El 3 de enero de 1939, en plena Guerra Civil Española, la Agencia EFE nació en Burgos bajo el control del bando nacional, marcando un hito en el periodismo español al convertirse en la primera agencia de noticias estatal capaz de proporcionar un servicio unificado de información nacional e internacional. En un país dividido por la guerra, con infraestructuras destruidas y medios de comunicación fragmentados, EFE ofreció a los periódicos un flujo constante de noticias, desde los frentes de batalla hasta los acontecimientos globales, consolidándose como una herramienta clave para la propaganda del régimen franquista, pero también para la profesionalización del periodismo. Su creación, en el contexto de una dictadura que buscaba controlar la narrativa, respondió a la necesidad de centralizar la información en un momento en que los avances técnicos, como el uso del telégrafo y la teletipia, permitieron a EFE transmitir noticias con una rapidez sin precedentes para la España de 1939, conectando redacciones y unificando el discurso oficial en un país al borde del colapso.
La singularidad de EFE radica en su naturaleza pública y en la coexistencia con otra agencia estatal, PYRESA, creada por el Movimiento Nacional, el partido único del régimen, bajo el Ministerio Secretaría General del Movimiento. Mientras EFE, vinculada al Ministerio de Gobernación (luego Información y Turismo), se enfocaba en un servicio informativo más técnico y amplio, PYRESA tenía un carácter más ideológico, sirviendo directamente a los intereses de la Falange. Esta dualidad refleja las tensiones internas del franquismo entre los sectores tecnocráticos y los falangistas, cada uno buscando controlar la información. El nombre “EFE” generó debate: oficialmente, se atribuyó a la fusión de agencias privadas incautadas durante la guerra—Faro, Febus y Fabra—, pero en 1939 los responsables de la agencia admitían que también podía aludir a la “F” de Falange o incluso de Franco, una ambigüedad que reflejaba el oportunismo propagandístico del régimen. Décadas después, en la España democrática, EFE negaría con vehemencia cualquier vínculo con el Caudillo, insistiendo en su origen técnico y profesional, aunque la sombra de su fundación bajo el franquismo persiste.
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El impacto de EFE en 1939 fue innegable: dotó a los periódicos, muchos de ellos alineados con el régimen o bajo censura, de un servicio informativo que les permitió cubrir eventos más allá de sus capacidades locales, desde la Segunda Guerra Mundial hasta los avances del bando nacional. Los avances técnicos, como la instalación de teletipos en redacciones y la coordinación con corresponsales en el extranjero, elevaron el estándar del periodismo español, aunque siempre bajo el control estricto del régimen. La existencia de dos agencias públicas, EFE y PYRESA, evidenció la obsesión franquista por monopolizar la narrativa, pero también creó una competencia redundante que, a largo plazo, debilitaría a PYRESA, disuelta en 1980. EFE, en cambio, sobrevivió al régimen, consolidándose como una institución clave en la democracia. En este enero de 1939, la creación de EFE no solo transforma el periodismo español; establece un modelo de información centralizada que, aunque nacido bajo una dictadura, sentará las bases para una agencia que trascenderá su origen autoritario para convertirse en un pilar del periodismo global.
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J. F. Lamata