3 julio 2011

EL MUNDO y LIBERTAD DIGITAL deploran la película por considerarla de 'la versión oficial' (forma en la que estos medios se refieren a la sentencia

TELECINCO emite una película donde se recrea la gestación del 11-M realizada por Plural, la productora del Grupo PRISA

Hechos

En julio de 2011 la cadena TELECINCO (de Mediaset España) emitió una miniserie sobre los atentados del 11-M.

03 Abril 2011

Los hechos probados del 11-M

Isabel Gallo

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Telecinco estrenará la primera miniserie basada en el fallo del Tribunal Supremo sobre el mayor atentado de la historia de Europa

¿Cómo se fraguó el mayor atentado de la historia de Europa? ¿Cómo entraron en contacto los miembros de la que a sí misma se llamaba la brigada de la muerte? ¿Cómo consiguieron la dinamita? ¿Cómo llegaron a montarse en los trenes con las mochilas cargadas de explosivos? A estas preguntas y muchas otras tratará de contestar 11-M. Los hechos probados, una miniserie de dos capítulos que estrenará Telecinco próximamente. Dirigida por Daniel C. Torallas (Cascabel, Segundo asalto) y producida por Plural Entertainment (Angel o demonio), se basa exclusivamente en los hechos probados por la sentencia de la Audiencia Nacional y el fallo del Tribunal Supremo. La primera TV movie sobre la masacre de Madrid huye de conjeturas y de consecuencias políticas.

El primer episodio arranca el 3 de abril de 2004. Asediados por la policía, siete terroristas encerrados en un piso de Leganés (Madrid) deciden inmolarse. La explosión destruye el edificio y provoca la muerte del subinspector de los GEO que dirigía la operación de asalto. Las notas policiales son concluyentes: los suicidas formaban el núcleo de la célula que había conseguido hacer estallar 10 bombas en cuatro trenes, tres semanas atrás. El atentado causó 191 muertos y 1.857 heridos.

Después, un flashback sitúa al espectador ocho meses antes; el día en el que uno de esos terroristas, Jamal Ahmidan, El Chino -papel que interpreta Abdelatif Hwidar, (Apache, Vida abismal)– se encuentra con su mujer en Madrid, después de cumplir condena en una cárcel marroquí. Sigue siendo un delincuente común, pero parece llamado a realizar una misión. En las mezquitas de barrio entra en contacto con El Tunecino (Kaabil S. Ettaquil, El encanto), un licenciado en Económicas que siempre pareció un chico estudioso y discreto. Tras esa fachada se escondía un fanático islamista dispuesto a poner en marcha la yihad más sangrienta.

Zoe Berriatúa (Génesis, Cuéntame, África) encarnará a Emilio Suárez Trashorras, un buscavidas, de 28 años. En Avilés lo conocen por El Minero por su trabajo en la mina, del que se jubiló en 2002 alegando esquizofrenia. Vive del trapicheo y es confidente de la policía. Además, tiene un apaño con los vigilantes de la mina para que estos escamoteen de los controles la dinamita, que él luego recoge en algún escondite. Por medio de Rafa Zouhier (Paco Manzanedo, Sin tetas no hay paraíso) entra en contacto con El Chino, que le propone un intercambio de hachís por explosivos.

11-M. Los hechos probados también transitará por el último viaje de aquellos que tuvieron la mala fortuna de montar en los trenes, esa mañana. Vecinos de El Pozo, Santa Eugenia, Alcalá de Henares… que ponían rumbo al centro de la ciudad. Vidas corrientes, atiborradas de planes, ilusiones y desengaños, de amores, penas y alegrías, como las de cualquiera, que se vieron truncadas 20 minutos antes de las ocho de la mañana de aquel 11 de marzo de 2004.

Las víctimas están representadas por media docena de personajes, inventados para que todos se puedan ver reflejados con el mayor de los respetos, según la productora.

 

03 Julio 2011

Las víctimas respaldan '11-M', miniserie que estrena mañana Telecinco: "No es morbosa. No hay sangre"

Rosario G. Gómez

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Por primera vez, una televisión reconstruye la trama del 11-M conforme a los hechos probados reflejados en la sentencia de la Audiencia Nacional y el fallo del Tribunal Supremo. ¿Cómo entraron en contacto los miembros de la célula terrorista? ¿Cómo consiguieron el explosivo para fabricar las bombas? ¿Cómo se organizaron para perpetrar el atentado? ¿Cómo introdujeron las mochilas cargadas de explosivos en los trenes? 11-M trata de responder a estas preguntas en una miniserie de dos capítulos que estrena mañana Telecinco (22.00), producida por Plural Entertainment. El telefilme se emite acompañado de un documental que aborda cómo el atentado cambió en un instante la vida de miles de personas y sacudió a un país entero.

Precisamente las víctimas han sido las primeras en ver la serie. Mónica Sánchez, herida grave aquel 11-M, asegura que el tratamiento es «respetuoso» y no contiene «ni una sola imagen de los trenes explotados». Las cámaras trasladan al público al 3 de abril de 2004, cuando siete terroristas cercados por la policía se inmolan en un piso de Leganés (Madrid). Según las investigaciones, formaban parte de la célula terrorista que detonó las bombas en cuatro trenes que se dirigían a la estación de Atocha. A través de un proceso de flashback, el director Daniel C. Torrallas retrocede ocho meses para mostrar cómo se diseñó el atentado.

«La película impacta. Para los que estuvimos allí es ver cómo se planeó nuestro asesinato», dice Mónica Sánchez, miembro de la junta directiva de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo. «No se nos puede condenar al olvido. Hay que contar lo que pasó, porque el 11-M pertenece a la historia y las generaciones futuras tienen derecho a saber qué ocurrió y por qué ocurrió». Esta asociación, presidida por Pilar Manjón, fue la primera a la que Telecinco invitó para recabar su opinión sobre la serie. Dio el visto bueno «tanto con el contenido como con la forma», precisa Sánchez, que «respeta» a las víctimas que no quieran verla, si bien aconseja «a todas las personas que tengan dudas sobre lo ocurrido» que la sigan, ya que «se basa en hechos probados: datos de ADN, huellas, grabaciones».

También la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) accedió a un pase privado, al que asistieron una psicóloga y la jefa de prensa. Su presidenta, Ángeles Pedraza, afirma que no se sentía con fuerzas entonces y que tampoco ahora tiene previsto seguirla en televisión. «No la he visto porque antes de mi papel de presidenta está mi papel de madre. Pero la psicóloga me ha tranquilizado: dice que no es morbosa porque se centra en cómo se gestó la trama. No se recrea en lo que ocurrió el 11-M ni salen heridos». Lo que sí lamenta es haberse enterado de la existencia de la serie al ver un trailer en Telecinco y que su asociación no hubiera tenido la oportunidad de haber sido escuchada antes del comienzo del rodaje. Pedraza sintió al ver ese avance el mismo impacto que experimentaron otras víctimas. Para disipar temores, la asociación les ha enviado una carta con las impresiones reconfortantes de la psicóloga. Al tiempo, la presidenta de la AVT apoya la realización del documental que acompaña a la serie, en el que se recogen los testimonios de las víctimas siete años después del atentado: «Es muy doloroso, pero no queremos que se olvide», agrega.

La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M tuvo igualmente la oportunidad de ver esta producción. «Uno de los temores que se suscitaba era que hubiera imágenes escabrosas, pero la serie es blanca. Empieza con los sucesos de Leganés y acaba cuando las personas entran en el tren. No hay sangre ni morbo», dice un portavoz. Admite que el 11-M «es parte de la historia de España», que «trasciende a las asociaciones de víctimas» y critica que no aborde «la cuarta trama».

En esta línea, Mónica Sánchez recuerda que la película se basa en los miles de folios de la sentencia del Supremo. Un fallo «firme que pone en su sitio todo tipo de conspiraciones» porque «se sabe perfectamente lo que ocurrió; otra cosa es que a alguien no le interese», sostiene.

03 Julio 2011

Telecinco y el 11M

Luis del Pino

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Como probablemente sepan ustedes, la cadena de televisión Telecinco comenzará a emitir mañana una miniserie sobre los atentados del 11-M.

La película, que ha costado un millón y medio de euros, está dirigida, según la propia web de Telecinco, por Daniel C. Torallas. En realidad, esa C. quiere decir Cebrián, y el director de la película no es otro que el hijo de Juan Luis Cebrián, hombre fuerte de ese grupo de comunicación que inventó, en la noche del 11 al 12 de marzo de 2004, el concepto de los terroristas suicidas rasurados e inexistentes con tres capas de calzoncillos.

La productora de la película es la empresa Plural Entertainment que, como no podía ser menos, es una compañía fundada por el Grupo PRISA en el año 2001. Todo queda en casa.

Por si fuera poco, para la producción de la serie se ha contado únicamente con la asociación presidida por Pilar Manjón. A las otras dos asociaciones de víctimas del 11-M – entre ellas a esa asociación que está librando la batalla jurídica por ver quién manipuló las pruebas en el mayor atentado terrorista de nuestra historia – tan sólo se las invitó después de hecha la película a un pase privado.

Según El Mundo de hoy, el Departamento de comunicación de Telecinco confirmó a ese periódico oficialmente que el juez Gómez Bermúdez había asesorado en persona a los guionistas de la serie, aunque luego Telecinco se desdijo y atribuyó dicha información a «un malentendido».

Con esos mimbres, Telecinco ha pretendido presentar la serie como un intento de narrar lo que según la productora serían los hechos probados del 11-M.

Sin embargo, conociendo lo que se ha publicado del guión y los testimonios de aquellos que han visto la película, podemos afirmar sin ningún género de dudas que la miniserie que Telecinco va a emitir no es sino un nuevo intento de hacer que la sociedad trague con una versión oficial radicalmente falsa. Y podemos afirmar también que los guionistas de la serie distorsionan de forma grave las sentencias emitidas por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.

Y eso es así por una sencilla razón: en la miniserie, se atribuye la ideación, organización, planificación y ejecución de la matanza a ese grupo de musulmanes que aparecieron muertos en Leganés semanas después del 11-M y cuyos nombres les sonarán a ustedes: el Chino, el Tunecino, Allekema Lamari…

Sin embargo, lo cierto es que la sentencia del Tribunal Supremo estableció, con toda claridad, que nada podía afirmarse acerca de la participación de esos muertos de Leganés en la masacre, puesto que en el juicio de la Casa de Campo ni siquiera se permitió analizar los indicios incriminatorios o exculpatorios que contra ellos hubiera.

Tan es así, que la propia Fiscalía General del Estado se vio obligada a aclarar públicamente, tras la sentencia del Supremo, que las víctimas del 11-M no tenían derecho a reclamar nada por vía civil a los herederos de esos muertos de Leganés.

Es decir, fíjense ustedes en lo que se hace con las víctimas del 11-M: a la hora de hacer películas para seguir vendiendo a la opinión pública la mentira islamista oficial, los muertos de Leganés son culpables; pero a la hora de que las víctimas del 11-M puedan reclamar por vía civil a sus herederos, los muertos de Leganés son inocentes, por sentencia firme.

No sé qué les parecerá a ustedes. A mi, personalmente, me parece una canallada que se juegue de esa manera con las víctimas de aquella masacre.

Claro que tampoco esperaba mucho más, a la vista de quiénes están detrás de esta nueva manipulación.

No esperen ustedes ver en la serie de Telecinco, por supuesto, ninguna mención a las querellas por manipulación de pruebas y falso testimonio que una de las asociaciones de víctimas presentó en su día contra dos mandos policiales presuntamente responsables de la desaparición de las pruebas originales del caso, querella a la que se han sumado ya como acusación dos sindicatos de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Tampoco esperen ustedes ver en la serie ninguna mención a las sentencias judiciales que han validado las investigaciones de los medios de comunicación independientes, que llevamos años poniendo sobre la mesa dato tras dato acerca de las falsedades clamorosas de la versión oficial del 11-M.

De lo que se trata es de seguir agitando el espantajo islamista en relación con el 11-M, aunque para ello se requiera retorcer incluso las sentencias en las que la propia versión oficial se basa.

Y, sin embargo, a pesar de todo, les invito a ver esa serie que empezará a emitir mañana Telecinco. Por una razón muy sencilla: cuanto más familiarizados estén ustedes con la versión oficial de aquella masacre que cambió la Historia de España, más fácilmente podrán entender los argumentos de quienes sostenemos, con datos en la mano, que esa versión oficial es falsa de principio a fin.

El martes, después de la proyección del primer capítulo de esa miniserie de Telecinco, tendremos la oportunidad de comentar largo y tendido acerca de este nuevo ejercicio de manipulación de quienes, desde el minuto uno, no dudaron en intoxicar a la opinión pública española para convencerla de un atentado islamista que nunca fue tal.

Un atentado, el del 11-M, que lo único que perseguía en realidad era abrir la puerta al proceso de descomposición en el que se España se sumergió hace ya casi ocho años. Con las consecuencias que todos conocemos.

03 Julio 2011

'11-M', un docudrama oficial sin rigor

Editorial de EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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TELECINCO emitirá mañana el primer capítulo de una TV movie -producida por Plural, del Grupo Prisa- sobre la masacre del 11-M. Se trata de una ficción televisiva que tiene como objetivo apuntalar la versión oficial de los hechos «para que nadie lo olvide», según reza el subtítulo de la serie. Hoy publicamos un amplio análisis de esta película, en la que algunos de los interrogantes que aún subsisten sobre los atentados se ocultan, mientras que otros puntos oscuros se cubren recurriendo a fabulaciones de guión cinematográfico en el sentido que más conviene a la verdad oficial. A pesar de que la sentencia no estableció quién era el autor intelectual, el docudrama atribuye la planificación y la supervisión del montaje de las bombas al argelino Allekema Lamari, sin que en el sumario haya un solo dato que lo demuestre. El jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, está siendo investigado por los tribunales por ocultación de datos sobre los explosivos y la sentencia no estableció qué tipo de material estalló en los trenes. Sin embargo, en la película se recoge con toda claridad que las bombas estaban montadas con Goma-Dos. También resulta muy llamativo que Jamal Zougam, que teóricamente debería ser uno de los protagonistas, dado que es el único condenado como autor material de la colocación de las bombras en los vagones, ni siquiera aparece en la serie. Siete años después, el 11-M sigue siendo un guión incompleto.

03 Julio 2011

Una 'versión oficial' de película en Telecinco

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Estrena un TV Movie de PRISA que oculta los interrogantes o los cubre con elementos de ficción que convienen a la 'verdad oficial'.

«Esta ficción televisiva está basada exclusivamente en los hechos probados en la sentencia 65/2007 de la Audiencia Nacional y en la sentencia 503/2008 del Tribunal Supremo». Telecinco estrena mañana un docu-drama sobre el 11-M producido por Plural -del Grupo Prisa – y que comienza con esa advertencia. La cadena de televisión facilitó un pase privado del metraje completo a este diario, que pudo comprobar que, efectivamente, se trata de una «ficción televisiva» en la que se combinan situaciones que nunca sucedieron con elementos extraídos en apariencia de los «hechos probados», pero idealizados, y otros verídicos tomados del trabajo de investigación periodística de los reporteros de EL MUNDO, al que no se cita.

Pero, sobre todo, los interrogantes que persisten sobre la peor matanza terrorista de la historia de España o bien se ocultan, o bien se cubren con fabulaciones precisamente en el sentido que mejor conviene a la verdad oficial, que de esta forma se presenta como un relato definitivo y sin fisuras. Es, en resumen, un intento en vano de afianzar en la conciencia colectiva la convicción de que no hay dudas de que los hechos sucedieron así, «para que nadie lo olvide», como expresa el subtítulo de la serie.

La TV Movie -cuya emisión estaba prevista para antes de las elecciones del 22-M, pero se retrasó para evitar influir en ellas- comienza con la huida a la carrera del terrorista Abdelmajid Bouchar del asedio policial al piso de Leganés donde el 3 de abril de 2004 se suicidaron siete miembros de la célula. Entonces, hace un flashback hasta julio de 2003, cuando Jamal El Chino, personaje central de la trama, regresa a Madrid de su estancia en prisión en Marruecos. La influencia de Serhane El Tunecino le acaba convirtiendo en un terrorista convencido de que escoge «el camino de la muerte para alcanzar la vida» para vengarse de España por su participación en la Guerra de Irak. La narración concluye con el estallido de las bombas: no hay mención a los sucesos posteriores. Éstas son, a juicio de EL MUNDO, las principales inconsistencias del guión:

eLos ‘cerebros’ del 11-M. La investigación policial fracasó al adjudicarle el liderazgo estratégico y espiritual a cuatro acusados con los que pretendía vincular el 11-M con el terrorismo internacional y Al Qaeda: Hasan Haski, Mohamed El Egipcio, Yusef Belhadj y, después del juicio, Moutaz Almallah. Ninguno aparece en la serie (sí hay un personaje fantasma sin identificar, con ascendencia sobre la célula, que se reúne con ella en los meses en los que los informes policiales sugerían un viaje de El Egipcio a España para preparar la matanza). El papel que se les atribuía se lo reparten en la serie entre El Tunecino y el argelino Allekema Lamari. De esta manera, la película crea una ficción que conculca el principal interrogante que todavía planea sobre la matanza: ¿pudo un grupo de delincuentes comunes planear y diseñar la estrategia y la logística del atentado de mayor impacto político de la historia de Europa sin ninguna ayuda externa?

El espectador que vea la serie no tendrá ninguna duda de que sí: para los guionistas, Lamari es quien diseñó el atentado -«cuatro bombas en cuatro trenes, como los cuatro aviones del 11-S, para seguir el camino de los mártires»- y quien dio las instrucciones precisas a la célula para cometer el atentado. No hay en todo el sumario ni una sola referencia de que eso ocurriese así.

Por encima de Lamari, El Tunecino es el cerebro e ideólogo en la serie, que llena con fabulaciones el vacío que dejaron las investigaciones policiales. A él se le atribuye, por ejemplo, haber establecido la fecha del atentado en vísperas de las elecciones, al dar de alta una dirección de correo electrónico con esa fecha de nacimiento. En realidad, esa prueba fue presentada en el juicio contra El Egipcio, pero se desechó por la escasa fiabilidad de los documentos aportados por las autoridades italianas.

No hay apenas referencias a Al Qaeda, aunque sí a la intervención de España en Irak. Los protagonistas aceleran sus planes cuando ven en televisión el mensaje de Osama bin Laden de octubre de 2003 en el que amenaza a nuestro país. Además, El Tunecino hace un viaje a Bélgica, que nunca sucedió en la realidad, aparentemente para reunirse con esa organización terrorista.

e El montaje de las bombas. Nadie sabe quién montó las bombas que explotaron en los trenes del 11-M. Los espectadores de Telecinco creerán que lo hicieron los miembros de la célula bajo la atenta supervisión de Allekema Lamari: no sólo no hay indicios de eso en el sumario, sino de todo lo contrario. Ninguno de los terroristas -siete u ocho en la serie, cuando en la realidad fueron al menos 13, porque también se omite el hecho de que varios islamistas burlaron a la Policía al huir- tenía formación para llevar a cabo esa tarea. Así, se llena con ficción otro de los principales aspectos que queda por esclarecer.

e La dinamita de los trenes. En todas las ocasiones -y son muchas- en las que los protagonistas manipulan cartuchos de dinamita, se exhibe de manera explícita la leyenda Goma 2 ECO impresa sobre el envoltorio, como si fuese necesario ahuyentar las dudas. De manera reiterativa, se les ve extraer la masa gomosa de los paquetes de Goma 2 ECO cuando están montando las bombas. Lo que dice la sentencia es que «no se sabe con absoluta certeza la marca de la dinamita que explotó en los trenes» y los únicos análisis fiables que se hicieron ofrecieron un resultado incompatible con ese explosivo. El ex jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano está imputado por ocultar las muestras de dinamita.

e ¿Dónde está Zougam? No deja de resultar llamativo que, en una serie que dice basarse en los hechos probados, no aparezca nunca identificada la única persona que fue condenada por colocar una bomba en los trenes. No es fácil incorporar al relato a un personaje sobre el que pesa la única prueba de cargo de haber sido identificado por dos testigos: no hay ni un contacto demostrado con la célula, ni una huella, ni un resto suyo en la casa de Morata o en el piso de Leganés.

El guionista de la serie, Carlos López, explicó a este diario que «no aparece su nombre escrito en pantalla pero se le puede ver en algunas escenas, formando parte de la célula en algunas reuniones y en los viajes finales de los trenes de Cercanías». Es cierto que, en una secuencia, hay un personaje que, tras una de las reuniones de proselitismo radical en el local de Virgen del Coro, dice que tiene que irse «al locutorio», pero introducir a Zougam en ese escenario representa una falsificación de los hechos. No hay ninguna prueba de que participase en ellas, aunque el confidente Cartagena y el absuelto Mouhannad Almallah declararon que la Policía les presionó para que dijesen que estuvo allí. La ficción cubre así las dudas que existen acerca de la endeblez de los argumentos que sirvieron para condenar a Zougam, cuya peripecia es determinante para explicar el impacto político y social del 11-M.

e Los confidentes. La película pasa de puntillas por el hecho de que dos de los personajes más importantes de la trama, Suárez Trashorras y su compinche Rafá Zouhier, fuesen confidentes policiales. De la relación con el minero del policía Manolón -que no aparece ni se le cita por su nombre- se selecciona sólo el hecho irrelevante de que le consiguiese un trabajo a Carmen Toro, y sin embargo se omiten las decenas de llamadas que intercambió con Trashorras en los momentos clave de la operación. La serie recrea un encuentro entre el alférez de la Guardia Civil, Víctor, y Zouhier en el Hospital Clínico, pero se hace para reforzar la tesis de que el confidente nunca avisó a su controlador del tráfico de explosivos. Él sostiene lo contrario.

Con todo, la mayor manipulación de los hechos está en la idealización de los personajes: a un terrorista sin escrúpulos como El Chino se le presenta como un padre cargado de dilemas morales, Trashorras es el gracioso y secundarios como Rosa (la mujer de El Chino), Carmen Toro o El Gitanillo son los buenos de la serie. Precisamente estos tres últimos colaboraron en la realidad con la Policía para afianzar la verdad oficial.

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APOYO

Los nombres propios

Bermúdez. El Departamento de Comunicación de Telecinco informó inicialmente a este diario por una vía oficial de que el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, había asesorado en persona a los guionistas de la serie. Después, se desdijo y se atribuyó esa información a un «malentendido».

Cebrián. El director de la ‘TV Movie’ es D. C. Torallas, según expresan los títulos de crédito. Es decir, Daniel Cebrián Torallas, con experiencia televisiva como la serie ‘Hay alguien ahí’, emitida por Cuatro en 2009 .

Gabilondo. La serie concluye con una de los voces más reconocibles del 11-M y de los días que siguieron: la de Iñaki Gabilondo informando de los atentados desde la Cadena Ser. La emisión se va diluyendo hasta que se funde en negro. Para que nadie lo olvide.

Un millón y medio de euros para contar la mayor tragedia de España

Igual que sostener entre las manos las mochilas cargadas con explosivos que dejaron 191 víctimas el 11 de marzo de 2004, manejar una tv movie sobre el mayor atentado en la Historia de España requiere todas las precauciones. Telecinco se ha atrevido: estrenará la producción mañana a las 22.00 horas y la completará el próximo miércoles.

Un trabajo de las características de 11-M cuesta en torno a un millón y medio de euros, según explican a EL MUNDO fuentes del sector. La inversión persigue un buen dato de audiencia, pero cuanto mayor resulte, mayor será también la observación y la exigencia. «En la frase que cierra la promoción está recogida la intención de la cadena: hemos hecho esto para que nadie lo olvide», resume a este periódico Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset España. «Es todo un reto, un trabajo delicado, complejo y estremecedor. Por eso mismo, no pude evitar entregarme por completo», cuenta Carlos López, guionista de la producción de Plural Entertainment.

Las tragedias no destacan por tornar en alegrías cuando se trasladan a televisión. De hecho, cuando el mismo canal estrenó Vuelo IL8714, sobre el accidente de Spanair en el aeropuerto de Barajas, la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 manifestó su «rotundo rechazo». Esta vez, Telecinco ha restado espectacularidad y sumado verosimilitud.

«Hemos hecho lo que no hicimos con Spanair, que es justamente enseñárselo a las asociaciones de víctimas. Además, hay una diferencia clara: en Spanair no se había celebrado el juicio y aquí había un juicio y una sentencia», distingue Villanueva, que ha «aprendido» de la controvertida emisión de Vuelo IL8714.

Efectivamente, 11-M advierte al comienzo de sus dos episodios que está «basada exclusivamente en los hechos probados por la sentencia 65/2007 de la Audiencia Nacional y la sentencia 503/2008 del Tribunal Supremo». Sin embargo, López reconoce: «Puede que sean incompletas, que dejen cabos sueltos o se les escape algo que parezca evidente: sucede en cualquier sumario. Pero nuestro objetivo no era ponerlas en cuestión, sino contarlas en forma de ficción dramática». López, autor de guiones cinematográficos como el de La niña de tus ojos, admite también haber consultado «un buen número de libros y reportajes periodísticos».

Ni una gota de sangre aparece en 11-M, que finaliza con las fatídicas explosiones tal y como las captaron las cámaras de seguridad de las estaciones. «Creo que empleamos una forma de narración muy al uso, que diluye el protagonismo de los personajes y consigue una sensación de realidad», explica López, quien no diría que 11-M constituya un thriller.

El proyecto se gestó en 2009, aunque un montaje «especialmente laborioso», en palabras de López, lo alargó. En el primer trimestre de 2010, un equipo de 120 personas terminó de grabar 11-M, casi siempre en las localizaciones en las que se ambienta la historia: Alcalá de Henares, Morata de Tajuña, El Pozo, Santa Eugenia, Atocha, Lavapiés, Leganés y barrio de la Concepción.

«Casi nada fue fácil en la preparación y rodaje de este proyecto, pero encontrar a todos los actores magrebíes que requería el guión fue especialmente complicado. La mayor parte de ellos son marroquíes, aunque hay algún palestino y un libanés», detalla López. Los menos han hecho su debut delante de las cámaras en 11-M; la mayoría ostenta una amplia carrera -Abdelatif Hwidar, El Chino, incluso tiene un Goya por dirigir el corto Salvador-.

El Chino, además de por su participación en el atentado, cobra gran protagonismo en 11-M por la relación con su familia, y asume buena parte de la carga emocional, en contraste con un malhablado y caótico Emilio Suárez Trashorras (Zoe Berriatúa), el único resquicio cómico en la representación de una historia absolutamente trágica.

VÍCTIMAS DE PRIMERA Y DE SEGUNDA

La mayor asociación de víctimas de España, la AVT, y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M se sienten marginadas frente a la Asociación 11-M Afectados por Terrorismo, que preside Pilar Manjón y fue la única con la que contó la productora Plural para llevar a cabo su proyecto. La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, se negó a aceptar la invitación que le cursó Telecinco para acudir a un pase privado hace unas semanas: «Nos llamaron cuando ya estaba hecha, y a otras lo hicieron antes de empezarla».

La representante del colectivo de víctimas se queja de que «no es el momento» de emitir una serie sobre el atentado, de que muchas de ellas le han enviado escritos en los que aseguran que los anuncios que ya ha emitido Telecinco les hacen «sufrir mucho», y de que el objetivo es «volver a reforzar la idea de que todo está acabado y juzgado y que no hay nada más que investigar, y eso es una manipulación». «Y en eso no estamos de acuerdo; si lo que quieren es que nunca se olvide, que añadan al final de la serie una aclaración que explique que el Tribunal Supremo sentenció que no se han encontrado a los autores intelectuales», añadió. La psicologa de la asociación, que sí ha visto la serie, considera adecuado el tratamiento a las víctimas.

Eloy Morán, herido en el 11-M y representante de la Asociación de Ayuda a las Víctimas, asegura que Telecinco les invitó a un visionado después de haberles enviado una queja por no contar con ellos. Reconoce que «en la serie no aparecen imágenes sangrientas, truculentas ni desagradables», pero discrepa del hilo narrativo.

«Apuntala la versión oficial de los hechos y en ningún momento abre la puerta a las investigaciones que discrepan de puntos muy importantes de ese relato», sostiene.

En la asociación de Pilar Manjón, sin embargo, sí están satisfechos con el resultado final. «Es una película que todo el mundo debería ver, para que deje de haber dudas» y «sólo puede ofender a los que defienden la teoría de la conspiración», afirman desde el grupo de víctimas que siempre se ha mostrado conforme con el resultado de las investigaciones policiales.