22 junio 1981

Se intensifica la campaña mediática desde todos los frentes contra el periódico EL ALCÁZAR

La revista CAMBIO16 asegura que los verdaderos enemigos de España son García Carrés, Girón y su periódico EL ALCÁZAR

Hechos

El 22.06.1981 la revista CAMBIO16 publicó su portada y su editorial titulados ‘Los enemigos de España’.

22 Junio 1981

Los enemigos de España

Juan Tomás de Salas

Leer

Conforme se aleja el impacto demoledor del 23 de febrero, se anima la Bolsa y se mantiene a raya a la ETA, el español recupera el aliento y reflexiona. Profundamente, en los cimientos de la conciencia y la vida colectiva, esto marcha y marcha considerablemente bien. Ni el dolor y la ira que provoca la muerte de nuestra mártir mujer policía empaña la certeza de que, con el esfuerzo de tantos y el sacrificio de los mejores compatriotas, estamos por aquí haciendo patria, y de las de verdad, de las libres y cultas y grandes.

Y uno reflexiona también en otro tema capital. El golpe de Estado. Cada día se hacen más evidentes un par de cosas. La primera es que, a pesar de lo que quieren hacernos creer los golpistas, la inmensa mayoría de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Civil y las Fuerzas del Orden, ni son golpistas ni Buda que lo fundara. Muchos de sus miembros protestan ante cosas que van mal y cosas que no les gustan, en privado – como cualquier español paisano que se precie – puede que hasta protesten de más – como usted o como yo cuando se nos va la lengua – , pero a la hora de la verdad, a la hora de los hechos, a la hora que cuenta, su patriotismo profundo, su amor a la paz del país, su respeto a la voluntad nacional y su lealtad al Rey priman por encima de todo. Priman por encima de las víctimas del terror y priman también por encima de los cnatos de sirena infernales que les dedican los envenenadores de EL ALCÁZAR. Esta es la primera cosa evidente.

La segunda cosa evidente es que los enemigos de España son tres: Girón, EL ALCÁZAR y Carrés. El apasionante libro de nuestro director Oneto sobre el golpe de Estado relata la inaudita actividad del señor sindicalista vertical Carrés en la noche del golpe. Animaba a Tejero a seguir en sus trece, le anunciaba envío de tropas de refreso o refuerzo, llamaba a otros militares a sumarse al golpe y prometía manifiestos golpistas en EL ALCÁZAR del día siguiente. Vaya, vaya, este golpista azul parece bastante más inquietante que Tejero.

Y sigue la reflexión. Carrés está hasta las cejas en el golpe, pero ¿está solo? Parece evidente que no. Carrés prometía manifiestos en EL ALCÁZAR, periódico que desde hace tres o cuatro años predica la re-revolución nacional sindicalista a los cuatro vientos y la rebelión militar con la boca más discreta. Luego todo indica que los responsables de EL ALCÁZAR – no la redacción, que eso es otra cosa – están también en la conjura de una u otra forma. ¿Y Girón? Girón está en el centro de EL ALCÁZAR y al frente del señor Carrés desde tiempo inmemorial. Girón, por su parte, no se recata en anunciar que, antes o después se echará al monte. La sombra de Girón, EL ALCÁZAR y Carrés.

Faltan prueba, es cierto; pero hasta el más sabueso sabría en este caso por dónde buscar al centro civil de la conspiración que preparó el golpe del 23-F. Y no debe olvidarse que tampoco hubo pruebas jamás de que Al Capone matara a nadie: simplemente se demostró que defraudaba al fisco.

El centro civil de la conspiración debe ser denunciado y desmontado. Con ello se salvará la paz de España y se acabarán los encizañadores de profesión y de interés que quieren separarnos de nuestros ciudadanos armados.  La democracia en España, una vez más, es igual a Constitución más policía cum laude.

Y una cierta ayuda de Francia, sin duda. Mitterrand debería reflexionar también a la hora de denegar extradiciones. Liberar a Linaza no es liberar a Landrú, no es hacer humanismo ni festejarse el alma cándida con champán librepensador, es pura y simplemente liberar a una máquina de matar que seguirá matando. Liberar a Linaza es ser cómplice de los asesinatos futuros que este señor cometerá sin duda. Curioso humanismo el de Miterrand que puede acabar chapoteando en sangre. España no sólo pide justicia en este caso, pide por encima de todo que nadie deje libre a esa infernal máquina de matar hispanos.

Juan Tomás de Salas

19 Agosto 1981

Patrañas

EL ALCÁZAR (Director: Antonio Izquierdo)

Leer

Próxima la fecha fatídica del 23 (en esta ocasión 23-A), CAMBIO16 se ha visto obligado a instalar en sus páginas una feria de muestras de la indignidad a que puede llegar en ocasiones excepcionales una publicación periodística. El hecho de que CAMBIO16 se mueva u opere a instancias políticas bien concretas, hasta el extremo de emitir textos prefabricados en covachuelas seudoadministrativas, no le dispensa de su gravísima responsabilidad, cuyo análisis nosotros, ciudadanos libres, confiamos a los jueces.

Las últimas patrañas hilvanadas, al alimón, con la caterva de investigadores más gracasada y desacreditada de la historia contemporánea, se suma hoy a la larga documentación en que basamos nuestras apelaciones a los tribunales ordinarios.  La ofensa, la injuria, la vesania no pueden ser jamás materia de polémica editorial, sino cuestiones en las que sólo deberán intervenir los jueces. Ese es nuestro propósito frente a la infamia de unos bandoleros de la información dispuestos a colaborar, a buen precio, cada una de las páginas puestas al servicio del rencor con que algunos individuos tratan de aliviar su ineptitud pública.

Nada nuevo este alarde de miseria en CAMBIO16. Una historia urdida mil veces y que, en esta última ocasión, se ve acompañada de unas delirantes declaraciones atribuibles, creemos sinceramente, a la vanidad de un espíritu mediocre o a la explosión aturdida de un demente. Otras sospechas nos las reservamos para su oportuno momento. Hoy nos basta con desautorizar, una por una, aquellas afirmaciones que pueden afectar a este periódico o a quien preside desde la más rigurosa ejemplaridad nuestros modestos afanes profesionales, puestos al inequívoco servicio de España: José Antonio Girón de Velasco.

Somos conscientes de que el terrorismo político nos ha elegido. La razón de esta permanente razón es obvia: somos y vamos a seguir siendo imperturbables testigos de cargo del más repugnante contubernio sufrido por España, aquel que ha pactado su división, su ruina y su miseria a cambio de mantener en la palestra a los protagonistas de un tiempo político deleznable por su propia hechura, al tiempo que el rufianismo característico de toda decadencia o ruina se yergue, victorioso, en las páginas de un pobre libelo llamado siembre 16.