8 febrero 2009

Dirigentes del PP son investigados por cobrar comisiones a cambio de conceder organización de eventos a las empresas del Grupo de Correa (apodado 'Gürtel')

Estalla el ‘caso Gürtel’: el juez Garzón encarcela a Francisco Correa y el PP madrileño destituye a tres dirigentes implicados

Hechos

El 8.02.2009 el juez instructor de la Audiencia Nacional, Sr. Garzón ordenó detención de D. Francisco Correa entre otros investigados por posible corrupción. El 9.02.2009 dimitía D. Arturo González Panero como alcalde de Bohadilla del Monte y el Sr. López Viejo era cesado como consejero en Madrid.

Lecturas

El 6 de febrero de 2009 se produce la ‘Operación Gürtel’ una redada ordenada por el juez instructor de la Audiencia Nacional D. Baltasar Garzón Real dentro de una investigación de corrupción en torno a un conglomerado de empresas de eventos encabezadas por el empresario D. Francisco Correa Sánchez que trabajaban para instituciones gobernadas por el Partido Popular y de los que se investigaban si lograban que se le adjudicaran esos eventos a cambio de sobornos. En la operación son detenidos D. Francisco Correa Sánchez (padrino en la boda de la hija de D. José María Aznar López con D. Alejandro Agag Longo), su socio D. Pablo Crespo Sabarís, ex secretario de organización del Partido Popular en Pontevedra y el responsable de la filial de la empresa en Valencia (Orange Market), D. Álvaro Pérez Alonso.

Para el estallido del caso ha sido clave el papel de D. José Luis Peñas Domingo, exconcejal de Majadahonda por el PP, que rompió con la formación en 2005 junto con otro concejal cuando sus compañeros le acusaron de estar en el ayuntamiento junto a otro concejal para defender los intereses del Sr. Correa Sánchez. Tras su marcha del PP fundó su propio partido, ‘Corporación Majadahonda’, financiado por el Sr Correa Sánchez. Tras el fracaso de este en las elecciones municipales de 2007. Tras el cual el Sr. Correa Sánchez se negó a seguir pagando al Sr. Peñas Domingo, lo que llevó a este denunciar a su ‘exjefe’ a la Fiscalía Anticorrupción.

Ante la redada del 6 de febrero de 2009 se hace público que entre los investigados por la posibilidad de haber recibido sobornos están el consejero de la Comunidad de Madrid, D. Alberto López Viejo, el alcalde de Boadilla del Monte, D. Arturo Gónzalez Panero y el director del Mercado de Puerta de Toledo, D. Guillermo Ortega (ex alcalde de Majadahonda). También se investigan conexiones de la trama con el presidente de Valencia, D. Francisco Camps Ortiz y el secretario general del PP valenciano D. Ricardo Costa Climent.

Desde el canal Cuatro del operador Sogecable D. Iñaki Gabilondo Pujol destaca en ‘Noticias Cuatro’ que el locutor de radio D. Federico Jiménez Losantos (“el sabelotodo de la radio”), haya ocultado el inicio del ‘caso Gürtel’ en su programa ‘La Mañana’ de la COPE del 7 de febrero de 2009 (el Sr. Jiménez Losantos es propietario del grupo Libertad Digital, sostenido económicamente por la comunidad de Madrid)

El 8 de febrero de 2009 la presidente de la Comunidad de Madrid Dña. Esperanza Aguirre Gil de Biedma anuncia la dimisión de D. Alberto López Viejo, D. Guillermo Ortega y D. Arturo González Panero de sus cargos. El Sr. Gónzález Panero protesta en público de que se informe de que ‘ha dimitido’ cuando aún no había tomado tal decisión, pero el día 9 formula oficialmente su dimisión.

El 12 de marzo de 2009 en una entrevista en Radio Nacional de España D. Mariano Rajoy Brey asegura que decidió romper las relaciones del PP con D. Francisco Correa Sánchez por sugerencia del equipo tesorero del PP [D. Álvaro Lapuerta Quintero y D. Luis Bárcenas Gutiérrez] al conocer por ellos que el Sr. Correa Sánchez estaba utilizando el nombre del PP para hacer negocios.

La presidenta del PP de Madrid, Dña. Esperanza Aguirre Gil de Biedma se desvincula de los acaldes implicados asegurando que ella no los nombró “estaban ahí cuando yo llegué”, señalando indirectamente a la dirección nacional. Excusa que no puede usar con el consejero Sr. López Viejo al que sí nombró ella.

LA DIMISIÓN FORZADA DEL ALCALDE DE BOADILLA DEL MONTE

gonzalez_panero D. Arturo González Panero

A la vez que el Sr. González Panero, el 9.02.2009, prestaba declaración en la Audiencia Nacional, el presidente del PP D. Mariano Rajoy declaraba que el Sr. González Panero había dimitido como alcalde de Boadilla del Monte. A la salida de los juzgados, preguntado por la prensa, el político aclaró que él no había dimitido y ni tan siquiera había hablado con el partido. Al día siguiente se confirmó su dimisión.

ESPERANZA AGUIRRE FORZÓ LA DIMISIÓN DE LÓPEZ VIEJO

lopez_viejo D. Alberto López Viejo, Consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid que presidía Dña. Esperanza Aguirre, fue destituido por esta al conocer que estaba implicado en el ‘caso Gürtel’. Según aseguró la Sra. Aguirre ella le había ordenado en 2005 al Sr. López Viejo de que la Comunidad a una empresa del grupo del Sr. Correa, después de que una revista las vinculara a maniobras irregulares y el Sr. López Viejo lo que hizo fue contratar a otra empresa que era, igualmente, del Sr. Correa.

RAJOY DENUNCIA QUE LA INVESTIGACIÓN ES UNA CONSPIRACIÓN DEL GOBIERNO CONTRA EL PP

08 Febrero 2009

Corrupción y liderazgo

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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La política del PP de minimizar daños resulta ya insuficiente. Rajoy debe demostrar su autoridad

El juez Baltasar Garzón, con el apoyo de la Fiscalía Anticorrupción, ordenó el pasado viernes la detención de cinco personas vinculadas con el PP, algunas de ellas antiguos cargos del partido, por los presuntos delitos de cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, fraude fiscal y asociación ilícita. Otras 30 personas, en su mayoría empresarios, están siendo investigadas y se han llevado a cabo registros en empresas y domicilios particulares. La redada coincidió en el tiempo con la destitución del número uno de las listas populares por Ourense en las próximas elecciones gallegas, Luis Carrera, por haber cobrado comisiones a través de un paraíso fiscal. Y llegó, además, al día siguiente de que la Asamblea de Madrid pusiera en marcha, con enormes cortapisas, la investigación del espionaje a altos cargos de la Comunidad y del Ayuntamiento.

A las dificultades para encontrar un tono de oposición adecuado ante una crisis económica de graves proporciones, el PP debe sumar en estas últimas semanas la multiplicación de presuntos casos de corrupción que le afectan. Desde que salieron a la luz las tramas de espionaje en el Gobierno de Esperanza Aguirre, la actividad política del PP se ha limitado a intentar un control de daños con la vista puesta en las elecciones gallegas y vascas, además de las europeas, en las que, según se ha interiorizado en las propias filas populares, la actual dirección se juega su continuidad. Entre otras razones, porque los episodios de los que se ha ido teniendo noticia no forman parte, sin más, del capítulo de la corrupción, sino que ponen de manifiesto hasta qué punto resulta descarnada la lucha por el poder en el PP.

Los populares disponen desde hace años de una gran cuota de poder municipal y autonómico, que se mantuvo más o menos invariable tras su derrota en 2004. Autonomías como Madrid y Valencia han llegado a convertirse en caladeros de voto imprescindibles para que la dirección nacional del partido llegue con posibilidades a cualquier elección general. La investigación de la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción afecta, sobre todo, a Madrid y Valencia. De prosperar este presunto nuevo caso de corrupción, el PP puede verse dañado allí donde hasta ahora contaba con un estable número de votos. Dirigentes autonómicos como Aguirre, que no ha dejado de airear sus ambiciones de suceder a Rajoy, o como Camps, más discreto, ven peligrar su alternativa en el propio partido. No son pocos los líderes regionales que ven a la presidenta madrileña como un elemento de tensión interna que dificulta una verdadera labor de oposición.

La estrategia de minimizar daños que Rajoy ha seguido comienza a revelarse como insuficiente. Si aspira a continuar ejerciendo el liderazgo, es ahora cuando debe demostrar autoridad. Muchos ciudadanos, afines o no al PP, se preguntan legítimamente en manos de quién y de qué intereses está el principal partido de la oposición. Rajoy debe dar una respuesta.

10 Febrero 2009

Cui prodest

Luis María Anson

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En las pasadas elecciones generales, Mariano Rajoy derrotó a José Luis Rodríguez Zapatero en la Comunidad en la que ambos se medían directamente: Madrid. El think tank monclovita decidió que no era de recibo tamaña osadía, semejante vejación. Y acordó desplazar de la presidencia madrileña a Esperanza Aguirre. El periódico adicto ha encendido ya el horno para escabechar a la presidenta de Madrid y facilitar la victoria socialista en las próximas autonómicas. Antes del fuego graneado de los medios, los sabios de Moncloa han activado la nacionalización de los inmigrantes legalizados para que puedan votar en autonómicas y generales.Se han inventado además la maniobra esa de que a los hijos y nietos de exiliados se les conceda la nacionalidad para que también puedan votar.

Después había que aprovecharse de las rencillas internas del partido y de algunos casos de corrupción para organizar el aquelarre político. ¿A quién beneficia el zafarrancho encendido? ¿Quién ha tirado los pedruscos y escondido la mano? Cui prodest scelus, is fecit. «A quien beneficia el delito, ése es su autor», escribió Séneca.

No son cortinas de humo para nublar la crisis económica. No.Estamos ante una bien orquestada operación para que Zapatero gane en Madrid las próximas generales, tras despedazar a Aguirre en las autonómicas. Se trata de una operación política de fondo que los sabuesos de Génova, entumecidos por el incienso que derraman en loor de Rajoy, han sido incapaces de olfatear a tiempo. La maniobra zapateresca, cuidadosamente instrumentada, resulta muy peligrosa porque se basa, tal vez, en hechos reales: espionaje y corrupción. El Partido Popular no puede batirse a la defensiva.Si se han producido pasajes de espionaje es necesario depurar desde dentro las responsabilidades, aunque se descubra la trama de las contratas públicas. Si la corrupción ha prendido a algunos dirigentes populares en varios pueblos de Madrid, Génova deberá denunciarlos y, en su caso, expulsarlos del partido. No se puede esconder la cabeza como está haciendo Rajoy. La política del avestruz termina por devorar al que la practica.

Los mastines monclovitas han mordido carne fresca. Basta leer el periódico adicto para comprender que no van a soltar la presa.Están dispuestos a despedazar a un PP exangüe, con sus dirigentes apoltronados en Génova, sin capacidad ni para la denuncia ni para el ataque.

A Fernando VII no le pusieron nunca una carambola tan fácil como la que el PSOE le ha ofrecido a Rajoy, con una crisis de caballo y un paro galopante. Pedro J. Ramírez, el pasado domingo, dibujaba sagazmente a Zapatero como el Rakewell de La carrera del libertino, la ópera de Stravinsky y Auden. Por el momento, sin embargo, al menos eso dicen las encuestas, Zapatero se está yendo de rositas.De rositas díez pues el nuevo partido, en el que milita el gran Alvaro Pombo, es el único que de verdad avanza en la opinión pública. En todo caso, el espionaje y la corrupción son los dos arietes con los que Moncloa pretende derribar los portones de la Puerta del Sol para gloria y triunfo de Zapatero.

Luis María Anson

08 Febrero 2009

Cómo el PP puede aún evitar el estigma de la corrupción

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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LA DETENCION de algunas personas relacionadas con una trama de corrupción en municipios gobernados por el PP, interesadamente mezclada con la renuncia de un candidato a las elecciones gallegas por no pagar sus impuestos y con la apertura de la comisión del supuesto espionaje en Madrid, ha llevado a los de siempre a presentar el PP como el partido de la corrupción. Una conclusión tan equivocada como la de quienes siguen a lo suyo como si aquí no pasara nada.Se impone analizar con realismo cuál es la envergadura de la trama y a quién afecta, porque una cosa es que haya corrupción en el PP y otra muy distinta es que el partido como tal esté incurriendo en prácticas abominables.

Con los datos que se tienen no se puede afirmar que estemos ante otro caso Filesa de financiación irregular. Pero tampoco cabe que la dirección del PP se haga de nuevas y diga que ni conoce ni ha tenido relación con los presuntos responsables de esta trama. Entre los detenidos hay dos empresarios -Francisco Correa y Alvaro Pérez- que se movían en el círculo más estrecho de la cúpula del PP en la época de Aznar y que durante más de una década organizaron los actos públicos y los mítines de campaña del partido.Es verosímil que cuando en 2004 dejaron de tener relación mercantil con la dirección nacional del PP, y aprovechándose de sus contactos, sus actividades derivaran hacia las comisiones relacionadas con el urbanismo en municipios como Boadilla del Monte (Madrid), que es por lo que se les ha detenido. Publicamos hoy una denuncia presentada ante la Fiscalía en la que se recogen los viajes a Miami de Correa con el alcalde de esa localidad, Arturo González, y cómo a la vuelta de uno de ellos, éste se jactó ante testigos de que había adquirido «esta vez» un piso en Miami Beach, sugiriendo que podría tener otras propiedades. El alcalde ha negado que lo tenga, por lo que serán los tribunales los que deberán aclarar si se ha enriquecido o no ilícitamente.

Lo cierto es que este y otros episodios están asestando un duro golpe a la credibilidad moral del PP, que corre el riesgo de aparecer identificado ante la opinión pública con la corrupción, lo mismo que le sucedió al felipismo en el ocaso del mandato socialista. Y ello porque el partido de la oposición ha acumulado algunos vicios que ahora le pasan factura. Entre ellos, la desactivación de los mecanismos de control internos, el olvido de los compromisos de regeneración democrática y la falta de transparencia con la que Aznar decidió su propia sucesión y con la que los barones eligieron al líder en el Congreso de Valencia con aquel tinglado de los avales. La predisposición de los máximos dirigentes del PP a mirar hacia otro lado como si lo que pasa en su partido no fuera con ellos es el más peligroso síntoma del peligro que se cierne sobre esta formación política. El único camino que tienen los responsables del PP para librarse del estigma de la corrupción es poner en conocimiento de los tribunales todos los datos que conozcan acerca de las personas involucradas en esta trama. Pase lo que pase, que diría Rajoy.

11 Febrero 2009

Madrid necesita ventilarse

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Al cese del consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid, presuntamente implicado en la trama de corrupción investigada por el juez Garzón, y al abandono del cargo por el mismo motivo del ex alcalde de Majadahonda y actual gerente de Mercado Puerta de Toledo, dependiente de la Comunidad, ha seguido la dimisión del alcalde de Boadilla, quien a su vez ha forzado la renuncia de su número dos en ese Consistorio. Tras esta lista no exhaustiva, ¿seguirá la presidenta Aguirre minimizando los indicios de corrupción que pesan sobre el PP en Madrid, con ramificaciones en Valencia, donde ayer se produjo una nueva detención?

La gravedad de los hechos investigados por Garzón no exime al Gobierno de Madrid de explicar el otro asunto que le acosa, el espionaje a altos cargos populares contrarios a la línea política de Aguirre. Las evidencias apuntan a que los seguimientos se llevaron a cabo por funcionarios de la Consejería de Interior de la Comunidad y, por tanto, la comisión de investigación constituida en la Asamblea autonómica no puede limitarse a una faena de aliño para dar carpetazo al asunto. El Parlamento regional es el ámbito adecuado para demostrar la transparencia que Aguirre considera seña de identidad de su Gobierno. Las limitaciones impuestas a la comisión ya resultaban incompatibles con esa transparencia; mantenerlas tras lo que está ventilando la indagación de Garzón resultaría un sarcasmo.

La única diligencia emprendida hasta ahora por la fiscalía en la investigación del espionaje en la Comunidad de Madrid ha sido interrogar al periodista de EL PAÍS que desveló el caso. Y, sin embargo, no es difícil identificar otras iniciativas que podrían ser adoptadas sobre la base de los indicios conocidos. La justicia no puede quedar en vía muerta: o emprende las investigaciones que exigen los hechos, o debe explicar las razones jurídicas por las que desiste de seguir adelante.