24 noviembre 1978

El fiscal Hernández Gil acusa que unas líneas de la columna 'las brujas' eran incitación al asesinato

Orden de detención contra el director y el subdirector del diario EL IMPARCIAL, Julio Merino y Fernando Latorre por asesinato

Hechos

  • El 22.11.1978 fue dada la noticia por agencia EFE y RTVE de que se había dictado orden de detención contra los periodistas D. Julio Merino y D. Fernando Latorre. Tras prestar declaración al juez D. José Antonio de la Campa Cano, fueron puestos en liberad ese mismo día.

Lecturas

Gobierno de Suárez en la Cafetería Galaxia. El País publicó un reportaje en el que bautizó aquellas detenciones como “Operación Galaxia” e intento de golpe de Estado. Una interpretación que fue cuestionada por columnistas de los periódicos contrarios al Gobierno de Suárez como Jesús Pérez Varela, Ismael Medina Cruz o José María Ruiz Gallardón. Pero la información de El País sobre la Operación Galaxia relativa a Tejero y Sáenz de Ynestrillas también señalaba abiertamente a un competidor: aseguraba que en el golpe estaba implicada la Editora Independiente S.A. basándose en el hecho de que Antonio Tejero Molina había publicado un artículo en El Imparcial pidiendo al Rey Juan Carlos que pusiera fin a los asesinatos de guardias civiles a manos de ETA. El texto de El País acusaba a El Imparcial de estar dedicado a la desestabilización y el descrédito del régimen democrático y la Monarquía parlamentaria. Acusaba al director de El Imparcial de desear una guerra civil en España y al columnista de El Imparcial Joan Pla García de mandar consignas en los acrósticos de sus artículos.

El Imparcial respondió de manera escalonada. Primero por la vía judicial con una triple querella (una presentada por Julio Merino González, otra por Joan Pla García y otra por Editora Independiente S.A.). Después el periódico denunció en portada las «gravísimas acusaciones» lanzadas contra ellos por El País, pero sin contestarla. Y el día 22 de noviembre, el mismo día en que el diario alcanzaba una tirada de 100.000 ejemplares, publicaba hasta cuatro artículos contra El País. Uno respondiendo punto por punto a las acusaciones, otros dos firmados por José Luis Alcocer Marías217, ex periodista de El País, acusando a PRISA de actuar al servicio del Gobierno de Suárez a instancias del consejero delegado de la empresa Jesús Polanco Gutiérrez, siendo la primera vez que se atacaba a El País señalando a Polanco. Alcocer Marías se autodefinía como «periodista de izquierdas» aunque terminaría colaborando con el diario franquista El Alcázar. El cuarto artículo de réplica lo firmaba Joan Pla García considerando que El País había actuado con «una vileza soberana» y asegurando lamentarlo por tener muchos amigos en el Comité de Empresa de PRISA. Aunque al día siguiente El País publicaba una nota del citado comité en la que negaban que ninguno de ellos fuera amigo de Joan Pla García.

Coincidiendo con esa polémica Julio Merino González y su subdirector Fernando Latorre Félez llegaron a ser temporalmente detenidos acusados de tentativa de delito, quedando libres sin cargos al poco tiempo. El periódico de Prensa Española, ABC, fue de los pocos que editorializó al respecto asegurando que, aunque no quería tomar parte en la polémica entre El País y El Imparcial, la detención de aquellos dos periodistas le parecía «escandalosa». Desde El Imparcial, Ruiz Gallardón agradeció tal deferencia por parte de su antiguo periódico224. PRISA y Editora Independiente S.A. no volverían a chocar. El País no dedicaría ningún editorial ni columna contra esta empresa ni su periódico, y El Imparcial centraría sus ataques en el Gobierno de Suárez y no en otros medios salvo algún artículo de su columnista Ruiz Gallardón.

23 Noviembre 1978

Cuando somos noticia

ABC (Director: Guillermo Luca de Tena)

Leer

Somos hoy, lo somos desde ayer, noticia los periódicos; noticia los periodistas. Nucna es buen síntoma que lo seamos, convertidos en protatgonistas de nuestra propia función, cuya razón de ser consiste precisamente en refeljar o ser eco, incluso eco crítico, del protgonismo de los demás y de todo lo noticiable que tienen los hombres y los acontecimientos.

Por la nerviosa tensión de estos días dominados en la política interior española por la noticia y las notas oficiales referidas al frustrado golpe militar y a los incidentes de Cartagena ha resultado más resonante, más escnadaloso, que en cualquier otra ocasión lo hubiera sido, la doble orden de detención lanzada contra el director y el subdirector de EL IMPARCIAL. Sin tal clima de nervios, al que nadie es ajeno, habría bastado seguramente, una simple citación para la comparecencia judicial de ambos periodistas. De todas formas, ambos la han cumplido voluntriamente, y, luego de su declaración, han sido puestos en libertad.

Más grave resulta un antecedente – este circuncrito al ámbito periodístico – que ha debido influir, de algún modo, en el desarrollo del enojoso episodio. Nos referimos al conflicto que ha enfrentado a EL PAÍS y EL IMPARCIAL, a consecuencia de ciertas acusaciones contra éste publicadas pora quel.
Naturalmente, no vamos a juzgar el fondo de la querella entre ambos colegas. Ni a entrometer tercería impertinetne o mediación no pedida. Pero sí podemos lamentar, como periódico, desde la pura y simple profesionalidad ejercida durante muchísimos años actitudes o modos que nos parecen francamente impropios que jamás admitiremos como uso periodístico admisible.

A todos los periódicos nos alcanza ahora muy clara responsabilidad histórica, por nuestra influencia en la opinión pública, en estos difíciles tiempos de cambio político y de asentamiento de un sistema democrático que debe ser estable para bien de España. Es posible – pues que somos acción humana – que no estemos a veces a la altura de nuestra responsabilidad. Es posible, en no pocas ocasiones, el error.

Pero es segura – sin necesidad de inadecuadas correcciones fraternas, sin necesidad de acicates, de sospechosa virtud – nuestra sincera vocación de acierto, y es seguro nuestro esfuerzo diario en el servicio de la mejor información y de la opinión más honesta a los lectores.

25 Noviembre 1979

Suárez quiere callarnos

EL IMPARCIAL (Director: Julio Merino)

Leer

Se nos ha tachado de ultras porque nos negamos a sustituir la democracia orgánica del sí por la democracia inorgánica del sí. Se nos ha tachado de catastrofistas porque nos hacemos eco del dolor y la angustia del as epsosas y las madres de los guardias civiles muertos, de los miembros del Cuerpo General de Policía asesinados, de los miembros de la Policía Armada ametrallados. Se nos ha llamado desestabilizadoras porque creemos que la auténtica Democracia consiste, precisamente en la libre crítica al Poder, sin ofrecer nunca a las personas y respetando su vida privada y exponiendo los errores, a nuestro juicio, de su gestión pública. ¡Pues claro que sí! Ya decíamos el otro día en qué consiste nuestro ‘golpismo’. En luchar por la auténtica democracia. Pero si el dilema que se nos plantea es el de elegir entre esta Democracia o España, por encima de todo está España.

El señor Abril Martorell, educado en las esencias del franquismo, en cuya época entre otros cargos, fue presidente del a Diputación Provincial de Segovia al mismo tiempo que el Presidente Suárez era gobernadr civil de aquella provincia, rampolín este cargo para más altas empresas a las que hubiera llegado de prolongarse la vida del dictador, decía el otro día tras le pleno del Congreso que el GObierno no había dado la orden de detención contra nuestro director y subdirector. ¡Claro que no! La orden era una orden judicial, y la indpendencia de la justicia española no tiene acceso ningún gobierno que se disfrace de demócrta. Pero el Sr. Abril Martorell quizá de un modo un tanto precipitado, pero acompañado en esta ocasión por el acierto, por raro que ello parezca, añadía que «EL IMPARCIAL había colaborado muy poco en el proceso democrático». ¡Claro que sí, señor Abril Martorell! No hemos colaborado nada en ‘su’ proceso democrático. No hemos colaborado en sus cenas en restaurantes de cinco tenedores para llegar al consenso con los partidos cómplices para la permanencia de UCD en el poder, no àra qie ña derecja se deshaga como un pastelillo a las primeras de cambio. ¡Claro que no! La democracia que usted y su señor de la Moncloa están trayendo a España no es lo que España votó el 16 de diciembre de 1976. Y eso, si de verdad usted cree que estamos equivocados, pregúntenselo con nuevas elecciones al pueblo español. Pregúntenselo a los que han abandonado la Unión del Centro Democrático. No nosi mporta decirlo: no hemos colaborado en nada en esa falsa democracia consensuada, hecha a espaldas del pueblo, de sus propias bases, con desprecio a minorías, ese desprecio que tanto se criticara al régimen anterior.

Sólo nos hemos hecho eco de los asesinatos de los servidores del Orden Público y no hemos sido cómplices en los ultrajes a la bandera nacional, hecho que algunos de sus gobernadores han dejado sin castigo; ni hemos participado en la posible desmembración de España, ni hemos propiciado la inclusión del divorcio en la Constitución, ni hemos arrancado ningún Crucifijo de ningún sitio, ni hemos dividido al Ejército, no hemos propiciado ora cosa que hacernos eco del sentir de nuestros lectores que NO quieren SU democracia, sino la auténtica Democracia de la libertad y de su igualdad de oportunidades.

Democracia es otra cosa, señor Abril Martorell. Y la mayoría, por no decir todos, los que hacemos este periódico no tenemos ningún pasado político que limpiar, ni ninguna camisa que desteñir, ni ninguna chaqueta de respuesto. Ese es nuestro delito seguramente. Ni hemos recibido otras subvenciones qu las veinte pesetas diarias de cada uno de nuestros ya más de cien mil lectores o las cantidades señaladas por tarifa de nuestros anunciantes. Democracia, señor Abril Martorell, es otra cosa que usted tiene que aprender, pero que ignora, como ingora que no es Democracia poner la mano en la boca a un senador real porque no está dispuesto, como el señor Fernández Miranda, a hacerles el juego a usted y al príncipe de la Moncloa. Ni es Democracia obligar al silencio a los diputados, senadores y miembros de UCD, ni a los mismos ministros de su Gobierno. Esto, todo esto, es más propio de l Dictadura al a que tanto usted como el señor Suárez y toros muchos de los miembros del Gobierno sirvieron con una fidalidad ejemplar.

Pero nosotros sí creemos en la Democracia, en la participación del pueblo en las cenas de los restaurantes de cinco tenedores. Y creemos que, precisamente en la Democracia, es lícito, moral y legal y hasta obligatorio decir ‘no’ a la gestión del Gobierno. Y su gestión, la de todo el Gobierno qu preside el señor Suárez, a nosotros en nuestro derecho, y a nuestros lectores, en el lícito ejercicio del suyo, nos parece que ha sido una nefasta gestión. Y precisamente en nombre de la Democracia desde la libertad que da el saberse independeintes y libres, le decimos al Gobierno las verdades del barquero.

Por esto, el Gobierno está nervioso. Busca la complicidad de otros mediso de difusión, se producen los ‘secuestros equivocados’ y pende sobre nuestras cabezas la espada de Damocles.

A pesar de las diez querellas interpuestas contra nosotros por el fiscal del Reino y sobre las cuales ya adelantamos que al os tribunales de justicia nos sometemos. A pesar de que el señor Suárez, con su televisión, sus medios de comunicación, sus precisiones en uno y otro sentido, quiera callarnos. Nosotros sí creemos aquello de ‘Habla, pueblo, habla’. Y nosotros sí que hacemos uso de ese derecho que es el más elemental, después del derecho a la vida, en todas las democracias del mundo: el derecho a la libertad de expresión.

Y porque creemos en esa Democracia, y porque creemos en las últimas decisiones del pueblo español, y porque no queremos ni defendemos ninguna clase de ‘golpismo’ (viniere de donde viniere) aceptamos absolutamente convencidos el resultado del referéndum del próximo día 6 de diciembre. Sabemos y estamos convencidos de ello – como lo están importantes cabezas de este país, Fraga y Gil Robles entre otros – que esta Constitución nace con dos defectos que pueden ser sumamente peligrosos para el futuro de España. Y estamos convencidos de que una cosa es ‘este’ Gobierno, que mañana puede ser sustituido por otro que determinen las urnas y otra muy distinta la verdadera Democracia.

El Análisis

JUSTICIA RIDÍCULA, PERO 'OPORTUNA'

JF Lamata

Los asesinos del ‘comando Argala’ habían matado al juez Mateu, ex presidente del TOP franquista. Por el hecho de que el Sr. Latorre dijera que ese crimen le había recordado que el Sr. Hernández Gil también fue del TOP, colegir que era una ‘incitación al asesinato’ de dicho fiscal es tan absurdo que sólo sirve para tomarse a cachondeo semejante medida judicial. Otra historia es el hecho de que los medios de comunicación públicos (del Estado, es decir, directamente controlados por el Gobierno Suárez) como eran TVE y EFE dieran rauda información sobre aquella ‘orden de detención’.

¿Tendría algo que ver todo eso con el hecho de que EL IMPARCIAL fuera un periódico visceralmente anti-Suárez y publicara siempre que tenía ocasión imágenes del Sr. Suárez con el uniforme falangista? Lo que está claro es que el titular ‘detenido el director de EL IMPARCIAL’ en aquel momento tenía especial trascendencia, porque era evidente que muchos lectores pensarían erróneamente que ese arresto tendría algo que ver con la golpista ‘Operación Galaxia‘, incidente que se había producido ese mismo mes y en el que, según publicaría EL PAÍS, podía estar implicado EL IMPARCIAL.

J. F. Lamata