7 mayo 1995

El extremista Jean Mari Le Pen podría haber llegado a la segunda vuelta si hubiera sido capaz de pactar con Philippe de Villiers

Elecciones Francia 1995 – Jacques Chirac logra la presidencia de Francia derrotando al socialista Lionel Jospin

Hechos

El 7.05.1995 se celebró la Segunda Vuelta para las Elecciones a la presidencia de Francia de 1995.

Lecturas

EL NUEVO PRIMER MINISTRO DE FRANCIA

Alain_Juppe Alain Juppé será el nuevo primer ministro de Francia nombrado por Jacques Chirac. Ambos pertenecen al mismo partido, la RPR, que es la formación líder de la derecha francesa.

 

08 Mayo 1995

Chirac devuelve la presidencia de Francia a la derecha

Enric González

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Jacques Chirac, de 62 años, será el quinto presidente de la V República. Un 52,67% de los franceses le dio ayer su voto, frente al 47,33% de Lionel Jospin. Con Chirac vuelve la derecha al palacio del Elíseo, tras 14 años de presidencia socialista, y se cumple la última profecía de François Mitterrand: «Mi sucesor», dijo hace años el viejo político, «será un gaullista». «Seréel presidente de todos» prometió Chirac en su primer discurso como máximo dirigente de Francia. Mitterrand le envió un telegrama de felicitación en el que se declaró dispuesto a recibirle de inmediato, «con todo el respeto que merece el jefe del Estado». Jospin felicitó a su rival, le deseó suerte, se presentó como el líder moral de la izquierda y apeló a seguirle a quienes deseen justicia y progreso.

Chirac tardó más de una hora en comparecer ante el gentío entusiasta que abarrotaba el salón de actos del Ayuntamiento de París. cuando apareció, lo hizo tranquilo, satisfecho, sin euforia. Quiero expresar mi gratitud», dijo, «a quienes, con su voto, me han encomendado el más alto puesto del Estado. Y saludo a los otros con respeto. Seré el presidente de todos».Esa última frase fue especialmente subrayada, dada la hegemonía que la derecha acababa de consolidar: Presidencia, jefatura del Gobierno, mayoría abrumara en el Parlamento y control sobre casi todos los Consejos regionales y departamentales. El riesgo de un Estado puramente gaullista, al estilo del creado en los años 60, pesaba sobre muchas mentes de izquierda y de derecha.

El sucesor de François Mitterrand, se declaró consciente de la gravedad de los problemas de Francia, y de la dificultad de la tarea» que le esperaba. Prometió un Estado vigoroso, imparcial, atento al buen uso del dinero público», que no aislaría «a los gobernantes de sus electores» y que concentraría en la lucha contra el empleo. También homenajeó a sus padres «y a todos los patriotas de a pie que han sido nuestros ancestros». «Habré cumplido con mi deber si soy digno de su memoria», concluyó. Permanezcamos unidos, tolerantes y fraternales. Pero también audaces y conquistadores».

Tras su discurso en el Ayuntamiento de París, se dirigió a la gran fiesta que celebraban sus seguidores en la sede de su cuartel general de campaña y luego a la plaza de la Concordia. Fue un viaje lento, entorpecido por la multitud que celebraba la victoria.. Chirac, acompañado de Bernadette, su esposa, aprovechó el tiempo para hablar por teléfono y preparar la reunión que le esperaba en la sede de su candidatura, en la avenida de léna, con sus lugartenientes Alain Juppé, Philippe Séguijn, Ala-in Madelin y Charles Millon.

La victoria de Jacques Chirac fue la de todo el bloque conservador, sin aportaciones apreciables desde sectores de izquierda. Chirac ganó porque las distintas corrientes de la derecha se alinearon tras él. Prácticamente todo el electorado del primer ministro Édouard Balladur votó por el alcalde de París, y lo mismo hicieron los electores de Philippe de Villiers. También los votantes del Frente Nacional en la primera vuelta, cuyo líder, Jean-Marie Le Pen, utilizó ayer una papeleta en blanco, se inclinaron en gran número por el alcalde de París. Los continuos ataques de Le Pen contra Chirac, al que definió como «Jospin, en peor», sólo tuvieron un efecto parcial.Según un sondeo realizado a la salida de las urnas, completado con una proyección, los electores ultraderechistas votaron por Chirac en un 39%, por Lionel Jospin en un 17%, en blanco o nulo en un 13% , y el 31% restante se abstuvo. Le Pen, al conocerse los resultados, criticó la hegemonía del gaullismo, señaló que el margen por el que se imponía Chirac era «estrecho» y aseguró que, «lo quiera o no, el nuevo presidente ha sido elegido gracias a un bloque de votos del Frente Nacional».

Jospin fue el primero en comparecer, lo hizo ante los suyos y no pareció un derrotado. Reconoció la victoria de su rival, le felicitó y le deseó buena suerte, pero habló ya del futuro: «Nuestro movimiento no se detendrá aquí, porque lleva, en sí la esperanza», señaló. «Que se nos unan todos quienes crean en la justicia y el progreso, para preparar el éxito del mañana».

Máxima prioridad: el desempleo

La campaña electoral de Jacques Chirac tuvo como eje la lucha contra el desempleo. Y en su primer parlamento, ya como presidente electo, volvió a enarbolar esa bandera. «Nuestra batalla principal», declaró, «tiene un nombre: lucha contra el desempleo. Harán falta nuevos métodos para ganar esa batalla. Y siempre, antes de adoptar una decisión, cualquiera que sea, nos preguntaremos: ¿es buena para el empleo?» La prioridad quedó claramente establecida.
El segundo frente de combate había de dirigirse, según Chirac, a acabar con la creciente marginación de amplias capas sociales. Con 3,3 millones de parados y casi dos millones de perceptores del salario de reinserción, una gran parte de Francia vive al borde del abismo. «Si vencemos», declaró el nuevo presidente, refiriéndose a la lucha contra el paro, «Francia volverá a ser ella misma. Será el país de la libertad, la fraternidad, de la igualdad de oportunidades. La patria de los derechos humanos brillará en el mundo y será el motor de la Unión Europea».
En varias ocasiones, durante la recta final de la campaña, Chirac dijo que sus pensamientos no estaban puestos «en el día 7 de mayo, sino en el día 8». O sea, en el día después, en su primer jornada como presidente electo si resultaba vencedor en las urnas. La importancia de los problemas, decía, requería ponerse a trabajar de inmediato. Chirac empezará hoy mismo, pues, a hablar con su equipo,, encabezado por Alain Juppé, sobre el primer paquete de medidas urgentes. La fecha en que François Mitterrand le cederá oficialmente el Elíseo es una de las primeras cuestiones a establecer. Mitterrand tiene prisa por marcharse. Chirac tiene prisa por empezar.

08 Mayo 1995

Ganó Chirac

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Los seguidores de Jospin le aclaman con igual entusiasmo que si hubiera ganado

Jacques Chirac impuso finalmente su condición de favorito y será el presidente con el que Francia cruzará el umbral del siglo XXI. Pese a las zozobras de los últimos días de la campaña, en los que fue perdiendo puntos hasta sembrar de nerviosismo su cuartel general. Ha sido la suya una victoria mucho más ajustada de lo que nadie hubiera previsto, dada la muy sólida mayoría de centro-derecha que ha cristalizado en la sociedad francesa en los últimos años. El aún alcalde de París alcanza la presidencia de Francia en su tercer intento. En eso repite los pasos de su predecesor.En su intento de no perder un solo voto en la recta final, Chirac ha ofrecido un programa confuso y a menudo contradictorio, tratando de conjugar europeísmo y nacionalismo, rigor económico y populismo social. Un abanico tan movedizo de promesas puede terminar generando insatisfacción en todos los campos. Y a falta de esa victoria aplastante que Chirac esperaba, el nuevo presidente tendrá que aceptar la necesidad de compromisos con las diversas familias, de la derecha presentes en la Asamblea Nacional durante los tres años que quedan de legislatura. Allí será probablemente Balladur, con su ascendiente sobre la derecha no gaullista, su principal interlocutor. Y las relaciones entre los dos antiguos aliados y recientes adversarios no están libres de problemas, por mucho que en los últimos días Balladur demostrara su lealtad al candidato de la derecha.Enfrente se ha encontrado Chirac con un rival que, partiendo de la nada de un Partido Socialista dividido y desmoralizado, le logró poner en apuros al final de campaña. Lionel Jospin tuvo primero que superar los recelos de los propios militantes socialistas, decepcionados ante la negativa de Jacques Delors a representarles. El primer aldabonazo lo dio al ser el candidato más votado en la primera ronda, rompiendo así algunos pronósticos prematuros que auguraban una lucha Final fratricida entré los dos grandes candidatos de la derecha, Chirac y Balladur. El futuro de ese duelo hubiera sido más incierto aún, según los observadores.

Jospin no ha ganado, pero ha desmentido que el escenario político francés se haya fosilizado en torno a un centro-derecha absolutamente hegemónico, tras los sucesivos reveses del Partido Socialista. La recomposición de la izquierda francesa. parece al menos posible tras el digno resultado de Jospin. La primera tarea será la de unificar en un proyecto a todos los barones del socialismo, que han estado más concentrados en combatirse que en hacer frente común contra la derecha.

En Francia comienza ahora realmente esa nueva época que se venía anunciando desde la demoledora derrota del Partido Socialista en las timas. Con François Mitterrand en el palacio del Elíseo, los conservadores tenían aún maniatada a su mayoría parlamentaria en la Asamblea Nacional para llevar a cabo ese gran proyecto de reformas que algunos vienen anunciando desde hace años. Pero está por ver que las relaciones entre el nuevo presidente y la Cámara vayan a ser mucho mejores en el futuro de lo que lo fueron hasta ahora en difíciles años de cohabitación.

Chirac, habrá de demostrar ahora qué es lo que realmente piensa cuando habla de su compromiso inquebrantable con la unidad europea y después resucita planes para un referéndum sobre la unión monetaria. Tendrá que ser más explícito que hasta ahora acerca de su relación con la poderosa Alemania y también respecto a sus planes sobre la coordinación europea en política exterior y de defensa. ¿En qué consiste, por lo demás, esa idea de Europa que dice tener, a mitad de camino entre el proyecto alemán y el británico?

Chirac tendrá que definirse también en cuestiones como la inmigración, la reforma institucional y la fiscalidad, terrenos en los que ha tomado tantas posiciones como públicos ha tenido. Concluido el duelo electoral, clausurada oficialmente la larga y contradictoria era Mitterrand, y con Chirac ya definitivamente en el Elíseo, este gran vecino nuestro que es Francia abre ahora un nuevo capítulo en su historia.

08 Mayo 1995

Victoria de Chirac

ABC (Director: Luis María Anson)

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Jacques Chirac ha sido elegido quinto presidente de la V República francesa con un 52% del voto expresado, mientras Lionel Jospin reduce su asistencia popular al 47%. Buen resultado para el candidato de centro-derecha, que alcanza el triunfo después de haber recorrido un largo camino desde el pasado otoño, cuando los pronósticos de expertos politólogos consideraban imposible su victoria, y premio final a una larga carrera en la que la tenacidad fue capaz de superar anteriores fracasos electorales.

Las cifras obtenidas por Chirac le permiten ocupar la Jefatura del Estado con un confortable respaldo de votos  en el que parece haber jugado a su favor una razonable transferencia de electores del centro-derecha que en la primera vuelta habían sostenido a Balladur y han tenido la nobleza política de olvidar los posibles rencores que la lucha fratricida entre los dos líderes neogaullistas causó durante la incomprensible confrontación del 23 de abril. Los discutidos votos de Jean-Marie Le Pen en el primer turno parecen repartidos equitativamente entre Chirac y Jospin, según las reglas habituales en ese grupo humano que repite su comportamiento de anteriores consultas. Por último los nuevos electores de 1995 han preferido inclinarse en gran parte por Chirac. En total, el 52% del voto favorable al líder del centro derecha compone una masa electoral suficiente para considerar a Jacques Chirac como un presidente de la República bien elegido. En todo caso convierte recordar que el primer triunfo de François Mitterrand en el año 1981, que abrió las puertas del Palacio del Elíseo por primera vez a un líder socialista en la historia de la V República, se consiguió con la asistencia de un 51,8% de los sufragios expresados.

Es cierto que las disputas en el seno del centro-derecha entre Balladur y Chirac han desgastado inevitablemente la contabilidad que en teoría hubiese debido favorecer en las urnas a un exclusivo candidato del centro derecha en la primera vuelta y que Lionel Jospin ha demostrado una calidad indudable de líder responsable en el campo de la izquierda, estrepitosamente derrotada en la última consulta legislativa de 1993 y en las europeas de 1994. Un candidato único del centro-derecha hubiese mejorado la cifra actual de Chirac, pero esta perversa incidencia de rivalidades internas no ha sido capaz de torcer la clara inclinación del pueblo francés hacia la propuesta liberales después de los escándalos financieros que envolvieron al socialismo durante el sombrío doble septenato de François Mitterrand, lo cual ciertamente hace más meritorio el triunfo de Chirac.

Con Jacques Chirac en la Presidencia de la República, mayoría de diputados en la Asamblea Nacional y en el Senado, y un jefe de Gobierno lógicamente elegido en el centro-derecha, Francia clausura un ciclo político en el que el socialismo sólo sirvió para arruinar el país y dividir a los franceses. Será Jacques Chirac el hombre encargado de rectificar los errores pasados y devolver a la nación su buen equilibrio político, a pesar de la funesta herencia de los socialistas.