8 mayo 1982

Guerra de cartas en la RTVE de Carlos Robles Piquer: 180 trabajadores escriben un manifiesto contra él, mientras 180 escriben otro a su favor

Hechos

El 8 de mayo de 1982 se hace público el manifiesto de 180 los trabajadores de RTVE contra su director general.

08 Mayo 1982

La Información en TVE está dirigida y manipulada

Rosa María Mateo (junto 179 firmas)

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1- La información por no ser pluralista, no es objetiva, veraz, ni imparcial, en contra de lo que exige nuestro Estatuto en su artículo 40, apartado a. Nos remitimos como ejemplo, a la abusiva presencia de los ministros o altos cargos de la Administración en los Telediarios, al poco respeto hacia la proporción parlamentaria, a la ocultación de uno de los pasajes más destacados del del discurso de Landelino Lavilla, pronunciado con ocasión del tercer aniversario de la Constitución y que se refería al intento de golpe de Estado, o a la información sobre la campaña electoral en Andalucía.

2- Los firmantes no somos plenamente responsables en última instancia de la información que se ofrece en estos servicios informativos. Recordemos, por ejemplo, las versiones leídas de los telediarios, de puño y letra del director general de RTVE, sobre la crisis de UCD, a favor de un sector del partido del Gobierno.

3- Se prima y estimula la docilidad y no la competencia profesional. Se huye de la especialización para matar el espíritu de iniciativa y desarrollar el conformismo. No se permite la participación de los profesionales en la selección o valoración de las noticias. Se excluye tanto a la hora de adoptar criterios como de realizar determinadas funciones, a los que mantienen posiciones críticas desde un punto de vista exclusivamente profesional.

Intereses.

4- Los informativos no reflejan la realidad del país. Se atienden sugerencias y órdenes – de variada procedencia – que se cumplen fielmente sin someterlas al menor examen. Ello recarga los programas de contenido de nulo interés informativo, que casi siempre responden a intereses de imagen pública de determinados cargos políticos. Se limita el tiempo de las informaciones consideradas ‘molestas’ o ‘crispantes’ cuando no se ignoran. Se destacan sistemáticamente los favorables al Gobierno. Se evita alimentar le sentido crítico del telespectador.

5- Los informativos son un milagro diario. Y ello por falta de previsión y de adecuación de medios. La buena voluntad, la improvisación y hasta la fortuna (casualidad, suerte) permiten cada día compensar la penuria de medios técnicos.

Esta situación que describimos permite justificar la deficiente cobertura de algunas informaciones. Tal falta de medios y su irracional distribución se convierte así en una forma más de censura.

6- Existe un evidente desconocimiento del hecho regional en los programas nacionales. A travé de sus correspondientes circuitos, la televisión se utiliza, en ocasiones, como arma de propaganda en contra de las necesidades y exigencias de las regiones o comunidades autónomas. Los defectos de contenidos, medios y efectivos se acentúan en todos los centros regionales.

7- Frente a lo manifestado públicamente por 23 compañeros, encabezados por el actual director de los Servicios Informativos, nosotros conscientes de la responsabilidad social que nos corresponde, reclamamos para nuestro trabajo la crítica de los españoles y de sus legítimos representantes, al tiempo que exigimos la correspondiente participación en los contenidos de los programas.

Exponemos por último, que nuestra aspiración se basa en ejercer plenamente como informadores escrupulosos con la realidad de nuestro entorno, por lo que afirmamos nuestra decisión de ser beligerantes siempre en la defensa de los principios democráticos que consagra nuestra Constitución.

Firman 180 profesionales de TVE encabezados por Rosa María Mateo, Luis Mariñas y Pedro Meyer.

08 Mayo 2024

El escrito de los 18

DIARIO16 (Director: Pedro J. Ramírez)

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La carta hecha pública por 180 profesionales de Televisión Española no sólo contrasta eficazmente con e demasiado verosímil respaldo de los 23 jefes de informativos que elogiaban el dedo que los nombró, sino que vuelve a poner sobre el tapete las evidentes deficiencias de Carlos Robles Piquer en la dirección del ente público RTVE.

No se trata, como a veces pudiera hacer pensar el documento, de un mero exceso de partidismo a la hora del reparto de los minutos que semanalmente se conceden a cada formación política. Esta puede ser una consecuencia, pero no la causa de la deficiente política informativa de la que debería ser la primera empresa de información de los españoles.

Por decirlo elementalmente, el gran error de la TVE actual, que empieza a extenderse a Radio Nacional, es precisamente, el del control político de la información. El Sr. Robles actúa con un espíritu de censor dedicado devotamente a que ‘no pase’ nada grave o importante. Que luego favorezca al Gobierno en lo poco que da, es menos grave que lo mucho que deja de dar.

El afán del director de RTVE parece ser el de evitar quebraderos de cabeza a los españoles. Como no es posible decapitarlos, se limita a quitarles material con el que preocuparse. El resultado es que la realidad española está radicalmente ausente de TVE.

Un detalle intolerable es la deleznable noticia que sigue dándose del juicio del 23-F. Cada noche, unos profesionales, al parecer bastante cómodos con sus mordazas, siguen ocultando la información más esencial de la historia real y viva.

20 Mayo 1982

La absolución del padre Robles

DIARIO16 (Director: Pedro J. Ramírez)

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Tras la batalla de firmas que ha enfrentado durante estas últimas semanas a profesionales detractores y admiradores de la política informativa de TVE, su máximo responsable, Carlos Robles Piquer, ha dado a luz unas sabrosas declaraciones en las que pretende aparecer por encima de los dos bandos en lucha dispuesto a perdonar sanciones y a lograr la concordia de todo el mundo.

El Sr. Robles no escatima indulgencia: los 180 ue criticaban la línea informativa de TVE son, aunque equivocados, buenos profesionales. No menos buenos son los que lo han defendido y bueno es también el máximo responsable, Castro Beraza. El padre Robles ha puesto orden y paz en la revuelta chiquillería, sin dar un pescozón.

Lo malo es que nadie podrá creer que los 182 firmantes a su favor lo hicieron sin que él diera antes su aquiescencia. Y que tanto la maniobra de apoyo a la incompetencia de Castro Beraza, como el amago de sanciones posteriormente anuladas, no tenían más objeto que el de permitirle interpretar un papel que, desde luego, no le corresponde.

Lo único que probablemente no ha hecho el señor Robles es contemplar los programas informativos, entregado infatigablemente al diálogo y la concordia de tanto magnífico profesional. De haberlos visto, no dudaríamos de su clarísima inteligencia que el señor Castro Beraza habría sido cesado ya.

Porque en esos espacios, unos profesionales que no parecen demasiado competentes emiten una información que, como sus mismos compañeros denunciaron, no es “objetiva, ni veraz, ni imparcial”. Que es, en suma, tan inaceptable como las declaraciones del director general de RTVE.