26 mayo 1997

Los moderados no tendrán todo el poder, al estar supeditados al Líder Supremo, el ayatollah Jamenei, fuertemente integrista

Elecciones Irán 1997 – Vuelco político: el moderado Mohammad Jatami logra ganar al integrista Akbar Nateq Nouri

Hechos

El 24.05.1997 se celebraron elecciones presidenciales en Irán que dieron el triunfo a Mohammad Jatami.

Lecturas

Entre Wagner y el Corán

A los 54 años, Mohamad Jatami será el séptimo presidente de la República Islámica de Irán. Es un hombre de religión que luce el negro turbante de los sayd o descendientes del profeta Mahorma, y que tiene el título de ‘hoyatoleslam». Cursó estudios de Filosofía, jurisprudencia coránica y Ciencias de la Educación en Isfajan (que los persas llaman con orgullo el centro del mundo), en Kon (la ciudad levítica de los musulmanes chiitas) y en Teherán. Comenzó su acción política en la Asociación de Estudiantes Musulmanes de Isfajan, y en 1979, al tirunfar la revolución, dirigía el Centro de Estudios Islámicos de Hamburgo.

Fue diputado del Parlamento y durante 10 años, hasta 1992, desempeñó el cargo de ministro de Información y Cultura, donde se distinguió por su carácter tolerante. Su política de una cierta apertura en la televisión, el cine y la prensa le valió la simpatía de muchos artistas e intelectuales, pero le convirtió en la ‘bestia negra’ de los más acérrimos conservadores, que consiguieron su dimisión. En la actualidad ocupa la dirección de la Biblioteca Nacional. Hombre de letras, habla árabe, alemán e inglés y es muy aficionado a la música clásica. Es padre de tres hijos, dos muchachas y un varón.

 

29 Mayo 1997

¿Se modera Irán?

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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LA VICTORIA de Mohamed Jatamí, el candidato más moderado, modernizador y liberal de los contendientes, en las elecciones presidenciales ha despertado esperanzas de cambio en Irán. No hay que hacerse excesivas ilusiones; el régimen iraní es una teocracia controlada por el clero y por su líder espiritual, Alí Jamenei, sucesor del ayatolá Jomeini. Ésta es la gran diferencia con, por ejemiplo, los inicios de la perestroika: Gorbachov no tuvo a ningún líder espiritual por encima de él.Jatamí ha arrollado en las urnas, con un 69% de los votos en un país en el que el derecho al sufragio se ejerce a partir de los 15 años. Han sido la juventud, las mujeres y en general los sectores sociales y económicos más dinámicos de la sociedad iraní los que han aupado a la victoria a este político de 54 años, formado en Alemania. Habla de derechos individuales, de crear una sociedad civil e incluso de la necesidad de partidos políticos en un país que tuvo que desistir hasta de un partido único ante la acumulación de facciones en su seno. Todo ello dentro del «imperio de la ley», islámica, se entiende, en continuidad con el presidente saliente, Alí Hachemí Rafsanyani, que ha gobernado durante dos mandatos en un constante equilibrio inestable con Jamenei.

El hecho de que en estas elecciones haya habido cierta pluralidad -si bien muy limitada- indica que algo puede cambiar. Pero Jatamí no es un hombre- antisistema. Fue durante 10 años ministro de Orientación Islámica, desde donde participó en la represión. De momento representa una posibilidad. De su plasmación depende que Irán se reintegre a la comunidad de naciones que respetan unas reglas del juego. Para ello, Irán necesitará cambiar por dentro. Jatamí ha admitido este deseo de cambio, pero habrá que comprobar si tales anhelos se traducen en medidas concretas de liberalización. Si así fuera se abriría la posibilidad de rehacer las relaciones con Europa, muy deterioradas a partir de las evidencias de participación de Irán en operaciones de terrorismo de Estado (en Alemania, por ejemplo). Y esas relaciones favorecerían a su vez la apertura interior. Así suelen iniciarse las transiciones.

04 Agosto 1997

Llega Jatamí

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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EL PARLAMENTO de Teherán investirá hoy a Mohamed Jatamí como nuevo presidente de la República Islámica de Irán. Su gran victoria en las elecciones presidenciales de mayo pasado, en las que obtuvo el 69% de los votos frente a su rival, el muy conservador presidente del Parlamento, Alí Akbar Nateq-Nuri, desató manifestaciones de satisfacción popular no habidas en mucho tiempo en la república islámica.La mayoría de la población iraní, especialmente mujeres, jóvenes, intelectuales y clases medias urbanas, expresaban con su voto y su alegría por el triunfo de Jatamí sus deseos y esperanzas de lograr reformas liberalizadoras en el rígido régimen clerical islámico. En Occidente tampoco se ocultó la satisfacción por lo que se quiere entender como una primera oportunidad seria de que Irán cambie su política, en lo que respecta a las libertades civiles y políticas en el interior y en sus relaciones con Occidente en el exterior.

Jatamí se ha desmarcado clara y frecuentemente de la política represiva y fanática del clero que domina la política iraní. En su día fue cesado por ello como ministro de Cultura y marginado como lector en la Biblioteca Nacional en la capital iraní. Ahora retorna al poder con gran apoyo popular.

No deben esperarse cambios espectaculares de su llegada a la presidencia. Primero, porque su poder está muy limitado, tanto por su rango constitucional, inferior al líder religioso Jamenei, como por la oposición, cuando no hostilidad, con que contará en las instituciones, mayoritariamente ocupadas por el islamismo más reaccionario. De la composición de su Gobierno cabrá hacer una primera valoración de su capacidad de maniobra inicial.

Pero, en todo caso, sí parece que la llegada de Jatamí puede abrir puertas hasta ahora firmemente cerradas hacia una cierta normalización de las relaciones entre Irán y Occidente. Ha habido en Occidente dos claras y enfrentadas posturas para combatir ciertas conductas de Irán que son inaceptables para la comunidad internacional, como su apoyo al terrorismo, su sistemática violación de los derechos humanos en el interior y amenazas como la fatwa o llamamiento a asesinar al escritor Salman Rushdie. EE UU optó por el aislamiento y el embargo; Europa, por el diálogo condicionado. Ambas estrategias fracasaron. Europeos y norteamericanos deberían buscar ahora una política común hacia Irán. Si con Jatamí llegan indicios de cambios, Occidente debería hacer esfuerzos coordinados por incentivarlos. Para que un país de la importancia de Irán pueda reintegrarse en la comunidad de Estados civilizados.