26 octubre 1939

Para ingleses y franceses el dictador nazi ya no es fiable después de que en 1938 les asegurara que Los Sudetes de Checoslovaquia eran su última aspiración y haber continuado invadiendo países después de eso

Tras conquistar toda Polonia la Alemania de Hitler ofrece la paz a Reino Unido y Francia, pero ambos países lo rechazan

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Publicado el 26 de octubre de 1939.

26 Octubre 1939

Editorial

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Estamos más o menos donde estábamos hace un cuarto de siglo, y el Gott strafe England (Dios castigue a Inglaterra) volverá a ser – si no lo es ya – el tema de los patriotas alemanes. Porque Alemania estima que dondequiera que mira, encuentra el veto británico y que las consideraciones geográficas sólo son válidas mientras no se trata del Reich. Y cuando las relaciones llegan a agriarse de tal modo entre los dos países, el momento crítico se acerca. Bismarck vivía constantemente preocupado de una coalición enemiga, y la palabra ‘Einkreisung’ (cerco) vuelve a imprimirse cada vez con mayor frecuencia en los periódicos alemanes’.

Estos son los conceptos que Ribbentrop ha expuesto en Dantzig. Inglaterra es la eterna enemiga de la potencia continental más fuerte. Se opone constantemente a la expansión natural de Reich en su ‘espacio vital’. La toleró mientras se sentía débil – como en Munich -, pero en cuanto se consideraba suficientemente armada, preparó rápidamente el cerco alrededor de Alemania. Por esta razón hubieron de fracasar las negociaciones de paz franco-alemanas, emprendidas por dos ex combatientes: Hitler y Daladier. Acusa al Reich de aspirar a la dominación del mundo, pero la verdad es que el tercer Imperio se siente ya satisfecho y saturado dentro de sus nuevas fronteras, no tiene la menor aspiración territorial en Europa y sólo exige ‘la devolución de sus fronteras robadas’. Las conversaciones han terminado, y Alemania recoge el reto británico. Inglaterra podría contestar a Ribbentrop que, en efecto, cualquier hegemonía continental pone en peligro sus intereses vitales; por consiguiente, se opone a ella y procura mantener el equilibrio entre las potencias. El enemigo no es el pueblo alemán como tal, sino el III Reich, que ha llegado a ser demasiado poderoso.