26 julio 1943

Italia rompe legalmente su alianza militar con Alemania y anuncia que pasará a pactar con Estados Unidos y Gran Bretaña contra los alemanes

Italia cambia de bando en la Segunda Guerra Mundial: el Rey Victor Manuel III y el mariscal Badoglio apartan a Mussolini del poder

Hechos

El 26.07.1943 Italia anunció que el ‘Duce’ Benito Mussolini había dimitido y que el mariscal Badoglio era nombrado por el Rey Victor Manuel III nuevo primer ministro.

Lecturas

Este 25 de julio de 1943 en una resolución enmarcada por el desembarco aliado en Sicilia, el rey Víctor Manuel, con el apoyo, al menos parcial, del Gran Consejo fascista, ha depuesto a Benito Mussolini. El Duce, que fue detenido al abandonar el palacio oficial, ha sido reemplazado al frente del gobierno por Pietro Badoglio.

La estrella de Mussolini comenzó un rápido declive el 16 de julio pasado, cuando el primer ministro británico, Winston Churchill, y el presidente norteamericano, Franklin Delano Roosevelt, lanzaron un llamamiento a Italia para que se desembarazara del régimen fascista.

En este momento, las posiciones aliadas en Sicilia estaban ya definitivamente consolidadas, y el avance de las tropas anglobritánicas hacia el Norte parecía inevitable. El Partido Fascista se escindió entonces en dos tendencias; una, la del conde Galeazzo Ciano – yerno de Mussolini – exigió la inmediata firma de la paz con los aliados; la otra dirigida por Carlos Scorca y Dino Grandi, proponía continuar la lucha junto con Alemania.

El 19, el Duce mantuvo una entrevista con el canciller alemán, en Feltre, durante la cual Hitler sostuvo que la capacidad bélica alemana estaba intácta y dispuesta a continuar la guerra hasta la victoria.

Pero poco después Roma fue bombardeada por los aliados; la colera popular, aumentaba por los 2.000 muertos que produjo el ataque, se dirigió contra el rey; el monarca pudo comprobarlo cuando visitó un barrio afectado por las bombas.

Al parecer, Víctor Manuel decidió ese mismo día deponer a Mussolini.

En el Gran consejo fascista, Dino Grandi propuso devolver a Víctor Manuel la dirección del ejército, mientras que Mussolini insistía en la necesidad de una unidad más estrecha que nunca con el régimen de Hitler. Pero, por vez primera, el órgano supremo del partido único dio la espalda a su jefe.

Este mismo 25 de julio Mussolini ha sido encarcelado junto con sus colaboradores.

27 Julio 1943

La crisis política italiana

LA VANGUARDIA (Director: Luis de Galinsoga)

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Es pronto todavía para juzgar este hecho de enorme importancia política e histórica: la caída de Benito Mussolini, creador, jefe, conductor y encarnador genuino del fascismo italiano.

La actualidad extrema de los hechos que han determinado la crisis y al carencia de perspectiva suficiente para enjuiciar los que han tenido lugar en los últimos 20 años en la península italiana, son circunstancias que harían imprudente cualquier precipitación o rotundidad en la observación y el comentario. Sin embargo, queda patente de modo claro, eso sí, la personalidad recta del hombre de Estado caído y su definitiva consagración como representación la más genuina, de un importante periodo de la historia italiana y como uno de los forjadores de una época europea trascendental.

Pero, indudablemente, la adversidad de las circunstancias bélicas, manifestada en la pérdida total de los territorios italianos en África y en la de casi toda la isla de Sicilia, tenía que hacerse sentir mostrando, a la luz pública, que algo, en el camino del fascismo italiano, se había desviado de la dirección de sus pasados resultados. La nerviosa variación en los nombramientos de jerarquías, la frecuencia de los llamamientos radiofónicos y periodísticos incitando a la lucha y a la dureza y, sobre todo, el impresionante silencio de Mussolini – tribuno hasta ahora acostumbrado a comunicar con el pueblo – eran indicios seguros de que las contrariedades militares tenían repercusión y se atribuían a un defecto en el funcionamiento del régimen. En este momento el Rey Víctor Manuel III, discreto hasta la exageración, esfumado en los últimos años, tras hechos y personas del mayor en los últimos años, tras hechos y personas del mayor relieve político, su intervención en los instantes cruciales ha resultado siempre oportuna y, al parecer, hasta ahora encauzadora de los gigantescos acontecimientos nacionales.

Es absolutamente imposible, y sería de cualquier modo sobremanera presuntuoso conjeturar sobre el desarrollo de los acontecimientos. En el interior apenas quedan esbozados los elementos destinados a juzgar en un futuro inmediato. Respecto al exterior, la proclama del Rey no hace alusión a la contienda más que para lamentar sus daños sobre el suelo de la Patria, y la de Badoglio sólo contiene unas palabras – “La guerra continúa” – que hagan referencia a la prolongación del conflicto, aparte de las condolencias sobre las penalidades que ha arrojado hasta ahora, sobre Italia. Además la designación de Guariglia como ministro de Negocios Extranjeros debe ser advertida y subrayada. El nuevo rector del Palacio Chigi ha sido embajador cerca del Vaticano y lo era actualmente en Angora, o sea, dos centro en los cuales la presencia sobre terrenos neutrales de representaciones de los Estados beligerantes, ha dado lugar a tender puentes y sostener contactos cuya importancia y profundidad, imponderables, naturalmente, en este momento, pueden haber señalado a Guariglia como el más indicado titular de la difícil cartera que le ha sido encomendada en este momento gravísimo. Otros hechos: el comentario de benévola expectación publicado por Reuter y la actividad diplomática extraordinaria desarrollada en el Vaticano, tanto por la grandiosa manifestación de homenaje tributado por el pueblo de Roma al Pontífice, constituyen indicios nada despreciables en cuanto a posibles orientaciones impulsiones originarias de los acontecimientos italianos.