30 enero 1933

El pacto de Hitler con Von Papel, centrista católico, clave para el triunfo de nazismo

Hindemburg nombra a Hitler canciller de Alemania abriendo el camino para una dictadura nazi apoyada por la derecha política

Hechos

El 30.01.1933 Adolf Hitler fue nombrado canciller al frente de un Gobierno de coalición entre nacional-socialistas, católicos y derecha moderada.

Lecturas


El 30 de enero de 1933 el presidente del Reich, Paul von Hindenburg, nombró nuevo canciller al jefe del Partido Nazi, Adolf Hitler. Sería el primer paso para disolver el Reichstag e iniciar la dictadura nacionalsocialista.

El Partido Nacional Socialista Obrero Alemán había sido prohibido tras la intentona golpista de noviembre de 1923 en Munich. Su presidente, Adolf Hitler, fue condenado a 5 años de cárcel, pero salió en libertad al cabo de uno. A partir de ese momento se dedicó a reorganizar el partido con el objetivo de acceder legalmente al poder.

Durante la etapa de relativa estabilidad de la República de Weimar hasta 1929 la historia del partido no presenta ningún dato relevante. Las repercusiones de la crisis económica mundial aseguraron un incremento cada vez mayor en sus filas. En las elecciones al Reichstag (septiembre de 1930), el partido consiguió más de 6 millones de votos y se convirtió en la segunda fuerza política del país. En la primavera de 1932, Hitler se presentó como candidato de los partidos de extrema derecha a las elecciones presidenciales del Reich y perdió ante el presidente Hindenburg. En julio, sin embargo, el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán se convirtió en el partido más fuerte en las elecciones al Reichstag al obtener más de 13 millones de votos.

El presidente del Reich, Paul von Hindenburg, se negó durante más de medio año a nombrar a Hitler canciller. Al final resultó decisiva la influencia de los grandes empresarios y economistas del país (Krupp, Schatch) y de los partidos de la derecha conservadora – como Franz von Papen – que, críticos con los proyectos sociopolíticos del gobierno de Kurt von Schleicher presionaron a Hindenburg para que nombrara canciller a Adolf Hitler. El primer gobierno de Hitler sería un gobierno de coalición con partidos de la derecha.

El nombramiento de Hitler como canciller supondría un cambio de gobierno legal en el sistema.

ROMPIERON LA RESISTENCIA DE HINDEMBURG

hindemburg_gana Después de haberse negado durante meses, los sectores de la derecha tradicional se unieron en las presiones al Presidente del Reich, von Hindemburg, de que nombrar a Hitler canciller era la única forma de desbloquear el gobierno y frenar al comunismo emergente.

LA ‘VENGANZA’ DE VON PAPEN CONTRA SCHLEICHER

Schleicher_Papen En la caída del Gobierno von Schleicher influyó decididamente el apoyo del ex canciller von Papen al nombramiento de Hitler, que se vengaba así del político ‘que le hizo la cama’ en la crisis de noviembre de 1932. El apoyo de von Papen a Hitler servía para calmar a los sectores derechistas que hasta ese momento veían en Hitler una tendencia ‘revolucionaria’ que nunca se podría dar en un gobierno con von Papen como ‘número dos’.

EL GOBIERNO HITLER

  • Canciller: Adolf Hitler (nazi)
  • Vicecanciller: Franz von Papen
  • Interior: Wilhelm Frick (nazi)
  • Exteriores: von Neurath
  • Defensa: Werner von Blomberg
  • Hacienda: conde Schwering von Krosigk
  • Comercio y Agricultura: Hugenberg
  • Trabajo: Saldte
  • Correos y Comunicaciones: Eltz von Rubenach
  • Ministro sin cartera y comisario de aeronáutica: Hermann Goering (nazi)

hermann_goering Hermann Goering, emerge como hombre de confianza de Hitler al ser nombrado comisionado para administrar el ministerio de Interior de Prusia, lo que le da el control sobre 160.000 policías.

Nuremberg_schacht El economista Hjalmar Schacht será el nuevo Presidente del Banco del Reich. Es una recompensa de Hitler ante el apoyo que le dio este para convencer a Hindemburg de que le nombrara canciller, gestionando que importantes empresarios como los Krupp solicitaran a Hindemburg que rompiera su resistencia y diera el Gobierno a Hitler.

31 Enero 1933

Hitler ha formado gobierno con Von Papen y Hugenberg

EL SOL (Director: Fernando Vela)

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Hitler ha sido nombrado canciller. Sus formaciones le han ofrecido un brillante desfile, con teas e himnos. Hitler, a la ventana, entre las luces de un proyector en la calle y otro dentro, en la sala a cuya ventana estaba, saludaba con ese rendimiento con la mano hacia atrás, en el cual es inimitable. Un chico, un futuro soldado de su guardia, se encaramó a una reja y le ofreció una rosa. El desfile era interminable. En el camino, Hindemburg, detrás de una ventana de su Palacio, recibía unas migajas de la manifestación. Migajas nada más. El desfile era para Hitler. Era un desfile que recordaba, en lo largo, al que los socialdemócratas organizaban en los buenos tiempos constitucionales. El día de la Constitución. Justo es decir que hoy había mucho más entusiasmo. Si los socialdemócratas hubieran cantado algún himno, como lo cantas los hitlerianos, el desfile de está noche no hubiera sido posible. Ni hubieran sido posibles tantas cosas que ya están próximas. Pero no hay para que ensañarse con un partido que, al fin y al cabo, si pecó como socialista, hay que disculparle como demócrata.

Hitler es canciller. El nacionalsocialismo celebra su triunfo. ¿Pero era ése el triunfo del nacionalsocialismo? ¿Ir a un Gobierno con Hugenberg y con Papel y con Seldte, con la reacción más descarada y con el capitalismo más franco que hay en Alemania? Si era éste el triunfo, si una solución como ésta, en la cual un partido ‘socialista’ deja los ministerios de Economía y Abastecimientos en manos de Hugenberg, el de Trabajo en manos de ‘Casco de Acero’ y pone en manos de Papen el comisario de Prusia, las tres quintas partes del Reich, la ambición del partido no era mucha. Más era lo que quería Strasser y lo que hubiese conseguido Schleicher, sin el sambenito de la colaboración con el capitalismo, el culto a Hugenberg y von Papen frente a los cuales se colocaba Hitler, no hacía mucho, como el fuego respecto del agua.

Si era eso entonces, ¿es que el partido nacionalsocialista era el partido burgués, como las izquierdas sospechan? Hitler sabe que de los doce millones, o de los que hubieran querido si Hindemburg hubiera dejado a Schleicher hacer las elecciones, muchos le han votado precisamente por no ir con Hugenberg.

En esta colaboración está la contradicción del Gabinete. Contradicción que no puede prolongarse ante el pueblo. Ya se sabe que no ha de gobernar Hitler con las formas demagógicas con que reclutó sus gentes, pero tiene que gobernar al pueblo aunque no sea más que para recompensarle de la fe puesta en él. Y el pueblo de Hitler es algo distinto del pueblo de Hugenberg o de Papen. El pueblo de Papen cabe en un club. Y el de Hitler hoy es el más numeroso, como partido, de Alemania.

Juego de fuerzas para ver quien expulsa a quien o quién se somete a quién. Con apariencias constitucionales. Incluso con Parlamento. Y hasta permitiéndole al centro que les tolere. Pero sin que les importe mucho ni el centro, ni el Parlamento, ni la Constitución. Cuando haga falta – hoy no la hace – suprime el partido comunista, y el centro queda así anulado en el Reichstag. Y a seguir luchando por el Poder o por la dictadura – como quiera llamársele – el uno y el otro.

Entre tanto, las derechas reaccionarias nacionales, unidas, señalan el día 30 de enero con piedra blanca. El frente de Salzburgo es la aurora de una nueva época.

Y la democracia, a aprender en el ostracismo. A observar como se mantiene una posición. La posición que se dejó quitar de las manos.

31 Enero 1933

El hombre del día: Adolfo Hitler

ABC (Director: Juan Ignacio Luca de Tena)

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La carrera de Adolfo Hitler parece una crónica del Renacimiento. De la nada ha llegado a ser el sucesor de Bismarck en un país de sesenta y cinco millones de habitantes y en un país que ni siquiera es el suyo. Hijo de un modesto funcionario de Aduanas austríaco, obrero auxiliar en su juventud, pintor de brocha gorda, luego delineante en la oficina de un arquitecto, pasó de Viena a Munich, y a esta casualidad (pero, ¿hay realmente casualidades en la vida?) le debe todo el resto. Militar como millones otros, sin oportunidad de distinguirse particularmente en la guerra, la paz le encuentra como a millones otros de su generación: sin trabajo y sin norte. En el Munich que había pasado por una breve dictadura roja se fundó el partido nacional-socialista; Hitler entró en él, obteniendo el carnet número 7; pero su don de orador persuasivo y fascinador le leva muy pronto al puesto de jefe. En 1923 participa en la tentativa de Ludendorff, pero esta fracasa y todos creen que ha llegado el ocaso del caudillo fascistizante. Y, en efecto, durante algunos años poco se oye hablar de él. En las elecciones de 1928 sólo obtiene 12 puestos, o sea menos del 3 por 100; pero dos años más tarde, en septiembre de 1930, el número de los diputados hitleristas salta de repente a 107, y en el verano de 1932 a 230, para bajar luego a 195. Desde hace un año el partido nacional-socialista es el más numeroso del Reich, pues, aunque estando en la oposición, cuenta con 13 millones de votantes que representan aproximadamente las dos quintas partes de los electores. Jamás había existido en el Reich ningún partido tan poderoso como el capitaneado por el antiguo obrero austriaco, que no hace aún un año que ha sido naturalizado alemán.

31 Enero 1933

Adolfo Hitler, caudillo nacional-socialista ha formado en Alemania un gobierno de extrema derecha

ABC (Juan Ignacio Luca de Tena)

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Adolfo Hitler ha conseguido su propósito, pero renunciando a exigir el Poder para us solo partido y mediante un acuerdo con su partido nacionalista y los Cascos de Acero. Su Gobierno es uno intermediario entre un Gabiente presidencialista y un Ministerio parlamentario. Los dos partidos de la extrema derecha, el de Hitler y el de Hugenberg, no cuentan con mayoría propia, pero es probable que peudan contar con el apoyo tácito o, si se quiere, la neutralidad benévola de los católicos.

Hitler ha cedido algo para llegar al Poder, y también ha hecho concesiones el presidente Hindemburg para evitar nuevas elecciones, que hubieran resultado tan estériles como las anteriores. El leader del partido más numeroso del Reich ocupa la presidencia del Consejo, solución que indicamos en varias ocasiones como la más lógica, siempre que no pretendiera ejercer la dictadura partidista. Y ésta es la solución que ha prevalecido; Hitler ocupa el sillón de Bismarck, pero colabora con otros grupos derechistas, cuyo programa social difiere bastante del suyo, y que sabrán refrenar su empuje juvenil.

El ministro del Interior, Herr Frick,(que lo era ya de Turingia), uno de los principales lugartenientes de Hitler, ha declarado ante los periodistas que el nuevo Gobierno no haría peligrosas experiencias políticas ni financiera. Se refería, ante todo al os rumores de inflación. Añadía que Alemania quería vivir en buena armonía con todos los países. No es probable, en efecto, que el Gabinete Hitler haga una política exterior diferente de los Gobiernos anteriores. Primero, porque la permanencia del barón Von Neurath como titular de la cartera de Negocios Extranjeros, es una garantía de continuidad y de moderación y segundo, porque ningún ministro de dicho departamento podría ir más allá de Brüning, Von Papen y Von Neurath en cuanto a las reivindicaciones de Alemania en los terrenos de las reparaciones, igualdad de derechos en los armamentos, revisión de las fronteras orientales, necesidad de colonias o mandatos, etc. No creemos que la labor del Gabinete Hitler traiga novedades peligrosas.