2 septiembre 1945
El país pasará a estar ocupado por los países aliados encabezados por los americanos
Japón se rinde ante Estados Unidos y la Unión Soviética poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial

Hechos
El 2.09.1945 Japón firmó su rendición sin condiciones ante los gobiernos de Estados Unidos de América, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Gran Bretaña.
Lecturas
El nuevo ministro de Exteriores Mamoru Shigemitsu fue el encargado de firmar la rendición ante el General Douglas MacArthur. Es la consecuencia del lanzamiento de dos bombas atómicas por parte de los Estados Unidos.
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EL EMPERADOR DE JAPÓN RENUNCIA A SU DIVINIDAD
El Análisis
El 2 de septiembre de 1945, a bordo del acorazado USS Missouri, anclado en la bahía de Tokio, Japón firmó oficialmente su rendición incondicional ante los Aliados. La firma del ministro de Asuntos Exteriores, Mamoru Shigemitsu —cojo de una pierna y recién nombrado para esta misión histórica— puso fin formalmente a la Segunda Guerra Mundial, en un acto solemne que no solo marcó la clausura del conflicto más sangriento del siglo, sino también el inicio de una nueva era geopolítica. Al igual que Alemania meses antes, Japón queda bajo ocupación militar aliada, y el país se encamina hacia una transformación profunda impuesta por los vencedores, con la promesa de llevar ante un tribunal internacional a los responsables políticos y militares de la agresión y las atrocidades cometidas en Asia y el Pacífico.
El destino del emperador Hirohito, sin embargo, es la cuestión más sensible. Aunque ha renunciado públicamente a su condición de “dios viviente”, para muchos japoneses sigue siendo el eje simbólico de su nación. Estados Unidos, que liderará la ocupación bajo el mando del general Douglas MacArthur, parece dispuesto a dejarle al margen de los juicios si su presencia garantiza una transición pacífica y la colaboración del pueblo japonés. Esta posible concesión, pragmática y estratégica, ha generado tensiones entre los aliados, algunos de los cuales, como la URSS, habrían preferido ver al emperador en el banquillo. Pero la estabilidad pesa más que la revancha en este momento fundacional del Japón moderno.
Mientras tanto, la Unión Soviética ha aprovechado los últimos días de guerra para asegurarse una zona de influencia clave en Asia. Tras su tardía declaración de guerra a Japón, las tropas soviéticas han tomado el norte de Corea, donde ya se perfila un régimen comunista afín a Moscú. Así, mientras la paz se firma sobre cubierta, en tierra firme comienza una nueva competencia ideológica que definirá la posguerra. La Segunda Guerra Mundial ha terminado, pero del mapa que deja nacerán nuevos desafíos: la Guerra Fría comienza a insinuarse, y el equilibrio global está a punto de redefinirse.
J. F. Lamata