30 mayo 1990

Gesto de tolerancia de Juan Muñoz (PSOE) su propuesta de luto no fue rechazada por ningún partido dado que Izquierda Unida optó por una respetuosa abstención

Muere el exministro franquista, José Solís Ruiz, apodado ‘la sonrisa del régimen’ y muy apreciado en su pueblo de Cabra, donde el alcalde socialista decreta luto

Hechos

El 30.05.1990 fallece D. José Solis Ruiz.

31 Mayo 1990

La sonrisa del (antiguo)Régimen

Raúl Heras

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Abogado de carrera y miembro del Cuerpo Jurídico militar tras finalizar la guerra civil, en la que combatió en el bando de Franco como alférez provisional, José Solís Ruiz inicia su larga carrera en la Administración pública en 1944, al ser nombrado vicesecretario general de Ordenación Social, dentro de los Sindicatos verticales. Cuatro años más tarde es designado gobernador civil de Pontevedra y, posteriormente, de Guipúzcoa, cargo en el que permanece hasta 1951, fecha en la que ocupa la Delegación Nacional de Sindicatos y un puesto en el Consejo del Reino. Su vida política es ya imparable y va a ser una de las personas que más cerca esté durante veinticinco años del Jefe del Estado, tanto como para que en 1974, tras el atentado que acabó con la vida del almirante Carrero Blanco se piense en José Solís para la presidencia del Gobierno. Su buena estrella brilla con toda intensidad entre 1957 y 1969, doce años en los que ocupa las carteras ministeriales del Movimiento y de los Sindicatos, controlando a la vez dos periódicos desde los que se lanzaron consignas claves éh muchos momentos: Arriba y Pueblo. Laureano López Rodó, el que fuera todopoderoso Comisario del Plan de Desarrollo y artífice del despegue industrial de España, asegura en sus «Memorias» que fue él quien convenció a Carrero Blanco, la mano derecha de Franco, para que se nombrase a Solís para ese puesto, en lugar del ultra-ortodoxo Elola Olaso. Si fue así, la realidad es que casi desde el comienzo los enfrentamientos entre Solís y los falangistas, por un lado, y los tecnócratas del Opus Dei, por otro, fueron continuos, con la ayuda personal para los primeros que significó Fraga Iribarne, en el crucial episodio de Matesa, un escándalo de enormes magnitudes que produjo en 1969 una conmoción en el Régimen franquista. Nada amigo de la Monarquía en general, y de Don Juan Carlos de Borbón, en particular, Solís Ruiz intentó establecer un estado basado en el sindicalismo, único vertebrador tanto de la actividad política como económica. Para ello intentó una y otra vez consolidar el verticalismo dentro de las Leyes Fundamentales e impulsó y ayudó a otras opciones reales, como las de Carlos Hugo de Borbón Parma y de Alfonso de Borbón Dampierre.

En 1975, pocos meses antes de morirse Franco, volvió a ser llamado para hacerse cargo de la Secretaría General del Movimiento, que volvió a dejar en el primer gobierno de la Monarquía por el Ministerio de Trabajo, con Arias Navarro de Primer Ministro. Adolfo Suárez lo jubilaría de forma definitiva en junio de 1976, al iniciarse la transición democrática, dedicándose desde entonces a sus negocios familiares y a la asesoría de empresas, desde su despacho madrileño.