15 noviembre 2005

Elecciones Liberia 2005 – Ellen Johnson-Sirleaf gana las elecciones a George Weah y se convierte en la primera mujer que gana unas elecciones en África

Hechos

Fue noticia el 15 de noviembre de 2005.

17 Octubre 2005

Liberia vota paz

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Con Liberia aparentemente encaminada a una segunda vuelta para decidir quién será su presidente, el milagro es que este pequeño país de África occidental haya conseguido celebrar esta semana unas elecciones pacíficas tras 14 años de guerra civil, que se cobraron más de un cuarto de millón de vidas. Según los datos de ayer, una ex estrella del fútbol internacional, George Weah –El Rey, héroe para los jóvenes-, y una economista y política veterana, educada en Harvard, Ellen Johnson-Sirleaf, se disputarán como candidatos más votados la jefatura del Estado por la voluntad de alrededor de un millón de electores. Populismo radical frente a experimentada tecnocracia.

Liberia fue, desde finales de los ochenta y hasta hace un par de años, uno de los grandes mataderos de África. Su interminable guerra civil, sus éxodos masivos, han exportado conflictos brutales a toda la región, desde Sierra Leona a Guinea y Costa de Marfil. Charles Taylor, su presidente hasta 2003, un miliciano genocida ahora refugiado en Nigeria, saqueó -y otros antes que él- un territorio rico en mineral de hierro, madera y caucho, de cuyas ciudades y pueblos se enseñoreaban niños y adolescentes drogados armados con fusiles de asalto. De aquella pesadilla, finalizada hace dos años gracias a la intervención internacional, queda un país devastado, vigilado por 15.000 cascos azules de la ONU, sin escuelas, hospitales o infraestructuras, donde incluso la capital, Monrovia, carece de agua o electricidad. Hasta los raíles del ferrocarril han sido vendidos a chatarreros chinos, y más de 30.000 combatientes desarmados de todos los bandos esperan en la miseria un trabajo.

Pero los liberianos quieren volver a vivir y han protagonizado las primeras elecciones relativamente libres en sus casi 160 años de historia, sin violencia significativa y calificadas de aceptables por los observadores extranjeros. Que el país africano consiga estabilizarse o regrese al caos de las últimas décadas tiene profundas implicaciones para toda la región. El guión prevé que el actual Gobierno de transición, integrado por representantes de las diferentes facciones, dé paso a un presidente respetado por la comunidad internacional. Probablemente importa poco en esta fase si el próximo jefe del Estado es la dama de hierro Johnson-Sirleaf o un ex futbolista venerado y rico que no ha pasado de la escuela primaria. Liberia necesita, sobre todo, manos limpias de sangre.

15 Noviembre 2005

Una presidenta para África

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Los partidarios en Liberia del derrotado aspirante presidencial George Weah, ex futbolista millonario y el más célebre personaje del país, rechazan los resultados de la segunda vuelta electoral, que aun sin proclamación oficial dan la victoria incontestable a una mujer, Ellen Johnson-Sirleaf, que se convertirá en la primera líder de una nación africana. Ayer, en Monrovia, los seguidores de Weah volvían a exigir la anulación por fraudulenta de una ronda que, a juicio de los observadores, ha sido tan limpia y representativa como es posible en uno de los países más pobres del mundo, escenario hasta 2003 de cualquier atrocidad imaginable en 14 años de guerra civil.

La protesta callejera, protagonizada básicamente por muchachos -muchos de ellos niños-soldado en los desquiciados años recientes- que ven en el astro futbolístico el único modelo a imitar, se une a la anunciada negativa de los cargos electos del partido de Weah a tomar posesión de los escaños obtenidos en las elecciones parlamentarias del mes pasado. Sería lamentable que los desórdenes y la agitación dieran al traste con la gran esperanza que para Liberia y el conjunto de África representa que un país desangrado y reducido física e institucionalmente a ruinas haya sido capaz de culminar unas elecciones pacíficas.

Ellen Johnson-Sirleaf, de 67 años, cuyo triunfo por casi veinte puntos debería ser anunciado esta semana, tiene por delante una labor sobrehumana. Fue ministra de Finanzas y ha trabajado para el Banco Mundial y la ONU, pero la dama de hierro liberiana estará al timón de un Estado minúsculo, carcomido por la violencia y la corrupción, y que bajo el genocida Charles Taylor, exiliado en Nigeria, ha conocido una de las guerras más largas y despiadadas del continente; además de exportar caos y refugiados a vecinos tan atormentados de África occidental como Sierra Leona, Guinea o Costa de Marfil.

Liberia tiene un presupuesto de 80 millones de dólares. Carece prácticamente de escuelas, hospitales o carreteras, y de servicios como agua corriente o electricidad incluso en extensas zonas de la capital. En sus circunstancias, hay que felicitarse de que haya preferido a quien en teoría mejor puede atraer inversiones, apoyo internacional y presumiblemente contribuir a restablecer su ahora inexistente credibilidad.