6 febrero 2008

El hasta ese momento director de EUROPA PRESS, le sucederá al frente del periódico nacional de Vocento

Vocento decide destituir a José Antonio Zarzalejos como director de ABC para firmar la paz con la COPE, Ángel Expósito le reemplaza

Hechos

  • El 6.02.2008 el Consejo de Administración del grupo Vocento decidió la destitución de D. José Antonio Zarzalejos como director del ABC y nombró para reemplazarle al hasta entonces director de EUROPA PRESS, D. Ángel Expósito.

Lecturas

D. José Antonio Zarzalejos Nieto es destituido por el Consejo de Administración de Vocento como Director de ABC el 6 de febrero de 2008 y reemplazado por D. Ángel Expósito Mora. De acuerdo a los estatutos del Grupo Vocento, el nuevo director fue nombrado a propuesta del consejero delegado, D. José Manuel Vargas Gómez, pero de acuerdo con el consejo de administración de Diario ABC S. L., que preside Dña. Catalina Luca de Tena García-Conde.

EXPÓSITO: «YO SOY DE LA REPÚBLICA DE CUATRO CAMINOS, VALORO A LOS REDACTORES CUANTO MÁS SUDEN SUS SOBACOS»

D. José Antonio Zarzalejos Nieto rechazó presentar al nuevo Director a la redacción, por lo que D. Ángel Expósito Mora tuve que presentarse a sí mismo ante la redacción el 8 de febrero de 2008 en un acto solemne en la Biblioteca de ABC en la que se presentó diciendo ‘yo soy de la república de Cuatro Caminos’ e indicando que él valoraba a los redactores en función de «Cuánto sudo vea que tienen en los sobacos».

El Sr. Zarzalejos tuvo un primera etapa como director de ABC al ser nombrado en 1998 por D. Nemesio Fernández-Cuesta y cesado en 2004 cuando el periódico ya se había incorporado al Grupo Vocento. Tras un paréntesis de un año con el periódico dirigido por D. Ignacio Camacho en 2005 el Consejo de Administración de Vocento decidió volver a nombrarle director ABC teniendo que hacer frente a una etapa convulsa y marcada en gran medida por la guerra contra los programas de la Cadena COPE controlados por LIBERTAD DIGITAL. Ahora es destituido fulminantemente cuando la empresa busca poner fin a lo que consideran un conflicto personal.

EL MUNDO SE REGODEA EN LA PÉRDIDA DE LECTORES DE ABC

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EL RESPONSABLE DEL CAMBIO

vargas_vocento D. José Manuel Vargas, consejero delegado de Vocento, responsable del despido del Sr. Zarzalejos.

losantos_COPE Sr. Jiménez Losantos celebró desde ‘La Mañana’ de la COPE la destitución de Zarzalejos con el que había estado enfrentado desde 1999 y con el que mantenía pleitos judiciales.

eduardosanmartin2 D. Eduardo San Martín que ha sido Director Adjunto de ABC durante casi todo el periodo del Sr. Zarzalejos mantendrá de momento el cargo con el Sr. Expósito.

Lo más destacado es que tan sólo cuatro días después del terremoto en el diario ABC, se produjo otro en el diario LA RAZÓN, principal competidor del diario ABC, por la decisión de su director, D. José Alejandro Vara, de fichar por Vocento.

09 Febrero 2008

ZARZALEJOS

Juan Manuel de Prada

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Ocurrió hace algo así como seis años, si la memoria no me falla. Acababa yo de publicar por entonces unos cuantos artículos un tanto brutos o sarcásticos, quizá también un tanto ofensivos. Recuerdo que en uno ponía como chupa de dómine a Lady Di y en otro me burlaba sangrantemente del bodorrio que Aznar montó en El Escorial. José Antonio Zarzalejos, a la sazón director de este periódico, me llamó a capítulo y me leyó la cartilla: me dijo que quien escribía en ABC era muy libre para lanzar ataques a Lady Di, a Aznar y al sursuncorda, pero que desde luego él no iba a permitir que esos ataques se revistiesen de términos afrentosos y descalificaciones soeces. Y me dijo también que, al haber yo infringido esa ley de oro, prescindiría de mi colaboración, al menos durante un tiempo, mientras se me pasaba la calentura. Me lo dijo mirándome a los ojos, con una de esas miradas graves, muy estrictas, casi intimidatorias, que a veces lanza José Antonio Zarzalejos; y yo se la sostuve, mohíno y a un punto de las lágrimas. Porque, coño, escribir en ABC era el sueño de mi vida y, cuando por fin lo había alcanzado, una de esas intemperancias de la pluma a las que soy tan propenso lo desbarataba.

Pero algo sucedió en aquel instante en que nuestras miradas se cruzaron. Más allá de nuestras diferencias, surgió entre nosotros la certeza de que podíamos confiar el uno en el otro. Nunca hemos llegado a ser amigos -nuestros temperamentos demasiado disímiles lo han impedido-, pero de aquella fricción, en lugar de nacer la enemistad, brotó un afecto sincero y me atrevería a añadir que mutuo. José Antonio Zarzalejos, en los años en que ha dirigido este periódico, ha demostrado ante todo que es un periodista con principios; decir «periodista con principios» puede parecer al lector desavisado una redundancia, pero casi se trata más bien de un oxímoron, dados los tiempos que corren. Y defender esos principios contra el clima ambiental le ha costado ser injuriado, zaherido, vilipendiado brutalmente; y le ha obligado a sostener el timón de este periódico en unas condiciones casi sobrehumanas. Pasado algún tiempo, cuando se desvanezca la tempestad de ruido y de furia que agita nuestra época, podrá volver la vista atrás con orgullo: mientras ha sido director de ABC ha defendido los ideales en los que creía con tesón y gallardía, aunque defenderlos en una época en que todos los ideales se venden en almoneda le haya granjeado animadversiones y odios furibundos. Seguramente, si hubiese participado en esa almoneda, si se hubiese avenido a alimentar la visceralidad del momento con enjuagues y charcuterías periodísticas, habría vendido más periódicos; pero él ha preferido vender algunos menos a cambio de no venderse a sí mismo ni vender el oficio en el que cree.

 Y, como epítome de su lealtad a unos principios, como testimonio último de su labor al frente de ABC, ahí queda su decidida defensa de la vida y su execración del aborto, que es la gran batalla de nuestro tiempo. Una batalla que, desde luego, no brinda gratificaciones, sino más bien inquinas y rechazos; pero, librándola, Zarzalejos nos ha vuelto a enseñar, como nos enseñaron quienes combatieron en las Termópilas, que hay batallas en las que no importa tanto el agasajo del triunfo como el denuedo en el empeño. Y el denuedo que Zarzalejos ha puesto durante todos estos años en el empeño de dirigir ABC ha sido ejemplar: aquí se ha dejado jirones de piel y jirones de alma; y con el alma desollada ha seguido al pie del cañón. Yo me enorgullezco de haberlo acompañado, desde este modesto rincón de papel y tinta, en la singladura; y sólo lamento que nuestros temperamentos demasiado disímiles nos hayan impedido conocernos mejor. Porque Zarzalejos es hombre reconcentrado en sí mismo, a veces tan reconcentrado que pude parecer misántropo o cabezota; pero sospecho que esa aparente misantropía o cabezonería no es sino fortaleza interior de quien se sabe protegido por la coraza de unos principios indeclinables. Me gusta la gente que se abraza a unos principios y no cede en su abrazo, allá vengan duras o maduras; por eso me ha gustado tener a Zarzalejos como director durante todos estos años, y me gustaría tenerlo como amigo en los venideros.

Juan Manuel de Prada

11 Febrero 2008

La Operación Rescate del ABC y maravillas que vendrán

Federico Jiménez Losantos

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Decíamos ayer, inaugurando este blog (no puedo agradecer como quisiera los cientos de generosísimos mensajes recibidos ayer; iré contestando, por temas, los más difíciles) que la parálisis electoral y la muerte política de Gallardón, de hondísimo significado para la Derecha y la Nación, habían empezado ya a provocar convulsiones mediáticas en el ámbito liberal-conservador, del que se había autoexcluido el ABC en su apuesta gallardonita y cuya primera víctima ha sido el que quiso ser verdugo mío y de la COPE. Sí, un tal Zarzalejos, dos veces director de ABC, al que dejó malherido en la primera y casi cadáver en la última. Pocas horas después confirmaba mi análisis la brillantísima Operación Rescate dirigida por el general Alcázar y el coronel Vargas, que ha devuelto a una parte sustancial del núcleo fundador de La Razón al diario que los crió.

Por supuesto, yo sabía algo, y basta leer el blog de ayer para comprobarlo, pero esto no ha nacido para comentar rumores sin fundamento ni para destrozar operaciones legítimas dentro del libre mercado y la libertad de Prensa que tanto echamos de menos en España. Algunos gallardonistas insepultos filtraron la operación a un medio afín, pero ya era tarde. La reacción deABC, aunque se dilató casi un cuarto de hora por parálisis en su página web, consistió en ratificar, ampliar y remachar lo filtrado. Su propósito era hacerlo después de una consulta formal al Consejo y mediante una nota de prensa a las diez y media. Se adelantó cuarenta minutos pero el resultado fue el único posible, el que tenía que ser, el que dictaba la lógica e indicaba ya la destitución de Zarzalejos.

¿Y qué puede pasar ahora? Por de pronto, La Razón, con un Mauricio Casals más fuerte que nunca, ha nombrado nuevo director a Francisco Marhuenda, hombre de su absoluta confianza. Vaya mi bienvenida a éste y mi afectuoso saludo a aquél. Creo que los dos periódicos son necesarios, y que todos somos pocos para frenar el proyecto zapaterino que lleva a la disolución de España y a la liquidación por sedación mediática de los valores básicos liberales y conservadores, lo único que aún sostiene a la Nación.

De inmediato, tras el Premio Gordo, viene la pedrea de los columnistas, que aunque no son decisivos en un periódico sí marcan la diferencia, sobre todo entre quienes luchan por un mismo espacio, como es y, en buena lógica, seguirá siendo por algún tiempo el caso de ABC y La Razón. Lara tiene muchísimo dinero y tres medios poderosos, Antena 3, Onda Cero y el diario ahora dirigido por Marhuenda para tentar a cuantos valen algo por firmar sus cosas. La Razón se hizo con algunos columnistas de fuste –casi todos ellos ligados a Libertad Digital– provenientes de ABC y El Mundo. Ahora se ha abierto la veda, vendrá la contraopa de Lara y vamos a ver maravillas.

02 Mayo 2010

La defenestración del director de ABC

José Antonio Zarzalejos

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Mi destitución la conocía previamente, con todo lujo de detalles, Esperanza Aguirre, que había acumulado contra mí un arsenal de agravios. Isabel Gallego, responsable de la relación con los medios de comunicación de la Comunidad de Madrid, llamó a la redacción de ABC para comunicar a uno de sus responsables -el jefe de área, que cruzó conmigo una mirada de advertencia que no supe interpretar- mi inmediato cese y el nombramiento de Ángel Expósito. La llamada telefónica de Gallego -redactora en excedencia de ABC, que trabajó a mis órdenes un tiempo- se produjo a las 16.40, esto es, 25 minutos antes de que yo mismo conociera mi expulsión. La colaboradora de Aguirre y, especialmente, del vicepresidente autonómico, Ignacio González, además de congratularse por el episodio mostraba un conocimiento exacto de cómo transcurrirían los hechos. Porque mi destitución formaba parte de un pacto con la presidenta de la comunidad autónoma.

Mi distanciamiento de Esperanza Aguirre tuvo que ver con mi cercanía a Alberto Ruiz-Gallardón -que a ella le resultaba insoportable-, con mi repelencia hacia los comportamientos de algunos de sus más estrechos colaboradores, con mi negativa rotunda a entrar en la coral que admiraba las políticas rotundas y tantas veces toscas y desafiantes de la presidenta de la Comunidad de Madrid y con su complicidad con Federico Jiménez Losantos y Pedro J. Ramírez. Ella pretendía -así lo confesó- que su magnífica e interesada relación con aquéllos fuera compatible con otra similar con ABC. Y si no lo logró por las buenas, tampoco lo consiguió por las malas, aunque yo hice todos los intentos para mantener una relación cordial con ella. Aguirre, además, nunca entendió que la relación de Ruiz-Gallardón con ABC tenía raíces muy profundas. Venía de la estrecha amistad entre su padre, José María Ruiz-Gallardón -gran abogado y mejor articulista y editorialista del periódico- y Guillermo Luca de Tena. Ambos fueron compañeros de fatigas, de éxitos y de fracasos. El alcalde de Madrid se dirige al presidente de honor de ABC llamándole «tío Guillermo» y para él, Catalina (Luca de Tena) y Soledad (Luca de Tena) son referencias de una infancia y una juventud comunes.

Esperanza Aguirre sabía, en cambio -y lo sabían José Manuel Vargas, Diego del Alcázar y Emilio Ybarra , aunque éste deseaba mi destitución por motivos diferentes-, que en ningún caso ABC, bajo mi dirección, favorecería su liderazgo en el PP si Mariano Rajoy fracasaba, como así sucedió, en las elecciones generales de marzo de 2008; y tenía información de que había puesto en marcha una investigación bien encaminada -como se ha podido comprobar luego con el llamado caso Correa- que comenzaba a dar frutos y que afectaba a su entorno. La presidenta, además, había perdido los nervios en conversaciones que le retrataban poco amablemente y cuyo pormenor prefiero evitar porque resulta excesivamente pedestre. Ella recordará las cartas que cruzamos en mayo de 2007, inmediatamente después de las elecciones municipales.

El carácter interventor e impositivo de Aguirre había ido a más en los últimos años. Resultaban excesivas su locuacidad desinhibida -que fue capaz de trasladar a un libro, La Presidenta-, su desmedida ambición política y su suficiencia al perseguir sus objetivos de dominación de los medios de comunicación. Aguirre no se paraba en barras -el episodio del 11 de octubre de 2007 con el Rey a propósito de Federico Jiménez Losantos la define- y comenzó a exigir mi destitución meses antes de que se produjera. Lo hacía, incluso, a través de los para ella imprescindibles mensajes telefónicos, con expresiones a veces impropias. Lo cierto es que a la presidenta se le abrieron los cielos cuando el 15 de enero (de 2008) Mariano Rajoy se negó a incorporar a Alberto Ruiz-Gallardón a la lista electoral al Congreso de los Diputados por la circunscripción de Madrid. Esa misma noche fui consciente de que mi fragilidad en la dirección de ABC era mayor que apenas unas horas antes. El apoyo que ABC y yo prestamos al alcalde de Madrid -el único solidario con el periódico y con mi persona- no respondía a arbitrariedades o subjetivismos, sino a la convicción de que Ruiz-Gallardón era y es un político con capacidad, en combinación con otros, Mariano Rajoy entre ellos, de coadyuvar decisivamente a una victoria electoral sobre el PSOE. Aguirre tiene muchos méritos contraídos, pero su perfil, su discurso y su posicionamiento, le guste o no, la recluyen en las lindes -muy grandes pero no nacionales- de la Comunidad de Madrid.

Vargas y Aguirre se habían librado de mí del modo expeditivo que pretendían, justo a un mes de las elecciones generales en las que -de fracasar Rajoy, como sucedió- la presidenta daría la batalla por el liderazgo. Necesitaba que en el frente mediático que le acompañase en el asalto al poder en Génova no faltase el diario ABC, con EL MUNDO y la COPE, ambos entusiasmados con la sola idea de ver despeñarse a Rajoy y, de paso, a Alberto Ruiz-Gallardón. De nuevo el centenario periódico era imprescindible en una gran operación política de la derecha -en este caso, la más dura en el seno del PP-. Aunque la maniobra le salió mal a Aguirre, a punto estuvo de prosperar, pero bajo el liderazgo mediático de EL MUNDO y la COPE, porque tampoco desde el nuevo ABC se demostraron demasiadas agallas en la defensa de la que con tanta generosidad promocional trató al diario nada más salir el que esto escribe de su dirección.

Ahí calculó mal la lideresa, que luego ha concatenado un rosario de errores. Desde el Congreso de Valencia hasta el caso Gürtel, pasando por nuevos desafíos al presidente del PP y a su ejecutiva nacional, como, por ejemplo, el que le llevó a la derrota de su candidato para la presidencia de Caja Madrid, el todopoderoso Ignacio González, o, en fin, el cuestionamiento de su consejero de Interior y Justicia, (Francisco Granados) preocupado, al parecer en exceso, por contravigilar a compañeros de partido, errores de los que se le deduce un mal pronóstico, más aún cuando ya no suena ni tan fuerte ni tan alta la voz de Federico Jiménez Losantos y EL MUNDO de Pedro J. Ramírez ha de atender a las exigencias de una crisis que no permite ya las licencias editoriales de otras épocas.

No sé cuándo Esperanza Aguirre desarrolló esas potencialidades políticas un tanto depredadoras, pero sí alcancé a percibir que fue una vez antes del llamado tamayazo de la primavera de 2003 -cuando dos tránsfugas socialistas, Tamayo y Sáez, arrebataron a Rafael Simancas la presidencia de la Comunidad-, y otra después de ese episodio, todavía sin esclarecer. Fue entonces cuando también destapó una especie de fobia insuperable hacia Ruiz-Gallardón, al que lancea verbalmente sin recato, amparándose en que «yo soy muy espontánea, muy sincera». A mí me pareció que su deriva desdibujaba sus verdaderas virtudes y aptitudes, y juzgué su forma implacable de tratar a las personas -antes amigas o siempre enemigas- como una muestra de una cierta inferioridad intelectual que ella ha suplido con un entorno inmediato que cuida con especial esmero esa endeblez que tantos disgustos le procuró cuando fue ministra de Cultura en el primer Gobierno de Aznar.

01 Marzo 2008

'ABC' lastra los resultados de Vocento

Mariví Casanueva

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Los resultados de Vocento del año pasado se vieron lastrados por la negativa evolución del diario ABC, su buque insignia, el incremento de los costes del área de Estructura y la consolidación del gratuito Qué!. Como consecuencia de todo ello, el resultado de explotación del grupo (EBITDA) cayó un 13,8% y el EBIT un 36,1%. Las plusvalía generadas por la venta de Cimeco en Argentina ayudaron en buena medida a cerrar la cuenta de resultados con un beneficio atribuido al grupo de 82,168 millones de euros, un 5,9% superior al de 2006.

Las cuentas de Vocento del año pasado reflejan con fidelidad los problemas que viene arrastrando el grupo, que ha contado con tres consejeros delegados en menos de un año. El pasado mes de julio, Belarmino García sustituyó a José María Bergareche en el máximo cargo ejecutivo del grupo. Meses después, a finales del pasado mes de enero, fue destituido por el consejo de administración, el cual nombró a José Manuel Vargas, con más experiencia en la casa, para sustituirle.

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Negativa evolución

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Al margen de las disensiones en el seno del consejo de administración entre las familias tradicionales del grupo, la negativa evolución de ABC ha sido el gran quebradero de cabeza en los últimos tiempos para Vocento. La decisión más reciente respecto al diario, tomada tras la llegada de Vargas al cargo de consejero delegado, ha sido el cambio en la dirección. Ángel Expósito sustituyó hace unas semanas a José Antonio Zarzalejos, que llevaba varios años al frente de ABC.

La crisis se ha dejado sentir y los números son bien explícitos. Prensa Nacional, el área de gestión en la que está integrado el diario nacional del grupo tuvo una aportación negativa de 9,855 millones de euros al resultado de explotación de Vocento, frente a los 10,674 millones positivos de un año antes. Esto significa una caída del 192,3%.

La potente división de periódicos regionales, consiguió un EBITDA de 111,270% millones, un 0,6% más que en 2006, pero no fue suficiente para compensar los malos datos de ABC. De ahí que el resultado de explotación del área de medios impresos del grupo registrara una disminución del 16,5%. En esa caída también influyó la aportación negativa (3,769 millones de euros) del diario gratuito Qué!.

En su comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Vocento justifica la caída de su resultado de explotación, porque en el ejercicio de 2007 «se ha incurrido en costes no recurrentes». Entre estos, el grupo de comunicación cita en primer término «la aceleración del plan de optimización de ABC», que ha supuesto un desembolso de 12,277 millones de euros.

En segundo lugar destaca el aumento de los gastos en el área de estructura por importe de 6,723 millones de euros. Este incremento de los gastos ha sido generado por «el proceso de revisión estratégica, cambios en la alta dirección y operaciones corporativas», según las explicaciones dadas por el grupo a los inversores a través de la CNMV. El tercer elementos citado como responsable del incremento de los costes es, por último, la consolidación de Qué!.

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Ingresos publicitarios

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A pesar de que Vocento se congratula del «buen comportamiento registrado desde principios de año» por la difusión de ABC, como consecuencia del plan de optimización, éste no tiene reflejo en los ingresos por publicidad del diario. La división en la que está integrado -Prensa Nacional- obtuvo 88,205 millones de euros por publicidad, 5,070 millones menos que en 2006, lo cual supone una bajada del 5,4%. En cambio, el área de Prensa Regional ingresó 18,897 millones de euros más.

A pesar del empeoramiento del resultado de explotación, las cuentas del grupo correspondientes a 2007 se cerraron con un beneficio de la sociedad dominante de 82,168 millones de euros, un 5,9% más que el ejercicio precedente, gracias a las plusvalías generadas en el ejercicio.

Esto ha permitido al grupo anunciar que el consejo de administración propondrá a la junta general ordinaria un dividendo bruto complementario por importe de 23,839 millones de euros, cumpliendo de esta manera la política de retribución a los accionistas comprometida con motivo de su salida a Bolsa.

El Análisis

LA BANDERA BLANCA DEL ABC, CENIT DEL PODER DE JIMÉNEZ LOSANTOS

JF Lamata

Si la tirada del diario ABC había caído, parece lógico que los responsables de la empresa del periódico apostaran por un recambio del director, pero el hecho de que antes de finar al director se reunieran con el archienemigo de su director (y de todo Vocento), al que habían demandado, para acordar retirar esa demanda a cambio de defenestrar el al director de su periódico dá una lectura bastante diferente.

Venía a ser lo mismo que el periódico ABC reconocía su derrota ante ‘La Mañana’ de la COPE, que había conseguido convencer a multitud de lectores derechistas de su periódico que ABC se había vuelto de izquierda pro-PRISA, porque mantenía el sumario y la sentencia de los Tribunales del 11-M, en vez de las teorías alternativas. El mensaje había ‘calado’ y la única forma de que el diario ABC volviera a ser visto como diario ‘de derechas’ era fulminar al director y conseguir que ‘La Mañana’ de la COPE dejara de criticarles.

Vocento hizo la bandera blanca y entregó la cabeza del Sr. Zarzalejos al Sr. Jiménez Losantos, que encontraba al fin su vendetta por lo del año 1998. Por el efecto moral, el locutor de la COPE alcanzaba su mayor grado de poder. Dejando la duda de si alguien se situó a su lado en aquel momento y le dijo, como a aquellos emperadores, ‘recuerda que eres mortal’.

J. F Lamata