29 junio 2017

El digital EL ESPAÑOL, los diarios EL PAÍS y ABC y la pequeña televisión INTERECONOMÍA informan sobre un tema que es silenciado por los grandes medios, Atresmedia y Mediaset

‘Operación Hanta’: Una redada destruye Zed Worldwide por corrupción, encarcela a los Pérez Dolset y salpica a Mauricio Casals

Hechos

El 29.06.2017 se produjeron unas detenciones dentro de una investigación sobre delitos societarios denominada «Operación Hanta».

Lecturas

El 29 de junio de 2017 se produce la ‘Operación Hanta’, una investigación sobre presunto fraude de subvenciones públicas en torno a Zed WorldWide. Entre los detenidos se encuentra su principal accionista D. Javier Pérez Dolset y su hermano D. Ignacio Pérez Dolset, presidente de la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos (DEV), creador de Pyro (la marca que creo la saga de juegos ‘Comandos’) y director de UTAD, universidad para diseñadores de videojuegos, así como repsonsables de el estudio adnimación Ilion Animation Studios. Otros tres miembros de la familia Pérez Dolset también están siendo investigados.

Se da la circunstancia de que el Grupo Planeta es accionista en un 20% de Zed WorldWide y de que entre los investigados en la ‘Operación Hanta’ se encuentra el presidente de La Razón y consejero de Atresmedia, D. Mauricio Casals Aldama.

El 30 de junio de 2017 los periódicos El País, ABC dan amplia información de la nueva investigación a Casals, mientras que La Razón y Antena 3 TV aseguran que ellos, Planeta, forman parte de los perjudicados por los directivos de Zed WorldWide.

El día 1 de julio El País y la SER reproducen una información en la que aseguran que el principal directivo de Zed, D. Javier Pérez Dolset había sido amenazado por D. Mauricio Casals con que usaría los medios de Atresmedia para atacarle si actuaba en su contra. Ni La Razón ni Antena 3 TV se hicieron eco de esas declaraciones. Juan Cruz Ruiz en un artículo en El País publicado el 5 de julio reprochaba a La Sexta que aireara las acusaciones de coacción de Pedro Sánchez contra El País en 2016 sin contrastar y en cambio silencie las acusaciones de coacción contra Mauricio Casals Aldama y Atresmedia.

La familia Pérez Dolset se defenderá con pleitos contra la cúpula de Atresmedia incluyendo su presidente D. José Creuheras Margenat, cuya imputación lograrán. El 9 de julio de 2022 aparece el digital Crónica Libre, que será señalado como un digital financiado por los Pérez Dolset y que mantendrá una línea agresiva contra el Grupo Atresmedia.

 D. Javier Pérez Dolset, fundador de la compañía es el principal detenido por la trama societaria que podría haber desviado créditos blandos de I+D entre los años 2010 y 2015.

 D. Mauricio Casas, consejero de Atresmedia (ANTENA 3 TV + LA SEXTA) y Presidente del diario LA RAZÓN está siendo investigado judicialmente por haber sido el encargado de conseguir esas subvenciones ilegales para Zed a cambio de cobrar una parte camuflada como publicidad en LA RAZÓN.

Dos meses después de la Operación Lezo, la pauta de conducta se repitió al conocerse que Mauricio Casals Aldama, el directivo de Atresmedia y presidente de La Razón, volvía a ser imputado, esta vez por la llamada Operación Hanta que investigaba desvío de fondos públicos. En aquella redada, el principal detenido era el empresario del sector de la animación Ignacio Pérez Dolset de la empresa Zed WorldWice, de la que Planeta era socia accionarial. A Casals se le investigaba por si hubiera presionado a los responsables del Ministerio de Industria y otros organismos para que concediera créditos millonarios a Zed, la compañía tecnológica de Pérez Dolset.

En esta ocasión, al contrario que con la Operación Lezo, el Grupo Atresmedia no esperó 24 horas para responder y el mismo día 30 de junio en que estallaba el caso el periódico La Razón publicaba una nota del Grupo Planeta y el Grupo Atresmedia en forma de editorial “Aclaración del Grupo Planeta”, en la que expresaban su convencimiento de que Casals no había cometido ninguna irregularidad y que el grupo había padecido como víctima la supuesta estafa de Zed.

Los titulares acreditaban la distinta forma de hablar de una misma investigación por el periódico de los dueños de Atresmedia y los periódicos de sus enemigos.

  • El País – “Mauricio Casals Aldama, imputado por una trama de desvío de fondos públicos”.
  • ABC – “Mauricio Casals Aldama investigado en un caso de subvenciones sospechosas”.
  • La Razón     –    “Planeta se personará como acusación en la investigación por fraude al Grupo Zed”.
  • El País – “El dueño de Zed acusa a Casals de amenazarle con una campaña mediática”.
  • El País – “El caso Casals: silencio, se conspira”.
  • ABC – “Casals ofrecía a los ministerios buen trato en sus medios a cambio de subvenciones”.

Tanto PRISA a través de El País y la Cadena SER, como Vocento a través del diario ABC, difundieron una primera declaración de Pérez Dolset en la que este aseguraba que Casals le había amenazado con hacer una campaña mediática en su contra si se sometía a su criterio. Una versión que no fue reproducida por La Razón, al tiempo que La Sexta no incluyó en sus escaletas nada relativo al caso Zed más allá de la lectura del comunicado inicial de Planeta.

03 Julio 2017

Mauricio Casals, el rey de El Principito, y otro fracaso de la I+D

Miguel Ángel Uriondo

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No dejo de pensar en un fragmento de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, en el que nuestro joven protagonista visitaba la región de los asteroides (del 325 al 330, concretamente) y conocía a su rey, un monarca absoluto que daba siempre órdenes muy razonables:

—Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar —continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia porque mis órdenes son razonables.—¿Entonces mi puesta de sol? —recordó el principito, que jamás olvidaba su pregunta una vez que la había formulado.

—Tendrás tu puesta de sol. La exigiré. Pero, según me dicta mi ciencia gobernante, esperaré a que las condiciones sean favorables.

—¿Y cuándo será eso?

—¡Ejem, ejem! —le respondió el rey, consultando previamente un enorme calendario—, ¡ejem, ejem! será hacia… hacia… será hacia las siete cuarenta. Ya verás cómo se me obedece.

En EL ESPAÑOL hemos hablado en múltiples ocasiones de otro príncipe muy diferente, uno llamado Mauricio Casals pero conocido como El Príncipe de las Tinieblas. Un príncipe que también cree que “la autoridad se apoya antes que nada en La Razón”. Uno muy empeñado en que parezca que sus órdenes son sólo sugerencias razonables.

Mauricio Casals, el rey de El Principito, y otro fracaso de la I+D en España

Mauricio Casals, el rey de El Principito, y otro fracaso de la I+D en España

Durante los últimos días, casi todos los medios se han unido a este periódico y se han rendido a los majestuosos encantos del señor Casals. Algunos, para escribir perfiles notablemente elogiosos de su figura, recordando su enorme “ética laboral” y su incapacidad de dejar de ejercer influencias ni un solo día en todos estos años y de su interés en “tender puentes” en la cuestión catalana.

Otros, para profundizar sobre cómo Javier Pérez Dolset, fundador y máximo accionista del Grupo Zed, le ha acusado de cobrar por ejercer influencia para conseguirle decenas de millones de euros en subvenciones.

Pero, por más tierna que pueda resultar la imagen de un anciano luchador contra el cáncer esforzado en mantener la integridad territorial de España y que se empeña en reunirse con unos y con otros porque cree de manera genuina en las empresas, centrémonos en los esfuerzos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en tratar de desmontar una operación que habría supuesto ingresos millonarios para La Razón, del Grupo Planeta y que, presuntamente, habría alterado el rumbo de muchos millones de euros de dinero público.

Zed, el objeto perfecto de la subvención

EL ESPAÑOL ha contactado con varios responsables de aquellos tiempos, gente conocedora del tejido de las subvenciones de I+D en España, y muchos coinciden en un punto: Zed recibió subvenciones porque era una empresa que, sobre el papel y en muchos proyectos, probablemente merecía recibirlas.

Pero que nadie se lleve a engaño: España es especialmente vulnerable al fraude porque gastamos mucho menos que otros países de su entorno, y desde luego menos que la Unión Europea, en comprobar que el dinero invertido se ha gastado como estaba previsto.

El problema de la investigación y el desarrollo es que ha sido una excepción a la prohibición de las ayudas de Estado comunitarias. Dado que los países no pueden apoyar a sus empresas, muchas de ellas, a lo largo de los años, han pedido proyectos de I+D un tanto dudosos y han conseguido préstamos y subvenciones. “Si en España fuesen a la cárcel todas las empresas que han tenido a un comercial como director de proyecto y a una secretaria como asistente de laboratorio, tendrían que construir otro Soto del Real”, señala un veterano del sector de las subvenciones.

Asimismo, los dineros se han venido otorgando por instituciones muy desconectadas entre sí, lo que ha podido permitir que las empresas entreguen las mismas facturas como justificante a distintos organismos. Puede ser, incluso, que una subvención haya estado bien otorgada pero que la actuación general en la consecución de varias de ellas no haya sido legal.

Lo que se investiga de Casals es si fue el hombre que enseñó todas estas argucias a Pérez-Dolset a cambio de varios millones de euros, si le orientó en el complejo laberinto de las subvenciones y si consiguió ejercer influencia favorable para la recepción de dinero público. La Policía parece creer que así fue, después de un año de investigaciones. 

La gran ventaja de Zed, lo que les diferenciaba de todos los demás, es que su actividad estaba claramente relacionada con al mundo de la tecnología y tenía, al menos al principio, tanto la solvencia, como los avales y la reputación como para ponerle cara a los proyectos, por extraños que estos fuesen. “No sólo cumplían los requisitos sobre el papel, había empleados y desarrollos tecnológicos reales, y algunos proyectos fueron muy disruptivos”, subrayan fuentes conocedoras de la actividad de la compañía.

Pero Casals podía sentarse con los responsables de Industria, Madrid Networks o el CDTI y, quizá, incluso hacer que se interesasen por un proyecto en concreto para darle alas. Y el nivel de influencia habría sido el mismo tanto en la última legislatura del PSOE como en la primera del PP. Cuando publicamos hace ya unos meses un perfil de Casals en el que hablábamos de ‘El hombre que susurraba a las vicepresidentas’, utilizamos el plural por algo.

Pero esta influencia difícilmente se habría materializado de no ser porque Zed tenía los mimbres para soportar casi cualquier concepto, por peregrino que éste fuera. “Si los Pérez-Dolset le pagaron a Casals y a La Razón el dinero del que se está hablando, es muy probable que les estuviese cobrando de más, prometiéndoles cosas que probablemente habrían conseguido por sí mismos”.

A Casals le conviene parecer el rey de El Principito. Igual que aquella vez en la que él y su ‘minion’, Francisco Marhuenda, prometieron a Edmundo Rodríguez Sobrino todo tipo de presiones de los grupos mediáticos a los que decían representar para torcer la voluntad de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Casals salió limpio cuando tanto la presidenta como su jefa de gabinete dijeron no haberse sentido coaccionadas. Si finalmente lo fueron, y si precisamente por eso declararon en esa dirección, es otra cosa bien distinta.

El ‘Android’ español

Uno de estos proyectos, tal y como ha desvelado EL ESPAÑOL, es el Proyecto SOCAM, ejecutado por IMDEA. Básicamente se trata de algo que, sobre el papel, parece una mera copia del sistema operativo Android de Google pero con más peso de Internet de las Cosas. Del proyecto, al parecer, surgió un módulo que tenía cierto sentido para la actividad de Zed, que por aquel entonces intentaba centrarse en los juegos móviles y sociales.

Porque “cierto sentido” es lo que único que parece haberse necesitado para embolsarse dinero público en los últimos años. En la primera legislatura de Rajoy, responsables de la secretaría de Estado que gestionaba Víctor Calvo-Sotelo insisten en que lo que se hizo fue todo lo contrario, endurecer los requisitos para la concesión de subvenciones, invirtiendo en tecnología y restableciendo la obligación de demostrar solvencia y presentar avales, algo que Zed pudo hacer sin problemas cuando su situación aún no era tan grave.

Pero una época considerada en general como bastante oscura fue la última etapa del PSOE en el Ministerio de Industria. Eran los tiempos en los que la Fundación de la Lengua Española se hinchaba a subvenciones para el fomento de tecnologías a cargo del Avanza y quebró por culpa de uno de estos proyectos. ‘El juego del español’, con una subvención de casi 4 millones de euros, supuso el final de la fundación vallisoletana tras el engaño sufrido por el patronato a manos de la trama que había orquestado el préstamo millonario por parte de Industria.

Y éste no fue, ni mucho menos, el único caso. En los años que se investigan, especialmente los primeros, muchas otras empresas recibieron préstamos para luego quebrar y no devolverlos nunca. ¿Eran empresas nacidas para ‘trincar’ y quebrar? ¿Jugó a eso Zed en los últimos tiempos, cuando su fin parecía próximo?

El desenlace

En el circo de tres pistas en el que nos movemos, con los organismos que otorgaban subvenciones por un lado, los Pérez-Dolset y Zed por el otro y Casals y Planeta ocupando la tercera posición, la labor de los jueces y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado pasará por descubrir quién miente.

¿Mintió Casals presumiendo de influencias de las que carecía o que hubieran sido innecesarias? ¿Fue como el rey de El Principito o demostró el mismo músculo que ha demostrado tener en otras ocasiones? ¿Miente Javier Pérez-Dolset sobre la implicación de Casals? ¿Tan incompetentes han sido las instituciones con nuestro dinero? ¿Hemos financiado sólo la investigación sobre nuevas formas de fraude y el desarrollo de redes clientelares a cargo del Príncipe de las Tinieblas¿Cuánto de innovación y cuánto de chanchullo había en Zed?

“Es una cuestión de disciplina. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta”, decía también El Principito“Del planeta” o “de Planeta”, vaya usted a saber.

04 Julio 2017

El caso Casals: silencio, se conspira

Juan Cruz

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El periodismo más aguerrido sólo resiste cuando el adversario no es el de siempre sino que es otro

El asunto Casals, que implica por segunda vez en poco tiempo en asuntos de tráficos de influencia al presidente del diario LA RAZÓN, Mauricio Casals, pone de manifiesto que la delicada tela de cebolla en la que se sustenta el periodismo más aguerrido solo resiste cuando el adversario no es el de siempre sino que es otro. Casals es una pieza clave del entramado informativo que tiene su cúspide en el grupo Planeta, al que pertenece LA RAZÓN y del que penden también LA SEXTA, ANTENA 3 y ONDA CERO.

Cuando Pedro Sánchez fue al programa Salvados (de LA SEXTA), tras su destitución como secretario general de los socialistas, terminó diciendo en una entrevista que, entre otros, este periódico, o este grupo mediático en el que se sustenta EL PAÍS, había tratado de presionarle para que tomara determinadas decisiones.

El escándalo posterior a esas declaraciones (aireadas como si fueran oro molido por LA SEXTA y por sus medios concatenados) no tuvo en cuenta lo que los directivos presuntamente implicados en esa supuesta presión insoportable tuvieran que decir. Tampoco se detuvieron en pensar los que alzaron las manos en forma de escándalo que quizá no fue así, sino que ocurrió lo que seguramente pasa siempre que alguien expone una idea: el otro dice que no le gusta y añade que seguramente no le va a prestar el apoyo que el otro demanda.

No confirmaron nada: era bueno dar en la diana preconcebida. No tenían evidencias, solo suposiciones. En este caso, en el caso Casals, las presiones del altísimo directivo no fueron denunciadas por medios de comunicación: fueron el resultado de una actuación judicial que ha derivado en una imputación.

Los escandalizados de entonces han estado ahora silentes ante un caso explícito fijado en papeles judiciales. Y ese caso señala al presidente de un periódico y representante de Planeta, conglomerado que controla también LA SEXTA, ANTENA 3 y ONDA CERO. Este importante ejecutivo de cuyo poder se ha hecho leyenda, como todo lo que sucede entre tinieblas, aparece extorsionando a personas, empresarios o políticos, utilizando para ello el poder expreso que le dan medios tan influyentes.

Según esos papeles, que constan, que han sido publicados por decisión judicial, Mauricio Casals conspiraba para hacer negocios y para que otros no los hicieran. Y esa conspiración, que nació en las tinieblas en las que se mueve el alto directivo, es notoria, se conoce, se explica paso a paso, con entrecomillados. Está ahí, no la ha inventado un novelista ni es la suposición de un periodista de los que imaginan que algo pasó simplemente porque se le ocurrió que podría haber pasado.

Y, sin embargo, ese hecho que tiene tanto que ver con lo peor que se puede hacer con la influencia de los medios ha sido arrinconado por los justicieros que tienen asientos habituales en esos medios que con tanta habilidad y mano izquierda maneja, a las claras o en tinieblas, el personaje al que ahora le ha dado la luz en toda la cara.

Puede decirse que la conspiración del silencio que ampara a Casals en sus confortables entornos es el pago merecido a la generosidad con la que el mismo empresario conforta a la derecha y a la izquierda de la política y del periodismo. Que el periodismo calle es, sin duda, un síntoma de lo que el silencio es capaz de hacer para que un amigo duerma tranquilo.