de Hoyos.
- Instrucción Pública- D. José Gascón Marín.
- Marina – D. José Rivera Álvarez de Canero, Almirante Rivera.
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Conde de Romanones
Marqués de Alhucemas
D. Juan de la Cierva
El Análisis
El fracaso de la ‘dictablanda’ de Berenguer, como un eco desafinado de los gobiernos anteriores, culmina con su dimisión el 18 de febrero de 1931. Ahora, con el almirante Aznar a la cabeza, se intenta una última maniobra desesperada: un gobierno de concentración monárquica lleno de figuras destacadas, que no puede hacer nada para salvar a un rey Alfonso XIII que ya está más perdido que el rumbo de este país. Las elecciones municipales del 12 de abril se perfilan como el clavo final en el ataúd de la monarquía, más una formalidad que una verdadera consulta popular. Alfonso XIII intenta agarrarse a una soga hecha de ilusiones, pero en realidad, el juego está perdido.
J. F. Lamata