Florentino Pérez destituye a Julen Lopetegui como entrenador del Real Madrid tras apenas tres meses y lo reemplaza por Santiago Solari

El mundo del fútbol, acostumbrado a convertir en real lo inverosímil, asistirá hoy a una imagen estrafalaria. Lopetegui, un entrenador oficiosamente destituido, se sentará en un banquillo del que ya ha sido desposeído, y en el que solo espera una fecha para su ejecución definitiva. El técnico madridista es ahora mismo un exentrenador al que se le busca sustituto de forma pública y notoria sin que se le haya dado el tiro de gracia oficial. De toda esta situación esperpéntica, sin duda lo único digno es la actitud paciente, serena y tranquila de Lopetegui, que ayer aguantó el vendaval de preguntas con un estoicismo que sin duda le honra.

El tiovivo del fútbol da siempre muchas vueltas, pero incluso si el Madrid gana en el Camp Nou y Florentino tiene que recular, nadie podrá negar que estos días era ya un entrenador totalmente destituido, no por los periodistas, sino por el presidente blanco y toda su junta directiva, que no habla, pero filtra. La cuestión es que, aunque parezca increíble, la factura por la consecución de la 13ª Copa de Europa sigue ampliándose: unos minutos después de que pitara el árbitro en Kiev, Cristiano dinamitó el madridismo insinuando su posterior marcha, a continuación Zidane anunció su dimisión irrevocable y Lopetegui está visto para sentencia. Toda la secuencia, vista en perspectiva, demuestra que el entrenador vasco no es el culpable sino la víctima. Concretamente otra víctima de la desastrosa planificación de un director deportivo que en el Real Madrid no existe porque en realidad se confunde con la figura del presidente, que empieza a dar síntomas de perder el control de la nave.

Y es que de aquellos polvos del fichaje de Lopetegui, asaltando La Roja con sus previsibles consecuencias nefastas, vienen ahora los lodos de la situación actual. Lo que consiguió Florentino entrando en la selección como un elefante en una cacharrería fue desacreditar a su entrenador delante de los jugadores, la prensa y la afición en general. Sí, Lopetegui nació muerto y hoy se sentará como un zombi en el banquillo del Bernabéu.

Lo siento por Lopetegui, pero en el pecado lleva la penitencia. El diablo le elevó a una gran altura, le enseñó todos los reinos del mundo y le dijo: “Todo esto será tuyo si, postrándote ante mí, me adorares”. Se postró y de ahí vino su maldición. Perdió la Selección y el Mundial, abandonados al albur de una improvisación de la que un buen tipo, Hierro, salió malparado. A cambio, saltó al Real Madrid, pero se encontró con una piscina sin agua. Florentino, metido en ahorros, dejó salir a Cristiano por poco dinero y no lo compensó. Papá Lopetegui, con la lucidez de la edad, lo dijo el sábado en El Mundo: “A mi hijo le robaron cincuenta goles”.

Ahora, como “Roma no paga a traidores”, Florentino le dice que si te he visto no me acuerdo. La nota oficial recuerda el alto número de jugadores de la plantilla nominados para el Balón de Oro, con intención grosera de dejarle como un incapaz. Lo que no hay todavía es sucesor. Se anuncia a Solari como ‘provisional’. Él dirigirá al Madrid en Melilla, este miércoles, y el sábado ya veremos quién está.Ese día el Madrid recibe al Valladolid, que con su flamante presidente Ronaldo (el genuino) va dos puntos y tres puestos por encima en la tabla. Ya veremos si para entonces Florentino se ha atrevido a salir a dar explicaciones. Ahora, no.

De Conte, ni una palabra en el comunicado. No me extraña, después de lo explícito que estuvo Sergio Ramos con eso de que el respeto se gana, no se impone. Recordó que se han ganado las Champions con entrenadores de tono cordial, no con sargentos de chaqueta metálica. Un claro aviso a Florentino, que lleva días diciendo a sus turiferarios que lo que se necesita es mano dura. Conte la tiene. Satisfaría la pulsión autoritaria de Florentino, que no se resigna a que fueran Del Bosque, Ancelotti y Zidane quienes le dieron las Champions. Pero Sergio Ramos ha salido al cruce y… En fin, que será Solari. A ver si así al menos juega Vinicius.

1. La presión y Alba destrozan al Madrid en la primera parte El Barça maniató a los jugadores del Real con una presión impecable. El equipo de Lopetegui fue incapaz de frenar las subidas de Alba por la banda que hicieron mucho daño. El control del lateral en el primer gol fue sensacional y permitió el tanto de Coutinho .

2) La presión mete al Real en el partido durante 15 minutos Tras el descanso, Lopetegui sentó a Varane , lesionado, dio entrada a Lucas Vázquez y sumó a Casemiro a los centrales. La presión adelantada desorientó al Barça y permitió a los blancos luchar el encuentro y disponer de ocasiones, aunque sin puntería. Muy flojos en definición. Al revés que el Barça.

3) Los cambios de Valverde dan la vuelta al encuentro El entrenador dio entrada a Semedo , que frenó la banda izquierda blanca, lo que permitió subir a Sergi Roberto , clave en las asistencias de dos goles. Después entró Dembélé , que participó también y Arturo Vidal que cerró la manita de cabeza. Lopetegui y sus jugadores se quedaron sin reacción con el 3-1. El técnico blanco no tiene salvación y el Madrid nota demasiado la ausencia de Ronaldo .

4) Suárez rompe a la defensa blanca y hace de Messi y de ‘killer’ El partidazo del uruguayo fue antológico. Ha marcado siete goles a los blancos en nueve partidos de Liga. El penalti fue ejecutado de forma excelente porque Courtois se lanzó muy bien. El cabezazo fue impecable y el toque del tercero, una obra de arte. Los cinco goles del Barça tuvieron todos detalles de altísima calidad. Ayer funcionaron los titulares y los que salieron del banquillo al máximo nivel.

5) Sin Leo ni CR7, el Barça le da un baño al Madrid como equipo Los jugadores blaugrana han sabido reaccionar a la ausencia de Messi , con concentración, intensidad y compromiso. Su mensaje ha sido muy claro y han sacado su responsabilidad de futbolistas ganadores, superando al Madrid como equipo

Lopetegui, posiblemente, sea el menos culpable de la crisis del Madrid. El entrenador pagará los platos rotos. Porque, como decía aquel, es más fácil echar a uno que a 22. Pero los auténticos culpables del fracaso hay que buscarlos en el palco y en el césped. Florentino Pérez y los jugadores son los principales responsables de este patético inicio de temporada del equipo blanco. El presidente porque, en su soberbia, pensó que con cualquier entrenador y sin buscarle un recambio a Cristiano Ronaldo, el Madrid seguiría ganando Champions. Y la plantilla porque, con la barriga llena después de haber ganado cuatro Copas de Europa en cinco años, se han acomodado y ya no tienen hambre de títulos. La prepotencia de Florentino Pérez y la autocomplacencia de los futbolistas han provocado la destitución de Lopetegui. Un técnico que, por supuesto, no tiene nivel para estar en el Madrid. Pero que tampoco es tan malo como hacen creer los pésimos resultados cosechados en solo 14 partidos.

El problema de Florentino no es, ahora, tener un nuevo ‘cadáver’ en su currículum de entrenadores destituidos (que, por cierto, ya son 8). No creo que las víctimas le preocupen demasiado. El problema de Florentino es encontrar algún técnico ‘presentable’ para afrontar lo que queda de temporada. Conte ya le ha dado calabazas, como hicieron el pasado verano Pochettino, Allegri, Klopp o Löw. Desde que Zidane dejó plantado al presidente del Madrid, nadie quiere enfrentarse con una plantilla quemada que necesita una revolución total. Lopetegui fue, como ha quedado demostrado, un parche. ¿Cuál será el siguiente? De momento, el ‘muerto’ le ha caído a Solari…