17 abril 1996

Rejón era firme opositor a que IU fuera una 'bisagra' de apoyo para el PSOE aunque esa negativa a apoyar a Manuel Chaves pudiera suponer un beneficio para el PP

Luis Carlos Rejón dimite como líder de Izquierda Unida en Andalucía por la crisis interna tras la derrota electoral

Hechos

  • El 22.04.1996 se oficializó la dimisión de D. Luis Carlos Rejón como Coordinador Regional de Izquierda Unida – Los Verdes – Convocatoria por Andalucía (IU-LV-CA).

Lecturas

EL PCE ANDALUZ APUESTA POR ANTONIO ROMERO

Alcaraz_Anguita El Partido Comunista de Andalucía liderado por D. Felipe Alcaraz parece decidido a apoyar al líder de IU en Málaga, D. Antonio Romero, como núevo líder de IU-LV-CA, que logró en las últimas elecciones municipales (1995) un éxito espectacular al quedar por delante del PSOE. La decisión del PCA de apoyar a D. Felipe Alcaraz es un golpe bajo para las aspiraciones de Dña. Concha Caballero, la mujer que más podía poner en peligro la victoria del Sr. Romero y causar una votación reñida.

29 Julio 1996

Antonio Romero

Ignacio Camacho

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Ya tiene lo que quería. Antonio Romero había asimilado mal su fracaso en la lucha por la alcaldía de Málaga -lo de «alcalde moral» fue una de las mayores estulticias oídas últimamente en la muy estúpida política andaluza- y necesitaba algo más de cancha para lucir una talla política que, pese a su superficialidad y a su evidente tendencia a la precipitación verbal, nadie puede negarle. La ha obtenido, aún a costa de desafiar el designio interno del mismísimo Anguita, por la vía -bien leninista- de ganarle por la mano. Antes de que el califa abriese la boca, Romero y Felipe Alcaraz utilizaron los viejos recursos del aparato comunista para crear, a trancas y barrancas, las «condiciones objetivas» de un asalto al poder. Poco importaba que ese poder fuera el maltrecho palacio de invierno de Izquierda Unida en Andalucía; en todo caso, se trataba de una experiencia piloto que bien puede valer la pena. El que pueda entender, que entienda.

La asamblea andaluza de Izquierda Unida tiene tres vencedores claros: el propio Romero, que pasa de «alcalde moral» a coordinador real y bien puede acabar siendo también alcalde de verdad si alcanza un pacto con los ahora cercanos socialistas; Felipe Alcaraz, auténtico muñidor de la operación, que refuerza su control desde el aparato del PCA, aleja a Luis Carlos Rejón del puente de mando y de paso -hay amores que matan-, liquida el posible ascenso de su ex compañera Concha Caballero; y Sánchez Gordillo, el alcalde de Marinaleda, que ha conseguido un poder interno que ni soñaba alcanzar antes de la crisis, convirtiéndose en verdadera bisagra.

Los perdedores, amén del propio Luis Carlos Rejón, que ya lo era cuando tuvo que dimitir, son la mentada Concha Caballero, las minorías -Los Verdes y Nueva Izquierda están ya más fuera que dentro de la coalición- y acaso el propio Anguita, que, puesto en evidencia en su propio terreno, queda ya al alcance de cualquier atrevimiento en sus numerosos frentes críticos abiertos por todo el Estado.

También, claro, ha perdido una política, la del alejamiento del Partido Socialista como fórmula para recuperar la identidad y evitar la abducción hacia la casa común de la izquierda.

A partir de ahora, se mire como se mire, Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía va a estar de nuevo pendiente como un satélite del movimiento socialista. El jardinero de la casa común está ya podando los ramajes de la entrada.

06 Marzo 1996

Fracaso de Rejón

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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COMO ALGUNOS entrenadores de fútbol angustiados, Luis Carlos Rejón, coordinador de Izquierda Unida de Andalucía, prefiere un debate de ideas a uno personalista después de ver cómo el partido socialista, sistemáticamente atacado por él y por sus aliados circunstanciales del Partido Popular, lograba, una inesperada y muy rotunda victoria en las elecciones autonómicas. Empieza a ser hilarante ver cómo la dirección -la andaluza y la nacional- de Izquierda Unida se aplica a esta idea tan práctica para salvarse y tan opuesta a la personalizada exigencia de responsabilidades que ha practicado hacia el Gobierno, socialista en Madrid y Sevilla. En la noche electoral, cuando los datos iban confirmando el derrumbe de Rejón, dijo que no era momento «de plantear dimisiones» sino de «analizar y plantar cara al futuro».Plantar cara al futuro es, sobre todo, garantizar la gobernabilidad una vez que se han pronunciado los electores. Los votantes andaluces han castigado a Izquierda Unida en las elecciones autonómicas justamente por su empecinamiento de los dos últimos años en la oposición a ultranza de los socialistas por encima. de todo lo razonable. Fue IU quien provocó el adelanto electoral al presentar una enmienda a la totalidad de unos presupuestos sobre cuyo contenido existía ya un preacuerdo. La decisión no sólo era extravagante por los motivos aducidos -la ausencia del aval del Gobierno al compromiso suscrito-, sino porque el único efecto que podían provocar esas elecciones era la sustitución de Chaves por Arenas. De hecho, el PP, que había ganado las municipales de mayo, partía como favorito. Pero Rejón, con el aval de Anguita desde Madrid, prefirió asumir la posibilidad de un Gobierno de Arenas ante la expectativa de una subida paralela de IU, tal como pronosticaban entonces los sondeos. ¡Al fin, la teoría del sorpasso puesta en práctica!

El resultado ha sido justamente el opuesto al que imaginaron Rejón y todos los teóricos de la pinza y delas soluciones catárticas. El PP ha mantenido más o menos sus votos, pero el PSOE ha crecido hasta muy cerca de la mayoría absoluta a costa de IU. Todo ello porque muchos electores de izquierda han considera do descabellada una estrategia que, aparentemente, sólo podía favorecer a la derecha. Pero también por que los ciudadanos quieren que los -políticos resuelvan problemas, no que los compliquen y generen; que se pongan de acuerdo para gobernar. Y los resultados de 1994 constituían una obvia invitación a la alianza entre PSOE e IU., Mantener la comunidad por dos años sin presupuestos es una irresponsabilidad, y los andaluces así lo han entendido. Ese efecto se ha tras ladado también a las generales, y también en beneficio del PSOE, que sigue teniendo en Andalucía su principal caladero electoral, con 11 puntos de ventaja respecto al PP.

Los socialistas se quedan a tan sólo tres escaños de la mayoría absoluta en el Parlamento regional. Chaves, que ha obtenido un importante éxito personal frente a los que le cuestionaban dentro de sus propias filas, ha adelantado la posibilidad de gobernar en solitario, con apoyos externos que normalmente serían los del Partido Andalucista. El PSOE ha recuperado un importante segmento del voto en las ciudades de tipo medio al tiempo que mantiene una gran fortaleza en la! zonas rurales. Eso que algunos llaman voto subsidiado, cautivo, incluso comprado. Si quieren decir que tales electores defienden sus intereses con su voto, no parece que nadie deba escandalizarse. Es lo que hace el votante urbano e ilustrado. ¿O se está sugiriendo algún tipo de discriminación en el voto por razón de educación, edad o nivel de renta?

Liberado del acoso implacable de la pinza, Chaves deberá demostrar ahora que es capaz de gobernar sin prepotencia, con la apertura que prometió cuando no soñaba con unos resultados tan favorables. Los electores ya han pasado factura a IU y no es necesario que Chaves remache con un sectarismo simétrico al que a él le aplicaron.

24 Abril 1996

Enhorabuena por el programa

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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LUIS CARLOS Rejón, coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, ha presentado la dimisión, y esto parece haber sentado mal en el entorno de Julio Anguita. Es comprensible. Rejón es una especie de Anguita llevado hasta sus últimas consecuencias. Pero no, como quisieran arribos, por su resistencia heroica a los cantos de sirena de los socialistas, sino por su sectarismo extremo: el que se expresa en la doctrina de Anguita de las dos orillas, que considera al PP y al PSOE hermanos gemelos, y que Rejón llevó a la práctica en apoyo implícito de la estrategia de la derecha. El electorado andaluz castigó esa política con su voto el 3-M, por lo quela dimisión de Rejón es bastante lógica. Sin embargo, no consta que con anterioridad al veredicto electoral se hubieran producido en la dirección andaluza de IU voces discordantes con la línea aplicada. Tampoco consta que desde la dirección nacional se advirtiera del desastre que se avecinaba, ni siquiera cuando el rechazo de un preacuerdo sobre los Presupuestos para 1996 obligó a Chaves a convocar elecciones anticipadas. Si hay motivos, por tanto, para dimisiones, no hay muchos dirigentes libres en la dírección de IU para tirar la primera piedra. Desde luego, no entre los principales impulsores de la carta que ha precipitado la dimisión de Rejón.El episodio ha coincidido con el triunfo electoral de los ex comunistas italianos del PDS. Hace ahora seis años, el viejo PCI, dirigido por Achille Occhetto, celebró su congreso de refundación, en el que se oficializó la renuncia a las siglas y dogmas clásicos del comunismo y la adhesión expresa a los principios del socialismo democrático. Anguita despachó el asunto diciendo que aquí no hacían falta refundaciones porque las ideas comunistas eran «más necesarias que nunca». Aseguró que, por lo demás, ya existía IU como lugar de encuentro de toda la izquierda real: socialistas no vendidos, comunistas auténticos y movimientos sociales. Los mediocres resultados obtenidos por Occhetto en las primeras elecciones celebradas tras el cambio de nombre fueron para Anguita la prueba de que nada tenía él que aprender de sus ex compañeros italianos.

El dirigente crítico de IU Diego López Garrido ha considerado «no sólo lógica, sino necesaria», la dimisión de Rejón, invitando a otros miembros de la dirección a aplicarse el cuento. Plantear ahora la dimisión de Anguita sería una locura, se dice. Pero tal vez no fuera tan incoherente. Como oportuno sería revisar, a la luz de la evidencia andaluza y de la lección italiana, la autocomplaciente doctrina según la cual la verdad es única y se expresa en el programa, mientras que el error es múltiple y reside en la otra orilla.