14 agosto 1993

Morihiro Hosokawa, nuevo primer ministro de Japón poniendo fin a 38 años de hegemonía del Partido Liberal Democrático

Hechos

Fue noticia el 14 de agosto de 1993.

Lecturas

Hosokawa va a necesitar su juventud, 55 años, y mucha intuición – a falta de experiencia política en la primera división para cumplir los ambiciosos objetivos de su mandato: limpiar los hábitos políticos e impulsar la reactivación económica, el tema que preocupa más a los japoneses y más espinoso para la cohesión del futuro gobierno, integrado por siete partidos de ideologías dispares. Tiene un historial discreto – senador y gobernador provisional – linaje aristocrático e instinto oportuno (abandonó PLD hace 14 meses para fundar su propio partido). Es una incógnita dentro de la incertidumbre.

RESULTADOS ELECTORALES:

  • Partido Liberal Demócrata – 228 escaños.
  • Partido Socialista – 77 escaños.
  • Shinseito (Partido del Renacimiento)- 60 escaños.
  • Komeito – 52 escaños.
  • Nuevo Partido de Japón – 35 escaños.
  • Partido Socialdemócrata – 19 escaños.
  • Partido Comunista – 15 escaños.
  • Sakigake – 13 escaños.
  • Independientes y otros – 12 escaños.
  • Shaminren – 4 escaños.

Aunque el PLD es el mayoritario, la unión de los escaños de Nuevo Partido de Japón (de Morihiro Hosokawa, escisión del PLD), Partido Sociaista, Shinseito (de Tsutomu Hata, otra escisión del PLD), Komeito (partido budista de centro de Koshiro Ishida), Partido Socialdemócrata (Keigo Ouchi), Sakigake (tercera escisión del PLD, liderada por Masayoshi Takemura) y el Partido Socialista (Saido Yamahana), ha permitido desalojar a los liberales del poder.

14 Agosto 1993

Gobierno naciente

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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HOSOKAWA HA logrado formar sin muchas dificultades el Gobierno de coalición que se ha hecho cargo de los destinos de Japón. En él figuran los presidentes de los siete partidos coligados, pero con un peso muy desigual. Diecinueve ministros lo son por primera vez, señal de una renovación apreciable. Sin embargo, el Partido del Renacimiento (PR), formado por antiguos miembros del Partido Liberal Demócrata (PLD), se lleva la parte del león. Es el más conservador de los siete partidos, el que representa una mayor continuidad con el sistema anterior, y controlará la diplomacia, la defensa y el decisivo ministerio de industria y comercio internacional. El Partido Socialista, que cuenta con un mayor número de diputados, tiene asimismo cinco ministros, pero de importancia secundaria; además, uno de sus dirigentes, la señora Doi, ha sido elegida presidenta del Parlamento. Pero lo cierto es que no hay ningún contrapeso de fuerza equivalente a la del Partido del Renacimiento.Ese desequilibrio puede jugar contra la estabilidad del Gabinete, siempre precaria cuando son tantos los socios. Así lo destaca la prensa afín al PLD, que ha gobernado en solitario durante más de 40 años. De un Gobierno tan heterogéneo no se pueden esperar grandes novedades en las principales opciones nacionales, como la política exterior y la orientación eco nómica. Sin embargo, el anuncio por el nuevo ministro de Coordinación Administrativa de una descentralización y de una desregulación económica de la estructura japonesa -demanda que casi todos los partidos presentaron en las recientes elecciones- indica una voluntad de renovación, cuyas consecuencias podrían ser sustanciales.

El tema de la defensa, y concretamente el envío de soldados japoneses en misiones de la ONU fuera del país, puede resultar muy conflictivo. Mientras Nakanishi, nuevo director de la Agencia de Defensa, es un halcón, los socialistas han defendido una línea contraria a ese envío de soldados nipones. Para Hosokawa será probablemente uno de los poblemas en que no le será fácil imponer su autoridad.

Pero el tema más polémico está resultando la solemne declaración del Gobierno en la que éste reconoce que Japón agredió a los países vecinos en la Segunda Guerra Mundial y expresa su arrepentimiento por ello. El hecho mismo de que el emperador Hirohito se mantuviese en su trono después de la capitulación ha sido un freno para que el verdadero carácter dela conducta nipona fuese puesto al descubierto. Ahora la iniciativa de Hosokawa rompe un tabú. Sectores ultrarreaccionarios protestan, pero existe una corriente neo-conservadora deseosa de que Japón dé un testimonio público de arrepentimiento no sólo como deber de justicia hacia el pasado, sino como algo conveniente para facilitar un nuevo dinamismo japonés en el mundo asiático.

Pese a la precariedad que muchos atribuyen al nuevo Gobierno, lo cierto es que los sondeos indican que su popularidad, con un índice de más del 70%, es muy alta. Un dato indicativo de que el cambio iniciado refleja un sentir popular muy hondo.

25 Agosto 1993

Japon se disculpa

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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EL DISCURSO ante el Parlamento del nuevo primer ministro japonés, Morihito Hosokawa, anuncia ciertos cambios en política interior y económica, tales como una reforma seria del «corrupto sistema electoral» y medidas en relación a sus exportaciones. Pero lo más llamativo ha sido la asunción de responsabilidad nacional por la actuación japonesa en la Segunda Guerra Mundial. Las palabras de Hosokawa fueron las siguientes: «Me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar de nuevo nuestro profundo remordimiento y nuestras excusas por las actuaciones de Japón en el pasado, incluyendo la agresión y el dominio colonial, que causaron sufrimientos insoportables y dolor a tanta gente». Estas palabras fueron acogidas con protestas de los diputados de la antigua mayoría conservadora. Pero en el propio Gobierno de coalición de siete partidos, que preside Hosokawa, la aprobación de esta nueva tesis. no ha sido fácil, ya que en él hay sectores que provienen del Partido Líberal-Demócrata, que ha gobernado durante 40 años, y de cuya tradición ideológica. no han renegado.A diferencia de Alemania, la presencia de Hirohito en el trono supuso una cierta continuidad del Estado nipón tras la derrota. Y la explicación sobre la guerra transmitida en los colegios fue ambigua, cuando no justificatoria del intervencionismo militar de los años treinta y cuarenta. De ahí que la acogida a las palabras de Hosokawa haya sido de satisfacción en numerosos países asiáticos. Noordin Sopiee, director del Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionales de Kuala Lumpur, las ha comentado diciendo: «Un Japón que puede decir estas cosas es sin duda un nuevo Japón».

¿Cómo se explica que Hosokawa, cuya familia pertenece a la aristocracia más tradicionalista, haya sido el impulsor de este viraje cultural y político? Sin duda ha influido la presencia en la coalición gobernante del Partido Socialista, que siempre había preconizado un pronunciamiento oficial como el ahora producido. Pero es efecto también de la necesidad de un despegue de su política exterior que experimenta Japón en estos momentos: para reforzar las relaciones con otros países del continente y ejercer en toda Asia una influencia política acorde con la que ostenta en el terreno económico. Las palabras de Hosokawa, rechazadas por los reaccionarios atados al pasado, reflejan un pensamiento que no es exclusivo de la izquierda, sino también de amplios círculos conservadores, sobre todo jóvenes, que desean para Japón un lugar importante en la escena mundial.

El Análisis

JF Lamata

Fue noticia el 14 de agosto de 1993.