21 julio 1999

En una operación apadrinada por el presidente del Gobierno, José María Aznar, Losantos se 'reconcilia' con la casa a la que dio un portazo en 1996 por la negativa de Giménez-Alemán de publicarle un artículo

Jiménez Losantos rompe con EL MUNDO y regresa al diario ABC como columnista y miembro de su Consejo Editorial

Hechos

En julio de 1999 D. Federico Jiménez Losantos puso fin a sus colaboraciones con el diario EL MUNDO, dirigido por D. Pedro J. Ramírez, tras un año y retornó al diario ABC, dirigido por D. Francisco Giménez Alemán como columnista diario a partir del 20.07.1999.

Lecturas

ABC bajo la presidencia de D. Nemesio Fernández-Cuesta Luca de Tena acuerda el fichaje de D. Federico Jiménez Losantos como columnista del periódico ABC en 1999 arrebatándoselo a El Mundo. De esta manera Jiménez Losantos vuelve a ABC a pesar de que sigue siendo director D. Francisco Giménez-Alemán, la misma persona que decidió anular su colaboración en 1997. El acuerdo incluye que D. Federico Jiménez Losantos y dos personas de su confianza, su secretario D. José María Marco y el consejero de Caja Madrid por el PP, D. Alberto Recarte García-Andrade entren en el Consejo Editorial de ABC.

El periódico ABC no da ningún anuncio de promoción sobre el regreso de Jiménez Losantos a sus páginas, cosa que sí hace La Razón el 23 de junio de 1999 felicitando a ABC por recuperar a Jiménez Losantos. El Sr. Jiménez Losantos considera que la promoción dada por La Razón a su fichaje por ABC es una forma del presidente de La Razón, D. Luis María Anson Oliart, de dejar mal al ABC por no haber publicado ningún recuadro de bienvenida ante el destacado fichaje.

D. Federico Jiménez Losantos había roto con el diario ABC (diario propiedad de Prensa Española) en mayo de 1997 después de que el director del periódico D. Francisco Giménez Alemán se negara a publicar una columna contra el Sr. Lain Entralgo. No obstante en julio de 1999, el Sr. Jiménez Losantos aceptó una oferta del presidente de Prensa Española, D. Nemesio Fernández Cuesta Luca de Tena para volver a ser columnista diario en el ABC, que seguía estando dirigido por D. Francisco Giménez Alemán.

Explicación del Sr. Jiménez Losantos sobre por qué volvió al diario ABC en junio de 1999:

El nuevo presidente de Prensa Española, Nemesio Fernández Cuesta, me llamó para pedirme que colaborase en el proyecto de modernización de ABC desde las páginas de Opinión, como columnista diario y consejero editorial. No fue fácil, porque yo estaba muy a gusto en EL MUNDO, pero a través de amigos comunes como Luis Herrero consiguió convencerme. Algo influyó también el movimiento de fusiones y confusiones multimedia y, naturalmente, el afecto que le tengo a un periódico en el que he sido columnista político 10 años. (…)  Para lo que evidentemente no podía llamarme Nemesio era para darle un giro conservador a un diario liberal. Además conmigo entraban también en el consejo editorial personas como José María Marco y otros amigos de LA ILUSTRACIÓN LIBERAL, así que parecía que la apuesta iba en serio. Se trataba de cambiar un rumbo no ya conservador, sino inmovilista y lleno de complejos, muy dependiente en lo ideológico y cultural de EL PAÍS. Prensa Española afrontaba la salida de LA RAZÓN, el cambio de presidente, de director y de formato; estaba perdiendo lectores y, sobre todo, influencia y credibilidad. Como reto intelectual y periodístico era casi imposible, o sea, apasionante. (D. Federico Jiménez Losantos, 7.11.1999)

En su explicación el Sr. Jiménez Losantos explica que le influyó el ‘movimiento de fusiones y confusiones multimedia’. Se refiere a que el fichaje de D. Federico Jiménez Losantos, locutor de la Cadena COPE, como columnista del periódico de Prensa Española, ABC, se producía en el mismo momento en el que Prensa Española compraba un paquete de acciones de la citada emisora en lo que pretendía ser un intento de ‘sinergia multimedia’ ABC – COPE, que no fructificaría.

El malestar del Sr. Jiménez Losantos en EL MUNDO

Luis_Solana D. Luis Solana

Entre los motivos por los que D. Federico Jiménez Losantos decidió abandonar el diario EL MUNDO tras apenas un año como columnista diario, es que nunca aceptó de buen grado el trato que le dio D. Pedro J. Ramírez al equipararle con el socialista D. Luis Solana. El Sr. Ramírez anunció el fichaje del Sr. Jiménez Losantos a la vez del de el Sr. Solana en una sección que se presentaba como ‘Página de la derecha’ (para el Sr. Losantos) y ‘Página de la izquierda’ (para el Sr. Solana). Al Sr. Losantos no le gustaba que le calificaran ‘de derechas’ (prefería el termino ‘liberal’) y menos aún que se considerara que él tenía el mismo ‘nivel’ que el Sr. Solana. El hecho de que en su primer artículo en su nueva etapa en ABC aludiera al Sr. Solana (diciendo poco menos que era un orgullo volver a tener de vecino al Sr. Campmany en vez de al Sr. Solana) venía corroborarlo.

¿Artículo premonitorio de Carmen Rigalt?

El día 6.06.1999, un mes antes de su marcha, Dña. Carmen Rigalt publicó un artículo en el diario EL MUNDO de elogio al Sr. Jiménez Losantos  titulado ‘Implacable Federico’ en el que decía ‘Una de las cosas que menos me gusta es la adulación (…) Esta carta tendría más valor si acabaran de anunciarme que te has peleado con Pedro J. y piensas fichar por la competencia«.  Aparentemente lo único que la Sra. Rigalt quería decir es que le incomodaba alagar a alguien que trabajara en su mismo medio pero el hecho de que tan sólo un mes después abandonara el Sr. Jiménez Losantos abandonara EL MUNDO y se pasara al ABC, da que pensar sobre si la Sra. Rigalt ya sabía algo. Consultada por un miembro de LA HEMEROTECA DEL BUITRE sobre este tema, la Sra. Rigalt lo negó y aludió a una mera casualidad.

LA CURIOSA GALANTERÍA DE LA RAZÓN CON ABC

titular_losantos_aabc El diario LA RAZÓN de D. Luis María Anson, dedicó un recuadro a anunciar el fichaje de D. Federico Jiménez Losantos por ABC «a las órdenes directas de Nemesio Fernández Cuesta», el presidente de Prensa Española.  ¿A qué se debía que LA RAZÓN anunciar un fichaje tan valioso por su principal competidor el diario ABC? ¿Acaso por la alegría que le daba la ruptura del Sr. Jiménez Losantos con D. Pedro J. Ramírez? ¿O era una mera cuestión caballerosidad?

20 Julio 1999

VOLVER A EMPEZAR

Federico Jiménez Losantos

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Vivir es ver volver, repetía Azorín, que no en balde fue columna señera de ABC. Y esta vuelta es grata por muchos motivos, casi todos. La excepción es que hace dos años, cuando dejé la vecindad de Campmany por la de Luis Solana, que ya es dejar, el felipismo parecía jugarse a cara o cruz su supervivencia. Dos años después, cumplida la legislatura y casi la marca que a sí mismo se ha puesto el presidente del Gobierno, a pocos meses de las Generales, el que parece jugárselo todo a una carta es el PP. Creo que el felipismo ha sido una gran desgracia y es una grave amenaza para la política nacional. Lo que no creía posible es que antes de terminar su primera legislatura fuera del poder tanta gente pudiera olvidarlo. Y sobre todo, que lo olvidase el Gobierno, que durante muchos años lo padeció en la Oposición.

Para la ciudadanía, unas de las pocas cosas buenas que tiene el Poder es que atonta. El poderoso se vuelve tarumba y eso precipita su caída, higiene que en la democracia viene facilitada por las urnas. A los populares parece que les ha dado un aire, un paralís, y están como alejados ante unos resultados electorales que no son malos por los pactos sino por los resultados mismos. Pero si bien se mira, lo único que demuestra el 13-J es que la única alternativa al PP es el PSOE. Y por lo visto eso es algo con lo que no contaba el partido del Gobierno. Increíble pero cierto.

El PP se había creído, buena parte de él lo cree todavía, que no hay alternativa. Exactamente lo mismo que le pasó a Felipe González y que le sigue pasando: todavía no se cree que nadie pueda quitarle el Poder. Los sociatas pensaban que España no podía fallarles, con todo lo que habían hecho por ella. Los populares creen que no se puede gobernar mejor y que sólo una injusticia cósmica puede privarles de la famosa mayoría suficiente, que no sabemos de cuantos escaños consta. Tienen una ventaja sobre el PSOE que es su mansedumbre ante las dificultades, hija del desconcierto. Les han pegado un mordisco en la Poltrona que se les ha llevado una pata y ya verán como este verano Arriola nos convence a odos de que donde esté un buen taburete que se quite un sillón. Éstos, con tal de mandar, aunque sea en casa.

Pero la vuelta del felipismo no supone una catástrofe por desalojar a un Gobierno que lo ha hecho mejor que sus predecesores. Eso sería lamentable pero no calamitoso. Lo realmente grave es que la vuelta del PSOE se produce a caballo de las dos fuerzas que lo mantuvieron en el Poder contra toda expectativa razonable: el nacionalismo y la corrupción. Atendamos a la segunda, tan ostentosamente visible: algunos ilusos todavía piensan que la corrupción fue lo que derribó al PSOE en el 96 y en realidad ufe loq ue lo mantuvo en el Poder desde el 93. No es que los votantes del PSOE sean indiferentes en materia de corrupción, porque no lo son si los corruptos no son de lo suyos, sino que el PP no ha luchado en serio contra la estructura de la corrupción institucional creada por el felipismo. No se habrá corrompido, pero no la ha combatido. Y esa corrupción, cuyo símbolo es la Justicia, favorece la forma natural, la instalación en La Moncloa del que fundó. En próximas columnas trataremos de explicar las fuerzas que apoyan esta operación retorno que es muy seria y que está ahí, a la vuelta de las urnas. Sí, vivir es volver. ¡Ay de quien no quiera verlo!

Federico Jiménez Losantos

De la noche a la mañana

Federico Jiménez Losantos

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Nemesio fue nombrado presidente de Prensa Española ese mismo mes de septiembre. Y en octubre se celebró la anunciada comida de reconciliación en el latifundio de parqué que a modo de despacho había instalado Luis María Anson y heredado Francisco Giménez-Alemán.

De lo único que no hablamos fue de lo que, en el fondo, se quería reparar en aquel ágape: mi reciente expulsión del ABC apenas dos años antes, por órdenes de Anson dentro de su pacto con Cebrián para entrar en la Academia y salir del ABC, pero ejecutada por Alemán con tanto entusiasmo que, al echarme zafiamente por teléfono, se permitió presumir de que en la edición de Sevilla, mientras él la dirigió, no se publicaba mi columna. Ahora decía, con la untuosidad cortesana y la flexibilidad vertebral que caracteriza a esta subespecie, que también Azorín se fue del ABC, pero, naturalmente, volvió porque tenía que volver. Fue un mensaje tan sutil como su figura y tan delicado como su prosa. Yo estuve simpático. Cata, cariñosa, Luis, constructivo, Nemesio institucional y Alemán servil. Es decir, que todo fue más o menos como esperábamos.

A los dos meses en una cena de Luis Herrero en casa de Nemesio, éste le dijo que Alemán caería el próximo verano, como en efecto sucedió. También le sugirió que i vuelta al ABC estaba entre sus anhelos más discretos pero menos secretos. Y le pidió colaboración un aumento de su presencia accionarial en la COPE, que comenzó su complicado trámite en enero de 1999.

ABC el diario más identificado con la gente que iba a misa tenía al frente de la sección de religión a Santiago Marí, crítico implacable de los nuevos dirigentes de la Conferencia Episcopal, como Comunión y Liberación.

Por otra parte José María García era también objeto de la acerada hostilidad del jefe de la sección de Deportes de ABC, Enrique Ortego, colaborador de la SER y que hacía honor a esa colaboración que hoy llamaríamos contra natura.  Al final se allanaron los obstáculos.

El obstáculo Santiago Martín, el más serio, acabó desapareciendo al ser sustituido por Cristina López Schlichting al frente de la sección religiosa de ABC.  Antes de semana santa Luis me dijo que había decidido venderle sus acciones de la COPE a Nemesio para así facilitar la compra de un paquete que le diera presencia en el Consejo de Administración. Y el 21 de mayo desapareció el último de los obstáculos para la alianza abecedaria, al cesar Salvador Sánchez Terán como presidente de la COPE, cargo más de representación y enredo que otra cosa, y ser sustituido por don Bernardo Herraez, que hasta entonces mandaba muchísimo y desde entonces mandó del todo.

A orillas del verano de 1999 nada era conflictivo y todo parecía de color de rosa. Al pastel sólo le faltaba la guinda. Y parecía que la guinda era yo. Parecía, digo, que la otra cara de la entrada de Nemesio en la COPE era mi vuelta al ABC como referente en sus páginas de opinión y aglutinador de un nuevo Consejo Editorial capaz de renovar la venerable pero apolillada cabecera con ideas modernas y liberales. Al menos, ése era el proyecto impulsado por el Presidente, según su amigable embajador Carlos Aragonés. Y el propio Aznar me lo confirmó personalmente en la Moncloa, respaldando que diera el paso, siempre delicadísimo para un columnista político: cambiar de periódico.

Yo me sentía reivindicado tras mi rastrera expulsión del ABC un par de años antes, con una carta miserable de casi todos los jefes de sección apoyando a Alemán (léase Anson) contra mí, que durante diez años, los de la resurrección del periódico, había sido su columnista diario junto a Campmany. Por supuesto, esas mismas ratas que humillaron la cerviz ante Alemán la humillaron sonrientes ante mí cuando volví al periódico, como si no hubiera firmado nada. ¡Ah, el vil placer del desquite!

Pero, puestos a contar toda la verdad hubo algo que me había fastidiado a mi llegada a EL MUNDO casi tanto como la salida a coces de ABC. No sé si Bruno Bettelheim lo habría llamado una herida simbólica, pero lo era. Y en el periodismo de altura, estas heridas y compensaciones suelen ser a menudo decisivas. Cuando Pedro Jota me recogió, diseñó para mí una columna que se llamaba ‘En la página de la derecha’ y no ‘Comentarios Liberales’ como yo quería y como he titulado mis columnas desde CAMBIO16 hace veinte años. Para que el estigma quedara claro y compensado había enfrente otra igual titulada ‘En la página de la izquierda’ que escribía Luis Solana, militante socialista y ex director general de Telefónica, RTVE y otras empresas oficiales famélicas en los felices años del felipismo. A ningún columnista de ese periódico le han puesto, ni antes ni después, ese epígrafe político a su columna que parece decir: “Léanlo, pero sepan que este señor no escribe desde su libertad e independencia, como lleva haciendo muchos años, sino desde la derecha, lugar sospechoso. Sin embargo, desprevinid lector, para no alterar su frágil equilibrio ideológico, he aquí que este diario le ofrece, por el mismo precio, otra página también sesgada pero desde el lado contrario, y escrita nada menos que por un Solana pata negra, beautiful bellota, cinco jotas, cinco estrellas. Así compensamos, querido lector, el inevitable sectarismo diestro con el siniestro. Más centrismo, imposible.

Pero en realidad Pedro Jota no hacía sino aplicar la doctrina Aznar al llegar a La Moncloa, que era la de separarse ostensiblemente de lo que, en palabras del portavoz Rodríguez, ‘os habéis significado demasiado”. Al discriminarme con respecto a los demás columnistas de forma tan grosera y tan lesiva para la imagen del periódico (Luis Solana era un dominguero del columnismo, sin ideas ni capacidad literaria para redactar pulcramente un folio todos los días) Lo que hacía Pedro era precisamente significarse a favor de Aznar y la nueva doctrina del PP, la del centrismo incoloro, inodoro e insípido, la disolución de la ‘comandita’ que Cebrián llamaba el Sindicato del Crímen. Creo no malinterpretar la razón principal de ese desvío: que no se notara que el más significado a favor de Aznar hasta el 96 había sido… Pedro Jota.

A Luis Solana temo que no le leía nadie. Pero es que no publicaba para que lo leyeran, sino para compensar la mancha derechista de un asilado liberal. Los columnistas de EL MUNDO, mis pares de verdad, se proclamaban agraviados por que ‘a nadie le han puesto tan fácil ganar todos los días’. Y añadían: ‘Carnicero en televisión y Luis Solana en el periódico, así cualquiera’.

Si no hubiera estado tan dolido y tan tonto, antes de lanzarme a la piscina del ABC hubiera comprobado la temperatura y profundidad del agua. No lo hice y pasó lo que pasó.

En esos días lentos y veraniegos, cuando la gente duerme en bañador, se produjo un curioso episodio inapelable en su elocuencia y que debería habernos demostrado hasta que punto todo el proyecto del ABC y la COPE, conmigo en medio, estaba cogido con alfileres o era, lisa y llanamente, un timo. El hecho fue que Nemesio Fernández-Cuesta compró el paquete de acciones de Juan Abelló en la COPE, que era algo así como el 2,5% sin avisar previamente, por lealtad y cortesía, a don Bernardo, presidente del Consejo y representate del accionista mayoritario. El cabreo del cura fue mayúsculo y la desolación de Luis Herrero absoluta. Le había explicado cien veces a Nemesio que debía evitar a toda costa aparecer como un listillo más de los que, presentándose como amigos de la Iglesia y grandes gestores empresariales, sólo querían birlarles la propiedad a los obispos.. Y en la primera ocasión que tenía de demostrar sus píos modales como nuevo accionista, zas, le atizaba una coz al clérigo jefe. Lo peor fue cuando Luis le dijo que ese comportamiento era del todo contraproducente para ulteriores tratos con los obispos.  La respuesta de Nemesio fue un despectivo: “Ya lo arreglaremos”. Lo que no tenía arreglo, evidentemente, era nuestra miopía sobre Nemesio. Y sobre Aznar.

El Análisis

LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS

JF Lamata

La decisión de D. Federico Jiménez Losantos de dejar el diario EL MUNDO y pasarse el diario ABC es conocida popularmente como ‘vuelta al mundo en 80 días’, porque fue una franja de tiempo parecida lo que tardó el columnista en volver a EL MUNDO.

En aquel momento la derecha mediática estaba en guerra. Durante el Gobierno de D. Felipe González el PSOE, este había conseguido crear un poderoso grupo de izquierda mediática cercano al PSOE: al Grupo PRISA (Cadena SER – Diario EL PAÍS – CANAL PLUS). Ahora gobernaba el PP y eran varios los que aspiraban a liderar esa derecha mediática, particularmente D. Pedro J. Ramírez (de EL MUNDO, que tenía plantes con Telefónica, entonces dueña de ANTENA 3 TV) y D. Luis María Anson (de LA RAZÓN, que contaba con RADIO ESPAÑA).

¿Cuál era la apuesta del editor de ABC, D. Nemesio Fernández Cuesta? Aliarse con la COPE. Para ello hubiera sido más provechoso nombrar a D. Federico Jiménez Losantos director de ABC, pero en vez de eso el Sr. Fernández Cuesta optó por D. José Antonio Zarzalejos, con el Sr. Jiménez Losantos como su ‘consejero aúlico’. Su intento de matrimonio entre aquellos dos periodistas estalló apenas unos meses después.

J. F. Lamata