27 julio 1998

Según EL PAÍS 'no llegaron a las manos' gracias a la intervención de los escoltas de Federico Jiménez Losantos

Violento altercado entre el locutor de la COPE, Luis Herrero y el director de la emisora, Pedro Díez

Hechos

  • El 3.07.1998 el diario EL PAÍS informó de un altercado entre el director y locutor del programa ‘La Mañana’, D. Luis Herrero y el director general de la cadena COPE – en la que se emitía el citado programa, D. Pedro Díez.

Lecturas

D. Pedro Díez asumió la Dirección General de la COPE en mayo de 1997 al romper con la emisora el equipo formado por D. Eugenio Galdón y D. Silvio González que había intentado con éxito asumir el control de la emisora reemplazando a los obispos. Las estrellas de la COPE, D. José María García y D. Luis Herrero, habían respaldado las aspiraciones del Sr. Galdón, con que mantenían una relación cordial y, sin embargo, las relaciones con el Sr. Díez fueron tensas.

El mayor episodio de tensión fue desvelado por el diario EL PAÍS el 3 de julio de 1998 asegurando que D. Luis Herrero y D. Pedro Díez casi llegan a las manos en el despacho del primero en la emisora.

virulento

La escalada de tensión finalizó con la dimisión forzosa/destitución de D. Pedro Díez como Director General de la COPE en noviembre de 1998.

VERSIÓN DADA POR EL PAÍS

El periodista Luis Herrero, director y presentador de ‘La Mañana’ de la COPE y consejero de esta cadena, y el director general de la misma, Pedro Díez, protagonizaron ayer un violento enfrentamiento en el despacho del primero. Según un testigo ocular, Herrero y Díez no llegaron a las manos gracias a la intervención de los escoltas de Federico Jiménez Losantos y del propio Herrero.El altercado se produjo a las doce de la mañana, nada más finalizar el espacio que presenta Luis Herrero. Pedro Díez se acercó visiblemente tenso e irritado hasta el despacho de Herrero para pedirle explicaciones por la campaña de desprestigio personal que, según se ha oído decir al director de la COPE, están orquestado contra él José María García, Federico Jiménez Losantos y el propio Luis Herrero. Una campaña que ha llegado hasta altos responsables de la Conferencia Episcopal, propietaria de la cadena. La discusión fue tan virulenta que los escoltas de Jiménez Losantos y Herrero intervinieron para evitar males mayores. «Les tuvieron que separar», contó una de las personas que presenciaron el incidente. (…)

VERSIÓN DE FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS

El tertuliano de la COPE y fiel colaborador de los Sres. García y D. Luis Herrero, D. Federico Jiménez Losantos, da su versión sobre esos mismos hechos en su libro ‘De la Noche a la Mañana’

No sé cómo, Pedro Diez, el director general, se enteró de la visita de la bruja a don Bernardo, y al día siguiente, al terminar La mañana, entró en el despacho de Luis pegando una patada en la puerta que casi la arrancó de sus goznes. Pedro Diez medía —seguirá midiendo, supongo— casi dos metros, de ahí que el patadón resultara tremendo. A continuación se puso a gritarle a Luis, sentado al otro lado de la mesa del despacho:

—¡Estoy hasta los cojones de tu humanismo cristiano!

Y a continuación, sin bajar la voz ni reducir el tono, se explayó en adjetivos y sustantivos injuriosos. Luis se quedó quieto en el sillón, mirando al fiero ejecutivo por encima de sus gafas, y cuando, seguramente para inhalar oxígeno, hizo una pausa, dijo:

—Sal inmediatamente de este despacho.

El otro volvió a barbotar injurias, amenazas y descalificaciones a la condición católica de Luis. Este, imperturbable, volvió a decirle cuando se detuvo a tomar aliento:

—Sal de este despacho.

Y así estuvieron un rato, entre el pasmo, el espanto y, sin duda, el regocijo de la redacción. Uno gritando y el otro repitiéndole con voz tranquila y baja que saliera de su despacho. Yo había quedado con Luis para que me contara la visita de la bruja al cura, pero en ese momento estaba en un estudio, grabando algo, seguramente un anuncio para La linterna, mientras Luis liquidaba las llamadas telefónicas que fatalmente hay que hacer o atender al terminar el programa. Total, que por casualidad no asistí al sentido homenaje del directivo de la COPE a la memoria de Atila y su ruda descalificación de Maritain. Sí estaba mi escolta, que se puso por delante del de Luis y a un par de metros del vociferante y el vociferado, por si había que intervenir. La tranquila frialdad de Luis ante la agresión lo hizo innecesario. Agotado su caudal de adrenalina, Diez abandonó el despacho de Luis dando un portazo. Y al poco llegué yo, encontrándome con los restos del escándalo.