15 junio 1996

Los empleados del grupo le acusan de no haber pagado su salario a los empleados mientras él cobraba porcentajes millonarios de la publicidad de sus medios

Miguel Ángel Jiménez dimite como CEO y Vicepresidente del Grupo16 en un momento en que DIARIO16 y CAMBIO16 se sitúan al borde de la quiebra

Hechos

El 14.06.1996 D. Miguel Ángel Jiménez dimitió como Consejero Delegado y Vicepresidente del Grupo16, editora de las publicaciones DIARIO16, CAMBIO16 y MOTOR16.

Lecturas

El 15 de junio de 1996 figuró por última vez en la macheta de DIARIO16 el nombre de D. Miguel Ángel Jiménez como Vicepresidente y Consejero Delegado del periódico y el grupo. El Sr. Jiménez, que poseía un pequeño grupo editor a su nombre, el Grupo MAJ, asumió la gestión por decisión de D. José Luis Domínguez con la misión de relanzar el periódico. Durante su etapa de ‘hombre fuerte’ se despidió a D. José Luis Gutiérrez y se declaró la guerra a los periodistas de la AEPI (‘El Sindicato del Crímen’). Y tras ofrecer al PP ‘poner el periódico a su disposición’ si aportaban ayuda económica – oferta que ellos rechazaron – impuso una línea muy hostil contra el PP.

La estrategia de Miguel Ángel Jiménez de confrontación con el Gobierno del PP y con la AEPI no sirvieró para lograr los créditos que el periódico deseaba y Jiménez presentó su dimisión y abandonó sus puestos de vicepresidente y consejero delegado el 14 de junio de 1998. Un grupo de empleados de Diario16 le dedicó un recuadro fue reproducido por El Mundo que no era precisamente elogioso:

Desde que Jiménez asumiera la gestión la plantilla no ha cobrado puntualmente ningún mes. Otros hitos han sido un editorial vitriólico, peleas públicas con diputados electos y un peculiar contrato de exclusiva publicitaria. Enhorabuena, señor Jiménez.

También en Cambio16, en un artículo de Román Orozco publicado en julio, se difundía una nota de los trabajadores de la revista y también de Motor16, en la que estos reprochaban que mientras los empleados del Grupo16 no cobraban desde mayo, Miguel Ángel Jiménez «ha cobrado religiosamente todas sus comisiones publicitarias. El Grupo no tiene ninguna deuda pendiente con él».

 

03 Junio 1996

DIARIO16

Eduardo Haro Tecglen

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Unos cuantos ciudadanos que han quedado hundidos por su mala empresa se manifiestan y en las pancartas se lee algo más de lo habitual: se pide la libertad de prensa. Muere un periódico, DIARIO16; y si un periódico muere, algo de cada ciudadano muere: su opción a encontrar algo suyo en ese periódico. Esta libertad es un derecho de la sociedad. Muchas veces han muerto bajo mis pies periódicos en que me sustentaba. TRIUNFO: no murió de mala empresa, sino de una sociedad que creyó que ya no lo necesitaba, como a CUADERNOS PARA EL DIÁLOGO: si los necesitaba, como otras cosas de las que prescindió. Creía esa sociedad que había ganado la guerra al llegar casualmente la democracia, y que no necesitaba hacer esfuerzos. Es malo que la sociedad crea que es un esfuerzo mantener periódicos, libros, cines y teatros, televisión. La sociedad no dirigente creyó que le bastaba con que el partido socialista ganase las elecciones, y le ayudó a preparar la OTAN, la revisión en la ley de alquileres, la reducción del factor trabajo – o sea, salario – en el equilibrio social; y alguien metía mano en un dinero que se llama reservado (para que no se entere nadie de cuando se roba); cuando ya se había desarmado, porque habían venido los suyos, los suyos desmantelaron la izquierda y se fueron a vivir a Maastricht. Una de las acciones que sobrepasan a los suyos, y a los que mandan a los suyos (y a los ajenos), es que los medios de libertad de expresión sean caros. Enormemente caros. Unos redactores de EL LIBERAL. Se buscan como señal de identidad, parecidos en los nombres: EL SOL, CRISOL, LUZ, CLARIDAD, sucesivas transmigraciones de una libertad de prensa. De muchas libertad de prensa: porque lo único que se ha conseguido hasta ahora en favor de la libertad es la pluralidad. Éste donde escribo mantiene dentro de sí mismo una pluralidad: es libre.

Los que caen con un periódico no pueden ya fundar otro, ni nadie puede hacer un teatro, una televisión: si tuvieran el dinero se encontrarían con un enjambre de leyes prohibitivas. Les queda, como a estos compañeros de DIARIO16, pedir al Estado. Los estados nunca dan: compran. Bien, que compren este periódico, mediatizado subvencionado, sometido a n director que pueda traicionar: siempre irá a algo más. Siempre trascenderá algo más: un uso de la libertad.

Eduardo Haro Tecglen

04 Junio 1996

¿QUÉ LEER?

Manuel Vázquez Montalbán

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Jorge de Cominges es un raro escritor tan adicto a la literatura ajena que incluso dirige una nueva revista, ¿Qué leer? dedicada a informar sobre lo que se escribe, labor impagable por parte de los que escribimos. La revista responde al modelo de Fotogramas, que ya pertenece a nuestra mejor educación sentimental, es una de las publicaciones supervivientes de la edad de nuestra inocencia. Si la aparición de ¿Qué leer? debe ser saludada por todos los convencidos de que uno de los dilemas posibles del género humano es literatura o barbarie, casi al mismo tiempo se propaga la amenazadora noticia de que el Grupo 16 está en peligro de muerte y que publicaciones como CAMBIO16 y DIARIO16 pueden desaparecer. Ignoro por qué desacertados caminos empresariales se ha llegado a esta situación, pero lo cierto es que una vez más, como ya ocurriera en el caso del diario YA, han sido y son los trabajadores y comunicadores de esos medios de comunicación los que lucharán hasta el final para que no desaparezcan objetos tan sensibles, tan identificados con sus propios receptores. Un diario, una revista, son algo más que un mal o buen negocio porque representan un factor de identificación de sus lectores. Cuando desaparecen dejan un público sin respuestas habituales a sus preguntas y en la obligación de cambiar de casa o de perder la casa. Los que nos dedicamos a estas cosas sabemos que una publicación cerrada, sea de la tendencia que sea, se lleva a la nada a un grupo importante de la ciudadanía.

 ¿Qué leer? no es una pregunta tan inocente ni tan afortunada porque sirva de título a una revista literaria que nace. Es una pregunta grave si se confirma que, sólo vamos a poder leer aquellos mensajes que resisten la ley del mercado, como si el mercado fuera el deus ex machina de cualquier oferta de verdad.

15 Junio 1996

Pícaros y sepultureros

EL MUNDO (Pedro J. Ramírez)

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Ayer se despedía de sus lectores el diario YA. El último titular era harto elocuente: «Aurelio Delgado cierra el YA». En unas líneas, los trabajadores de este Alamo de papel impreso sintetizaban el perfil de su enterrador: «Se comprometió a sacar el YA adelante mediante un plan de regulación, no lo ha hecho. Todo lo que se propuso hacer con este periódico, salvo su desaparición, ha sido un cuento». Una farsa comparable a la de Miguel Angel Jiménez que acaba de presentar su dimisión como vicepresidente del Grupo 16. El comentario que le dedicaba el propio Diario 16 no tenía desperdicio: «Desde que Jiménez asumiera la gestión, la plantilla no ha cobrado puntualmente ningún mes. Otros hitos han sido un editorial vitriólico, peleas públicas con diputados electos y un peculiar contrato de exclusiva publicitaria. Enhorabuena, señor Jiménez». Delgado y Jiménez no son los únicos «empresarios» que se han presentado como salvadores de empresas periodísticas en crisis, sin otro caudal que el que pretendían obtener mediante el «pelotazo» de las ayudas públicas. No es ésa la vía para afrontar la crisis de la prensa escrita. Lo procedente sería ayudar al sector con medidas equivalentes a las de otros países de la UE. En definitiva, con un plan que estimule el pluralismo y no la actual concentración de medios.