3 mayo 1978

El hermano mayor ocupa el cargo de Presidente del Gobierno provisional de la Xunta de Galicia, mientras el menor es Delegado del Gobierno de Madrid, ambos son militantes de la Unión de Centro Democrático

Secuestro judicial de la revista INTERVIÚ por un reportaje que acusaba sin pruebas a los hermanos Rosón de crímenes durante la Guerra Civil

Hechos

  • El 19.04.1978 Inspectores de la policía por orden judicial retiraron de los puestos de venta la revista INTERVIÚ de esa semana a instancias de una querella de D. Antonio Rosón y D. Juan José Rosón
  • El 11.05.1978 una nueva edición de INTERVIÚ fue retirada, en esta ocasión a instancias de una querella del General Luis Rosón.

Lecturas

El 18 de abril de 1978 la revista INTERVIÚ que dirige D. Antonio Álvarez-Solís (Grupo Zeta) publica en su edición 101 un reportaje de D. José Luis Morales que acusa de crímenes durante la guerra civil a los hermanos Rosón, franquistas aperturistas ahora en UCD. El hermano mayor, D. Antonio Rosón, el más señalado por el reportaje de INTERVIÚ, ocupa el cargo de Presidente del Gobierno provisional de la Xunta de Galicia, mientras el menor, D. Juan José Rosón, es Delegado del Gobierno de Madrid, ambos son militantes de la Unión de Centro Democrático. El tercero es militar, D. Luis Rosón, con rango de general. Ese mismo día los hermanos Rosón presentan una demanda contra la revista que incluye la petición de secuestro por injurias y calumnias, petición que es atendida, siendo el número retirado de los quioscos por la policía.

El 21 de abril de 1978 INTERVIÚ publica un número especial, edición 101 bis, titulado ‘Por Rosones’, en el que reitera sus informaciones como protesta al secuestro de la publicación anterior.  El reportaje se llama ‘La Saga de los Rosón’. La familia Rosón volverá a demandarles y se produce un segundo secuestro judicial.

El 11 de mayo de 1978 en un gesto promocional, D. Antonio Álvarez Solís da una rueda de prensa en compañía de D. José Luis Morales en la que ambos presentan a cinco testigos que aseguran que pueden atestiguar que la familia Rosón cometió crímenes durante la guerra civil: D. Xavier Costa Clavell, D. Severino García, D. Luis Digón y una señorita identificada como ‘Isabel’. En el juicio todos estos testigos se desdeciran, asegurando que en el fondo se hacían eco de rumores pero que no podían garantizar que directamente los Rosón hubieran cometido crímenes.

El 19 de mayo de 1978 D. Antonio Álvarez Solís y D. José Luis Morales son condenados en primera instancia por injurias a indemnizar a la familia Rosón. En este pleito los periodistas reconocen que se limitaron a reproducir un panfleto anónimo redactado en Galicia del que responsabilizan a la extrema derecha gallega enfrentada a los Rosón por apoyar estos la Transición democrática.

En diciembre de 1989 finalizará el pleito por el cual el Tribunal Supremo ratifica que D. José Luis Morales y la revista deben indemnizar a la familia Rosón. El 14 de diciembre de 1989 el dueño de INERVIÚ D. Antonio Asensio Pizarro ordena el despido de D. José Luis Morales al no llegarse a un acuerdo sobre el pago de la indemnización que le correspondía a cada parte.

 

21 Abril 1978

Los Rosón, azote de Galicia

José Luis Morales

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Ya están aquí. En realidad nunca se fueron. Cambian los nombres y las modas, pero siguen las personas. Son los Rosón, plaga de Galicia, ahora encastillada en puestos tan privilegiados como el Gobierno Civil de Madrid [Juan José Rosón] y la presidencia de la Xunta gallega [Antonio Rosón]. Ahí están sus trapitos. ¡Menudos trapitos! No es la primera vez que intentamos denunciarlos. Sólo que recibimos tal cantidad de presiones en el primer intento – hace unos meses – que nos vimos en la necesidad de abandonar provisionalmente el proyecto. Pero por poco tiempo, como puede comprobarse. Continuará la semana que viene.

Un colectivo de galleguistas inicia, con los nuevos aires democráticos, la tarea ingente de reconstruir la historia más reciente de su país. Intencionadamente mutilada por el franquismo y por las devociones reconciliadoras. En los capítulos dedicados a la provincia de Luego se incorporan una serie de apellidos sobre los que se hacen gravísimas acusaciones. Un documento elaborado por aquellos historiadores llega hasta INTERVIÚ. Son los días en que se rumorea que Antonio Rosón Pérez, diputado de UCD por la provincia, reclama la presidencia del Gobierno autónomo de Galicia y a quien la Academia Gallega de Jurisprudencia acaba de nombrar para presidir la Comisión de Hacienda del Estatuto. Y la Asamblea de Parlamentarios, presidente de la Comisión Negociadora del mismo.

Ante las duras acusaciones formuladas, un equipo de INTERVIÚ se traslada hasta la provincia de Lugo para verificar el contenido del informe y, en su caso, ampliarlo o desmentirlo. Sin embargo, todas las partes del informe quedaban confirmadas en cada una de nuestras entrevistas. Los apellidos Rosón Pérez están bien marcados por la Historia. Y ni siquiera su permanencia en el proceso de transición a que asistimos es suficiente para que queden fuera de la misma. La larga y numerosa familia Rosón – uno de cuyos miembros es hoy Gobernador Civil de Madrid – no puede eludir su conexión con la tragedia gallega de la guerra civil y de la posguerra. Cuando los años mitigan el terror y va volviendo la serenidad surgen testimonios que es absolutamente preciso recuperar. Porque esta, como muchas, es una historia de caciquismo que terminó con sangre.

Comienza la saga

En el año 1936, Antonio Rosón Pérez trabajaba como abogado defensor de las extensas propiedades de José Benito Pardo, famoso cacique de Lugo. Con el golpe de Estado del 18 de julio, siendo oficial de complemento, por sus dotes de conocedor de todos los entresijos y por la influencia de su familia, pasa a ser el jefe de las zonas de Becerreá, Cervantes, Freixis, Nogales y de toda la comarca. En el diario lucense EL PROGRESO, el 25 de julio del mismo año podía leerse ‘fuerzas de Falange Española entraron en Becerreá, Nogales y San Martín de la Ribera”. Estas fuerzas iban al mando de Antonio Rosón Pérez.

Como comandante de la zona organizó las fuerzas falangistas, reclutando y distribuyendo tácticamente las banderas de voluntarios que cada día se dedican a depurar a todos los que habían cometido el delito de votar por el Frente Popular y por el Estatuto de Galicia. Y, sobre todo, los que habían desafiado el poder feudal de las grandes familias, entre las que se encuentran las de los Rosón Pérez y las de Pérez Rosón, que dominaban, y siguen dominando hoy en día, en Lugo, Becerreá, los Nogales, Cervantes y hasta en el mismo centro de Madrid.

El corresponsal del diario lucense decía el 23 de agosto del mismo año que “…es de destacar la labor altamente patriótica que están desarrollando los señores Antonio Rosón, jefe militar de esta villa; don Fermín Pérez Rosón, médico de Nogales y Jefe de Falange; don Luis Rosón y don Manuel Pérez Rosón, jefes locales de Becerreá y Cervantes, respectivamente, quienes con sus almas de gigantes están haciendo una labor magnífica en defensa de la Patria. No se puede pasar sin hacer mención del valiente falangista Manuel Díaz Vilela, quien con su gran olfato policíaco va directamente a las madrigueras en donde se esconden los huidos causando terror entre éstos”.

De la depuración a las checas

El resultado de este trabajo fue la represión que hubo en la comarca llevada a cabo con una dureza sin precedentes, de todos aquellos republicanos, comunistas y demócratas que no habían entendido bien el sometimiento al poder caciquil de adhesión franquista.

“El que venía al mando de aquellos era el dentista Fermín Pérez Rosón, y el mismo Fermín fue el que me disparó y me persiguió por todos esos campos – nos había contado Pedro López Vallador, a sus ochenta años – y del que me escapé de milagro, porque me tiraba a matar…”

En la pequeña aldea de Balcoba fueron detenidos el 8 de septiembre de 1936 el alcalde de Becerreá y su cuñado. Se trataba de Rudecindo Fernández Vilor y de su cuñado, el aprendiz de sastre, de dieciséis años, Ovidio Vilor Fernández. Estos republicanos fueron detenidos por un grupo de falangistas mandados por el actual médico de Becerreá, Manuel Pérez Rosón, el cual al mando de toda una bandera de adheridos a la causa franquista, recorría la comarca en operaicones de limpieza. Cuando Rudecindo y su cuñado llegaron, a pie y detenidos a la casa del represaliado Octavio García, iban ensangrentados de arriba abajo. Asimismo les obligaron a cargar con la campana que la ermita que allí se guardaba y que más tarde dijeron que ‘los rojos le habían robado’. Según el corresponsal de Becerreá, “en una casa de la parroquia de Vilacha apareció la campana que había desaparecido de la Iglesia de Santa Mariña. En la misma casa se encontraron libros de autores comunistas rusos, de Azaña, de Marcelino Domingo, etcétera. También había un buen número de folletos de propaganda pro-Estatuto”. Esta operación era llevada a cabo por Manuel Pérez Rosón, bajo las órdenes directas de Antonio Rosón Pérez, su primo. A la semana siguiente estos dos detenidos republicanos aparecían muertos, con los cuerpos totalmente mutilados, en la cuneta de la carretera de Láncara.

El robo de la campana de Santa Mariña fue el pretexto, si es que tenía que existir pretexto, para justificar la represión que se cebó sobre la zona. El alcalde de Navia de Suarna durante la República, Julio González Fernández, tiembla cuando nos dice que “durante la guerra civil española y después de la misma se cometieron muchas barbaridades. Nosotros fuimos perseguidos por ser republicanos”.

Las declaraciones del miedo

La larga lista de depurados es necesariamente incompleta, dadas las dificultades existentes en todo trabajo de reconstrucción histórica relativo a las negras etapas del franquismo. Y más cuando a las personas se les ha quedado el miedo en el cuerpo por todo lo que han pasado y han visto. Por eso a este reportaje podríamos calificarlo, especialmente, como el reportaje del miedo. Terror, después de cuarenta y un años, es el que se evidencia en la mayoría de los represaliados. “No de mi nombre, por favor. No me hagan fotografías. Ellos mandan ahora más que antes, y si quieren ahora más que antes, y si quieren nos destruyen. Ellos mandan en Lugo y tienen mucha fuerza en la capital de la nación”. Este es el sentimiento más generalizado en toda la comarca.

Bajo las órdenes directas de Antonio Rosón Pérez había una escuadra que se dedicaba a pacificar y depurar. Jerónimo Meira Lomba, “el Portugués”, José Montaña Becerra, Jesús López – Suso, el Donato – el Tabeirón y Santiago Fernández Fernández, eran algunos de los componentes de la brigada de depuradores. Entre El Portugués y el Montaña existía la pugna pública de ver quién de los dos tenía más depurados en su haber.

Entre los depurados en Becerreá durante el mandato de Antonio Rosón Pérez estaban los componentes del Frente Popular, que habían sido detenidos: Pelegrín García Espinosa, Manuel Veiga – el Pito – de la Venta de Cruxul; osé Campa, de Vilar de Ousón; Manuel Fernández…

José Luis Merino

03 Mayo 1978

Testigos contra Rosón

INTERVIÚ

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“No publiquen mi nombre. Tengo miedo. Rosón es muy fuerte”, nos ha dicho un labriego de manos callosas y piel curtida. Sin embargo, ante docenas de representantes de distintos medios informativos avaló la veracidad del artículo que anteriormente habíamos publicado y que fue objeto de secuestro. También lo hicieron otros testigos. Pero paradójicamente no podemos publicar sus palabras, pues correríamos el riesgo de ser nuevamente secuestrados. “Si los Rosón me privan del agua que me pertenece, ¿qué no harán si saben que he contado estas cosas?”. Tranquilo, amigo. Se quedará quieto. Miles de ojos están puestos en él. Son los ojos del pueblo que se han erigido en justicia.

Nuestro compañero José Luis Morales, redactor de INTERVIÚ, parece haber inaugurado una nueva e insólita etapa en la historia del periodismo. Algo así como el periodismo juglaresco, en donde el informador cuenta sus reportajes de viva voz ratificando sus puntos de vista con el aval de los testimonios que le acompañan, sus pruebas. Peregrino método este, sobre todo cuando ya hace tantos años que se ha inventado la imprenta y se ha demostrado sobradamente su eficacia. Pero cuando determinadas estructuras del Poder impiden – mediante el secuestro de las publicaciones – la divulgación de las noticias, no puede recurrirse más que a este sistema, aunque sólo sea por una vez y para vergüenza si ello fuera posible, de quienes niegan a los españoles la libertad de expresión.

La semana pasada, INTERVIÚ, convocó en la Asociación de la Prensa de Barcelona, una reunión con los periodistas en la que Antonio Álvarez Solís, director del semanario, Eliseo Bayo, José Luis Morales y Xavier Costa-Clavell, así como varios testigos, rebatieron con argumentos y con testimonios las afirmaciones que una semana antes hiciera don Antonio Rosón ante los periodistas en relación al artículo publicado en INTERVIÚ y que fue objeto de secuestro.

“Os hemos llamado – dijo Antonio Álvarez-Solís a los periodistas allí reunidos – para dar réplica a las opiniones de don Antonio Rosón a un artículo que curiosamente no ha visto la luz pública, o sea, que los Rosón y nosotros vamos a hablar de algo que nadie conoce oficialmente. Esto es ya paradójico y curioso, e indica qué clase de información hay que hacer en este país’.

A continuación, Antonio Álvarez-Solís se refirió a algunas de las afirmaciones del señor Rosón en su rueda de prensa, particularmente cuando afirmó que en Galicia no existía caciquismo, y que ellos no eran caciques, cuando esto en Galicia es un hecho notorio y tan evidente que no precisa demostración.

“INTERVIÚ no es una revista que denuncia por el simple hecho de denunciar. Creemos que hemos de contar una serie de cosas que han pasado en este país después de cuarenta años de silencio. Como es lógico, publicar ciertas cosas tras un silencio tan prolongado produce alarmas y produce espantos. Entonces se nos acusa de mantener una política informativa de escándalo. Todo lo que sea desvelar la verdad y restituir la historia cierta de algunos hechos hasta ahora ocultados, para esta gente denunciada evidentemente es un escándalo”.

A continuación relató detalladamente toda la serie de presiones y amenazas que tuvo que sufrir la revista antes de llegar a la publicación e inmediato secuestro del reportaje en cuestión, comenzando por la visita que hicieron a la redacción el general don Luis Rosón, veinticuatro horas antes de que el semanario saliera a la calle.

Después se refirió nuevamente a algunas de las declaraciones del señor Antonio Rosón en su rueda de prensa. “Empleó contra nosotros argumentos débiles en algunos casos y, en otros, muy pocos, demostró que estábamos equivocados. Muy bien, lo admitimos. Por ejemplo, dice con Antonio Rosón de uno de los asesinados en el monte del que nosotros habíamos asegurado que le habían machacado la cabeza que no, que no es cierto. No le machacaron la cabeza, simplemente lo matamos a tiros. Bien, pues retiramos lo del machacamiento de cabeza, si bien no creemos que esta rectificación justifique la presidencia de la Xunta gallega. Es decir, que nos mantenemos en todo el conjunto del artículo, que eso sí que no tienen vuelta de hoja. Ustedes – ha dicho Rosón – a determinadas personas los dan como muertos y murieron después o icnluso viven. Bueno, pues no: queríamos hablar de represaliados.

“Los Rosón han llegado a decir que ‘lo que ustedes dicen de los que murieron en nuestra casa que se había convertido en checa no es cierto, porque nuestra casa no era una checa. Lo que ocurre es que teníamos allí guardados los detenidos hasta que venían a por ellos, y una de las veces nos alejamos y al otro día aparecieron muertos. Precisamente tuvimos un disgusto enorme’. Desde luego, ya me lo imagino – comentó Antonio Álvarez-Solís – porque si cada vez que yo llego a mi casa me encuentro siete muertos, yo tengo un disgusto horroroso.

“Entonces fue cuando, como director de INTERVIÚ, pedí una comprobación de todos los datos del reportaje, lo cual hicieron de nuevo José Luis Morales y Eliseo Bayo, lo que efectivamente no consiguieron del todo, pues algunos de los testimonios se habían echado atrás.

“En resumen, que el artículo no ha sido rebatido. Yo espero que un día se levante el secuestro y que los lectores juzguen. Insisto en que no es una campaña personal, sino que consideramos que periodísticamente tenemos la obligación de darlo a la publicidad para que sepa todo el pueblo español de qué puñeta estamos hablando. Y si finalmente nos vemos en la obligación de tener que recurrir a esta fórmula anti periodística, cuando disponemos de un medio de información de tirada suficiente pero no podemos publicarla porque si lo hacemos volverán a secuestrarnos de nuevo. Así que a continuación les hablarán sobre el caciquismo en Galicia Eliseo Bayo y Xavier Costa Clavell, y luego lo harán los testigos presenciales de muchos de los hechos que se describen en el reportaje de José Luis Morales”.

Dicho y hecho. Eliseo Bayo, tras aclarar un par de cosas respecto a la rueda de prensa de Rosón, se refiere a su afirmación de que no existe ya caciquismo ni ha existido tal en Galicia. Para ello, lee un texto estremecedor en todos los sentidos publicado el día 1 de julio de 1902 en EL REGIONAL, diario de Luego, en donde el articulista pone de vuelta y media y deja en estado mucho más que lastimoso a don Eduardo Rosón y otros miembros de esta familia, aportando para ellos datos y afirmaciones concluyentes. Así que ‘la crítica de los Rosón, y hasta donde hemos podido averiguar, se remonta a los primeros años de este siglo’. Y más adelante añade: “La calificación de El Padrino que nosotros no hemos aplicado en ningún momento a ningún miembro de la familia, aparece ya aplicada a don Pascual Rosón en la prensa de su región de principios de siglo”. Finalmente, como Rosón en su rueda de prensa hiciera alusión a su condición de ‘persona modesta con pocos recursos económicos’, Eliseo Bayo lee los cargos económicos que preside, otro en el que actúa de consejero – además representando al INI – y las especiales características de cada una de tales poltronas. La relación es larga y compleja.

Después tomo la palabra Xavier Costa-Clavell: “El hecho de mi presencia en esta mesa está justificado por mi doble condición de escritor y gallego”, diría al comenzar. Luego explicó que los falangistas como Rosón fueron en Galicia los más enconados detractores del galleguismo autonomista y se refirió a Antonio Rosón diciendo que había pasado de franquista a demócrata sin apearse del poder. “¿Qué credibilidad puede tener?”, se preguntó. Añadió luego: “Cierto que UCD ganó las elecciones, pero podía haber elegido para presidente del a Xunta a otra persona sin un pasado antidemocrático y antigalleguista que duró prácticamente hasta la muerte de Franco”. Finalmente se refirió a la dura represión fascista que azotó Galicia en 1936. Por último tomaron la palabra – ¡vaya si la tomaron, que herían como lanzas! – los testigos. “Yo estuve, yo lo vi, yo lo padecí”. Afirmaciones que quisiéramos poder reproducir, pues para ello convocamos la rueda de prensa y consideramos que fueron las palabras más importantes, con perdón, que se pronunciaron allí. Pero no podemos. No estamos haciendo información, sino que estamos haciendo información acerca de lo que podríamos informar de vivir en un régimen democrático y con una prensa libre. Nuestro semanario ha sufrido tres secuestros por decir, aproximadamente, y en algunos casos mucho más suavemente, lo que dijeron allí los testigos presenciales: hijos y nietos y, sobre todo, los propio represaliados. Represaliados. Que todavía los hay. Que un labriego gallego con unos callos en las manos comparables solamente a los que Rosón pueda tener en su corazón, nos explicaba como temía hablar ante los periodistas: “Si don Antonio me priva del agua, que me pertenece, porque no me permite que atraviese sus propiedades. ¿Qué no hará ahora si sabe que he contado esas cosas?”. No hará nada. Sabe que muchos miles de ojos están puestos en él. Sabe que sus influencias flaquean. Sabe que, pese a todo, esto ya no es lo que era. Pese a todo, también, quien tuvo siempre retuvo…

Vicente Gracia

03 Mayo 1978

INTERVIÚ es nuestra, señor Rosón

INTERVIÚ (Director: Antonio Álvarez-Solis)

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Cientos de cartas en que nos dan ánimo, cientos de telegramas, llamadas telefónicas, artículos de apoyo, interpelaciones en el Parlamento… Todo eso han logrado los Rosón con el secuestro del número en que INTERVIÚ contaba parte de su historia, de su historia política, que la otra no nos interesa, porque no vamos tras ningún honor personal, sino en servicio del interés colectivo. Es decir, si nos interesa esa historia política es porque tras los Rosón hay la presidencia de la Xunta Galega y el Gobierno Civil de Madrid, que son dos cosas que no pertenecen a los Rosón, sino a todos los que andamos por la calle; a gallegos y madrileños en primer término.

Cuando llegue el momento volveremos a hablar de este asunto. Nos han emplazado ante los Tribunales. Pues sean bien venidos los Tribunales, porque ante ellos podremos decir cosas insecuestrables, con pruebas en la mano y caras que dirán algo a nuestros querellantes.

Conste que nosotros no pensamos pedir nada extraordinario por los daños que se nos han causado, por los daños que se han causado a nuestros lectores privándoles de una información a que tenían derecho. Pediremos lo justo. Ante todo, que el trabajo vea la luz. No llegaremos a donde ha llegado don Juan José Rosón, gobernador civil de Madrid quien a la pregunta de un periodista – “¿Qué indemnización piensan pedir?” – ha respondido nada más y nada menos que esto: “Tenemos que decidirlo entre todos los hermanos. Yo pienso que sí hay que pedir indemnización. Creo que pediría la cabecera de INTERVIÚ para entregarla a periodistas responsables y que ellos dedicasen la revista a informar verazmente, con el debido respeto a las personas”.

Señor Rosón: Comprendemos que a ustedes les apetezca una cabecera como la de INTERVIÚ, pero esa no pueden dársela a ustedes los jueces. En España ya no cambian así de mano las propiedades. Hay que seguir otros procedimientos, señor Rosón. Ya ve usted: ahora leerán los gallegos y los madrileños esa increíble cosa que acaba de decir usted – increíble, sobre todo, si tenemos en cuenta que la ha dicho nada menos que un gobernador civil de Madrid – y se estremecerán al comprobar a quién tienen en el mando o la influencia.

La cabecera de INTERVIÚ es nuestra y bajo su rúbrica trabajan una serie de profesionales a los que usted ha llamado irresponsables en bloque. Así, como suena. Y ahora ¿qué, señor Rosón? ¿Cómo explicará usted ahora esa barbaridad a su ministro y a su presidente del Gobierno? ¿O es que usted no tiene que dar cuenta de sus actos?

Esta ya no es la finca del abuelo, señor Rosón. Y ya no se puede insultar impunemente. Bueno, aún se puede insultar bastante, a juzgar por los poderes que personajes como los de su familia tienen en la mano. Pero protestaremos como sea.

Como protestan, señor Rosón, todos los que a continuación – partidos, particulares, lectores y españoles de aquí y allá – hacen figurar su firma en adhesión a nosotros y en condena hacia todo lo que comportamientos como los de usted significan.

03 Mayo 1978

Increíble tragicomedia con trasfondo político

Blanco y Negro (Director: Martín Descalzo)

La familia Rosón se explica

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La posición de ByN es mantener la objetividad en un asunto tan delicado y polémico como este contencioso, y más aún cuando se encuentra sub judice, pero no puedo eludir el deber de informar a sus lectores cuando la noticia viene a su propia Redacción. Y este es el caso, puesto que uno de los miembros de la familia Rosón ha venido a nosotros para dar su versión sobre los hechos

El último acto del contencioso que enfrenta desde hace meses a la familia Rosón con el semanario INTERVIÚ es la querella por injurias y calumnias presentada en el Juzgado de Guardia de Madrid el pasado 22 de abril por don Luis Rosón Pérez, abogado y general interventor del EJército

de Tierra contra el periodista José Luis Morales, el fotógrafo Germán Gallego; el director de INTERVIÚ, Antonio Álvarez Solís; el director ejecutivo del citado semanario, señor Giménez de Cisneros, y el presidente de Ediciones Zeta S. A., que edita el semanario Antonio Asensio.

Indemnización de 100 millones.

El general Rosón solicita ‘por los graves daños morales y materiales’ inferidos a su familia, ‘en lo que personalmente a él respecta’, una indemnización de 100 millones de pesetas.

La querella se basa en los conceptos gravemente ofensivos y las falsedades que se vierten en el reportaje titulado ‘Los Rosón, azote de Galicia’, publicado en el número 101 de INTERVIÚ secuestrado por orden judicial a consecuencia de la denuncia formulada el pasado 17 de abril, así como en un suplemento, 101 bis, que el citado semanario lanzó a continuación y que también fue secuestrado judicialmente, con los siguientes titulares: “Edición especial por secuestro”, “Por Rosones”, con artículos y reportajes, uno del os cuales lleva el título ‘Los Rosón, gigantes con pies de sangre’, que según la querella ‘persisten en la acción de deshonra, descrédito y menosprecio de la familia Rosón, desobedeciendo así el mandato judicial, en términos de claro desafío a la Administración de Justicia’.

Panfletos.

“Mi hermano Antonio” – dice el Sr. Rosón – fue designado el pasado julio presidente del grupo de parlamentarios gallegos, con lo que era lógico pensar que, en su día, pudiera ser designado presidente de la Xunta. A finales de octubre, los parlamentarios gallegos recibieron un panfleto, que estaba compuesto por dos informes anónimos, uno firmado por ‘unos demócratas amantes de la verdad’ y el otro por ‘un grupo de labriegos agradecidos a don Antonio’, en los que se vierten falsedades, injurias y calumnias contra nuestra familia. Este panfleto habría de ser el origen de los reportajes de INTERVIÚ.

En esos informes anónimos, aunque firmados por ‘colectivos de personas’ que ocultan sus nombres y apellidos, se habla de ‘personas vilmente asesinadas en el año 1936, siendo comandante militar de Becerra Antonio Rosón, así como una larga serie de graves acusaciones contra miembros de las familias Rosón Pérez y Pérez Rosón, que van desde su complicidad en torturas, detenciones y fusilamientos de personas de izquierdas, a maniobras caciquiles y negocios de esas familias.

Un campesino que lo niega.

El Sr. Rosón dice que, excepto los tres mayores, el resto de los hermanos (doce, en total) eran niños pequeños, y ni siquiera él mismo había nacido aun, en el año 36.

En el reportaje de INTERVIÚ figuran unas manifestaciones de un campesino de Navia de Suarma, Pedro López Vallador, de ochenta años, en las que dice: “El que venía al mando que aquellos bárbaros era el dentista Fermín Pérez Rosón, y el mismo Fermín fue el que me disparó y me persiguió por todos esos campos y del que me escapé de milagro, porque me tiraba a matar…”. En acta notarial, el citado campesino niega rotundamente haber hecho tales manifestaciones.

El reportaje secuestrado señala que Rudesindo Fernández Villor y su cuñado Ovidio Vilor Fernández aparecieron muertos en la cuneta de una carretera con los cuerpos mutilados después de haber sido detenidos por un grupo de falangistas mandados por el actual médico de Becerrea Manuel Pérez Rosón, bajo las órdenes directos de Antonio Rosón. “Desgraciadamente – asegura don Javier Rosón – estas dos personas fueron ejecutadas por un grupo ajeno a Becerreá y en ausencia de mi hermano Antonio, quien se encontraba en San Antolín de Ibias, localidad cercana al frente de Asturias, según demuestra otra acta notarial – que nos muestra – formalizada por la viuda de Rudesindo y hermana de Ovidio, la cual declara que en tal hecho no tuvieron intervención alguna las familias Rosón Pérez ni Pérez Rosón.

También nos muestra el Sr. Rosón acta notarial formalizada por don Julio González Fernández, antiguo alcalde republicano de Navia de Suarna, quien afirma que es cierto que él manifestó al reportero de INTERVIÚ que durante la guerra civil y después de las mismas se cometieron muchas barbaridades y que fueron perseguidos por ser republicanos, pero aclara en la citada acta notarial que ‘él no tiene noticias de que en el mencionado municipio lucense estuvieran implicadas las familias Rosón Pérez y Pérez Rosón, y añade: “Las únicas fuerzas de Falange que actuaron en dicho término eran de Sarria”.

En el reportaje secuestrado por la autoridad judicial se atribuye a Antonio Rosón “la jefatura de una escuadra de dicada pacifica y depurar, y se citan los nombres de siete víctimas de la ‘depuración’, pero don Javier Rosón asegura que esta lista de ‘depurados’ está llena de inexactitudes, ya que parte de ellos murieron después de la guerra en operaciones militares y en puntos alejados de Becerreá y que la única víctima que le consta que fue muerto en las cercanías en Pelegrín García Espinosa y se remite a sus familiares vivientes “quienes podrán dar la versión veraz de los hechos”.

El Imperio del Zorro

Santiago Miró

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Antonio Rosón Pérez es nombrado candidato a la Prejunta Autonómica de Galicia. Momento en que INTERVIÚ prepara unos reportajes sobre la represión a la que los Rosones se habían dedicado durante el franquismo. José Luis Morales pasa varias semanas recogiendo datos y escribiendo una serie titulada ‘La saga de los Rosón’. Los principales afectados entran en cólera contra INTERVIÚ y el entonces ministro de Interior, Juan José Rosón, secuestra la revista.

La dirección de INTERVIÚ tiene una entrevista muy tensa y complicada en un hotel de Barcelona con los afectados y Álvarez Solís se desplaza a Madrid para negociar el secuestro, con la promesa de que aquello no seguirá adelante. Conseguido su objetivo, Álvarez Solís, con el embargo levantado, toma el vuelo de vuelta a Barcelona pero, en el momento en que se baja del avión se entera de que Asensio, que había aplicado la fórmula casera de ‘No quieres caldo, pues ahora mismo dos tazas’, ha dispuesta una edición de dieciséis páginas con la continuación del asunto que se titula ‘Por Rosones’. Álvarez Solís siente que toda su negociación en Madrid se le va a hacer puñetas.

Meses más tarde, Álvarez Solís se encuentra en el día del juicio en el Supremo con una sorpresa desagradable. De los casi treinta testigos que estaba previsto que acudieran, sólo unos cuantos de ellos se presentan. La acusación privada, llevada por un famoso catedrático, se vuelve, de repente, contra él con estas palabras: “En el banquillo, señoría, se sienta el director de INTERVIÚ, un agente comunista, un hombre subversivo…”.

La acusación privada retira los cargos contra la empresa y deja solo en el banquillo a Álvarez Solís como único responsable junto a José Luis Morales, autor del reportaje. El director mantiene en el juicio que las publicaciones se habían hecho con su conocimiento: “Lo dije – recuerda Álvarez Solís – porque creo que cuando se está al frente de una unidad, no puedes decir que tu director adjunto te ha traicionado. Había que mantener la dignidad de la redacción y la moral de INTERVIÚ. Mi abogado me presionaba para que dijera que se había publicado ‘Por Rosones’ sin mi consentimiento, mientras estaba en Madrid negociando con el juez. Lo cual era cierto y fácilmente comprobable, así como una manera silvina de devolverle la pelota a la empresa. Pero yo no podía. Antes, tenía que dimitir como director