El PSOE de Marbella llevará a la Fiscalía Anticorrupción una operación urbanística promovida por el periodista de la COPE Antonio Herrero, que le permitirá construir un edificio de nueve plantas en el centró de la ciudad. El periodista, a través de una empresa de la que es administrador único, ha adquirido por 278 millones, a sus propios familiares, una parcela de 1.141 metros cuadrados en la avenida del Mar, a la que ha añadido, una parcela de suelo público de al menos 100 metros comprada al municipio. El PSOE denuncia que son 226 metros de zona verde. Para el alcalde, Jesús Gil, la operación es totalmente legal.

El Plan General vigente en Marbella indica que en la zona sólo se pueden construir edificios de cuatro plantas, pero la empresa de Herrero, Incopromar S. L., ha firmado un convenio con el Ayuntamiento que le permite edificar nueve plantas. El periodista ya tiene la licencia de obras. Los socialistas han decidido llevar el asunto a la Fiscalía Anticorrupción al entender que la venta de suelo público sin previa subasta supone un delito de malversación de fondos, y porque creen que se ha cometido un delito contra la ordenación del territorio.El alcalde, Jesús Gil, niega toda irregularidad y asegura que el Ayuntamiento ha salido favorecido: «Mi interés era que se derribaran unas casitas, casi chabolas, que había en ese solar de la avenida del Mar». En cualquier caso, razona, difícilmente ha podido violarse el anterior plan general, ya que «está anulado».

El convenio entre el Ayuntamiento e Incopromar fue suscrito el 20 de diciembre del año pasado por el alcalde accidental, Julián Muñoz Palomo, y el apoderado de la sociedad, Roberto Osborne Maestro, cuñado de Herrero. Según consta en el texto, en realidad Osborne no recibió poderes de Incopromar hasta casi 20 días después de esta firma: el 8 de enero.

El documento especifica que ambas partes, con motivo de la revisión en marcha del plan general, «tienen interés en cambiar las características urbanísticas de la finca», y añade que el Ayuntamiento establecerá dentro del nuevo plan «una nueva ordenación urbanística» a tenor «de lo establecido en este convenio». Por si la operación no pudiera realizarse, se precisa que «el Ayuntamiento de Marbella deberá compensar a los propietarios proporcionalmente mediante la cesión de aprovechamiento en otros sectores de planeamiento de similares características en el término municipal de Marbella».

El convenio establece que en dicha parcela se permite «un incremento de la edificabilida» de 2.841,60 metros cuadrados, por los que la firma deberá pagar 120 millones: la mitad «mediante la entrega de un cheque bancario» y el resto mediante «una vivienda por importe de 14 millones» y «locales comerciales por importe de 46 millones».

El PSOE sostiene que se ha cometido una irregularidad e insiste en que la edificabilidad máxima debería haber quedado limitada a 2.175 metros. «Se le ha concedido a Antonio Herrero un aumento escandaloso», asegura la portavoz socialista en el Ayuntamiento, Isabel García Marcos.

Aprobada la licencia de obras

La licencia de obras fue otorgada el pasado viernes, y por ella el periodista deberá pagar 35 millones, según fuentes municipales, que añadieron que el convenio, ya aprobado en comisión de gobierno, será ratificado en breve por el pleno, en el que el partido del alcalde, Jesús Gil, tiene mayoría absoluta.

Según los socialistas, 226 metros de la parcela corresponden a una zona verde pública. El Ayuntamiento, razonan, procedió a una desafectación de ese terreno el 4 de febrero y posteriormente lo vendió pese a que la ley obliga a sacar esos terrenos a subasta. El propio Gil reconoció ayer a este periódico que se le ha vendido a Herrero una parcela de 100 metros de jardines, pero según él se ha hecho «sólo para que pueda alinear la fachada y no tenga una forma irregular». Además, remata Gil, ese suelo originariamente había sido cedido al municipio por el bisabuelo de Herrero. La socialista García Marcos afirma que toda la construcción podría reportar al periodista unos beneficios de entre 1.000 y 1.800 millones.

Para Gil, en cualquier caso, toda la operación es legal, y el Ayuntamiento ha salido favorecido: «Mi interés era que se derribaran unas casitas, casi chabolas, que había en ese solar de la avenida del Mar. Y llega este hombre, se compromete a hacerlo y paga 120 millones. ¿Dónde hay que firmar?, digo». Además, niega que se haya violado el anterior plan general, porque en su criterio «está anulado».

Gil va más allá. Se congratula de que todo Marbella esté sembrada de convenios similares. «Porque si no, con la derogación de la Ley del Suelo, estaríamos en la ruina, como muchos ayuntamientos».

Este periódico intentó en los últimos dos días localizar a Antonio Herrero para que ofreciera su versión. El periodista, dijeron miembros de su equipo en la COPE, se encuentra actualmente fuera de Madrid, pasando el puente.

La inmobiliaria de Herrero

La sociedad Incopromar S. L. fue constituida el 15 de noviembre de 1996 en Madrid, justo un mes y cinco días antes de la firma del acuerdo con el Ayuntamiento de Marbella y dos meses antes de la compra efectiva de las fincas donde Herrero pretende construir las nueve plantas.La sociedad limitada, con domicilio en la calle Joaquín Costa número 6 de Madrid, fue constituida por Antonio María Herrero Lima, «casado en régimen de separación de bienes», que suscribe el 95% de las 500.000 pesetas de capital social, y por otro socio que adquiere el resto. El periodista fue nombrado administrador único de la sociedad y el 8 de enero otorgó poderes a su cuñado Roberto Osborne. No obstante, la inscripción en el Registro Mercantil de Madrid ata del 13 de enero.

Incopromar adquirió el 20 de enero pasado, un mes después de firmarse el acuerdo urbanístico con el Ayuntamiento de Marbella, cuatro fincas entre las venidas del Mar y Miguel Cano, en el mismísimo centro de la ciudad, por un total de «268,5 millones de pesetas». Las parcelas sumaban 869 metros cuadrados, que fueron agrupadas en una sola finca.

El mismo 20 de enero se agruparon las fincas y se constituyó una hipoteca sobre las mismas y con los terrenos como garantía de 340 millones de pesetas con el Banco Central Hispano Americano. El préstamo fue suscrito en la oficina de la calle de Alcalá número 49 de Madrid, con seis meses de duración. Más adelante figura que por cada una de las cuatro parcelas, Herrero pagó 77, 68, 85 y 35 millones respectivamente. Los 869 metros cuadrados que figuran en la escritura se convierten en el convenio suscrito con el Ayuntamiento en 1.141 metros cuadrados, resultado, según el PSOE, de la adición ilegal de la zona verde.

La compra ponía fin a casi 12 años de litigios entre familiares de Herrero, ya que la parcela originariamente había pertenecido al bisabuelo del periodista, oriundo de la ciudad.

Fuentes municipales indican que para llegar a un acuerdo con sus familiares tuvo que pagar casi 300 millones. A esta cantidad hay que sumar los 120 millones que Herrero se ha comprometido a pagar al Ayuntamiento en virtud del convenio urbanístico, y las cantidades que serán necesarias para la construcción del edificio. El solar, en el que ya están excavados los cimientos, luce un cartel que anuncia el edificio Altamar, con pisos de 2, 3 y 4 dormitorios, aparcamientos y locales. En el cartel figura que la promotora es Incopromar y que la obra está financiada por el Central Hispano. En el centro de Marbella, muy cerca de la playa, el precio del metro cuadrado construido ronda las 180.000 pesetas, según Gil, y las 300.000, según la oposición, aunque ambas partes admiten que los locales pueden venderse más caros.

Un diario solvente informaba el viernes de que el PSOE de Marbella (feudo municipal de Jesús Gil) había denunciado una operación urbanística protagonizada por el periodista Antonio Herrero Lima (Madrid, 5-2-1955), director del Informativo Primera Hora de COPE. Al margen de lo que digan los tribunales, llama la atención que el mañanero telepredicador radiofónico sea noticia por una cuestión ajena a su profesión. Una profesión que parecía que llenaba toda su vida, ya que no en vano él acostumbra a recordar que su bisabuelo paterno, un tío de su padre y su mismo padre – Antonio Herrero Losada, ex director de la agencia EUROPA PRESS – fueron periodistas y que él, con tan sólo 5 años ya leía los teletipos de la agencia EFE en donde trabajaba papá. Siempre muy precoz este Herrero.

Siendo un quinceañero con su cámara fotográfica de regalo en ristre, se topó con un accidente mortal en plena calle y lo cubrió informativamente. Una vez terminada la carrera en el Instituto de Periodismo de Navarra, ya nunca le faltó trabajo, aunque él destaca que su padre jamás lo enchufó. Antes de ingresar en la radio en 1983 (ANTENA 3 RADIO), pasó por varias redacciones, entre ellas, la de ABC. Desde 1992 su estrella brilla en el cielo de la COPE a base de mezclar la opinión con la información y el culo con las témporas. De vez en cuando eleva el listón del insulto, como cuando hace unas semanas llamó ‘hez de mierda’ a Iñaki Gabilondo y a Concha García Campoy, periodistas como él, pero no reaccionarios.

El periodista Antonio Herrero no podrá construir legalmente el edificio de nueve plantas que tiene previsto acometer en Marbella la promotora INCOPROMAR – de la que posee un 95% de las acciones – según ha manifestado el delegado provincial de Obras Públicas y Urbanismo, Carlos Morales, ya que esta altura no está autorizada en el vigente Plan de Ordenación Urbana, como tampoco en la revisión del mismo que ha llevado a cabo el Grupo Independiente Liberal (GIL) en el que se contempla una altura máxima de 6 plantas.

Independientemente de este aspecto, la delegación provincial de Obras Públicas y Urbanismo ha abierto un expediente de diligencias previas a la promotora, de la que es propietario el periodista, por invadir un vial y una zona verde que supondrían 226 metros cuadrados, yal y como denunció el Grupo Municipal Socialista.

El delegado provincial ha requerido al Ayuntamiento que le remita a documentación del proyecto para comprobar si la promotora posee licencia de obras. Técnicos de la citada delegación han efectuado varias inspecciones del solar en las que se recoge que la constructora del edificio Altamar ya ha realizado movimientos de tierra y cimentaciones.

Por su parte el alcalde de Marbella, Jesús Gil, ha reconocido que INCOPROMAR no dispone de la licencia pero que él la entregará personalmente a Antonio Herrero el próximo miércoles después de que el convenio urbanístico sea aprobado por el pleno del Ayuntamiento el martes.

El PSOE de Marbella denunció el convenio suscrito entre el Ayuntamiento en INCOPROMAR por no contar con la aprobación del pleno municipal, por carecer de licencia de obras y por ocupar una zona verde pública. Además, se informó de que el incremento de edificabilidad del terreno – que pasa de 2.175 metros cuadrados a 9.600 – le generaría a Herrero unos beneficios cercanos a los 2.000 millones de pesetas en plusvalías.

Jesús Gil ha negado estos datos, señalando que al periodista «le sale lo comido por lo servido» tras demoler dos casas que ocupaban el solar, conceder dos pisos en el futuro edificio a las familias que las habilitaban y pagar los alquileres de las viviendas que actualmente ocupan.

El popular periodista radiofónico Antonio Herrero pretende construir en la avenida del Mar de Marbella, de la mano de su alcance, Jesús Gil, un edificio de diez plantas en zona verde, cuando en ese área sólo se permite levantar siete plantas. Para favorecer a s amigo, Gil está dispuesto a modificar el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad. Una operación inmobiliaria que le supondrá a Herrero un negocio entre 2.000 y 3.000 millones de pesetas.

En su programa La Mañana de la COPE del que es director, predica la honradez y azota a los corruptos presuntos, especialmente si son socialistas, o mejor, felipistas. Y vomita insultos gratuitos contra reconocidos profesionales de los medios de comunicación.

Con el alcalde de Marbella y presidente del Atlético de Madrid, inmerso en múltiples irregularidades y trapicheos e incurso en bastantes procedimientos judiciales, es comprensivo, cariñoso y hasta exculpatorio.

No es para menos. Antonio María Herrero Lima y Jesús Gil y Gil mantienen unas relaciones excelentes, tanto personales como de negocios. De esto último da cuenta una operación inmobiliaria que en Marbella consideran ‘de escándalo’.

Herrero pretende construir un edificio de viviendas y locales comerciales llamado Altamar, de diez plantas, con 9.600 metros cuadrados a la venta, en un lugar privilegiado de Marbella.

Una zona donde la actual ordenación urbanística sólo permite levantar siete plantas. Además, y si nadie lo impide, lo hará en zona verde de propiedad pública.

El exceso de edificabilidad, según el actual Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, sería de 2.841 metros cuadrados, lo que reportaría al promotor, una vez vendidas las viviendas, unos beneficios presuntamente irregulares de más de 500 millones de pesetas.

El alcalde Gil trata de apañar legalmente la situación, pero la oposición socialista en el ayuntamiento se le ha echado encima.

El PSOE e IU denunciarán a los tribunales o ante la Fiscalía Anticorrupción el convenio urbanístico firmado entre el ayuntamiento de Jesús Gil y la empresa de Antonio Herrero: Incopromar.

Un lugar privilegiado.

El negocio inmobiliario supondría para el promotor de 2.000 a 3.000 millones de pesetas brutos, según los expertos consultados.

En Marbella ciudad, el precio del metro cuadrado de solar está a 200.000 pesetas. Pero en ese lugar céntrico y tan privilegiado, podría subir hasta las 300.000 pesetas. He aquí un precedente.

La Delegación de Obras Públicas de la Junta de Andalucía en Málaga anunció la semana pasada que Marbella acumula la mayoría de expedientes abiertos por irregularidades urbanísticas. La noticia ayuda a situar la polémica suscitada por la inminente construcción en el en el centro de la ciudad de un edificio promovido por una empresa propiedad del periodista Antonio Herrero. La iniciativa está rodeada de sombras legales que poco han importado al alcalde, Jesús Gil y Gil, a la hora de dar luz verde al proyecto.

Herrero posee el 95% de las acciones de una empresa denominada Incopromar S. L. Esta firma adquirió unos terrenos de 1.500 metros cuadrados en la avenida del Mar, en pleno corazón de Marbella. La normativa urbanística del municipio establece que en la zona se puede edificar un máximo de cuatro plantas, además de la planta baja. Sin embargo, el PSOE denunció que el consistorio había autorizado a la empresa de Herrero a levantar nueve pisos de altura, además de los bajos. Traducido a metros cuadrados, la edificabilidad hbaía crecido el 350%: 7.426 metros cuadrados de más.

Las críticas no arredraron a Gil, que ha defendido la legalidad del proyecto a la vez ha admitido su amistad con el periodista de la Cadena COPE. El PSOE, por su lado, denunció que la maniobra podía suponer un beneficio próximo a los 2.000 millones de pesetas para Herrero. Otro punto de polémica fue la cesión de parte de una zona verde de 226 metros de un vial público, por parte del ayuntamiento, a Incopromar para la construcción del edificio. En un pintoresco trueque, Gil dictaminó que la empresa cediera a cambio un local de 50 metros cuadrados en el futuro bloque.

Mientras la controversia crecía en las primeras semanas, en el solar empezaban los trabajos de cimentación. Este hecho llevó a la Consejería de Obras Públicas a actuar y exigir al municipio la presentación inmediata de la licencia de obras pertinente. En caso contrario, la Junta advertía que debían detenerse inmediatamente los trabajos.

El pasado martes el pleno del ayuntamiento ratificó el convenio urbanístico con Incopromar en una tensa sesión. Jesús Gil delegó en el teniente de alcalde, Pedro Román, que fue el encargado de plantar cara a la portavoz socialista, Isabel García Marcos, cuyas discusiones con el alcalde del GIL han llegado frecuentemente al insulto. Finalmente, el convenio se acabó con el único apoyo de los gilistas y los votos en contra de toda la oposición. Hasta el PP, socio de Gil en la Diputación de Málaga y la Mancomunidad de la Costa del Sol, se unió a la reprobación. Por el momento, la obras continúan paralizadas por decisión de la Junta, pero Gil tiene las manos libres para conceder la licencia de obras. Mientras en un céntrico solar de Marbella un cartel anuncia la próxima construcción del Edificio Altamar, donde un piso de tres dormitorios costará 33 millones de pesetas.