16 noviembre 1995

Liamine Zéroual se convierte en nuevo dictador de Argelia

Hechos

Liamín Zeural fue investido presidente de Argelia en noviembre de 1995.

28 Noviembre 1995

Argel muestra gestos de paz

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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LIAMÍN ZERUAL, investido ayer presidente de Argelia, tiene la primera oportunidad real en los casi cuatro años de duración del conflicto que sufre su país de abrir una puerta a la esperanza. La reciente celebración de las elecciones presidenciales constituyó un signo positivo, y no por el hecho en sí de la victoria anunciada de Zerual, sino por la ausencia de incidentes violentos, la alta participacion y el de seo de paz mostrado por la mayoría de los votantes. La aceptación de su victoria por la oposición democrática y, sobre todo, por el Frente Islámico de Salvación (FIS) ha supuesto toda una apertura a la esperanza. EI FIS añadió a esa aceptación una mano tendida para el diálogo y la reconciliación, lo que, ya le ha valido, la desaprobación y las amenazas de los sectores más radicales del islamismo agrupados en el Grupo Islámico Armado (GIA). Sus colaboradores venían presentando a Zerual como un hombre partidario de la negociación. y añadían que de ello daban prueba sus intentos de conversancon los líderes del FIS encarcelados, como Abasi Madani.En voz baja, esos colaboradores precisaban que Zerual necesitaba la legitimidad del triunfo en las urnas, para poder imponer sus tesis, frente a los miembros de la nomenklatura del aparato partidarios de la solución militar al conflicto con los islamístás. Así lo han interpretado, sin duda, los representantes del ala política del FIS, que en contra de lo previsto y con extraordinaria rapidez, han aceptado el resultado de una convocatoria electoral para la que habían pedido el boicoteo del pueblo argelino. Así las cosas, el presidente Zerual tiene una vía muy interesante que explorar. Angosta y minada, pero en estos. momentos la única que puede abrir la puerta a la paz. El poder argelino puede tomar la iniciativa de un diálogo con los grupos más razonables de la oposición laica e islamista, que rechazó cuando ésta le propuso el llamado. acuerdo de Roma, de enero del presente año.

Aquel rechazo fue atribuido oficialmente a la celebraci6n en el extranjero de la reunión de los opositores; en realidad tuvo m4s que ver con la voluntad de Zerual de obtener primero victorias militares y políticas para poder luego encabezar con autoridad el proceso de paz. Zerual puede poner ahora sus condiciones. No deben ser draconianas para ser aceptables para la oposicion. El FIS exigirá la excarcelación de sus dirigentes. Por lógica, ésta debe ser inmediata

Las siguientes etapas del proceso son claras, y han sido sugeridas ya por el propio presidente argelino: la celebración de elecciones locales y legislativas multipartidistas y libres. Las ha prometido y deben ser cuanto antes. Se dibujaría así la perspectiva de una democracia más o menos controlada durante cierto tiempo. Los militares conservarían un determinado control -se lo garantiza la jefatura del Estado que ostenta Zerual- para despejar sus peores temores de revancha, pero cederían parcelas del poder a los opositores para una transición que impida la tragedia. No es, la solución ideal, pero nadie parece hoy en posición de ofrecer mejores soluciones y menos sangrientas. Es desde luego, mucho mejor de lo que se podía esperar hace tan sólo unos meses.