11 junio 2008

Éxito de Sogecable: CUATRO emite la Eurocopa y moviliza a todas sus estrellas con la selección: «¡podemos!»

11 Junio 2008

¿Podremos?

Javier Pérez de Albéniz

Leer

Lo que no consigue toda una huelga de transportes (paralizar España) lo logran 11 chavalotes metiendo cuatro goles a Rusia. Así son las cosas. Así es el fútbol. ¿Un desahogo, una reafirmación nacional, un negocio, una religión laica, un lenguaje mudo, el espejo del estado de la nación, una reserva moral, un canto a la vida, un drama en directo, un espejismo? Un 4-1.

«Para As, cada gol son 40.000 ejemplares más», dijo durante la retransmisión Alfredo Relaño, director de ese diario deportivo que, tras dar por finalizada su labor promocional en los partidos amistosos retransmitidos por TVE, a la hora de la verdad se ha pasado a Cuatro, la «casa madre».

En eso consistió la retransmisión que Cuatro organizó alrededor del primer partido de la selección española: un inmenso, interminable y agotador despliegue promocional. Puro marketing. Cuestión no ya de share, sino de ventas de diarios deportivos, de audiencias de radio… De espíritu de grupo. Y de recuperar, en resumidas cuentas, algo del pastón que le ha costado a Prisa comprar los derechos de retransmisión de una Eurocopa que salió a la venta en época de vacas gordas y precios altos.

En Cuatro arroparon la retransmisión del partido con un programa demasiado largo, agotador, muy pachanguero, capaz de aburrir a todo un rebaño de ovejas. Desde el gran montaje del escenario multimedia en la madrileña plaza de Colón, hasta los comentarios de los invitados a ese plató, siempre superficiales y vocingleros. En total, más de cinco horas (quite los 90 minutos del partido) de televisión de perfil bajo, muy comercial, absolutamente intrascendente. Un despliegue que quedó en agua de borrajas: el sorteo de un jamón y un viaje, un play back de ‘El canto del loco’, unas imágenes de los Manolos (Lama y Carreño, el dúo más zafio y gañán de la televisión actual), un invitado estrella francamente incompresible (Cayetano Martínez de Irujo)… y lo que es peor, una retransmisión que, lejos de mejorar, empeoraba la señal original.

Las imágenes enviadas por la organización eran magníficas, con unos planos aéreos y unas cámaras lentas espectaculares. En Cuatro mutilaron esa belleza incrustando pantallas pequeñas que no aportaban nada: la plaza de Colón, Manolo Lama cantando el gol, Manolo el del bombo haciendo el ridículo, los príncipes de España también… en el palco…

Estaban todos. A la fiesta de Cuatro no faltó ni Betty la fea. No, la de Telecinco no. Ésa no es Betty, esa es Bea, y ya no es fea sino guapa. Betty, atención, es la fea que protagoniza la nueva serie que Cuatro estrenaba después del fútbol. Se trata de una ficción absolutamente original que cuenta una historia única, acojonante, inusitada, singular y asombrosa que sin duda les sorprenderá: la vida de una chica feúcha (ya saben, cejas gruesas, aparato dental, ropa pasada de moda) que consigue trabajo de secretaria en una revista modernilla, tiene un amigo también feo, en el curro se burlan de ella… y, tras muchas penalidades y no pocos desplantes, al final cambia su imagen y… ¡sorpresa! ¿Les suena de algo? No les cuento más que no se la quiero reventar.