18 marzo 1999

Javier Ortiz (también ex militante del PCE) echa en cara desde EL MUNDO la respuesta de Haro Tecglen: "posiblemente"

Enfrentamiento en RNE entre Eduardo Haro Tecglen (EL PAÍS) y Álvaro Vargas Llosa, que le echó en cara su pasado franquista

Hechos

El 18.03.1999 en Radio Nacional de España (RNE) se produjo un diálogo entre D. Eduardo Haro Tecglen, columnista de EL PAÍS y D. Álvaro Vargas Llosa, sobre el que escribió D. Javier Ortiz en EL MUNDO el día 20.03.1999.

Lecturas

El 18 de marzo de 1999 se produjo un enfrentamiento en antena en Radio Nacional de España entre Eduardo Haro Tecglen y Álvaro Vargas Llosa (hijo de Mario Vargas Llosa) en el programa ‘Buenos Días’ de RNE en el que Vargas Llosa le recuerda que escribió artículos en defensa de Franco en 1944. Javier Órtiz publica al respecto el día 20 de marzo de 1944 en El Mundo un reproche a Haro Tecglen por su actitud.

Eduardo Haro Tecglen publicará su defensa de ello en el artículo del 20 de marzo de 1944 en El País en el que señalará a Enrique de Aguinaga como el responsable de encontrar su artículo a favor de Franco en 1944 y en el que aludirá despectivamente a D. Luis María Anson Oliart, García Escudero, D. Federico Jiménez Losantos y Carlos Semprún Maura con los responsables de haberle acusado de comunista durante años para que ahora Vargas Llosa le tache de franquista. Según Haro, Marío Vargas Llosa es uno de los que se opone a su entrada en la Real Academia Española de la lengua.

20 Marzo 1999

HARO, POSIBLEMENTE

Javier Ortiz

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Estoy seguro de que si hubiera trabajado para el agitprop fascista me acordaría. Ahora bien, de no acordarme, iría a una hemeroteca -bueno: antes iría al médico, a que me recetara algo que me mejorara la memoria

Extraño diálogo en RNE, el pasado jueves. Sale Vargas Llosa (hijo) y acusa a Eduardo Haro Tecglen de haber escrito en su juventud artículos de prensa en loor y gloria del dictador Franco. Respuesta del veterano crítico: «Posiblemente escribí eso».

¡«Posiblemente»!

Qué hombre más admirable, este Haro.

No me refiero, obviamente, a su llamativa falta de memoria. La mía es pésima, pero estoy seguro de que si hubiera trabajado para el agitprop fascista me acordaría. Ahora bien, de no acordarme, iría a una hemeroteca -bueno: antes iría al médico, a que me recetara algo que me mejorara la memoria; pero a continuación iría a escape a una hemeroteca – a ver si lo que dicen que escribí es verdad o falso.

Pero Haro Tecglen no. Se queda indiferente ante la acusación y da por zanjada la polémica cediendo con elegancia: «Posiblemente escribí eso».

Haro ha alcanzado la cumbre de la imparcialidad: es imparcial incluso sobre sí mismo.

Cuando escuché tan fantástica respuesta, pensé que la sociedad haría mal en desaprovechar un sentido así de la ponderación, una carencia tal de pasión partidista, una tamaña capacidad para el desinterés personal. Me dije que sería imperdonable que tan poco frecuentes dotes se malgastaran en campos tan limitados como la crítica de televisión y la inspección ideológica del teatro: que habría que encomendarle mucho más altas misiones.

Pocas horas después, los partidos firmantes del Manifiesto de Estella vinieron a dar respuesta a esta inquietud mía. Declararon que sería bueno que el proceso de paz en Euskadi fuera supervisado por observadores internacionales: personalidades imparciales que pudieran señalar con el dedo al que no se porte bien.

Salté en cuanto lo oí: «¡Haro, Haro!», exclamé.

Haro Tecglen cumple todos los requisitos: es personalidad, es muy observador y, sobre todo, es imparcial. Imparcial como nadie, según ha quedado demostrado supra. Presenta una ventaja más: para los nacionalistas vascos es internacional, pero para Aznar es nacional. Con su inspección in situ se lograría superar otra diferencia que parecía insalvable: gracias a él, habría y no habría, a la vez, observadores internacionales.

Tiene todavía otra virtud, nada desdeñable: es gran especialista en transiciones problemáticas. Fíjense en la suya, sin ir más lejos: de joven falangista a dispensario de títulos de izquierda. No es poco viaje.

Pena que no lo recuerde.

Javier Ortiz

El Análisis

La columna más 'pesada' de Haro Tecglen

JF Lamata

Nunca se arrepentiría el izquierdista D. Eduardo Haro Tecglen lo suficiente de escribir en 1944 aquella columna elogio al Dictador Franco y al líder falangista D. José Antonio Primo de Rivera. Lo llamativo es que, aunque la democracia comenzó en los setenta, nadie se atrevía de ‘recordarle’ al Sr. Haro Tecglen aquello de su pasado. Quizá por la simple razón de que no lo recordaban y no contaban con Internet para hacerlo. El ABC ansoniano atacó en los noventa al Sr. Haro por ‘sectarismo’, pero sin referencia a aquel texto.

Fue el periodista franquista D. Enrique Aguinaga, el primero en recuperar al a memoria  ese incómodo texto. Lo hizo en una réplica al Sr. Haro Tecglen publicada en EL PAÍS el 27.08.1997, de una manera un tanto elegante, porque los citó sin decir quién era el autor. En octubre de 1998 el nuevo diario digital ESTRELLA DIGITAL de D. Pablo Sebastián publicaría el artículo íntegro. Y el dato le fue pasado al peruano Sr. Vargas Llosa para que se lo pudiera sacar en su debate al Sr. Haro Tecglen, igual que al francés Sr. Levy le pasaron suficientes datos del Sr. Carrillo para poder meterse con el en aquel célebre programa de ‘La Clave’. Después del debate Vargas Llosa-Haro todo el sector mediático se había enterado del tema. Uno de los que más disfrutaría recordándolo sería D. Jaime Campmany, que lo repetiría desde ABC siempre que tuviera ocasión. Aunque ni al Sr. Campmany ni al Sr. Aguinaga les debía molestar demasiado tener un pasado de loas al franquismo, puesto que ellos también tenían el suyo, sólo que ellos, a diferencia del Sr. Haro, no se ‘comunistizaron’ y el Sr. Haro sí.

Puesto a echar en cara su pasado al Sr. Haro, estaba mejor situado D. Javier Ortiz, que en su juventud no apoyó la dictadura franquista (estaba del lado las dictaduras rojas, URSS y cia) y lo hizo en su artículo de EL MUNDO titulado ‘Haro, Posiblemente’.

J. F. Lamata