5 noviembre 1993

Elecciones en Jerusalén (Israel) Ehud Olmert (Likud) acaba con el mandato del laborista Teddy Kollek tras casi 30 años en el cargo

Hechos

En noviembre de 1993 se celebraron elecciones en Jerusalén.

05 Noviembre 1993

Fracaso para la paz

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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LA ELECCIÓN del alcalde de Jerusalén ha sido una derrota clara de los laboristas: el veterano Teddy Kollek, de 83 años, que ocupaba el cargo desde hace casi tres décadas, sólo ha obtenido el 41% de los votos, mientras su contrincante del Likud, Ehud Olmert, enemigo declarado del acuerdo firmado por Israel con la OLP, ha ganado con el apoyo del 55% del electorado. Si bien se han dado en esta elección condiciones muy especiales (como la movilización de los rabinos en favor de Olmert), no se puede negar que su éxito tiene un significado general, como lo ha reconocido el portavoz del Partido Laborista. «Es una, grave derrota», ha dicho, «para el Gobierno y para nuestro partido».Es un hecho particularmente grave en la coyuntura por la que atraviesa Israel, cuando se está concretando, en la negociación de Taba, la aplicación del acuerdo firmado por Rabín y Arafat, es decir, el traspaso a los palestinos, en Gaza y en Jericó, de amplios poderes administrativos, incluidos los de orden público. Una experiencia delicada, y llamada a tener una importancia histórica, ya que se prefigurará en ella la convivencia en el futuro de una Palestina autogobernada y del Estado israelí.

En esa perspectiva, el problema de Jerusalén desempeña un papel especial: su discusión sólo se abordará tres años después de que empiece a funcionar el autogobierno palestino. Este retraso refleja el desacuerdo radical sobre Jerusalén de judíos y palestinos. Los primeros consideran a esta ciudad simplemente como capital de Israel; y un número creciente de judíos se están instalando en ella, incluso en los barrios tradicionalmente palestinos, para que la realidad sociológica respalde su tesis. Con esa posición chocan no sólo los palestinos, sino los europeos y las tesis de las principales religiones (en primer lugar, el Papa), que desean hacer de Jerusalén una ciudad excepcional,. no sometida a un Estado. Hasta ahora, el laborista Kollek ha sabido administrar con suavidad una ciudad explosiva por las tensiones entre judíos y palestinos. Ahora, con Olmert habrá una política más ofensiva en el tema de los asentamientos, para crear una situación de hecho antes de que llegue la hora de la negociación con los palestinos sobre Jerusalén.

Probablemente, el Partido Laborista no ha dado a esta elección toda su importancia. Al mantener a un candidato de 83 años -por brillante que sea su biografía- ha dejado en manos del Likud un argumento muy fuerte: la juventud de Olmert y la impresión de dinamismo que da para afrontar una etapa difícil.