17 octubre 1995

Con él se va su hermano y las esposas de ambos, hijas del dictador irakí

Espectacular deserción en Irak: el jefe de las Fuerzas Armadas Husein Kamel Hasan (yerno de Sadam Hussein) huye del país para liderar la oposición

Hechos

En octubre de 1995 se conoció la fuga de Hussein Kamel de Irak junto a su hermano y las esposas de ambos (hijas del Presidente de Irak Sadam Hussein).

Lecturas

Los fugitivos se han exiliado en Jordania donde, en una entrevista el 21 de septiembre de 1995 en CNN, Hussein Kamel explicaron su ruptura con Sadam de la siguiente forma:

Esto es lo que me hizo dejar el país, el hecho de que Sadam Hussein se rodea de ministros ineficientes y asesores que no son elegidos por su competencia, pero de acuerdo a los caprichos del presidente iraquí. Y como resultado de ello, el conjunto de Irak está sufriendo.

11 Agosto 1995

Los yernos de Sadam Husein le acusan de ser el responsable de «la miseria del pueblo iraquí»

Ramy Wurgaft

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Habían sido educadas para princesas, pero acabaron en el exilio. Ragad y Rana, dos de las hijas del dictador iraquí Sadam Husein, se asilaron ayer en Jordania tras huir precipitadamente de Bagdad.

Ambas se fugaron en compañía de sus respectivos esposos: el ministro de Industria, Husein Kamel Hasan y su hermano Sadam, coronel del Ejército de Misiles de Irak. Los dos hermanos fueron destituidos de sus cargos, debido a las purgas que se están realizando en la cúpula iraquí.

Sobre las cabezas de estos ex favoritos de Sadam pendían los cargos de «sabotaje y alta traición», razón por la que escaparon con lo que tenían puesto y de la mano de sus leales esposas.

Ayer, a las 9.00 horas de España, el rey Husein de Jordania les concedía el asilo diplomático, no sin haberse pasado la noche en vela, debatiendo este peliagudo asunto con sus asesores.

El parte oficial consigna que Sadam no puso obstáculos para que los fugitivos se refugiaran en el vecino reino, pero esta versión no cuadra con los métodos del régimen iraquí ni menos todavía con el carácter vengativo de Sadam. El parte obedece sin duda, al deseo del rey Husein de no humillar al que fuera su aliado político en la guerra del Golfo (1991), pero los hechos valen más que las buenas intenciones: Jordania ha roto su amistad con Irak y la ruptura de las relaciones diplomáticas puede sobrevenir.

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BIENVENIDOS AL EXILIO.- A medida que transcurren las horas, el rey Husein ha ido superando el sobresalto que él mismo se procuró al admitir a estas dos parejas. Al mediodía, el monarca garantizó la seguridad de los exiliados y les dio la bienvenida al reino.

Poco después, Uday, el más poderoso hijo de Sadam, se presentó en un viaje relámpago a las puertas de palacio, donde mantuvo una entrevista con el Rey Husein tras la cual regresó a Bagdad. En medios de la oposición iraquí se sospechaba que pretendía comprar el silencio de los desertores. No lo consiguió, los yernos de Sadam rehusaron entrevistarse con él.

Por la tarde, el rey jordano recibió una llamada de Bill Clinton, presidente de EEUU, quien le expresó su apoyo militar en caso de que Sadam le amenace.

El ex ministro iraquí Husein Kamel Hasan manifestó a la prensa que su salida de Irak se debe a que «el gobierno de Sadam ha perdido su credibilidad ante el pueblo y ante la comunidad internacional». El exiliado anunció que él y otras personalidades han elaborado un plan de acción «que pondrá fin, en un futuro no lejano, al sufrimiento del pueblo iraquí».

Se puede decir entonces, que Jordania no sólo ha refugiado a los disidentes del régimen de Bagdad, sino que se ha convertido en la sede de una conspiración para derrocar a Sadam Husein. Muy mal deben de andar las cosas en Irak, para que el líder supremo quiera eliminar a sus yernos.

Husein Kamel Hasan concentraba en sus manos un enorme poderío. Además de gobernar la industria -que es principalmente petroquímica- y los yacimientos petrolíferos, Hasan era el responsable de los planes armamentistas antes y después de la Guerra del Golfo.

Todo lo relacionado con los misiles Scud, los arsenales químicos y las ambiciones nucleares de Irak, estaba bajo su supervisión. En cuanto al coronel Sadam Kamel, éste comandaba una de las secciones mas sofisticadas del Ejército: la de los misiles tierra-tierra. Sadam fue el responsable de escoger la hora y los lugares en que fue bombardeado Israel, durante la guerra del Golfo. Además era el jefe de la temible Guardia Republicana.

Kamel Hasan: el hombre que lo sabe todo

El ministro de Industria iraquí, Husein Kamel Hasan, era tenido como el hombre más poderoso de este oscuro país. No sólo poderoso por los cargos que poseía sino por todo lo que sabe sobre los secretos militares de su país.

El viaje del hijo de Sadam Husein, Uday, al vecino reino jordano es interpretado por analistas políticos como un intento de silenciar las posibles tentaciones habladoras del poderoso yerno del presidente iraquí.

Este hombre diseñó a finales de los 80 la temida máquina militar iraquí, y después de la Guerra del Golfo de 1991, condujo el proceso de reconstrucción de su país y colaboró con las Naciones Unidas en el desmantelamiento de la apisonadora militar.

Husein Kamel tuvo que recorrer un largo camino desde sus humildes orígenes hasta convertirse en pariente del sempiterno hombre fuerte iraquí. El ex ministro era un simple oficial de policía antes de que un golpe de Sadam en 1968 ayudara a poner al partido Baaz y a los parientes de Sadam en el poder. Kamel Hasan se casó con la hija de Sadam, Ragad, a principios de los años 80.

En los albores de su carrera fue el jefe de una aplastante ofensiva militar contra Irán en 1983 -durante su guerra entre 1980 y 1988- y organizó las fuerzas especiales y los cuerpos de élite de la Guardia Republicana de Irak.

El general Husein Kamel fue oficialmente nombrado la cabeza de la Comisión de Industrialización Militar de Irak el pasado 30 de junio, subrayando la fuerza de su «status» a pesar de que desde finales de los 80 era su cabeza en la práctica.

Su dramática salida del gobierno iraquí presenta nuevas incógnitas sobre las relaciones de Irak con las Naciones Unidas. Rolf Ekeus, presidente de la Comisión Especial encargada del desarme no convencional de Irak, señaló ayer que esta nueva situación complica el proceso de verificación del programa de armas biológicas y su destrucción.

Los diplómaticos jordanos comentaban que el hijo del presidente iraquí, Uday, se estaba empezando a meter por la fuerza en los dominios del ministro antes de que éste tuviera que salir del país.

11 Agosto 1995

Sadam Husein: un dictador al que hasta su propia familia repudia

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Los dictadores, invariablemente, gustan de rodearse de familiares para ejercer su poder absoluto. Lo que ya no es tan frecuente es que los parientes les abandonen. Eso ha sido lo que le ha ocurrido a Sadam Husein. Dos yernos suyos, el teniente general Husein Kamel Hasan y el coronel Sadam Kamel Hasan han pedido asilo político en Jordania. Los dos militares, a su llegada a Amán, acusaron al régimen de su suegro de haber dejado Irak en la miseria y haber perdido la credibilidad tanto en la comunidad internacional como en el mundo árabe. Husein Kamel, ministro de Industria hasta ayer, aseguró que mantiene contactos con distintos compatriotas «con vistas a poner fin a los sufrimientos del pueblo iraquí». Nada más conocer la fuga de sus dos yernos, el dictador envió a su hijo Uday a Amán para solicitar al rey de Jordania la entrega de ambos -o al menos, garantías sobre su silencio-, lo cual parece bastante difícil dadas las pésimas relaciones entre los dos países.

12 Agosto 1995

El clan de Sadam se desmorona

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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LAS superestructuras ideológicas de los regímenes políticos rara vez tienen gran cosa que ver con su práctica efectiva. Pero pocas veces presentan un divorcio tan abismal como el que hay entre la palabrería oficial del régimen iraquí y su realidad concreta. Viene presentándose desde su nacimiento como paladín de la gran nación árabe, reacio a todo localismo. En la práctica, sin embargo, el Gobierno de Bagdad ha venido siendo un clan endogámico en el que difícilmente podía penetrar quien no formara parte de la familia del propio Sadam, o, al menos, provenir de Takriti, su ciudad natal.

Por eso tiene tanta importancia que se haya quebrado la vieja solidaridad de ese clan. No otro significado tiene la fuga de Husein Kamel Hasan, ministro de Industria y de Armamento, y de su hermano, Sadam Kamel Hasan, ambos yernos de Sadam, que han obtenido asilo en Jordania. Los EEUU se han apresurado a ofrecer ayuda a los desertores si cooperan, y Clinton ha garantizado el apoyo firme de Washington a Amán si Bagdad intenta alguna venganza contra su vecino.

El Gobierno jordano admite que Kamel Hasan y su hermano, jefe hasta la semana pasada de los guardaespaldas del dictador, temían no sólo por sus puestos, sino también por sus vidas. El siniestro Uday, hijo predilecto de Sadam, se ha ido haciendo con las riendas del poder y tiene paralizados por el miedo a todos los integrantes del clan dominante. En mayo ordenó la ejecución del general Ahmed Mazlum, perteneciente a la tribu suní Dulaimi, importante en el centro y el oeste del país. El general había sido detenido en el otoño de 1994, acusado de traición. Su ejecución y la entrega a sus familiares del cadáver con señales de haber sido torturado provocó levantamientos de unidades blindadas de la Guardia Nacional.

La asonada la dirigió otro general de la tribu Dulaimi y, aunque fue aplastada, como todas las anteriores, ha puesto a los Dulaimi en contra de Sadam. Los Dulaimi, muy fuertes en el Ejército y en los servicios de seguridad, han establecido ya contactos con la oposición shií en el sur y están recibiendo apoyo de Siria y de Arabia Saudí.

Antes del enfrentamiento con sus cuñados, Uday había logrado la sustitución de uno de sus tíos, Waban Takriti, como ministro del Interior, y del excelente diplomático Tarek Aziz. La primera decisión abrió una brecha muy grave en la familia; la segunda ha dejado a Bagdad sin ningún portavoz fiable con el exterior.

La fuga de los yernos de Sadam es todo un síntoma de la decadencia de su régimen. Coincide además con el acuerdo que ayer alcanzaron las dos organizaciones kurdas más importantes, que venían combatiendo entre sí. La mayor fuerza de Sadam estriba en que hoy, como hace cuatro años, las grandes potencias occidentales y sus vecinos -salvo Irán- no tienen sustituto. Temen que su caída condujera a Irak a la partición y a una guerra regional de muchos años. La sombra del Líbano -y de Yugoslavia- le sirve de cobijo.

13 Agosto 1995

Guerra de familia

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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EL OBJETIVO de acabar con el régimen de Sadam Husein, no alcanzado por la coalición internacional que participó en la guerra del Golfo, podría estar hoy más cerca que nunca a juzgar por la aparición de las primeras grietas en la coraza de seguridad que rodea al dictador: su círculo de colaboradores íntimos parece que comienza a resquebrajarse.Esta semana, dos yernos de Sadam. Husein -y hermanos entre sí-, uno, jefe de la industria militar, y el otro, comandante de la seguridad presidencial, se han refugiado en Ammán junto con sus esposas, ambas hijas del dictador. En los últimos meses ya se habían producido varias destituciones de parientes y allegados al presidente iraquí, como la de su hermanastro, ministro del Interior, y la de un primo, que dirigía la cartera de Defensa.

Es pronto para llegar a conclusiones sobre el verdadero significado de todo ello con respecto a la supervivencia del régimen. Sadam, que maneja con mano cruel y maestra la represión, ha sabido salir de situaciones peores. Pero el hecho de que Irak esté organizado en tomo a un núcleo de poder muy cerrado, en el que abundan parientes y allegados de toda la vida, en gran parte árabes suníes, como contraposición a la mayoría de la población, shií, o de la otra nación que habita en el país, el pueblo kurdo, hace que la base del régimen sea siempre limitada.

Si, por otra parte, los fugados permanecen en Ammán, donde el rey Hussein mantiene relaciones razonablemente buenas con Sadam, ello, seguramente, querrá indicar que los dos yernos piensan quedarse al margen de la oposición al régimen, con bases en Irán y Siria. Si, por el contrario, abandonan su residencia actual, incluso si es para ir a Occidente, el movimiento apuntaría a que la tropa de enemigos de Sadam no deja de crecer.

Parece verosímil pensar que, tras el fracaso de numerosas tentativas norteamericanas de acabar con el dictador iraquí por medio del asesinato o del fomento de rebeliones locales, el mayor peligro para la continuidad del régimen debería venir del alejamiento progresivo de Sadam de parte de esa corte, hasta ahora férrea y disciplinada, de colaboradores y paniaguados que viven del mantenimiento de la actual situación política.

17 Octubre 1995

Aclamar a Sadam

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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LA DEFECCIÓN reciente de dos yernos del presidente iraquí, Sadani Hussein -uno de ellos, Hussein Kamel, había sido el zar de la industria armamentista del país-, unida a una serie de disensiones y muertes extrañas en el circuito más íntimo del dictador, pudieron hacer creer que su posición se debilitaba por momentos. Hoy, en cambio, ya no se habla del yernísimo, a quien el rey Hussein de Jordania, que le ha dado asilo, prefiere calladito en casa, mientras que un referéndum, por supuesto que en absoluto democrático, prorroga el mandato de Sadam al menos hasta el año 2002. El referéndum ha cosechado una cifra de síes inverosímilmente próxima al copo de sufragios, bien es verdad que sin que votaran las tres provincias kurdas, virtualmente separadas del país por la fuerza militar estadounidense. Pero sería erróneo creer que una gran parte de esos votos han sido obtenidos a punta de pistola o que haya una verdadera oposición popular al régimen.

En las circunstancias actuales -embargo mundial contra Bagdad y aislamiento del país en los foros mundiales-, es fácil para el dictador excitar el reflejo nacional, el del desafío al mundo entero, para obtener un resultado que, sin alcanzar esas proporciones, también le habría sido favorable con una menor presión del poder.

A fin de cuentas, haber sobrevivido a la guerra del Golfo le permite a Sadam Hussein presentarse ante su país como el vencedor moral de una contienda en la que la derrota militar fue, sin embargo, apabullante.

El presidente iraquí, experto en artimañas de corredor de fondo, reina sobre una nación en ruinas y una sociedad postrada a la que el embargo está matando no tan lentamente. Y para acabar con el bloqueo lo ha intentado todo, aunque muy dudosamente de buena fe. Ha permitido un acceso bastante completo de los enviados de la ONU a sus instalaciones militares, pero siempre se ha terminado por descubrir que ocultaba algo; ha reconocido solemnemente la independencia de Kuwait y ha prodigado aparentes muestras de buena voluntad: como asegurar a intermediarios distinguidos que aceptaría un acuerdo israelo-palestino, asegurando que no tiene la intención de ser más papista que el Papa.

Pero de nada ha servido todo ello puesto que, al margen de la relativa convicción de esos esfuerzos, parece claro que Washington ha condenado a Sadam Hussein, al menos, a no recuperar un puesto respetable en el concierto de las naciones. Ante ello, el líder iraquí ensaya un esquema tras otro, tratando de persuadir cuando menos a una parte de Occidente de que su régimen camina hacia la democracia y que al referéndum le sigue la adopción del multipartidismo en una progresiva apertura política. No es que nadie vaya a comulgar con esas ruedas de molino, pero Francia, deseosa de reanudar una lucrativa relación económica con Bagdad y de restablecer una cierta influencia en la zona, defiende discreta pero tenazmente la progresiva eliminación del embargo. En definitiva, otros aliados privilegiados de Estados Unidos, como prueban las horas extraordinarias que hacen los verdugos de la península arábiga, no resultan mucho más presentables.

Sadam Hussein aspira a durar, y el referéndum es el arma clásica en la panoplia de los dictadores para darse un nuevo resuello y sacarle algo de brillo al latón de una siempre precaria legimitidad. Cuenta el líder iraquí con que si se muestra incombustible a medio plazo, hasta Washington tendrá que acabar reconociendo esa realidad. La pugna dista mucho, pues, de estar resuelta. Esta historia continuará.