3 julio 2010

Sectores ultras del independentismo y antisistema abuchearon a Montilla y le obligaron a retirarse de la manifestación

La manifestación convocada por José Montilla contra el Tribunal Constitucional derivó en un intento de agresión contra su persona

Hechos

El 9.07.2010 se celebró en Catalunya la manifestación de protesta contar la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.

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10 Julio 2010

Las dos Cataluñas

Salvador Sostres

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Cuando a las seis de la tarde de ayer partíamos hacia El Bulli, daba comienzo en el Paseo de Gracia la manifestación en protesta contra la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Hay siempre dos Cataluñas. Una, la que se inventa a ella misma con una tenacidad casi imposible y su increíble talento, la que sale siempre adelante, la que ha formulado sin miedo su idea del mundo y el mundo entero ha girado sus ojos hacia ella: en literatura, en pintura, en gastronomía, en política.

Cuando este espíritu ha podido prevalecer, Cataluña ha sido imparable. A favor de ella misma y de su idea del mundo. Contra nadie.

Ferran Adrià nació el 14 de mayo de 1962 en L’Hospitalet de Llobregat. Suburbio. Familia humilde. Era incluso más tartamudo que hoy, e igual de extraño. Empezó trabajando de friegaplatos en el hotel Playafels y ha revolucionando la gastronomía mundial. Es el genio vivo más importante de nuestro tiempo. Este 2010, El Bulli abrirá 133 días, pudiendo ofrecer un total de 6.650 plazas para un total de más de dos millones de solicitudes.

Luego está la Cataluña de la queja, la que todo lo plantea por oposición, la que cree que la culpa de lo que le sucede es del otro o de los otros. Esa Cataluña resentida y que proviene del resentimiento social, que conoció el lujo haciendo encuestas, que tiene sus raíces en los asesinos de la CNT y de la FAI y que siempre que ha gobernado o ha guiado el destino de este pueblo nos ha conducido invariablemente al desprestigio y al desastre.

El presidente Pujol, que mientras fue presidente no acudió jamás a una manifestación reivindicativa, decía siempre que un presidente tenía su cargo y la política para conseguir lo que quería. No quiso ni oír hablar de tocar el Estatut porque sabía lo que pasaría: exactamente lo que ha pasado. Fue idea de Carod-Rovira emprender este camino y todos le siguieron por no parecer menos catalanistas. Sabemos que un país ha entrado en decadencia cuando se pierde el rigor, la tensión, el sentido de la excelencia y la turba se junta para seguir al más bestia.

Ferran Adrià nunca lo tuvo fácil. La ubicación de El Bulli es la más remota de Cataluña y su cocina tardó en ser comprendida; la guía Michelin le hizo esperar cuatro años para la tercera estrella, y ha tenido que aguantar no pocas burlas, infamias e insultos, como por ejemplo, los del restaurador Santi Santamaría (del Racó de can Fabes), que le ha acusado de drogadicto y de cocinar con productos peligrosos para la salud. Otra vez las dos Cataluñas: la de la genialidad y la del resentimiento. La de Pujol y la de Carod/Montilla.

La manifestación de ayer, por masiva que fuera, fue una respuesta folclórica a un problema político, justo lo contrario de lo que se espera de un país serio. Lo digo como independentista: en los países serios sólo se manifiestan los gays y los sindicatos. Y lógicamente no sirve para nada.

Es tan ridículo reducir el paradigma nacional de un país a una manifestación que hasta Carod-Rovira se ponía él mismo en evidencia al establecer una absurda competición entre el número de senyeres que habría en la manifestación y el de banderas españolas que saldrían a las calles si España gana hoy el Mundial. Se empieza uno manifestando y se acaba creyendo que una nación es lo mismo que un partido de fútbol. Si después de cuatro años y medio de espera, Cataluña no ha podido pensar una respuesta política, probablemente el TC tenga razón y no merecemos ser una nación.

Mientras Santi Santamaría acudió a la manifestación -tal vez por no morirse de asco en su restaurante anodino, últimamente medio vacío- nosotros partíamos hacia El Bulli donde nos esperaba Ferran con sus prodigios y maravillas. Las dos Cataluñas. Hace demasiado tiempo que los catalanes no nos preguntamos cómo se construye mejor una nación: si marchando por el Paseo de Gracia con banderas y pancartas, o haciendo historia y convirtiendo a Cataluña, con esfuerzo y con talento, en el centro del mundo.

Salvador Sostres