3 julio 1962

Éxito del FLN de Ben Bella y fin de una etapa colonial gala

La Francia de De Gaulle concede la independencia de Argelia desatando la ira de la OAS que lo considera una traición

Hechos

El 3 de julio de 1962 Francia concedió la independencia de Argelia.

Lecturas

Ben Bella, jefe de la FLN.

Raoul Salan, jefe de la OAS.

Argel es desde este 3 de julio de 1962 una inmensa fiesta; hombres y mujeres festejan en la calle el aplastante triunfo obtenido por los indepentistas en el referéndum convocado para decidir entre una Argelia soberana y la continuación de los lazos que la unían a Francia.

En los comicios ha intervenido el 91,23% de los inscritos; de estos, el 99,72% se ha manifestado a favor de la independencia. Argelia será libre oficialmente dentro de 48 horas.

Mientras las multitudes descienden desde la casbah, de los bled, de los djebeles y de los campos de concentración, en Argel perdura aún el recuerdo de los últimos meses, caracterizado por sangrientos choques entre las fuerzas del FLN y los ocupantes franceses. La OAS, con sólidos apoyos entre la oficialidad francesa, lanzó contra Argelia una política de tierra arrasada, para oponerse a los acuerdos de Evian.

El 19 de mayo, una camioneta cargada de bombas fue arrojada contra un centro de contratación de obreros portuarios; 62 musulmanes resultados muertos. Los colonos franceses han abandonado para siempre Argelia, para no quedar en medio de los disparos cruzados entre la OAS, el ejército y el FLN.

Los ataques de la OAS no decrecieron ni siquieron cuando, gracias a la policía local, fueron capturados los generales Raoul Salan y Edmond Jouhaud, jefes de la organización clandestina. Salan fue aprehendido en un pequeño estudio de la calle Desfontaines, de Argel; pocas semanas antes, los gendarmes habían capturado a Jouhaud en su reducto de Orán.

Durante el juicio que siguió Jouahaud – responsable de la muerte de centenares de argelinos y franceses – fue condenado a muerte, mientras que Salan recibía la pena de reclusión perpetua. Hoy, nadie quiere recordar a Jouhaud, a Salan ni a la OAS; las masas se han adueñado de la ciudad y esperan el regreso de Ahmed Ben Bella y la instalación del nuevo gobierno, mientras los barrios ocupados por europeos permanecen a oscuras y en silencio.