10 septiembre 2004

Su hijo del mismo nombre, Matias Prats, es en la actualidad la cara de ANTENA 3 Noticias

Muere Matías Prats Cañete, histórico locutor de radio y televisión

Hechos

El 10.09.2004 la prensa informó del fallecimiento de D. Matias Prats Cañete

10 Septiembre 2004

El espejo donde nos miramos

Luis del Olmo

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Matías Prats fue el gran maestro que todos tuvimos y el espejo donde todos nos miramos. Para mí fue un hombre de radio completo, aunque desplegara su labor en dos aspectos concretos, el fútbol y los toros. Pero la fuerza y la calidez de su voz, y sobre todo su capacidad de improvisación, su memoria de elefante y su elocuencia es todo un ejemplo a seguir. A mí me examinó, y fue el que me dio el definitivo espaldarazo en esto de la radio. Se ganó con todo derecho todos los premios a lo largo de una larga vida en éxitos y reconocimientos. Para nuestro gran maestro, el mejor de los galardones es que la saga de los Prats continúa en su hijo Matías, que encontró en su padre un guía y un maestro.

Hoy hemos recordado antiguas intervenciones de este gran señor de las ondas en Protagonistas, y hemos vuelto al asombro, al extraer de nuestra fonoteca, una curiosa retransmisión realizada por el Maestro, de un hipotético partido de fútbol entre los políticos de la transición. Todo un prodigio de agilidad, donde la voz de Matías una vez más nos hizo ver, con los ojos de la imaginación, lo que estaba sucediendo en ese estadio virtual.

Matías fue un artista de la palabra, que siempre sorprendía, y cuando no pasaba nada en el estadio o en el ruedo, con una finta verbal, nos abrumaba con todo tipo de datos, anécdotas y curiosidades del pasado, porque tenía muy claro que su deber era conquistar la atención del oyente, agarrarlo amistosamente al oyente por las orejas y tenerlo pendiente de su narración.

10 Septiembre 2004

No hagas caso, exageran

Iñaki Gabilondo

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No hagas caso a los que dicen que te has muerto, Matías, exageran. Aunque el pecado de exageración a ti nunca te ha parecido un pecado mortal. Cómo te vas a morir si sigue vivo Matías Prats y cómo te vas a morir si sigues vivo no ya en la memoria de la radio y en la atmósfera de este país, donde te quedaste a vivir hace mucho tiempo y para siempre. No te puedes morir, entre otras cosas, porque, mientras estemos vivos nosotros, los que fuimos atrapados en la radio por un imán enorme que era tu arte y tu talento, tú no te vas a morir nunca. Nuestro intento diario de hacer las cosas bien, que tú nos enseñaste, está en cierto sentido comprometido desde que te conocimos. Y el asunto, como sabes, va mucho más allá del propio oficio, de la propia actividad profesional. Tiene que ver con una actitud general ante la vida. Mira que podíamos estar en desacuerdo en cosas, Matías, pero eso de intentar hacerlo siempre todo lo mejor posible, la búsqueda de la excelencia en tu caso hasta la obsesión en lo gramatical, será algo que nos habrá unido para siempre a tu familia. Así que no creas a los que dicen que te has muerto, exageran.

12 Septiembre 2004

La voz

Luis Oz (Felipe Sahagún)

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El nacimiento de Punto Radio, el estreno de la nueva programación en todas las cadenas, las confesiones de Carmen Caffarel a Juan Cruz en la Ser y de Lorenzo Milá a Olga Viza en Radio 1, el choque de Ruiz-Gallardón con Jiménez Losantos en la COPE, el sermón de Rodríguez Ibarra en Hora 25, el especial del viernes de Manolo Ferreras sobre el 11-S desde Nueva York Cualquiera de estas siete noticias hubiese merecido la columna del oyente esta semana de no haber sido por Matías Prats.

«Una referencia, un árbol, una estrella», dijo de él Iñaki Gabilondo.«Me dio el primer trabajo en Madrid para una emisión de RNE para América», confesó Luis del Olmo. «Fue uno de los hombres que inventaron la radio en España». Para Luis María Ansón, fue «el Picasso de la radio», Alfonso Ussía nos contó los secretos del cordobés de Villa del Río para pronunciar bien la zeta y Jesús Alvarez, recordando el mito y la leyenda, nos invitó a seguir escuchando su voz, esa voz pausada y emocionada. «La voz de Matías era la voz de Dios», afirmó Doña María en Radio 1.

Su entrevista con Natalia Figueroa para La Razón (14-10-2002) figuraba en mis archivos como su mejor perfil biográfico hasta que el viernes a las 19 horas me encontré en Canal + con Epílogo.Desde las entrevistas de Pilar Trenas en TVE no ha habido mejor programa de este género en la pequeña pantalla. Con un valor o morbo añadidos: no se emite hasta después de muerto el entrevistado.

Por Natalia me enteré de que don Matías de pequeño quería ser herrero, que siempre se sintió más a gusto en los toros que en el fútbol, que nunca se sintió cómodo en la política salvo en la dirección de NO-DO, que veía en su hijo Matías un regalo de Dios y que, como canta Mercedes Sosa, se sentía encantado de vivir y sin miedo alguno a morir.

En Epílogo, situándose ya en la otra orilla, lamenta, siempre humilde, no haber sido menos locuaz, considera la prudencia la más agradecida y difícil de observar de todas las virtudes, se ríe de los tres siglos que estuvo hablando del gol de Zarra y de los 37 años que transmitió para RNE las campanadas de fin de año, y habla con amor y admiración de doña Emilia, su viuda, y de la radio en España.

¿Fernández de Córdoba? «El primer radiofonista en España». ¿El mejor locutor deportivo? «Carlos Fuertes». ¿Enrique Mariñas? «Mi maestro». ¿Ignacio Mateo y David Cubedo? «Capitanes generales de todos nosotros en RNE». ¿Iñaki? «Un superclase». ¿Luis del Olmo? «Un locutor desde antes que se conocieran su padre y su madre». ¿De la Morena? «Arrollador».

Hizo de todo también en televisión, pero se queda con la radio porque «es la madre inabarcable e irrebatible de la comunicación».

13 Septiembre 2004

Matías Prats

Francisco Umbral

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Se ha celebrado cristianamente la muerte de Matías Prats, con un repunte político que puede hacer creer a muchos lectores que el franquismo se salvó gracias a Zarra, a Gento o al que fuera, pero en todo caso se salvó gracias a Matías Prats, que supo llenar de retórica el tema y darle el empaque de las Navas de Tolosa o la conquista de América. El franquismo no vivió de Franco sino de aquellos futbolistas privilegiados que metían siempre el gol de la victoria, ilustrando la Liga de copas de plata y aclamaciones al Caudillo, aunque no se viera muy clara la relación entre lo uno y lo otro.

Por el contrario de lo que se ha dicho, el Régimen era tan débil que bastaba un gol casual para mantenerlo en alto. España había sido desechada de todas las cancelas internacionales y Matías Prats fue el Homero narrador y numeroso de aquella odisea que duró tantos años. El acierto de Matías Prats estuvo en adoptar desde un principio una actitud heroica, homérica, viril y trascendente, como si realmente en el fútbol se resolviese España. De aquella pasión inútil del fútbol nos ha quedado la inercia de las grandes multitudes que van varias veces por semana a ver equipos zurcidos de jugadores extranjeros, recosidos a fuerza de euros. La televisión nos ha metido el fútbol en casa y el fútbol ya no es un peligro para la familia, sino un aglutinante. España encontró su pregonero en Matías Prats, que tenía una gran dignidad como profesional y una gran nobleza como persona.

Curiosamente, Franco, en su largo reinado, fue encontrando el hombre apropiado para cada cosa y hasta encontró el locutor que en el NODO narraba la triunfante, plural y mentirosa vida española con verbo decidido y acento vagamente militar. Asimismo, encontramos al rojo oficial, que fue Buero Vallejo, el maestro del posibilismo, el que nos enseñó a escribir diciendo lo nuestro pero pasando la censura. El posibilismo fue un tema muy debatido por entonces.Hablé de ello con Antonio Buero y me persuadió de que era más práctico hacer lo posible contra el sistema que declararlo imposible y tirar las armas. Creo que en esto tenía toda la razón y seguimos haciendo posibilismo con Bush, aunque los intelectuales de Manhattan crean que hacemos colonialismo y que nuestro occidentalismo es de derechas o es entreguista.

Nunca hablé de estas cosas con Matías Prats y en verdad no sé lo que pensaba, pero cumplía generosamente su oficio poniendo vibración y acento en aquella multitud de abrigo dado la vuelta y de grandes futbolistas, generalmente de Bilbao. Prats acertó con el timbre, entre cívico y militar, para conmover y emocionar a los españoles. Prats no tenía televisión, pero su única arma, que era la radio, la utilizaba magistralmente para cumplir lo que se le había encomendado. Los españoles no estuvimos gobernados por un fascismo ni por una oligarquía, sino por Matías Prats.Afortunadamente, Prats era un hombre bueno, comprensivo, abierto, y había entendido que su mejor oficio era hilvanar a los españoles unos con otros en la totalidad del impulso progresista, que fue muy débil y muy lento y no se manifestaría hasta los años 60, cuando ya Prats era casi un anciano. Prats fue un ejemplo de convivencia entre los españoles.