30 noviembre 1939

Finlandia se ve obligado a ceder la región de Carelia a la URSS y a perder su acceso al mar de Barnets y de la península de Hangö

Guerra entre Finlandia y la URSS: Stalin ocupa parte de su territorio pero Mannerheim logra mantener su independencia como Estado

Hechos

La guerra entre Finlandia y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas duró de noviembre de 1939 a 1940.

Lecturas

En el pacto Hitler-Stalin de agosto de 1939 entre la Alemania nazi y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) las dos potencias definieron sus esferas de interés, y situaron Finlandia y los países bálticos en la zona de influencia soviética.

La URSS puso de manifiesto su hegemonía mediante ‘pactos bilaterales’ forzados con Letonia (5 de octubre de 1939) y Lituania (10 de octubre de 1939) y trató de imponer sus reivindicaciones territoriales a Finlandia, exigiendo la cesión de la región de Carelia y el acceso a la ciudad de Hangö en el golfo de Finlancia, para poder establecer allí una base militar. Aunque el gobierno finlandés estaba dispuesto a negociar y temía los riesgos de una guerra, la Unión Soviética canceló unilateralmente las negociaciones el 13 de noviembre de 1939 y denunció el tratado de amistad cerrado siete años antes. Un incidente fronterizo en la región de Carelia, supuestamente provocado por los soviéticos fue el detonante del conflicto.

Las acciones del Ejército Rojo empezaron el 30 de noviembre de 1939 con el bombardeo de la capital, Helsinki y la invasión del territorio finlandés por cuatro grandes ejércitos, hecho que provocó la exclusión de la Unión Soviética de la Sociedad de Naciones. El comandante supremo finlandés, Carl Gustav Emil von Mannerheim – que durante un tiempo ejerció como dictador supremo de Finlandia – sólo disponía de nueve divisiones, por lo que estaba en minoría frente a Stalin.

Pese a la supremacía armamentística de la URSS, la operación finalizó con un relativo fracaso. El ejército de Mannerheim luchó con heroicidad y se aprovechó de su mejor conocimiento del terreno; el Ejército Rojo no pudo utilizar con eficacia su armamento pesado, debido a las fuertes nevadas y a temperaturas árticas que llegaron a alcanzar los 50º C bajo cero. Así, los soldados finlandeses, equipos con esquís y trajes de nieve blancos, utilizaron la llamada ‘táctica Motti’ es decir, dispensaron las divisiones soviéticas y luego aniquilaron las unidades más pequeñas. Esto ocurrió con la 163ª División de Cazadores cerca de Suossalmi el 28 de noviembre de 1939 y con la 44ª División de Cazadores el 8 de enero de 1940, en el mismo lugar. Después de que el mariscal soviético Timoshenko hubiera incrementado sus fuerzas con quinientos mil soldados adicionales, logró a finales de febrero romper la línea Mannerheim cerca de Suma y, el 12 de marzo, tomar Viborg. Pero las conquistas territoriales del Ejército Rojo se quedaron muy por debajo de las esperanzas de Stalin.

Los finlandeses se encontraron solos en una lucha tan desigual. Suecia les otorgó escasa ayuda material y una fuerza formada por británicos y franceses no llegó a entrar en combate debido a que no obtuvo autorización de tránsito por parte de Noruega y Suecia. En la Paz de Moscú, Finlandia cedió la región de Carelia a la Unión Soviética perdió su acceso al mar de Barents y dio en arriendo la península de Hangö, pero mantuvo su independencia. Stalin adquirió un territorio de 35.000 kilómetros cuadrados a cambio de un tributo de sangre de 207.000 soldados; 25.000 finlandeses perdieron la vida.