20 junio 2010

Buruaga compatibilizará la dirección de 'La Mañana' de la COPE con la dirección de VEO7 - a través de su colaborador Rafael Ortega - facilitando la sinergia entre ambas

Pedro J. Ramírez destituye a Melchor Miralles de la dirección de VEO7 y entrega el control del canal a Ernesto Sáenz de Buruaga

Hechos

El 20 de junio de 2010 se hizo pública la destitución de D. Melchor Miralles como director de la cadena VEO7. Fue reemplazado por D. Rafael Ortega, mientras que D. Ernesto Sáenz de Buruaga será contratado como asesor y presentador.

Lecturas

Unidad Editorial destituye a D. Melchor Miralles Sangro como máximo responsable del operador VeoTV y en su lugar nombra a D. Ernesto Sáenz de Buruaga Bustamante y D. Rafael Ortega. El Sr. Sáenz de Buruaga Bustamante ocupará el cargo de Adjunto al consejero delegado, D. Antonio Fernández-Galiano Campos.

LOS CAMBIOS EN EL CANAL DEL GRUPO DE EL MUNDO

buruaga D. Ernesto Sáenz de Buruaga, como ‘asesor’ queda al frente de VEO7. Su productora, New Atlantis, se encargará de todos los contenidos. Su hombre de confianza, D. Rafael Ortega, reemplazaría oficialmente al Sr. Miralles como director, aunque siempre supeditado por el Sr. Buruaga. Una de sus primeras medidas del Sr Buruaga al frente de VEO7 fue la supresión del programa ‘Twisión’ de D. Javier Abrego.

Se daba la circunstancia de que para ese momento ya era conocido que la Cadena COPE había encargado a D. Ernesto Sáenz de Buruaga que dirigiera las mañanas de la COPE a partir del mes de septiembre reemplazando al ‘trío’ D. Ignacio Villa – Dña. Ely del Valle – D. Enrique Campo, que no había logrado los resultados esperados. Por lo que parecía que el mandamás de Unidad Editorial, D. Pedro J. Ramírez, quería colocar al frente de su canal de televisión al nuevo locutor estrella de la COPE para así que recuperar, indirectamente, una sinergia entre EL MUNDO y COPE que se había perdido tras la marcha del Sr. Jiménez Losantos.

EL PRESIDENTE DE LA COPE, GIMÉNEZ BARRIOCANAL SOBRE QUE BURUAGA COMPATIBILICE LA COPE CON VEO7

El Presidente de la COPE, Sr. Giménez Barriocanal, fue preguntado por su opinión ante el hecho de que su principal locutor, D. Ernesto Sáenz de Buruaga, fuera la vez quien dirigiera el canal de televisión de Unidad Editorial:

23 Julio 2010

DATOS FRENTE A MENTIRAS

Melchor Miralles

melchormiralles.es

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Después de veintitrés días de reflexión, descanso y tranquilidad, quiero explicar algunas cosas en relación con mi salida de VEO7 y el Grupo Unidad Editorial, que fundé junto a un grupo de amigos en marzo de 1989, tras abandonar el Grupo 16 en solidaridad con el despido de Pedro J. Ramírez de la dirección del periódico. He guardado silencio desde que fui destituido de mis responsabilidades, de modo deliberado y en uso de mi derecho. Y durante este tiempo ha habido quienes, desde diferentes medios de comunicación, han mentido respecto a mi persona y los motivos de mi salida de Unidad Editorial, me han calumniado, me han injuriado y han puesto en duda mi profesionalidad.Cada uno es dueño de sus palabras y sobre todo de sus silencios. He reiterado en estas semanas que el que calla no otorga. Y ahora, voy a explicar algunas cosas. Pero que nadie espere deslealtades, mentiras, falsedades, injurias, calumnias, rencor o falta de rigor. Simplemente,  voy a defender mi honor y mi profesionalidad frente a quienes, la mayoría de las veces sin ni siquiera intentar contrastar lo que publicaban, han dedicado su tiempo a vulnerar las más alementales normas deontológicas del periodista, profesión maravillosa en la que también hay, como no podía ser de otro modo en el mundo que vivimos, quienes la denostan cada día. Y lo voy a hacer sin dejar de ser leal a una persona (y a un proyecto) con la que he trabajado lealmente durante treinta años y sin dejar de ser leal a una empresa que cofundé hace veinte. Esa lealtad será inquebrantable hasta que me muera. Tengo unos principios que aprendí de mi madre y de mi padre de pequeñito, que estoy muy orgulloso de aplicar cada día de mi vida y que rigen mi comportamiento personal y profesional. Y no voy a quebrantarlos jamás. Si otros actúan de diferente modo,  es su elección. A lo largo de treinta y tres años de ejercicio del periodismo he cometido, estoy seguro, muchos más errores que aciertos. Tengo la conciencia muy tranquila porque, siempre que me he equivocado respecto de alguna persona o institución, no me ha costado nada pedir perdón. Y cuando he vivido el éxito, siempre he sido muy consciente tanto de lo efímero que es como de la imposibilidad de haberme siquiera acercado al triunfo profesional sin la ayuda de quienes han trabajado junto a mí. Si estoy orgulloso de algo es de haber sido capaz, desde la primera ocasión en que asumí responbilidades de mando, de haber formado equipos con profesionales bien preparados, de máximo nivel, de los que siempre he aprendido y a los que he respetado personal y profesionalmente.

Nunca he sido sicario de nadie, como jamás le he pedido a nadie que lo fuera mío. Siempre me ha gustado la gente con criterio y principios que pelea en defensa de los mismos,  como peleo yo cada día en defensa de los mios. Siempre me han gustado los discrepantes, los que se salen del guión, los que se expresan libremente, los que no temen a nadie, en la misma medida que siempre he desconfiado de los que practican el halago fácil, de los mansos, de los que adulan siempre al superior jerárquico. Siempre he buscado para formar mis equipos a profesionales mejores que yo, con los que enriqucer mis conocimientos, en la misma medida que he huido de los mediocres. De corazón os digo que siempre he aprendido más de los errores que de los aciertos. Soy un convencido de que las grandes personas no son las que nunca se caen, sino las que saben levantarse con la cabeza erguida tras un tropiezo. La confianza lleva a la relajación, y por ello nunca he confiado más que en el esfuerzo de cada día y en el talento. Siempre he trabajado sin miedo a nada ni nadie en la busqueda de la verdad, y el único miedo que he tenido ha sido a cometer un error, y eso me ha hecho saber estar muy atento a los riesgos de cada decisión. Quien asume la responsabulidad de dirigir un grupo de seres humanos, en cualquier actividad profesional, debe tener siempre bien presente el peor de los escenarios, porque de ese modo está en disposición de tener preparada la respuesta a los problemas que van surgiendo. Siempre he tratado, y creo que casi siempre conseguido, rodearme de buenos profesionales que,además, fueran buenas personas. He querido y he pretendido que me quisieran. Pero he querido también que me siguieran porque me querían y no que me quisieran porque me seguían. No me gustan quienes se niegan a entender que detrás de un profesional hay un ser humano que siente y padece como yo y merece el mismo respeto, si no más aún que el que pueda merecer yo. He intentado siempre incluir en el grupo y dar protagonismo a los que no protagonizaban, a los que estaban siempre detrás del escaparate, en la trastienda. Y siempre he considerado que el discrepante del grupo, el rebelde, el que se sale del guión establecido, no son nunca una amenaza para el grupo sino que son precisamente quienes te están advirtiendo de los peligros que te acechan. He buscado el éxito. Probablemente sea vanidoso y ambicioso, pero considero que es legítimo serlo si siempre esa vanidad y esa ambición están condicionadas a no vulnerar los principios éticos y deontológicos esenciales en el ejercicio de la profesión periodística para obtener un reconocimiento. No creo que valga todo. Como no creo que no existan límites. Lo único que no he admitido jamás, contra lo que he luchado y me he revelado, con lo que he sido duro e intransigente en mis equipos, ha sido la pereza, la molicie, la falta de espíritu, de coraje, la renuncia a la pelea, a la lucha, a la búsuqeda de la noticia verdadera. Y como el éxito y la felicidad no son sinónimos, os puedo garantizar que he sido feliz en los triunfos y también he sido muy feliz en las derrotas. De cada error, de cada fracaso de audiencia, de cada decisión equivocada he aprendido mucho, sobre todo a no reincidir en el error. Aprendí además -muy pronto que las adhesiones cínicas se pierden cuando el éxito te abandona, pero esos son momentos excelentes para detectar las lealtades sinceras, porque el éxito es una excepción, no una regla, y es en el fracaso, en el error, en la derrota donde el que dirige acredita su liderazgo. Estoy muy orgulloso de no haber dejado nunca de defender a mi gente, de no haber aceptado nunca una imposición de arriba en contra de un inferior jerárquico. Siempre me he equivocado por actuar, no por quedarme quieto, y seguro que en muchas decisiones que han afectado a personas he sido injusto, y lo lamento, pero sólo el que toma decisiones comete errores. En mayo de 2008 llegué a la dirección general de VEO7, tras comprar Unidad Editorial el cien por cien de las acciones de los minoritarios. Junto a un equipo de profesionales excelente, algunos de los cuales estaban ya en el anterior equipo, mientras que a otros les incorporamos los gestores recién llegados, he llevado las riendas de los contenidos de la cadena durante dos años, hasta junio de 2010, fecha en la que fui destituido de mis responsabilidades por el director general editorial de Unidad Editorial, Pedro J. Ramírez, y por el Presidente de VEO7 y consejero delegado de Unidad Editorial.

Tras varias semanas de negociaciones, y tras escuchar varias ofertas que consideré inaceptables profesionalmente, pacté mi salida del Grupo en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC). Algunos han dicho y escrito que el motivo de mi salida es que al accionista no le gustaban los contenidos de la cadena. Si fuera así, no tengo nada que decir, es materia subjetiva y por lo tanto respeto todas las opiniones. Pero se ha dicho y escrito también en numerosos medios que el motivo de mi salida fue la mala gestión de los contenidos traducida en una audiencia bajísima de VEO7 y en una cuenta de resultados de pérdidas millonarias de la compañía. Y esto no lo admito, porque afecta a mi prestigio profesional y es sencillamente mentira, falso de toda falsedad. Respecto a la audiencia, en 2008, VEO7 tenía un 0,25% de share, resultado que no estaba nada mal si se tiene en cuenta la escasa penetración de la TDT en esas fechas. Con una inversión que no llegó a los 10 millones de euros anuales, al finalizar el mes de junio de este año, fecha de mi salida, VEO 7 tiene, según los datos oficiales de Kantar Media (antes Sofres), un 0,83% de share en el total sistemas y un 1,01% de share en el total TDT. Esta es la realidad. Es una audiencia superior a la de, por ejemplo, CNN+ o el Canal 24 horas de RTVE, por poner dos ejemplos de cadenas con una implantación, unos medios y un presupuesto muy superiores al de VEO7. Quien sepa algo del negocio de la televisión sabe que es un resultado que,  como poco, se puede calificar de bueno. Cuando llegamos en mayo de 2008 a VEO7 mi equipo y yo, y asumimos la responsabilidad de la gestión de la cadena, la cuenta de resultados del multiplex de VEO Television, de la que eramos responsables, estaba en una pérdidas de 7 millones de euros en números redondos. En 2009 perdimos 6 millones de euros y cuando en junio de este año abandonamos la compañía la prevision de cierre del 2010 era de 6 millones de beneficio. Son datos públicos y no vulnero ningún secreto empresarial revelándolos. Y tras los acuerdos que firmamos con A3 Advertising para la gestión de la publicidad, la facturacion publicitaria de VEO7 prevista para este año con esos datos de audiencia será de 25 millones de euros. Estos últimos datos, logicamente, se consolidarian, si en el segundo semestre, una vez que se ha consumado mi salida y la del Consejero Delegado, Jaime Gutiérrez Colomer, los gestores consiguen mantener la tendencia de audiencia consolidada por nuestro equipo. Por último, y dado que hay quien ha dicho y escrito barbaridades como que yo tenía un contrato blindado gracias al cual me he llevado 3 millones de euros, que tengo la depresión de los 3 millones de euros (con entrevista a una psicologa incluida), que el personal de Unidad Editorial no iba a poder cobrar la nómina por mi culpa,  y barbaridades de ese jaez, quiero aclarar públicamente que no acepto el término “se ha llevado”. Por respeto a mis compañeros y subordinados, a quienes ya se lo he explicado en persona, mi salida de Unidad Editorial, pactada en el SMAC, ha sido retribuida estrictamente por lo que marca la ley, que son 45 días por año trabajado. Así de sencillo. Si la ley hubiera dicho otra cosa así habría sido. No me he llevado nada. Me han pagado lo que me correspondía por ley. Ni más ni menos. Como debe ser. Y me he despedido del Consejero Delegado del Grupo, D.Antonio Fernández Galiano y del director de Recursos Humanos, D. Iñigo Argaya, dándoles un abrazo, como caballeros, como debe ser entre uno de los fundadores que abandona la compañía y quienes tienen la responsabilidad de la gestión. Y termino. No tengo rencor. Hacia nadie. No tengo un minuto de mi vida para mirar atrás. Me quedan muchas cosas por hacer. Jamás traicionaré la lealtad a la empresa para la que he trabajado 22 años después de fundarla, y a las personas con las que he trabajado tan bien durante tanto tiempo. Eso no quita para que sepa muy bien que hay una persona, a la que no quiero mencionar, que sabe muy bien que me ha traicionado. No por decidir prescindir de mis servicios profesionales, a lo que tenía pleno derecho, sino por la forma empleada para hacerlo. No voy a entrar en detalles. El y yo los conocemos. No guardo rencor a nadie, no me cansaré de decirlo. Pero la respuesta a la lealtad que he mantenido durante treinta años estoy convencido de que es injusta en la forma. No he encontrado nada mejor para explicar el comportamiento de esta persona, de un tipo que creía que era mi amigo, que el primer párrafo del artículo publicado por el director de El Mundo, Pedro J.Ramírez, el domingo 20 de junio pasado, cuando la traición ya estaba consumada y yo destituido de todas mis funciones. Decía literalmente: “¿Qué hacer cuando todo un mundo se desmorona de la noche a la mañana, cuando un código de certezas, tradiciones, lealtades, valores ideológicos y argumentos culturales que han sido transmitidos de generación en generación queda destruido como por ensalmo y los propios guardianes de sus esencias se despiertan desnudos entre las ruinas, mientras a su lado emerge poderoso un orden nuevo basado en el triunfo de cuanto les resultaba ajeno o más bien antagónico?”. Pues eso.

Gracias amigas y amigos por todas las muestras de apoyo y de cariño que me habéis demostrado en los dos últimos meses. Me ha ayudado mucho más de lo que imagináis. Jamás podrá agradeceroslo lo suficiente. Gracias de corazón. Os contaré por donde encamino mis pasos profesionales. Mi afecto, mi cariño, mi respeto y mi agradecimiento para todos.

Melchor Miralles

16 Septiembre 2010

TWISION, PUNTO Y SEGUIDO

Javier Abrego

Blog de Javier Abrego

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Desde este post quiero dar mi visión personal sobre el final de Twision en Veo7 y explicar qué futuro tiene el formato y cómo nació todo. Habrá algunos detalles que no podré revelar por el acuerdo de confidencialidad que existe con Veo7 y mi empresa, LINC Publicidad, un acuerdo que, como todo lo tratado con Veo7 y su anterior directiva, nunca se firmó, un acuerdo que se cerró en la Calle Pradillo de Madrid, mientras nevaba, alrededor de una gran mesa y que, a pesar de tener el acuerdo escrito y listo para firmar, se decidió que la palabra de ambas partes era más que suficiente. Ese espíritu, el de la vieja escuela, el del apretón de manos y la palabra dada, fue el que rigió la relación de LINC con Veo7. Todo comenzó unos días raros de Enero de 2010.

Empezando por el principio he de decir que la manera en la que LINC y Veo7 se “conocieron” no puedo revelarla por el momento y, a menos que los demás protagonistas lo hagan conmigo, no lo haré en un tiempo. Si el lector se fija en las diferentes entrevistas que me han hecho por el tema de Twision, verá contradicciones e incluso alguna vacilación a la hora de responder “¿Cómo acabas presentando un programa de TV?”. De todos modos, he de decir el comienzo de la relación de Veo7 es poco menos que de película.

Sea como fuere, en los primeros días de enero de 2010, Guzmán Garmendia (Director General de LINC) y yo, nos encaminamos a una de varias reuniones con la dirección de Veo7: Jaime Gutiérrez Colomer, Melchor Miralles y Ricardo Basurto, una gente estupenda. Las tres reuniones que mantuvimos con ellos fueron muy especiales, se hizo negocio y se llegaron a acuerdos, pero en el aire se respiraba una gran cordialidad además de una sensación de que lo que estábamos haciendo en esa oficina de la Calle Pradillo era algo histórico. Se estaba gestando el combinar las redes sociales y la televisión y ahí fue cuando se juntaron, como se suele decir, el hambre con las ganas de comer. Veo7 no sólo tenia los medios, además poseía unas ganas enormes de llevar a cabo iniciativas nuevas que todos ellos sabían que eran arriesgadas y que nadie había llevado a cabo hasta ahora. Recuerdo esas reuniones con orgullo y nostalgia, recorrer con la vista el despacho de Melchor Miralles, lleno de objetos asombrosos relacionados con el mundo del deporte, televisión y cine, me impactó muchísimo.

Una vez que Twision echó a andar y cerramos el programa, su escaleta, decorados y todo el tinglado que ello supone, viví cosas que jamás había pensado ni imaginar. La calurosas bienvenida del maravilloso equipo de Veo7 y las cosas que desarrollamos semana a semana en los 14 programas iban impactándome sobremanera. Toda la repercusión del programa y mis diferentes valoraciones están recogidas en este blog y no son objeto de este post y animo al lector a leerlas. Recuerdo con gran cariño dos llamadas por teléfono que hice a Ricardo Basurto primero y a Jaime Gutiérrez Colomer después, agradeciéndoles todo lo que me estaba pasando y para, además de ello, jurarles que iba a seguir trabajando con mucho ímpetu y dedicación, en ningún caso me creería una estrella ni nada por el estilo y que no se me iba a subir a la cabeza el hecho de salir en la tele.

Pero cuando los rumores de que la cúpula de Veo7 iba a ser destituida y que tanto Jaime como Melchor salían de Veo7, una gran tristeza se apoderó de mí, no sólo porque la cadena se quedaba sin dos grandes cerebros, si no porque personalmente me afectaba. Además de ello recordaba las reuniones en Padrillo, las charlas por teléfono, los miles de emails enviados y recibidos, los tweets… y veía como toda esa ilusión por el proyecto de Internet y Televisión se iba diluyendo. Las mismas formas en las que veía trataban a la gente que yo apreciaba me desconsolaron sobremanera.

Así pues, llegamos a finales de Agosto y se nos comunica que Twision no sigue adelante así como el asesoramiento en Redes Sociales que hacíamos para Veo7. Guzmán Garmendia y yo escuchamos de boca de un responsable de Veo7 que se prescindía de Twision, fue en una fría sala de reuniones en Pamplona, la voz quebrada que salía de un manos libres decía claramente con pena que el trabajo realizado hasta ahora era impecable, que no había nada que reprochar, pero que en esos momentos la nueva dirección no lo considera estratégico. Ambas partes, LINC y VEO7, han cerrado sus acuerdos como caballeros, con un gran respeto y sin montar ningún circo. De hecho fue graciosa la anécdota de una persona de Veo7 que nos llamó para preguntarnos si teníamos copia del acuerdo firmado con Jaime Gutiérrez Colomer y Melchor Miralles ya que en Veo7 no aparecía por ningún lado; aunque no pude ver su cara, sería poco menos que de asombro cuando le dijimos que todo el acuerdo era de palabra y que no había documentos, igualmente que nos poníamos a disposición de Veo7 para cerrar el acuerdo lo más amigablemente posible.

La noticia de la cancelación de Twision, a pesar de ser verano, corre como la pólvora y medios online y cientos de Tweets recogen el tema. Se anunció mediante un post en el blog de LINC. El sentimiento general que existía en Internet era el de que el programa debía continuar. Hasta aquí la historia, lo que ha pasado, no sé si al lector le dejo con más dudas o aclaro más conceptos, pero es lo que es.

Ahora bien, desde mi punto de vista e ignorancia televisiva, creo una mala estrategia el retirarlo de la parrilla. Un programa barato, premiado internacionalmente, reconocido a nivel mundial y que está siendo imitado por los grandes debe continuar. Cuatro y La Sexta están metiendo Internet en sus programas estrella tal y como lo hacía Twision, eso significa que se iba por el buen camino. Desconozco las razones que llevan a consideran no estratégico el seguir con el programa y los rumores, siempre rumores, apuntan a que todo lo que huela a la antigua directiva está siendo eliminado. No creo yo en los rumores, pero si así fuera, si los creyeran, no podría hacer más que echarme las manos a la cabeza.

Cuando comunicamos Guzmán Garmendia y yo a Melchor Miralles que finalmente Twision no iba a seguir, tardamos tan sólo unos pocos días en cerrar una reunión y vernos en Madrid para hablar el tema. Una televisión que por el momento no puedo mencionar (y me da mucha rabia no poder hacerlo) se interesó por el equipo y contactó con LINC para llevar a cabo una iniciativa parecida en TV. Sin dar detalles relevantes, lo que sí puedo decir es que Guzmán Garmendia y yo estamos trabajando con Melchor Miralles para sacar adelante en un TV el proyecto y mejorado. Javier Guembe está también en el ajo y en breve podremos decir algo. Aquí hay ideas y equipo, y ambas cosas son de primera.

Quien me conoce de verdad sabe que me he caído mil veces en esta vida y que me he levantado otras mil, pero además siempre he apuntado muy alto, no ha habido sueño que haya tenido que no haya intentado, por muy descabellado que pareciera y la mayoría me han salido mal, la gran parte de las cosas que he intentado no han llegado a buen puerto, pero aquéllas que sí lo han hecho han sido memorables. Cuando se me ha cerrado una puerta he buscado una ventana por la que entrar, y garantizo que entrar por la ventana es mucho más divertido. Ahora buscamos ventanas, no está siendo difícil y os lo contaremos todo por Twitter. Os informaré de todo lo que vaya ocurriendo y en qué nueva aventura televisiva estaremos, Twision se acaba, pero comenzará otra historia igual o mejor.

Todo lo que ha sido y será Twision desde el principio se lo debe a Jaime Gutiérrez Colomer, Melchor Miralles, Ricardo Barsurto, Guzmán Garmendia y un servidor.

Javier Abrego

El Análisis

SON LOS NEGOCIOS

JF Lamata

A pesar de llevar años colaborando con D. Pedro J. Ramírez, el mandamás de Unidad Editorial permitió que D. Melchor Miralles saliera mal su grupo editorial. Por considerar que una llamada telefónica no era el mejor método para echarle y, en el fondo, por echarle en sí. Pero el Sr. Ramírez bien podía repetir aquello de ‘no es personal, son los negocios’. En este caso el negocio era lograr un multimedia. Después de la salida de D. Federico Jiménez Losantos de la COPE, D. Pedro J. Ramírez se había quedado sin radio que voceara todo lo publicado por EL MUNDO. Eso se solucionaba si el Sr. Buruaga, nuevo responsable radiofónico de la mañana de la emisora episcopal se contaba con él como tertuliano. Pero si el Sr. Ramírez miraba por sus negocios, el Sr. Buruaga debía hacerlo por los suyos y los de su productora de televisión. Por lo que si el Sr. Ramírez quería hueco en la  radio del Sr. Buruaga, el Sr. Ramírez debía dárselo en su tele. El acuerdo se cerró, sólo faltaba suprimir al que estorbaba: el Sr. Miralles.

J. F. Lamata