3 noviembre 1930

Proliferan golpes de estado militares y revoluciones en América

Brasil: Una revolución con golpe de Estado abren el camino a la dictadura de Getúlio Vargas

Hechos

  • El 24 de octubre de 1930 fue depuesto Washington Luís.
  • El 3 de noviembre de 1930 tomó posesión Getúlio Vargas.

Lecturas

El presidente de Brasil, Washington Luís, ha sido depuesto y reemplazado por una junta militar de gobierno, constituida por dos generales, Tasso Fragoso y Mena Barreto) y un almirante (Isaías Noronha).

La Junta ha declarado que su propósito era parar el derramamiento de sangre que padece el Brasil desde el 3 de octubre de 1930 en que un movimiento revolucionario iniciado en Ríos Grande do Sul con el fin de derrocar al gobierno, comenzó a propagarse por el país.

Los revolucionarios pretenden anular el resultado de las elecciones en las que se impuso Julio Prestes, candidato del gobierno, sobre la oposición representada por Getúlio Vargas. Se supone que Vargas asumirá al poder.

Asunción de Vargas el 3 de noviembre.

En una ceremonia celebrado en el palacio Cattete, a las 4 de esta tarde, Getúlio Vargas ha asumido la presidencia del nuevo gobierno provisional brasileño, surgido de la revolución que estalló en el mes de octubre. Vargas ha anunciado la disolución del Parlamento  la convocatoria de nuevas elecciones.

Se cree que, hasta entonces, el gobierno recién instaurado adoptará un estilo dictatorial.

Durante 15 años Getúlio Dornelles Vargas dirigió la política de Brasil. Entró en 1930 al poder como dictador.

A finales de los años veinte se fue consolidando en Brasil la oposición contra el presidente Washington Luis Pereira de Souza, que había conseguido acabar con el sistema rotativo tradicional acordado tácitamente entre los estados federados más poderosos para ocupar la presidencia.

La coalición opositora la formaban oficiales jóvenes y reformistas y algunos miembros descontentos de la élite dirigente de latifundistas. Las tropas federales apoyaron la insurrección que 1930 se extendió rápidamente por todo el país. El presidente se vio obligado a dimitir y la jefatura del gobierno provisional la ocupó el hombre que habría de ejercer una influencia decisiva en la vida política brasileña de los siguientes años: Getúlio Dornelles Vargas. Vargas impuso una política de signo autoritario y nacionalista. En 1934 entró en vigor una nueva Constitución elavorada por el propio Vargas. El presidente prometió solemnemente mantener vivo ‘el espíritu de la revolución’.

Tres años después Vargas realizó un ‘autogolpe’ de Estado implantando una dictadura denominada ‘Estado Novo’. En diciembre de 1937 Vargas reforzó el carácter dictatorial de su régimen al prohibir todos los partidos políticos de la oposición.

En 1961 dimitirá el presidente de Brasil Janio da Silva Quadros. 

El Análisis

1930, el fin de la vieja república brasileña

JF Lamata

El 24 de octubre de 1930 cayó Washington Luís, último presidente de la llamada República Velha o Primera República de Brasil, sistema dominado por las oligarquías cafetaleras de São Paulo y Minas Gerais. Aunque había accedido al poder mediante elecciones, su presidencia se caracterizó por un marcado autoritarismo, la defensa de los intereses de las élites y una resistencia férrea a cualquier reforma social. La crisis económica mundial de 1929, que hundió el precio del café y golpeó a la economía brasileña, aceleró el descontento popular y aisló políticamente a Luís, hasta que fue derrocado por un movimiento cívico-militar que puso fin a su mandato.

El 3 de noviembre asumió la presidencia Getúlio Vargas, líder carismático del estado de Rio Grande do Sul, que había encabezado la coalición opositora. Vargas no llegó al poder por la vía democrática, sino como fruto de la insurrección armada que derrocó a Washington Luís y frustró la sucesión presidencial prevista en favor de Júlio Prestes. Aunque se presentó como reformador y defensor de un Brasil moderno, Vargas instauró un gobierno de facto, de corte autoritario, que rompió con la “política del café con leche” y se propuso centralizar el poder en detrimento de las viejas oligarquías regionales.

El cambio de 1930 no fue, por tanto, una transición democrática, sino una ruptura política forzada por el agotamiento del viejo sistema y por el impacto de la crisis económica. Washington Luís encarnaba el ocaso de la república oligárquica; Vargas, en cambio, inauguraba una nueva era de populismo, nacionalismo y centralización, que marcaría profundamente la historia de Brasil durante las siguientes décadas. Aquel noviembre de 1930 no solo cayó un presidente: se enterró un modelo político, y emergió una figura destinada a convertirse en uno de los líderes más influyentes y controvertidos de América Latina en el siglo XX.

JF Lamata