12 mayo 1996

El partido huye de la simbología derechista y asegura de tener postulados similares a Izquierda Unida

Francisco Pérez Corrales reemplaza a Juan Peligro como líder de la formación anti-inmigración Democracia Nacional

Hechos

En mayo de 1996 en el Exphotel el partido Democracia Nacional inauguró su primera sede en Barcelona. El anfitrión del acto fue D. Francisco Pérez Corrales.

Lecturas

«ANTES COMUNISTA QUE SEPARATISTA»

En el mismo hotel, Democracia Nacional comparecía ante los medios de comunicación para informar de la inauguración de su primera sede en Cataluña, justo un año después de constituirse como partido tras la confluencia de Juntas Españolas y diversas personas sin militancia orgánica.

Los dirigentes de Democracia Nacional no se reconocen como un grupo de extrema derecha. Prueba de ello es que su secretario general, Francisco Pérez Corrales – contrario a Maastricht, la moneda única y el ajuste laboral – criticara el pacto realizado entre el Partido Popular y Convergencia i Unió. Considera que, para los intereses de España, Izquierda Unida hubiera sido mejor socio de gobernabilidad que los nacionalistas. (LA VANGUARDIA, 12.05.1997)

UN RIVAL

 La formación Democracia Nacional disputará el voto de la derecha radical a la formación política Alianza por la Unidad Nacional creada en torno a la figura del joven D. Ricardo Sáenz de Ynestrillas.

El Análisis

PELEAS POR MIGAS

JF Lamata

¿Existe hueco en España para partidos a la derecha del PP? En teoría sí, pero los hechos demostraban una y otra vez que era imposible y los aspirantes a liderarlos parecían actuar deseosos para cercenar esa posibilidad. Fragmentados en cientos de partidillos: ‘ultras’, ‘falangistas’, ‘defensores de la patria’ o como se les quisiera etiquetar eran incapaces de acentuar lo que les pudiera unir para señalar las divisiones… aunque la división principal no parecía ideológica sino más básica en política: «¿quién manda?». Que debió ser lo que planeaba en mente del Sr. Ynestrillas cuando dirigiera junto con un grupo de partidarios encapuchados un  ‘asalto’ a la sede de Democracia Nacional para interrogar a sus estrategas por si planeaban algo contra ellos.

¿Y todo para qué? ¿Migas de votos? Ni eso.

J. F. Lamata