29 febrero 2004

Según la revista de Intereconomía el objetivo de Davó era, simplemente, sacar dinero a Alierta, mientras que que para EL MUNDO sólo buscaría el control de ANTENA 3 TV

Denuncian que el ‘caso Alierta’ es una conjura del abogado Davó y el diario EL MUNDO para sacarle 100 millones de pesetas al presidente de Telefónica

Hechos

El 13.02.2004 la revista ÉPOCA denunció que la demanda del abogado Davó contra el Sr. Alierta era un plan para sacarle 100 millones. El 16.02.2004 el diario EL MUNDO criticó la actitud de la revista que replicó el 16.02.2004.

Lecturas

El diario EL MUNDO emprendió durante el año 2002 una fuerte campaña contra el Sr. Alierta, manteniendo en portada acusaciones que le acusaban de posible responsabilidad en ‘información privilegiada’ para su sobrino en la época en la que el Sr. Alierta era presidente de Tabacalera. Una de las herramientas de la campaña era la denuncia presentaba por el abogado D. José María Davó (aunque también presentó cargos el Fiscal Anticorrupción). La revista ÉPOCA, propiedad del Grupo Intereconomía de D. Julio Ariza, entró en aquellas cuestiones en febrero de 2004 con una entrevista al Sr. Davó donde aseguraba que lo único que deseaba él era sacarle dinero al Sr. Alierta y que el único objetivo de EL MUNDO era controlar ANTENA 3 TV.

Julio_Ariza D. Julio Ariza, presidente del Grupo Intereconomía, propietario de la revista ÉPOCA, que se erigía en defensor del Sr. Alierta.

Davo D. José María Davó, el abogado que presentó la demanda contra el presidente de Telefónica, Sr. Alierta, según sus propias declaraciones a ÉPOCA con el objetivo de sacar 100 millones al empresario a cambio de retirarla.

eugenia_viñes Dña. Eugenia Viñes fue la periodista de ÉPOCA que publicó las declaraciones del Sr. Davó.

garcia_abadillo D. Casimiro García Abadillo (subdirector de EL MUNDO) aparecía en el relato publicado en ÉPOCA como el intermediario con el Sr. Davó.

LA CONJURA CONTRA ALIERTA (ÉPOCA, 20.02.2004)

Fragmento de la conversación entre Dña. Eugenia Viñes y D. José María Davó.

Davó- Hombre, yo lo sabía cunado empecé a hablar con ellos y..

Viñes- ¿A hablar con quién?

Davó- Pues con Casimiro García Abadillo, el subdirector de EL MUNDO

Viñes- ¿Para que te pasara información?

Davó- No. Para llegar a un acuerdo con él. y decirle ‘oye, nosotros os vamos a dar el soporte jurídico de eso que estáis intentando, sin entrar en historias de a quién van a dar ANTEnA 3, que ahí no nos metemos – al margen de que me gusta EL MUNDO, más que LA RAZÓN, pero no tengo porqué hacerles ningún favor, con comprarlo ya hago bastante. Y política, pues hay política porque Aliertad es de… o sea política mediática, de empresas de comunicación, de ver si EL MUNDO se convierte en el grupo favorito del Gobierno o no. Y luego política porque Alierta es un hombre nombrado por Rodrigo Rato y que Rato es un candidato a la sucesión de Aznar, pues también hay política por ahí.

Viñes- Ya. ¿Y te fuiste a Madrid a hablar con el subdirector de EL MUNDO?

Davó- Sí, pero ya le conocía.

Viñes- ¿Y a ofrecer soporte jurídico a cambio de qué? ¿DE que os dieran información o publicidad?

Davó- Las dos cosas.

Viñes- O sea, a que os sacaran en sus páginas como Auge hace tal y a que os pasaran información.

Davó- Sí, pero ellos encantados de pasara información, y luego la publicidad… ¿Cómo acabará todo esto?

Viñes- Eso ¿Cómo y cuando?

Davó- Acabará el día en que ALierta nos ponga sobre la mesa 100 millones de pesetas.

Viñes- ¿Por qué tiene Alierta que darte 100 millones?

Davó- Para que retiremos la demanda.

Viñes- A ver, detállame eso.

Davó- Hombre, el dinero lo vamos a sacar de él.

Viñes- La parte bonita es la que me has contado. Ahora vas a contarme lo que hay debajo. Va.

Davó- Y ¿qué es o que hay debajo? Lo que hay debajo es un tío que soy yo que está intentando progresar en la vida y ganar dinero y lograr estabilidad económica.

Viñes- Quieres ganar pasta.

Davó- Y en la vida no todo son dos y dos son cuatro. Con dos y dos son cuatro sé que voy a llegar hasta aquí. Pero si quiero llegar hasta aquí, pues tengo que inventarme historias. Que no me he inventado nada, me ha venido dado. (…)

Viñes- Pero tendrás que seguir tratando con EL MUNDO ¿no? Para que la información no decaiga… Porque a él y al Gobierno lo que más le presione será la ‘publicidad mediática’.

Davó- No decae porque en este momento es ya un asunto de envergadura nacional. En este momento es el presidente de la principal empresa del país. El hecho de que el presidente de Telefónica esté enjuiciado por un tema de uso de información privilegiada es un asunto de interés nacional y el interés periodístico está asegurado. (…)

Viñes- Todo empieza más atrás en realidad….

Davó- Claro. Estas cosas siempre empiezan por alguien a quien le han pisado el callo. Alguien a quien han dejado fuera y dice ‘¿ah sí? Pues ahora os voy a joder yo’. Y quién dicen que empieza todo esto. Un notario de Madrid, que era vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y que estaba metido en el caso de Gescartera. Y cuando se descubrió que estaba metido un poco en e caso de Gescartera, el PP lo arrinconó, lo marginó lo destituyó de todos los cargos, lo mandaron al paredón (…)

16 Febrero 2004

JUEGO LIMPIO PARA EL 'CASO ALIERTA'

Editorial (Director: D. Pedro J. Ramírez)

Leer
"la campaña de linchamiento moral iniciada contra el abogado de AUGE, José María Davó, a través de los circuitos pertinentes... ...la mera sospecha de que parte del material recopilado contra él pueda proceder de alguna escucha telefónica ilegal produce escalofríos"

Como nuestros lectores vienen observando desde que la Audiencia Provincial de Madrid apreciara indicios de delito en el uso de información privilegiada atribuido a César Alierta, su esposa y su sobrino y ordenara al juzgado correspondiente investigar los hechos, EL MUNDO ha mantenido una deliberada frialdad al informar sobre el caso, difiriendo cualquier opinión a lo que vaya decidiendo la Justicia. El señor Alierta preside la mayor empresa española, tiene importantísimos padrinos y un enorme poder que ha demostrado saber usar. Basta además que desde su entorno se nos atribuyera en su día una intencionalidad en la denuncia de los hechos para que pongamos especial empeño en que nuestra neutralidad brille frente a cualquier falacia.

No podemos, sin embargo, servir a nuestra superior obligación hacia los lectores sin dejar de llamar la atención sobre las inquietantes maniobras que dentro y fuera del procedimiento judicial se han producido en los últimos días. Resulta, desde luego, inaudito que alguien pida el traslado de un sumario a la Audiencia Nacional, como acaba de hacer el letrado del sobrino del señor Alierta, cuando ha estado sometido ya durante más de un año a la jurisdicción de un juzgado ordinario. Eso equivale a pedir en el descanso que el segundo tiempo de un partido se juegue en un estadio diferente del federativamente acordado. Cualquiera diría que hay un intento de sustraerse al imperio del juez natural, coincidiendo con la llegada, por estricta antigüedad, de un nuevo titular al juzgado. De ahí que resulten tan preocupantes las vacilaciones de la Fiscalía que, desmitiéndose a sí misma, parece andar a la caza de algún precedente para arropar tan extemporánea solicitud. Sobre todo teniendo en cuenta que fue el Fiscal General quien, en contra del criterio de su propia Secretaría Técnica, impidió a la Fiscalía Anticorrupción secundar con una segunda querella la presentada por la asociación de usuarios AUGE.

Esta circunstancia agrava todavía más la alarma que debe producir a cualquier defensor del Estado de Derecho la campaña de linchamiento moral iniciada contra el abogado de AUGE, José María Davó, a través de los circuitos pertinentes, pues en definitiva son las presiones políticas las que han dejado en manos de un particular la defensa de intereses públicos, convirtiéndole así en el precario enemigo a batir. La mera sospecha de que parte del material recopilado contra él pueda proceder de alguna escucha telefónica ilegal produce escalofríos, dadas las circunstancias y teniendo en cuenta ciertos antecedentes de los tiempos de las nada limpias guerras bancarias. Y en cuanto a las referencias a EL MUNDO incluidas en ese material, sólo podemos decir que recuerdan demasiado a los intentos de probar la teoría de la conspiración vanamente emprendidos por los imputados en los sumarios de los GAL.

Si en los años 90 nuestro sistema judicial demostró que un ministro del Interior no era ni más ni menos que cualquier otro ciudadano, una década después afronta un reto de mayor envergadura. Por eso lo esencial no es el resultado del partido, sino el estricto juego limpio en su transcurso.

20 Febrero 2004

JUEGO LIMPIO, SIEMPRE Y PARA TODOS

Editorial (Director: D. Rafael Miner)

Leer
No hallará el lector en las hemerotecas trabajo alguno de ÉPOCA que utilice métodos ilegales de hacer periodismo. En la colección dePedro J. Ramírez, encontrará algunas informaciones, que pisotean la intimidad de otros.

ÉPOCA desveló la semana pasada el plan del abogado José María Davó para sacarle 100 millones al presidente de Telefónica, César Alierta. Su ánimo es lucrarse, y su vehículo, la asociación AUGE, que fundó y que presentó la acción judicial sin tener perjudicados que lo justifiquen, como admite el propio Davó en su conversación con la periodista firmante del artículo. Este trabajo ha levantado gran interés, incluso ha desencadenado la reacción de un rotativo que no se atreve a citar a ÉPOCA por su nombre, aunque sí a calificarla de ‘circuito pertinente’. El diario EL MUNDO – otrora famoso por su valentía y aportación a las esencias y valores democráticos – nos relaciona nada menos que con posibles escuchas telefónicas, ilegales. ¡Qué error! ¡Qué monumental y malintencionado error!

Para desmontar esta descarada insinuación, y que Davó afirma que nunca se entrevistó con la periodista, publicamos en este número la transcripción de las cintas que la periodista Eugenia H. Viñez obtuvo en el ejercicio del oficio de periodista, sin tapujos y dentro del más escrupuloso juego limpio. ¡Cómo puede un editorial de EL MUNDO aludir a ‘la sospecha’ de que neustra trabajo pueda proceder de una escucha ilegal! ¿No se estará cumpliendo aquel adagio de que cree el ladrón que todos son de su condición…? No hallará el lector en las hemerotecas trabajo alguno de ÉPOCA que utilice esos métodos ilegales de hacer periodismo. En cambio, si alguien analiza la colección del periódico que dirige Pedro J. Ramírez, encontrará algunas informaciones, que pisotean la intimidad de otros. Sencillamente, ése no es nuestro estilo.

Como se puede apreciar si se comparan las transcripciones de las cintas con el trabajo publicado la semana pasada, ÉPOCA no se extendió en la implicación del diario EL MUNDO en el asunto. Nuestra conducta no fue fruto de la benevolencia, ni del ‘perro no come carne de perro’. Simplemente decidimos no desviarnos de la parte principal de la historia, es decir, el intento de un abogado de obtener dinero de César Alierta. La mención al diario EL MUNDO era necesaria para no escatimar a nuestros lectores una pieza imprescindible para entender la historia, pero dejando siempre un margen para considerar que EL MUNDO pudiera haber obrado de buena fe en su apoyo a Davó.

Tras el último editorial de EL MUNDO, no nos ha quedado más remedio que publicar la transcripción. Si finalmente se sustancia alguna de las querellas anunciadas, ya tendremos oportunidad de demostrar que ÉPOCA no se ha apartado ni un milímetro de lo que la ley nos requiere y de las normas éticas que nosotros mismos nos imponemos para garantizar el derecho de nuestros lectores a leer la verdad.

Tampoco admitimos insultos, ni velados, ni directos, y compararnos con los imputados en el sumario de los GAL tiene ese ánimo. Ya basta de envolverse en la bandera de la defensa cívica de las libertades para justificar cualquier cosa, hasta lo injustificable. Lean, queridos lectores, lo que explica Davó respecto al supuesto interés de EL MUNDO para ayudarle en su propósito y saquen sus propias conclusiones sobre estos aliados.

Para evitar nuevas conjeturas y escalofríos de EL MUNDO o de quien sea, también queremos que sepan que el actual presidente de Telefónica, César Alierta, conoció el trabajo publicado la semana pasada por ÉPOCA por nosotros mismos cuando éste ya estaba impreso.

Por lo tanto, ni complots, ni meras sospechas, ni linchamientos morales, ni teorías de la conspiración. Esto es lo que tenemos: periodismo, con juego limpio, y que ahorap onemos a disposición de nuestros lectores.

A pesar de todo, la mera sospecha de que EL MUNDO pudiera estar mínimamente envuelto en la maniobra de Davó también nos produciría escalofríos a nosotros, que siempre les hemos considerado, apreciado, defendido e intentando comprender.

03 Julio 2004

Justicia o venganza

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Unedisa ha venido utilizando la información sobre el caso de Tabacalera como instrumento de presión y de venganza contra su antiguo socio.

Un juez de instrucción de Madrid ha impuesto una fianza de casi cinco millones de euros al presidente de Telefónica, César Alierta, su esposa y su sobrino, para cubrir las responsabilidades que pudieran derivarse de un caso de supuesta información privilegiada en la venta de unas acciones. Ya dijo en su día la Comisión Nacional del Mercado de Valores que no había caso, pero una querella posterior de una asociación de usuarios consiguió reabrirlo, por lo que la justicia debe determinar si hubo algo irregular en la venta de un paquete de acciones de Tabacalera, de la que Alierta fue presidente.

Sin prejuzgar sobre el fondo de la cuestión, hay muchas cosas sorprendentes en esta historia. En primer lugar, la cuantía de la fianza, equivalente a la multa que podría caerles a los encausados en caso de condena, lo que según la defensa se puede considerar como una forma de imponer una condena anticipada. En segundo lugar, el enorme interés del juez Santiago Torres por llevar el caso, hasta el punto de que pidió el traslado desde un juzgado que trata de lo civil a otro que trata casos penales donde sabía que le esperaba el caso Alierta; y de que luego se ha aferrado a él ante las pretensiones de competencia de otro juzgado de instrucción y de la Audiencia Nacional, en una disputa que deberá resolver el Tribunal Supremo. En tercer lugar, la celeridad, fuera de norma, con que está actuando el juez Torres, interrogando a testigos y estableciendo fianzas, incumpliendo los procedimientos, en el momento en que debiera estar paralizada toda actuación por causa de las demandas de competencia de otros juzgados.

Para quienes hayan conocido casos como el del juez Gómez de Liaño contra Sogecable es difícil ahuyentar ahora el fantasma de la persecución judicial y del ajuste de cuentas de un antiguo y despechado asociado de Telefónica. De ahí que sea lógica la presentación de una denuncia de la defensa ante el Consejo General del Poder Judicial contra el juez Torres. En el caso Sogecable, el juez acabó expulsado de la carrera judicial por prevaricación; hoy es columnista habitual de EL MUNDO, diario que orquestó con él aquel procedimiento, y que hoy se afana tanto en las informaciones sobre el caso Alierta.

La primera noticia sobre los hechos ahora encausados fue publicada por dicho diario poco después de que su director fracasara en el intento de adquirir ONDA CERO al grupo Telefónica. Unedisa, editora de dicho periódico, estableció unas estrechas relaciones con Telefónica durante la etapa de Juan Villalonga, el último presidente nombrado por Aznar antes de la total privatización de la compañía y, paradójicamente, víctima posterior del mismo periódico, que provocó su caída por el caso de las stock options. Y a la llegada de Alierta a la presidencia, Unedisa ha venido utilizando la información sobre el caso de Tabacalera como instrumento de presión y de venganza contra su antiguo socio.

El Análisis

NADA ES GRATIS

JF Lamata

¿Era o no interesante que el Sr. Davó quisiera sacar dinero al Sr. Alierta? ¿Era o no interesante que el diario EL MUNDO quisiera aprovechar el ‘caso Alierta’ como elemento de presión para hacerse con ANTENA 3 TV? Seguramente lo era. Pero tampoco es menos cierto que tal como esta el patio a uno le cuesta pensar que el Grupo Intereconomía defienda al Sr. Alierta ‘por amor a la causa’. Por tanto, si Intereconomía pretendía insinúar que EL MUNDO no actuó en defensa de sus lectores, sino de su negocio (aunque no sean incompatibles), nos obliga a que esa misma sospecha recaiga también sobre ellos.

Por otro lado en el relato del Sr. Davó aparece otra ya planteada cuestión. ¿Por qué la venta de ANTENA 3 TV dependía del Gobierno del Sr. Aznar y no de la empresa legalmente propietaria que era Telefónica?

J. F. Lamata