19 julio 2023

Aseguró que había dicho contra Rajoy: “Este hombre ha venido sin ideas, solo a desmontar el Gobierno de su país”

La directora de EL PAÍS retira de un artículo de Xavier Vidal-Folch un entrecomillado de Ursula von der Leyen tras ser desmentido por esta

17 Julio 2023

Bomba atómica de Feijóo contra Feijóo

Xavier Vidal-Folch

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Von der Leyen contra Rajoy: “Este hombre ha venido sin ideas, solo a desmontar el Gobierno de su país”

Es una bomba atómica de Feijóo contra Feijóo. Es un cisne negro en el paseo de clarines y laureles que iba desplegando el PP. Es un regalo inesperado a sus rivales.

Ya veremos si saben aprovechar que su rival les haya brindado una verdadera segunda campaña, aunque de pocos días. Pues la falsedad múltiple del candidato conservador sobre las pensiones atañe a un asunto mayor. Afecta al bolsillo de 10 millones de pensionistas, todos ellos con derecho a voto, y a muchos otros que mañana lo serán.

Y así, ha saltado a primer plano y a la discusión detallada lo que muchos sabían, pero otros no recuerdan. Que tanto cuando estuvo en el Gobierno (con Mariano Rajoy) como en la oposición, el PP ha minimizado, racaneado o militado contra la revalorización de las pensiones.

Los hechos son la pérdida de capacidad adquisitiva de los pensionistas en 2012, 2013 y 2017, desde el Gobierno. Y el voto en contra, desde la oposición, a la ley Escrivá de “garantía del poder adquisitivo de las pensiones” (que obliga a equiparar, al menos, pensiones con precios) y de sus concreciones presupuestarias: 8,5% de alza para 2023, como la inflación en 2022; y del 15% para las pensiones no contributivas.

En algunos casos, los agravó personalmente Feijóo, mediante gestión directa en Bruselas. Urgió a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, a tumbar la reforma de las pensiones (y la consiguiente entrega de fondos europeos), arguyendo que la revalorización no se podría pagar.

Justo lo que el Ejecutivo comunitario quería aprobar. Y que validó con un examen férreo para garantizar la sostenibilidad de los pagos, tras radiografiar los recelos de bastantes economistas y expertos.

Esta realidad esencial (con algún voto a favor en mociones no ejecutivas, menos relevantes) la versionó Núñez Feijóo desde el mismo cara a cara con Sánchez del día 10: como que los del PP “siempre hemos revalorizado las pensiones conforme al IPC”.

Lo que pudo parecer un error en el debate, una vez repetido múltiples veces durante una semana, se troca en falsedad manifiesta. Y en un intento de engaño al electorado. Ya inducía a sospecha que el candidato lanzase la (aparente) inexactitud en frío. En la inicial ráfaga memorizada de hechos sin contexto y datos manipulados. A la postre, una falsedad multiplicada no construye certeza: sino, penosamente, mentira.

Su autocorrección ha sido pacata y tardía. Alegar que el PP no “congeló” las pensiones no equivale a revalorizarlas. Certifica la falsedad de su anterior aserto, sin acabar de reconocer el dolo.

Este quizá duela aún más que aquella a los millones de pensionistas. Porque implica burla a los débiles y ancianos, frivolidad en el manejo de los datos económicos y ausencia de principios al usar cualquier palanca. Tras las gafas de la ponderación asoma una mirada sin escrúpulos. En un tema tan sensible, clave para el bienestar colectivo, que genera enorme inquietud.

Sánchez resbaló también negando que los socialistas hubiesen congelado pensiones en 2010: lo hicieron, salvo las mínimas, el seguro de vejez y las no contributivas. Pero su frase, imprecisa y confusionaria, fue en caliente. Y, sobre todo, la historia posterior confirma que la respuesta a aquella crisis fue excepción. Lo que vale actualmente es el blindaje del bolsillo de los pensionistas. Por ley. Mientras esta no caiga bajo una funesta piqueta derogatoria.


Nota: En una versión anterior, este artículo incluía una declaración entrecomillada sobre Alberto Núñez Feijóo (“este hombre ha venido sin ideas, solo a desmontar el Gobierno de su país”) atribuida a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. La publicación de esa frase no cumple los procedimientos que marca el Libro de Estilo de EL PAÍS porque no se contrastó con Von der Leyen ese entrecomillado. El Ejecutivo comunitario ha negado hoy “categóricamente” cualquier declaración atribuida a la presidenta de la Comisión en ese artículo. El autor del artículo mantiene la confianza en su fuente en relación a un comentario privado.

19 Julio 2023

Una afirmación delicada sin contrastar

Soledad Alcalde

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El periódico elimina un entrecomillado de una columna de opinión atribuido a Ursula von der Leyen desmentido por la Comisión Europea

La columna de Xavier Vidal-Folch titulada Bomba atómica de Feijóo contra Feijóo ha sido editada en la web de EL PAÍS para borrar una frase atribuida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Así lo decidió este martes la directora, Pepa Bueno, después de que esta institución, a través de una portavoz, Dana Spinant, desmintiera el entrecomillado. Antes de esa decisión, esta defensora había abierto una investigación sobre lo ocurrido, con el fin de escribir la columna del domingo. La directora decidió adelantarla para no demorar una explicación a los lectores.

Los hechos. Vidal-Folch, veterano periodista y excorresponsal en Bruselas, recogía una supuesta conversación privada de Von der Leyen con miembros de su gabinete, a quienes habría dicho sobre el candidato a la presidencia del PP, Alberto Núñez Feijóo: “Este hombre ha venido sin ideas, solo a desmontar al Gobierno de su país”. El periodista precisaba que había conocido esta cita por “fuentes de la Comisión”.

El artículo fue editado en la sección de España por el redactor jefe, Quino Petit, quien explica que la indicación de las fuentes le pareció suficiente. Al contrario de lo que es habitual, nadie de la sección de Opinión leyó antes la columna.

Poco antes de las tres de la tarde de este martes, la portavoz desmintió en un tuit “categóricamente” las declaraciones que citaba Vidal-Folch. “No es cierto”, recalcó. Además, revelaba que nadie se había puesto en contacto con la institución. Antes, había llamado a la jefa de la delegación de EL PAÍS en Bruselas, María Sahuquillo, para comunicarle que iba a pedir una rectificación.

Pepa Bueno decidió entonces, tras hablar con el autor, incluir una nota aclaratoria en el texto para recoger el desmentido.

Las reglas. Se trataba de un artículo de opinión y no de una información. El Libro de Estilo de EL PAÍS marca que estos han de “basarse en datos verificados” y, por tanto, siguen las mismas reglas profesionales que una noticia y el autor debe hablar con todos los implicados. El manual precisa además que en los casos “de cierta trascendencia o especialmente delicados” han de ser contrastados por al menos dos fuentes, independientes entre sí”. Esto no ocurrió.

La justificación. Vidal-Folch afirma que lo que ha escrito “es exacto” y no duda de su fuente: “Me fío al 100%”. En cumplimiento del secreto profesional, no revela su identidad, pero sí precisa que ejerce una alta función en la Comisión Europea. El periodista insiste en que el desmentido se refiere a una declaración oficial de Von der Leyen y que él nunca ha dicho que lo fuera, sino que era un “comentario en la intimidad”. Admite también que no llamó a Von der Leyen para recabar su versión. “Seguramente habría convenido contrastar con la afectada”, concede.

La respuesta del periódico. La directora decidió a media tarde retirar la frase polémica. “Su publicación no se ajusta a los procedimientos que nos marca el Libro de Estilo para una frase entrecomillada como esta”, explica.

Esta defensora añade que la relevancia de Von der Leyen y de la afirmación que se le atribuía contra Feijóo hacían irrenunciable haber apuntalado mejor las fuentes, aunque fuera un artículo de opinión.

19 Julio 2023

Algo del viejo periodismo

Arcadi Espada

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La Comisión Europea negó ayer que La presidenta Von der Leyen hubiera manifestado en privado algo que el columnista de El País Xavier Vidal-Folch había puesto en su boca. El incidente reclama la inmediata intervención de la Alcaide de El País. Como de costumbre, para no decir una sola palabra con sentido. Más raro es que no la diga Vidal-Folch. Lleva demasiados años en esto como para ignorar que jamás se deben atribuir opiniones a fuentes anónimas.