4 febrero 1964

Emilio Romero (PUEBLO): "¿Cómo han llegado tantos del Opus Dei a puestos importantes?"

El NEW YORK TIMES pone sobre la mesa el poder del Opus Dei en el Gobierno de España y causa una replica del ministro Alberto Ullastres y una polémica entre PUEBLO y EL ALCÁZAR

Hechos

  • El 5.02.1964 la primera página del periódico PUEBLO preguntó en su portada por los motivos de la proliferación de miembros del Opus Dei – el diario EL ALCÁZAR – cuyo director era del Opus Dei – trató de responder a aquella cuestión en su edición del día siguiente.

Lecturas

El director del diario público Pueblo Emilio Romero Gómez publica un ‘gallito’ [editoriales firmados por él] sobre la penetración del Opus Dei en las instituciones del Estado que ya había sido comentada en The New York Times y en el Blanco y Negro. El artículo causa réplicas en defensa del Opus Dei del periódico El Alcázar (gestionado por PESA) a través de su director José Luis Cebrián Boné y de una columna de Pedro Rodríguez García.

Los llamados tecnócratas, políticos defensores del libre mercado, contrarios al falagnismo y miembros de la orden religiosa del Opus Dei, irrumpieron en los sesenta en acaparando importantes puestos de la administración. En el año 1964 importantes figuras de España pertenecían al Opus Dei como los Sres. Ullastres (ministro de Comercio), Lora Tamayo (ministro Trabajo) o López Bravo (ministro Industria), además del poderoso comisario general del Plan de Desarrollo, Sr. López Rodó y también figuras importantes del sector financiero como los responsables del Banco Popular (Sr. Luis Valls) o el Banco Atlántico (Sr. Ruiz Mateos).

La primera publicación que se hizo eco del poder que el Opus Dei tenía en el gobierno franquista español fue THE NEW YORK TIMES, que publicó un reportaje al respecto que ocasionó una carta de réplica del ministro franquista D. Alberto Ullastres (miembro del Opus Dei).

En España el director del diario PUEBLO, D. Emilio Romero Gómez, sería uno de los primeros en escribir contra el poder del Opus Dei posicionándose él más cerca del falangismo al igual que su jefe político, el ministro D. José Solís. De responder al Sr. Romero Gómez se encargó el periódico privado EL ALCÁZAR que en 1964 estaba gestionado por PESA, empresa vinculada al Opus Dei y cuyo director era D. José Luis Cebrián Boné, miembro del Opus Dei.

01 Febrero 1964

EL OPUS DEI, AL MARGEN DE LA POLÍTICA

Alberto Ullastres

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La carta fue enviada también al director de la revista BLANCO Y NEGRO, Guillermo Luca de Tena Brunet.

Señor director:

En la edición europea – y no sé si también en las demás – de su diario, del 6 de enero de este año, aparece un artículo de Mr. C. L. Sulzberger sobre las relaciones entre el oso y el toro.

El artículo, al referirse a las relaciones comerciales entre mi país y Rusia, alude incidentalemnte a que tales relaciones son fomentadas o bien vistas (favored) por persona o personas o grupos españoles que tienen que ver con el Opus Dei en España. Por desgracia, una errata de imprenta en la frase ha hecho que en ella falten una o quizá dos líneas, por lo que resulta imposible conocer su significado exacto, pero en todo caso al lector le queda la impresión de que el Opus Dei o sus miembros, en tanto que tales tienen algo que ver o están interesados en las relaciones comerciales internacionales (favoreciéndolas en este caso concreto de Rusia y España) o que ser miembro del Opus Dei tiene alguna significación en relación con los aspectos técnicos o políticos de tales actividades.

Tal impresión sería completmaente errónea. El hecho de que yo sea miembro del Opus Dei, y al mismo tiempo ministro español del Comercio – responsable por este concepto de la política comercial exterior de mi país – me mueve a ponerle estas líneas para aclarar lo que el error, quizá sólo tipográfico, ha dejado confuso o equivocado para los innumerables lectores del NW YORK TIMES y de mister Sulzberger. (El artículo de Mr. Sulzberger, por ejemplo, ha sido reproducido en la revista española BLANCO Y NEGRO, y el traductor ha tomado como normal, en el sentido que acabo de señalar, la traducción equivocada del tipográficamente erróneo texto inglés).

El Opus Dei está completamente al margen de la política, tanto económica como internacional o de cualquier otro tipo, en España y en todos los demás países. Es una Asociación de fieles, parte, por tanto, de la Iglesia Católica con fines y actividades exclusivamente espirituales. No tiene, ni puede tener, puntos de vista políticos o sociales, económicos o culturales, judiciales o militares; y sus miembros no tienen en sus opiniones y actividades más uniformidad, límites y directrices que las que – como el resto de los católicos – les marca el dogma y la moral de su Iglesia.

Mi deber como ministro del Estado español es defender y fomentar los intereses de mi país que se me han confiado. Al hacerlo, me atengo exclusivamente a mis conocimientos técnicos y opiniones personales y a mi conciencia – católica, ciertamente – Y. de haber en mis actividades y funciones públicas alguna subordinación o conexión con respecto a otras personas o instituciones es exclusivamente dentro del marco de la organización estatal española de la cual soy actualmente una pieza, es decir, con el Jefe del Estado, y con el Gobierno.

La consecuencia de todo ello es que entre los críticos de la política comercial que mi Departamento viene desarrollando hayan podido figura más de una vez otros miembros del Opus Dei que entienden e interpretan los intereses comerciales y económicos españoles de forma diferente, en uso de una libertad de opinión tan completa como la mía. Y, en ambos casos – el mío y el de ellos – los puntos de vista se basan en razones de todo tipo – excepto una: la de ser miembro del Opus Dei.

En algunas ocasiones, informadores poco enterados de la realidad del Opus Dei, han recogido falsos rumores sobre la relación del Ops Dei y la política española. Sentiría que un periódico tan prestigioso y bien informado como el NEW YORK TIMES contribuyese a extender entre españoles y extranjeros el error en este caso particular. Por ello, mucho le agradecería que hiciese llegar estas aclaraciones a sus lectores. ¿No cree, señor director, que esta información es ‘fit to print’?.

Suyo sinceramente.

Alberto Ullastres

05 Febrero 1964

EL OPUS DEI

Emilio Romero Gómez

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ROMERO: "SORPRENDE LA APARICIÓN SÚBITA E INTENSA DEL OPUS EN ALTOS PUESTOS DE LA ADMINISTRACIÓN"

Don Alberto Ullastres no es uno de esos ministros chapados a la moderna que apenas tienen comunicación con la opinión pública, y cuando lo hacen, nunca pasan la frontera donde, más allá, está el atrevimiento, la indiscreción o la imprudencia; sino por el contrario, es un político muy clásico por la claridad de uss intervenciones, el modo de dirigirse a las gentes y la intrepidez de abordar cuestiones de tratamiento delicado.

En el último número de la revista BLANCO Y NEGRO aparece una carta suya al ‘New York Times’ en la que expone afirmaciones y razonamientos para señalar que el Opus Dei – asociación de fieles a la que pertenece don Alberto Ullastres – no es un grupo político. (…)

El Opus Dei – dice el ministro de Comercio – ‘no tiene, ni puede tener, puntos de vista políticos o sociales, económicos o culturales, judiciales o militares; y sus miembros no tienen en sus opiniones y actividades más uniformidad, límites y directrices que las que – como el resto de los católicos – les marca el dogma y la moral de su Iglesia. A este respecto señala en la misma carta don Alberto Ullastres que su propia gestión de ministro de Comercio es criticada por otros miembros del Opus Dei. Esto es verdad. En algunas ocasiones hemos oído disentimientos con la política del Ministerio de Comercio a cargo de personas conocidas de esa institución.

Sin embargo, lo que sorprende a los españoles – desconfiados como pueblo viejo y escaldado – es la aparición súbita e intensa del Opus Dei, a través de sus miembros, en organismos culturales, en empresas industriales, en entidades bancarias y en altos puestos de la Administración  A nosotros no se nos ocurrirá nunca decir que esto sea injusto, pues conocemos a muchos miembros del Opus Dei y tenemos una alta estimación de su preparación de sus cualidades y de sus servicios. ¿Pero cómo han llegado a todos esos puestos destacados sin que funcione un aparato coherente? Se hace difícil suponer – aunque aceptados sin reservas la argumentación del señor Ullastres – que, individualmente o aisladamente  se pueda llegar a todas partes en bloque, y en muy poco tiempo, espectácularmente.

El suceso anterior de llegada en masa a las funciones políticas – porque a otras no arribaron en número convincente – estuvo a cargo de los falangistas históricos. Pero la razón era bien clara. Nutrieron de combatientes y de ideales una guerra y aspiraron a protagonizar la administración de la victoria. La vieja clase política había sido aventada. Los falangistas tenían un aparato político coherente que promocionaba los hombres públicos. Este movimiento se abriría después para ponerse a disposición de la empresa política nacional, ensanchando su base, al tiempo que se producían los acontecimientos normales de un proceso constituyente que ya pertenece a la Historia. Vicente Marrero se ha referido a todo esto en un libro atractivo, no acertado en todas sus páginas, pero  con una atmósfera de verismo en conjunto.

Pero el Opus Dei alienta silenciosamente en la vida española muchos años – nace, según parece, entre los años 20 y 30 – y un día estalla en ministros,  catedráticos, banqueros, economistas, investigadores y empresarios. Todo esto habrá sucedido por un designio providencial. Pero el hecho está ahí. Aparecieron

En fin, no queremos que el tema del Opus Dei sea cuestión vedada o fruta prohibida para los que tenemos la responsabilidad social del comentario político. Ellos mismos no aspiran a que lo sea. No hace mucho tiempo, el excepcional periodista y diplomático Manuel Aznar trató esta mismo tema en LA VANGUARDIA española, de Barcelona, y todo esto nos lo ha sugestiva carta de Alberto Ullastres que publica BLANCO Y NEGRO.

Emilio Romero

06 Febrero 1964

EL OPUS DEI

EL ALCÁZAR (Director: D. Juan Luis Cebrián Boné)

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Nuestro colega PUEBLO dedicó ayer su habitual ‘gallito’ al Opus Dei. La carta que don Alberto Ullastres dirigió al ‘New York Times’ para puntualizar algunos extremos sobre la verdadera naturaleza de esta Asociación de fieles, ha sido el punto de partida del artículo que nos parece oportuno comentar. Quizá la lectura de los últimos párrafos haya provocado el desconcierto de algunos lectores: a nuestro juicio, las ideas allí expresadas se prestan, en efecto, a la confusión.

Hay, por otra parte en el tono del referido artículo un aire de sorprendente descubrimiento, de estreno de temas, que ha chocado sin duda a todos los que, como nosotros, han seguido durante años con interés las abundantes noticias e informaciones aparecidas en la Prensa de todo el mundo sobre el Opus Dei. «No queremos que el tema del Opus Dei sea cuestión vedada o fruta prohibida», dijo ayer PUEBLO. Es evidente que nadie lo quiere. No lo quieren los directamente aludidos, los miembros del Opus Dei. Tampoco lo han querido los profesionales de la Prensa, que vienen, desde hace años, prestando atención al desarrollo de las labores apostólicas del Opus Dei. En numerosas ocasiones EL ALCÁZAR ha informado a sus lectores acerca del Opus Dei y sus actividades espirituales, sociales y docentes.

Y con intención de aclarar los puntos confusos de los últimos párrafos del artículo de PUEBLO, siguiendo nuestra tradicional línea informativa sobre este tema hemos solicitado a un colaborador de nuestro diario un artículo con el que queremos, limpiamente, prestar un servicio a los lectores, proporcionándoles, una vez más, información recta, clara y serena.

«¿Qué como llegan a la palestra pública los hombres del Opus Dei? Exactamente igual que todo el mundo. Igual que el minero pasa a capataz, o que un cajista llega a ser regente de taller». (Pedro Rodríguez, presbítero del Opus Dei).

El Análisis

¿PUEDE SER CASUALIDAD?

JF Lamata

¿Qué era el Opus Dei? En principio, simplemente una forme de vivir el catolicismo. Por tanto, podría ser miembro del Opus Dei alguien de cualquier ideología y profesión sin ver en ello ningún tipo de trama o conglomerado comparable a las otras familias de la derecha política española que sostenía la dictadura franquista (falangistas, tradicionalistas, monárquicos…). Pero por mucho que el periodista D. José Luis Cebrián Boné o el padre D. Pedro Rodríguez se esmeraran en negarlo, resulta bastante difícil de entender que, casualmente, tantos miembros del Opus Dei alcanzaran puestos de alta responsabilidad política y económica (entre 1962 y 1968) por mera casualidad. Los datos son los datos.

J. F. Lamata